tag:theconversation.com,2011:/es/articles The Conversation – Articles (ES) 2025-11-03T17:55:51Z tag:theconversation.com,2011:article/258782 2025-11-03T17:55:51Z 2025-11-03T17:55:51Z ¿Y si no somos tan adictos a las pantallas como pensamos? <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/699662/original/file-20251031-56-j4ik8a.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=0%2C1%2C8688%2C5791&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption"></span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/young-adult-man-using-modern-smartphone-1958285695">AstroStar/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>En los últimos años se ha especulado mucho sobre los posibles <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1695403325001444">efectos nocivos de las pantallas y los móviles sobre la salud mental</a> o la capacidad de concentración. ¿Existen pruebas sólidas que respalden estas preocupaciones?</p> <p>¿Los móviles son buenos o son malos? ¿Son útiles? ¿Perdemos humanidad al utilizarlos? ¿Hemos de desintoxicarnos de las pantallas? Para Daniel Miller, antropólogo experto en cultura digital del University College de Londres y uno de los autores de <a href="https://uclpress.co.uk/book/el-smartphone-global-mas-alla-de-una-tecnologia-para-jovenes/"><em>El Smartphone Global: Más allá de una tecnología para jóvenes</em></a>, si son buenos o malos no es la pregunta correcta: hay que ver qué hace la gente con ellos. </p> <p>Un móvil es un objeto extraordinario. Los antropólogos observan que los medios digitales son un lugar más en el que viven las personas. Un móvil es “el lugar donde vivimos”, nuestra casa “transportadora”, nuestra “comunidad”. Un adolescente no tiene que coger el autobús o la bicicleta para ir a casa de sus amigos. Puede estar con ellos desde el teléfono.</p> <p>El móvil también refleja el oportunismo permanente: hacemos una foto cuando observamos algo divertido, una puesta de sol o un bebé que sonríe. También implica disponibilidad constante y conectividad con otras personas. Pero todo ello genera una presión permanente: estamos enganchados al móvil, el WhatsApp no nos deja libres, hay pérdida de atención por las pantallas, dicen los psicólogos.</p> <h2>Cómo se usa el móvil en Jamaica o China</h2> <p>Un equipo de antropólogos a las órdenes de Daniel Miller <a href="https://erc.europa.eu/projects-statistics/science-stories/what-smartphones-mean-worldwide">ha estudiado</a> cómo se usa el móvil en diferentes culturas: </p> <ul> <li><p>En Jamaica sirve para aliviar la pobreza con el intercambio de información sobre trabajo o la búsqueda de ingresos, además de para hacer breves consultas médicas.</p></li> <li><p>En Turquía se usa especialmente para comunicarse con la familia.</p></li> <li><p>En la India puede ser una herramienta de control de los hombres sobre las mujeres.</p></li> <li><p>En China el móvil es muy útil para aliviar los problemas de la gente mayor.</p></li> <li><p>En Uganda los jóvenes envían dinero por el móvil a sus parientes mayores para afrontar el elevado coste de la sanidad y los medicamentos. </p></li> <li><p>En Japón se hace imprescindible en caso de catástrofes (tsunami, terremotos…).</p></li> </ul> <p>Lo que hace a un móvil una herramienta inteligente es cómo la gente lo usa “desde abajo”: la creatividad, las capacidades adicionales, el poder estar en contacto permanente con amigos o parientes…. La tecnología es increíblemente diversa porque la utilizamos de muchas maneras, aunque es verdad que algunos usos afectan negativamente a ciertas personas. </p> <p>La gente mayor no suele usar las aplicaciones de salud instaladas en el móvil, las que miden pasos, pulsaciones o cuántas calorías hemos quemado al día. Usan más WhatsApp para obtener información de salud, conectarse con los médicos o las compañías de seguros. </p> <h2>Las redes sociales como abismo</h2> <p>Sean Parker, el primer presidente de Facebook, <a href="https://www.infobae.com/america/tecno/2017/11/09/facebook-fue-disenado-para-explotar-una-vulnerabilidad-en-la-psicologia-humana/">reconocía</a> que Facebook “es un bucle de retroalimentación basado en la validación social… porque estás explotando una vulnerabilidad en la psicología humana”. </p> <p>Algunas redes tienen como lema implícito eso de que mis palabras no importan y yo no importo, pero todo el mundo debería escucharme de todos modos. <a href="https://www.youtube.com/watch?v=CADQiLpIR4U">Geert Lovink</a>, investigador sobre medios interactivos en la Universidad Hogeschool van Amsterdam (Holanda), afirma que las redes sociales nos abocan al abismo y generan tristeza tecnológica. Suponen una distracción organizada y cierta dependencia, ya que funcionan como un aspirador social. Somos aspirados de vuelta para volver continuamente a las pantallas.</p> <p><a href="https://amyorben.com/uploads/thesis/">Amy Orben</a>, profesor de la Universidad de Cambridge, ha estudiado el impacto de las pantallas en los adolescentes. Las pantallas pueden estimular la dopamina con ciclos de alzas en nuestro humor, seguidos de largos periodos de estancamiento, antes de terminar colapsando. Permanecer conectado ya no sirve porque pasamos de intensas experiencias de satisfacción a periodos de incertidumbre laboral, familiar y emocional o sumidos en el aburrimiento. </p> <p>Si las redes sociales son una adicción, como el tabaco y el alcohol, y nos mantienen enganchado al sistema, ¿la solución es salirse de una plataforma?, ¿una desintoxicación digital?, ¿hacer terapia? Si esta fuera la solución, se actuaría solo sobre los síntomas y no sobre las causas. </p> <p>Para Orben las redes sociales todavía ofrecen muchos beneficios. Proporcionan placer, se entabla amistad, se corteja, se adquieren conocimientos o se encuentra un empleo. No estamos enfermos y no somos adictos. </p> <h2>La cara más y menos amable</h2> <p>Orben rompe con la idea simplista que asocia redes sociales, jóvenes y adicción. El impacto de las aplicaciones no depende tanto del tiempo de uso como del tipo de contenido que se consume. No hay una señal contundente en los estudios que muestre un vínculo inequívoco entre las redes sociales y un menor bienestar: hay efectos más negativos en dormir poco, fumar marihuana o no comer bien que por el uso de redes sociales. </p> <p>Pero también hay un lado negativo, explican <a href="https://www.elperiodico.com/es/entre-todos/20211002/jovenes-generacion-muda-tecnologia-dificultades-comunicacion-12134911">algunos expertos</a>, en el uso de las redes sociales. Por ejemplo, la aparición de la <a href="https://www.uoc.edu/es/news/2021/259-generacion-muda-millennials-evitan-llamar">“generación muda”</a>: la reticencia entre los adolescentes y jóvenes a tener intercambios verbales directos o conversar por teléfono. En su lugar, se utiliza WhatsApp o notas de voz y se pierden habilidades sociales y comunicativas. </p> <p>Cuando un mensaje de texto es enviado a alguien hay una expectativa por recibir una respuesta. Esta espera es la “texto-expectativa”, la experiencia prolongada y dolorosa de anticipar un mensaje de texto, señala Geert Lovink. El fantasma electrónico del otro nos acecha: “cada vez que vibra mi teléfono móvil, espero que seas tú”. Y eso genera ansiedad. “El otro no espera nunca: yo soy el que espera”, como la/el enamorada/o que espera una señal de su amada/o.</p> <p><a href="https://orbiumadicciones.com/nuevas-tecnologias/fenomeno-fomo-fear-of-missing-out/"><em>Fear Of Missing Out</em> o FOMO</a> es el deseo por vincularse con otros y con el mundo. Es estar estudiando en nuestra casa para un examen y pensar en lo que nos perdemos porque nuestros amigos están en el bar. En las redes sociales ocurre algo parecido –además del <em>voyeurismo online</em>: la forma fría y desapegada de la cultura de la vigilancia que evita la interacción directa–.</p> <p>Echamos un ojo a las actualizaciones y a la bandeja de entrada por la misma razón por la que soñamos despiertos: para eliminar el aburrimiento. Revisar continuamente el móvil es la forma actual de soñar despierto y trasladar la mente a otro lado. El uso de redes sociales crea una forma modificada de conciencia y un estado de alerta de lo demás. Una tecnotelepatía. </p> <p>Sin embargo, las grandes tecnológicas nos manipulan mediante algoritmos diseñados para captar nuestra atención. Esta manipulación permanece sin regular. Si las plataformas no estuvieran programadas para engancharnos, quizás usaríamos las pantallas de forma más consciente y equilibrada, recuperando el control sobre nuestro tiempo.</p> <p>Sí, todas estas cosas son la cara menos amable de las pantallas, pero los móviles no son ni buenos ni malos por sí mismos: depende del uso que hagamos de ellos. Más que demonizar la tecnología o caer en alarmas infundadas, necesitamos comprender cómo nos relacionamos con las pantallas y encontrar un equilibrio consciente entre conexión digital y bienestar real.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/258782/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>David Lagunas no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p> Las pantallas en general y los móviles en particular, puede que no sean ni buenos ni malos en sí mismos, según los antropólogos. Su impacto depende del uso que hacemos de ellos y del contenido que consumimos. David Lagunas, Profesor Titular de Antropología, Universidad de Sevilla Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/266000 2025-11-03T17:52:58Z 2025-11-03T17:52:58Z Aprender a tocar un instrumento: cómo pasar de la práctica a la creatividad <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/696937/original/file-20251017-56-z2dvg0.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=73%2C0%2C3630%2C2419&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption"></span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/young-female-violinist-portrait-165366977">Minerva Studio/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>¿Cómo pudo Beethoven crear la Novena Sinfonía estando completamente sordo? Probablemente, la respuesta no está solamente en su talento musical, sino en una habilidad mental prodigiosa: la autorregulación. El gran genio no necesitaba oír físicamente el sonido, puesto que lo planificaba, supervisaba y autoevaluaba en su mente críticamente.</p> <p>Ahora, traslademos esta escena a la realidad de cualquier conservatorio de hoy en día. Tras las lecciones, la mayor parte de los estudiantes afrontan su práctica de instrumento utilizando como método la repetición de un pasaje de modo mecánico. Cuando no avanzan al ritmo deseado se sienten frustrados. El sonido está ahí, pero les falta la brújula interna que usaba Beethoven. </p> <p><a href="https://academic.oup.com/edited-volume/42624/chapter-abstract/357714974?redirectedFrom=fulltext">La clave no está en practicar más, sino en practicar mejor</a>, utilizando <a href="https://www.redalyc.org/journal/1002/100246672013/html/">estrategias</a> que ayuden al músico a autorregular su proceso creativo.</p> <h2>Del piloto automático al mando consciente</h2> <p>Un <a href="https://journals.sagepub.com/doi/epub/10.1177/10298649241275614">músico experto</a> conoce sus fortalezas y debilidades: es capaz de establecer unos objetivos concretos en cada sesión, supervisar su ejecución en tiempo real para detectar errores y autoevaluar su resultado de modo crítico. Por el contrario, un músico principiante suele tener escasas habilidades para autorregularse. Su método de estudio centrado en la repetición sin rumbo, a menudo poco eficiente, le lleva al agotamiento y a la frustración.</p> <p>Para alentar el paso de esta práctica automática a una práctica consciente y creativa durante el aprendizaje, el psicólogo educativo estadunidense <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s10648-025-10052-0">Barry J. Zimmerman</a> propuso crear un “andamio mental” que nos obliga a pasar por las fases de planificación, supervisión y evaluación.</p> <p>Este andamio permite al músico principiante comprender cómo aprende, y diseñar herramientas para tomar el control. Pasará de ser un repetidor mecánico a un gestor de desafíos, <a href="https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/0305735617731614">ajustando sus técnicas creativamente para alcanzar su objetivo</a>.</p> <h2>Andamios mentales para tocar un instrumento</h2> <p>El andamio consiste en <a href="https://pz-harvard-edu.translate.goog/thinking-routines?_x_tr_sl=en&amp;_x_tr_tl=es&amp;_x_tr_hl=es&amp;_x_tr_pto=tc">rutinas de pensamiento</a>: son los soportes que nos dan la estructura concreta para tomar del control. </p> <p>Un ejemplo de ello sería responder de modo estructurado a preguntas como: </p> <ul> <li><p>¿Cuál es mi objetivo para hoy?</p></li> <li><p>¿Lo estoy haciendo bien?</p></li> <li><p>¿Qué funcionó bien o no funcionó? </p></li> </ul> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/como-cambia-nuestro-cerebro-la-practica-musical-181031">¿Cómo cambia nuestro cerebro la práctica musical?</a> </strong> </em> </p> <hr> <p>Veamos un ejemplo a través de una rutina que llamaremos “el arquitecto musical”: </p> <ol> <li><p>En la planificación, el músico analiza la partitura para identificar patrones específicos (como reconocer que un pasaje complejo son arpegios de Sol mayor con síncopas) y define objetivos medibles: por ejemplo, en una sesión de estudio lograr descomponer los arpegios y practicarlos aisladamente hasta adquirir velocidad.</p></li> <li><p>Durante la supervisión, detecta problemas técnicos en tiempo real (como un dedo que no llega a tiempo en una transición) y aplica estrategias inmediatas como aislar compases o ajustar digitaciones. </p></li> <li><p>Finalmente, en la evaluación, reflexiona críticamente sobre los resultados obtenidos y extrae conclusiones estratégicas para sesiones futuras, transformando la práctica repetitiva en un ciclo de mejora continua y autonomía.</p></li> </ol> <p>Este tipo de “andamios cognitivos” activan la corteza prefrontal, sede de las <a href="https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/23074841251365702?icid=int.sj-abstract.similar-articles.9">funciones ejecutivas</a>, permitiendo planificar la solución a un problema, supervisar la ejecución en tiempo real y gestionar la interpretación creativa. </p> <p>Las rutinas de pensamiento ofrecen además un contexto en el que ser más creativo con la práctica musical, pues no se ha limitado a repetir, sino que ha pensado activamente sobre el pasaje y ha diseñado su propio camino de aprendizaje.</p> <h2>Una investigación con estudiantes de bajo eléctrico</h2> <p>Para comprobar la eficacia de estas herramientas, realizamos una investigación con cinco estudiantes de bajo eléctrico. La edad de estos alumnos abarcaba desde los 13 hasta los 45 años, lo cual refleja la diversidad de edades y perfiles de los estudiantes que los docentes de conservatorio encuentran en sus aulas.</p> <p>En primer lugar, todos los alumnos respondieron un <a href="https://core.ac.uk/download/pdf/71005506.pdf">cuestionario de regulación metacognitiva musical</a> que mide si planifican sus prácticas, si detectan errores y si evalúan su progreso. </p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/los-estudiantes-no-pueden-vivir-sin-musica-como-acercar-la-que-ensenamos-a-la-que-escuchan-214041">Los estudiantes no pueden vivir sin música: cómo acercar la que enseñamos a la que escuchan</a> </strong> </em> </p> <hr> <p>A continuación, durante dos semanas, se entrenó a los estudiantes en el uso de rutinas de pensamiento para fomentar la pausa y la reflexión. Así, antes de iniciar la práctica musical se preguntaban: ¿conozco la estructura de la pieza? ¿He escuchado alguna versión? </p> <p>Mientras tocaban: ¿empiezo con una velocidad suficientemente lenta? ¿anoto las dudas o dificultades? Y al finalizar: ¿sé cómo quiero que suene? ¿Puedo tocarlo con metrónomo o con un <em>play along</em> (una pista musical de acompañamiento)? Tras el periodo de práctica, volvieron a responder al cuestionario.</p> <p>El análisis confirmó mejoras estadísticamente significativas en todas las puntuaciones de autorregulación. Todos los alumnos fueron más estratégicos en su planificación, ofrecían soluciones más creativas ante las dificultades y eran más críticos en su autoevaluación. No solo sentían que estudiaban mejor, sino que su método de estudio había cambiado.</p> <h2>Circuitos motores más corteza prefrontal</h2> <p>Los hallazgos apuntan a la posibilidad de dar un <a href="https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/10298649241275614">giro a la forma de estudiar y enseñar música</a>. La práctica basada la repetición automática, que activa los circuitos motores, debe estar unida a una práctica estratégica que involucre activamente la corteza prefrontal. </p> <p>De este modo, se entrena y habilita la creatividad, pues al construir una base sólida de conocimiento, técnica y capacidad de decisión, el aprendiz desarrolla su brújula interna para producir algo único y personal. El aprendizaje musical se convierte en un proceso mucho más creativo, profundo y motivador.</p> <h2>Creatividad: el capitán del barco</h2> <p>La creatividad no aparecerá por arte de magia tras una práctica más eficiente, sino porque al autorregular el estudio se activa la corteza prefrontal, “el capitán del barco”, es decir, la región cerebral encargada de planificar, tomar decisiones y evaluar resultados.</p> <p>Cuando el músico deja de repetir de forma automática y empieza a analizar conscientemente qué está haciendo –por qué un pasaje no fluye, qué emoción quiere transmitir, o cómo variar la dinámica para lograrlo– involucra redes cerebrales asociadas al pensamiento divergente y la resolución de problemas. La técnica se conecta con la intención expresiva: el intérprete ya no se limita a ejecutar notas, sino que piensa, elige y crea.</p> <p>La próxima vez que escuchen a un músico brillante, reflexionen sobre la invisible pero poderosa orquestación de su mente. Seguro que detrás de cada nota hay horas de práctica deliberada, pero unidas a una estrategia consciente y poderosa.</p> <hr> <p><em>El estudio en el que se basa este artículo se pudo realizar gracias a la ayuda del docente Francisco Javier Folch Segarra.</em></p><img src="https://counter.theconversation.com/content/266000/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p> La autorregulación aplicada al aprendizaje musical permite transformar la práctica para dominar la técnica en expresión creativa y la intención expresiva. Fátima Olivares Iglesias, Psicologia y Ciencias de la Educación, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja Patricia Rosell Negre, Personal Docente e Investigador en Educación, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/262265 2025-11-03T17:45:08Z 2025-11-03T17:45:08Z ¿En qué se parecen un hospital sueco, un alemán y un español? <p>Cuando se diseña un hospital, ¿se valora más el número de camas o los metros cuadrados por habitación? ¿A qué se da prioridad? ¿Se hace igual en España que en Alemania o Suecia? ¿Existen diseños más eficientes que otros?</p> <p>La comparación de métricas (<em>benchmarking</em>) entre proyectos es una práctica habitual en el campo de la salud. Pero no suele ser común para comparar edificios, y menos aún los hospitales, más complejos.</p> <p>Una <a href="https://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1177/19375867241239324">encuesta internacional</a> reciente en cinco idiomas distintos (inglés, sueco, italiano, alemán y español) nos aclara qué datos se usan para planificar y diseñar hospitales, y cómo varían según el país o el tipo de organización.</p> <h2>¿Qué se compara exactamente?</h2> <p>Los datos relacionados con superficies son los más valorados en todo el mundo, ya sea superficie por departamento, superficie por habitación o metros cuadrados por cama. También se tienen en cuenta el tipo de cliente (público o privado), el año de construcción y si se trata de una obra nueva o una reforma.</p> <p>Los datos sobre costes resultan igualmente relevantes. En especial, el coste por metro cuadrado construido. Otros indicadores interesantes son la duración de la estancia, el tipo de paciente, las especialidades médicas y la distribución de las habitaciones.</p> <h2>¿Qué ventajas y límites tiene comparar proyectos?</h2> <p>Comparar usando datos de otros hospitales permite tomar mejores decisiones. No solo porque ayuda a identificar diseños más eficientes, sino también porque permite descubrir buenas prácticas, mejorar la comunicación con el cliente y reducir errores. </p> <p>No obstante, algunos profesionales creen que usar demasiados estándares puede limitar la creatividad. Otros alertan de que los datos pueden estar desactualizados o no ser comparables entre países. Además, muchas veces las empresas no comparten información fuera de su entorno, lo que dificulta la creación de bases de datos abiertas.</p> <p>Por otro lado, algunos países exportan más conocimiento que otros. Profesionales del diseño hospitalario de Estados Unidos, Alemania, Italia, España o Suecia acostumbran a trabajar fuera de sus fronteras. En cambio, es raro que estos países reciban a profesionales del exterior. Por eso, se dice que estos países exportan conocimiento, mientras que regiones como Sudamérica, África, Asia u Oriente Medio la importan con más frecuencia.</p> <figure class="align-center zoomable"> <a href="https://images.theconversation.com/files/683440/original/file-20250801-56-dp0p4i.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1000&amp;fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/683440/original/file-20250801-56-dp0p4i.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/683440/original/file-20250801-56-dp0p4i.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=347&amp;fit=crop&amp;dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/683440/original/file-20250801-56-dp0p4i.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=347&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/683440/original/file-20250801-56-dp0p4i.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=347&amp;fit=crop&amp;dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/683440/original/file-20250801-56-dp0p4i.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=436&amp;fit=crop&amp;dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/683440/original/file-20250801-56-dp0p4i.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=436&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/683440/original/file-20250801-56-dp0p4i.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=436&amp;fit=crop&amp;dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a> <figcaption> <span class="caption">Exportación de conocimiento sobre arquitecutra hospitalaria entre países. Relación del país de procedencia de las personas encuestadas en el estudio y los países donde trabajan.</span> <span class="attribution"><span class="source">Silja Viergutz HK, Cambra-Rufino L, Apple M, Heithoff A, Lindahl G, Capolongo S, Brambilla A. Benchmarking Relevance for Hospital Design and Planning: An International Web-Based Survey. HERD. 2024 Jul;17(3):189-208. doi: 10.1177/19375867241239324. Epub 20</span></span> </figcaption> </figure> <p>En definitiva, a pesar de las diferencias culturales y geográficas, tanto el hospital sueco, como el alemán y el español se enfrentan a desafíos similares. El envejecimiento de la población, los rápidos avances en la tecnología médica y las crisis sanitarias exigen rediseñar nuestras infraestructuras. En este escenario, compartir métricas de referencia entre países no solo permitiría aprender unos de otros, sino también orientar de manera más eficiente la inversión de los recursos destinados al futuro de los hospitales.</p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/como-mejorar-el-diseno-de-los-hospitales-161824">¿Cómo mejorar el diseño de los hospitales?</a> </strong> </em> </p> <hr> <img src="https://counter.theconversation.com/content/262265/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>Laura Cambra Rufino ha recibido fondos públicos durante su etapa predoctoral (contrato FPU Ministerio) y postdoctoral (Margarita Salas).</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Hannah-Kathrin Viergutz no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p> Un estudio internacional revela qué métricas se comparan a la hora de construir un hospital. Laura Cambra Rufino, Profesora Arquitectura, Universidad Politécnica de Madrid (UPM) Hannah-Kathrin Viergutz, Estudiante de doctorado, TU Wien Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/267148 2025-11-03T17:45:06Z 2025-11-03T17:45:06Z Cómo autocontrolar la presión arterial sin cometer errores <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/699445/original/file-20251030-74-mo88lc.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=0%2C0%2C5399%2C3599&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption"></span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/woman-checking-blood-pressure-measurements-on-2622542843">Fernando Avendano/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>La hipertensión es traicionera: normalmente no avisa. Solo midiéndola correctamente con regularidad podemos detectarla, hacer seguimiento y evitar que se complique dando lugar a enfermedades cardiovasculares, que <a href="https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/cardiovascular-diseases-(cvds)">son la primera causa de muerte en el mundo</a>. </p> <p>Lo malo es que, según la Organización Mundial de la Salud, <a href="https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/hypertension">una de cada tres personas adultas tiene la tensión elevada y más de la mitad lo desconoce</a>. La evidencia muestra que <a href="https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC9904446/">hasta un 80-90 % de las dudas en el diagnóstico o el control podrían resolverse mediante mediciones realizadas por el propio paciente</a>, siempre que se sigan criterios correctos y se utilicen dispositivos validados.</p> <h2>El autocontrol de la presión arterial es un reto</h2> <p>Medirse a uno mismo la presión arterial (AMPA, siglas de Automedición de la Presión Arterial), pese a parecer sencillo, es una tarea rodeada de errores frecuentes. Para colmo, en ocasiones usamos dispositivos de dudosa validez.</p> <p>Tiene como ventaja que ofrece valores más representativos de la presión arterial real, <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/B9780323883696000128">evitando el “efecto de bata blanca”</a>, que puede dar cifras de tensión alta en la consulta, o <a href="https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC5733331/">la “hipertensión enmascarada”</a>, que se produce cuando las mediciones son normales en el centro sanitario pero altas en casa. Medir la tensión arterial en el entorno doméstico, habitual, predice mejor el riesgo cardiovascular.</p> <p>Además, la automedición fomenta la participación activa del paciente, mejora la adherencia al tratamiento y reduce la necesidad de visitas clínicas, además de contribuir a la prevención incluso en personas sin hipertensión.</p> <h2>Quién puede realizar la automedición</h2> <p>Antes de recomendar la AMPA, los profesionales deben valorar si el paciente o su cuidador son candidatos adecuados. Deben descartarse limitaciones físicas o cognitivas que impidan el manejo del aparato, y evitarla en casos de arritmias graves, temblores intensos o un alto nivel de nerviosismo ante la toma. </p> <p>Además, el paciente debe aprender el uso del dispositivo, la frecuencia de medición y las condiciones adecuadas mediante una correcta educación sanitaria. Sin una formación correcta, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/36114104/">la automedición puede generar errores o ansiedad</a>.</p> <p>Las guías <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/38914505/">aconsejan realizarla durante siete días consecutivos</a>, tres veces por la mañana y tres por la noche, descartando el primer día y calculando la media del resto. Para el seguimiento a largo plazo, bastaría con repetirla uno o dos días por semana.</p> <h2>Errores frecuentes que alteran los resultados</h2> <p>Los <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/38914505/">fallos más comunes</a> se deben a factores internos (estrés, dolor, arritmias) o externos (postura incorrecta, manguito inadecuado o falta de reposo).</p> <p>La medición debe hacerse en una habitación tranquila con una temperatura entre 20 y 25 ºC, tras cinco minutos de reposo, evitando comer, fumar o hacer ejercicio media hora antes. El brazo debe apoyarse a la altura del corazón, la espalda recta y los pies en el suelo. El manguito ha de colocarse directamente sobre la piel, ajustado pero sin comprimir.</p> <p>Los dispositivos de muñeca solo son recomendables cuando el de brazo no puede usarse. En la primera sesión se aconseja medir ambos brazos y tomar como referencia el que muestre valores más altos.</p> <h2>No todos los dispositivos son iguales</h2> <p>Muchos dispositivos, incluidos relojes inteligentes y aplicaciones móviles, no han sido validados ni calibrados según los estándares internacionales.</p> <p>Un error de pocos milímetros de mercurio puede alterar un diagnóstico. Por ello, los tensiómetros para AMPA deben ser automáticos, de brazo y con marcado CE. Su exactitud debe estar respaldada por protocolos de validación reconocidos, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29384983/">como el acuerdo AAMI/ESH/ISO</a>, y figurar en las listas de dispositivos validados de iniciativas como STRIDE BP.</p> <p>Las guías recomiendan revisarlos al menos una vez al año para asegurar su calibración. </p> <h2>La salud digital como aliada</h2> <p>Las nuevas tecnologías han abierto un escenario prometedor. La llamada M-Salud permite monitorizar la presión arterial mediante aplicaciones, relojes inteligentes y plataformas digitales. Se estima que la mitad de los usuarios de teléfonos recopilan información sobre su salud y uno de cada cinco utiliza una <em>app</em> sanitaria.</p> <p>En la hipertensión, estas herramientas ayudan a reducir la presión arterial en torno a 5 mmHg, mejoran la adherencia al tratamiento y aumentan la conciencia sobre factores que influyen en la tensión, como el estrés o la actividad física. Además, facilitan la comunicación entre pacientes y profesionales y reducen costes sanitarios al evitar visitas innecesarias.</p> <p>Aun así, no todas las aplicaciones son fiables. Es fundamental elegir aquellas basadas en evidencia científica y con respaldo de instituciones sanitarias.</p> <p>En un mundo donde las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de muerte, promover el conocimiento ciudadano sobre cómo y cuándo medirse la tensión es una herramienta poderosa de prevención.</p> <p>Medir bien la tensión no es un gesto trivial: es una forma de participar activamente en el propio cuidado y de reducir el impacto de la hipertensión en la población.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/267148/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>Victoria Mazoteras Pardo no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p> Cada vez más personas se toman la tensión en casa, aunque no siempre de forma correcta. Hacerlo bien puede marcar la diferencia en la prevención de enfermedades cardiovasculares. Victoria Mazoteras Pardo, PROFESORA TITULAR DE UNIVERSIDAD, Universidad de Castilla-La Mancha Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/268312 2025-11-03T17:40:23Z 2025-11-03T17:40:23Z Reptiles, los grandes olvidados: cómo mejorar su bienestar ayuda a cambiar su mala imagen <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/700007/original/file-20251103-81-ac17fa.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=0%2C0%2C1920%2C1280&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption">Una familia de escincos (_Egernia stokesii_) en el zoo de Londres.</span> <span class="attribution"><span class="source">Alicia Bartolomé</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span></figcaption></figure><p>Los reptiles tienen mala reputación. ¿Cuántas veces hemos visto a una serpiente como símbolo del mal u otro animal escamoso en el papel del villano? En Occidente solemos asociarlos con el pecado y la traición, imagen heredada de la tradición judeocristiana. Sin embargo, sería un error pensar que esta ha sido la visión predominante en todas las culturas. Cocodrilos, serpientes, tortugas… todos han sido dioses, guardianes o símbolos de transformación en distintos folclores. </p> <p>A pesar de esta riqueza cultural, muchas creencias populares sobre reptiles siguen siendo negativas. Aunque el folclore haya influido en nuestra percepción, su impacto resulta difícil de precisar. De hecho, la aversión hacia los reptiles parece derivar de una combinación de factores evolutivos y socioculturales.</p> <p><a href="https://doi.org/10.1111/1467-8721.01211">Estudios en primates</a> sugieren que estamos predispuestos a temer ciertas características de las serpientes por su potencial peligrosidad. Por otro lado, la falta de expresiones faciales y su disimilitud con los humanos contribuyen a su percepción como animales extraños y poco inteligentes. </p> <p>Por último, los reptiles son un grupo diverso del cual sabemos relativamente poco, algo que, junto a su mala imagen, puede influir en su trato.</p> <h2>Invisibles, pero presentes</h2> <p>Aunque suelen pasar desapercibidos frente a aves y mamíferos, los reptiles conviven con nosotros. En el último <a href="https://www.understandinganimalresearch.org.uk/news/eu-wide-animal-research-statistics-2022">informe de la Unión Europea</a> (2022) sobre animales utilizados en investigación, el 0,1 % fueron reptiles. Aunque parezca poco, implica a más de 4 500 individuos, un número que ha crecido casi un 200 % en cuatro años. Además, estos datos solo incluyen animales en procedimientos autorizados, excluyendo reptiles capturados temporalmente. </p> <p>Este número indeterminado de animales es a menudo alojado en condiciones deficientes que no cubren sus necesidades básicas, un problema que no solo afecta a animales retenidos transitoriamente. Los reptiles mascota o que habitan en zoológicos suelen pasar toda su vida en cautividad. Aunque escasos, <a href="https://doi.org/10.3390/ani11102964">varios estudios</a> indican que sus necesidades rara vez se satisfacen, derivando en problemas de salud o comportamentales, como la interacción repetitiva con los cristales del terrario, que puede provocar lesiones en el hocico.</p> <h2>Estrategias para mejorar su bienestar</h2> <p>El <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Enriquecimiento_ambiental">enriquecimiento ambiental</a> surgió para paliar estas deficiencias y ofrecer a los animales algo que hacer en entornos apenas cambiantes. Hoy es un campo de estudio y una herramienta para mejorar su bienestar. Sus objetivos van más allá de paliar carencias: buscan que los animales prosperen. </p> <p>En la práctica, implica añadir cambios en el entorno (juguetes, estructuras, estimulación sensorial o social) que promuevan comportamientos naturales. La clave no está solo en introducir cambios, sino en ajustarlos a las necesidades específicas de cada especie y comprobar que realmente mejoran su bienestar.</p> <figure class="align-right zoomable"> <a href="https://images.theconversation.com/files/698434/original/file-20251024-56-k2iqct.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1000&amp;fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/698434/original/file-20251024-56-k2iqct.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=237&amp;fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/698434/original/file-20251024-56-k2iqct.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=900&amp;fit=crop&amp;dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/698434/original/file-20251024-56-k2iqct.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=900&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/698434/original/file-20251024-56-k2iqct.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=900&amp;fit=crop&amp;dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/698434/original/file-20251024-56-k2iqct.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=1131&amp;fit=crop&amp;dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/698434/original/file-20251024-56-k2iqct.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=1131&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/698434/original/file-20251024-56-k2iqct.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=1131&amp;fit=crop&amp;dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a> <figcaption> <span class="caption">El entrenamiento se considera una forma de enriquecimiento. En la imagen, un cocodrilo del Nilo (<em>Crocodylus niloticus</em>) está siendo entrenado para esperar a escuchar un silbato antes de lanzarse a por la comida.</span> <span class="attribution"><span class="source">Alicia Bartolomé</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span> </figcaption> </figure> <p>En un <a href="https://doi.org/10.1017/awf.2023.43">estudio</a> derivado de mi tesis doctoral abordamos la escasa atención que los reptiles han recibido en este campo. Primero, contactamos con zoológicos europeos para evaluar cómo aplican el enriquecimiento. Aunque la mayoría lo llevaban a cabo, muchas de las prácticas llamadas de “enriquecimiento” no iban más allá de cubrir necesidades básicas, como mantener un gradiente térmico adecuado. </p> <p>A continuación, diseñamos y evaluamos propuestas de enriquecimiento para dos especies de lagartijas del <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Podarcis">género <em>Podarcis</em></a>. Uno consistió en introducir en los terrarios olores (en trozos de papel) de otros individuos, estímulos naturales que estas lagartijas exploran diariamente en el campo. Otro consistió en un tocón de madera con agujeros que las lagartijas debían trepar y explorar para encontrar comida. Por último, incrementamos la complejidad estructural y térmica del terrario, añadiendo plataformas a diferentes alturas.</p> <p>Para evaluar los efectos del enriquecimiento sobre el bienestar de las lagartijas, observamos su comportamiento. Cuando el terrario estaba enriquecido, se rozaban menos contra el cristal, reduciendo el riesgo de lesiones. También dedicaban más tiempo a moverse y sacar la lengua, comportamientos que reflejan un aumento de la exploración en respuesta a nuevos estímulos. Los animales tenemos una motivación innata por investigar y obtener información, y esa exploración puede resultar gratificante por sí misma. </p> <p>Además, también medimos la corticosterona, una hormona del estrés (como el cortisol) que puede analizarse en heces de forma no invasiva. Vimos que sus niveles aumentaban con el tiempo en cautividad, excepto durante las fases de enriquecimiento, lo que sugiere que este atenúa la respuesta al estrés. Aunque preliminares, los datos apuntan a un impacto fisiológico positivo del enriquecimiento en estas lagartijas.</p> <figure class="align-center zoomable"> <a href="https://images.theconversation.com/files/698435/original/file-20251024-56-abtnep.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1000&amp;fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/698435/original/file-20251024-56-abtnep.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/698435/original/file-20251024-56-abtnep.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=404&amp;fit=crop&amp;dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/698435/original/file-20251024-56-abtnep.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=404&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/698435/original/file-20251024-56-abtnep.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=404&amp;fit=crop&amp;dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/698435/original/file-20251024-56-abtnep.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=508&amp;fit=crop&amp;dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/698435/original/file-20251024-56-abtnep.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=508&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/698435/original/file-20251024-56-abtnep.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=508&amp;fit=crop&amp;dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a> <figcaption> <span class="caption">Un macho de lagartija roquera (<em>Podarcis muralis</em>) en el laboratorio, subido al tocón nutricional, uno de los enriquecimientos evaluados.</span> <span class="attribution"><span class="source">Alicia Bartolomé</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span> </figcaption> </figure> <h2>Un largo camino por recorrer</h2> <p>Los hallazgos pueden contribuir a mostrar lo errónea que es la imagen estereotipada de los reptiles. La evidencia indica que son animales con capacidades cognitivas y vidas sociales complejas –<a href="https://doi.org/10.1016/j.cub.2014.10.027">exhibiendo incluso conductas de juego</a>– y que tienen más necesidades de las que les reconocemos. </p> <p>Aunque quede mucho por hacer, los reptiles y otros animales tradicionalmente ignorados despiertan cada vez más interés. La situación actual así lo exige. <a href="https://doi.org/10.1038/s41467-020-18523-4">La mayoría de reptiles cautivos provienen del comercio de especies</a>, un negocio rentable para algunos, pero que se cobra muchas vidas. </p> <p>Hasta un 36 % de las especies de reptiles son comercializadas, a menudo de manera ilegal. De muchas, apenas conocemos nada de su biología y comportamientos, y sin embargo comerciamos con ellas como si fuesen objetos de colección. Su sufrimiento queda en segundo plano: antes de su venta, los ejemplares son mantenidos en condiciones insalubres, sin considerar requerimientos de espacio, nutrición, temperatura o humedad. </p> <p>Tras su venta, la tasa de muerte prematura supera el 70 %. Además de los problemas de bienestar, el comercio de animales exóticos también produce perjuicios ecológicos, como la sobreexplotación o la introducción de especies invasoras.</p> <p>En este contexto, el enriquecimiento ambiental es una oportunidad para educar y concienciar, ayudando a comprender mejor el comportamiento, capacidades y necesidades de animales a menudo ignorados. Mientras sigamos manteniendo animales en cautividad, garantizar su bienestar será nuestra obligación moral.</p> <hr> <p><em>Artículo ganador del I Premio de Comunicación Científica de la Universitat de València en la modalidad de Ciencias Básicas</em></p> <hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/268312/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>Alicia Bartolomé ha recibido fondos del Ministerio de Universidades (contrato predoctoral). </span></em></p> Tenemos una percepción estereotipada de los reptiles como animales extraños y poco inteligentes que no se corresponde con la realidad y que puede influir en el trato deficiente que reciben en cautividad. Alicia Bartolomé, Investigadora Doctora en Etología y Bienestar Animal, Universitat de València Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/268258 2025-11-03T17:40:20Z 2025-11-03T17:40:20Z Los parques no son solo para el verano <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/699134/original/file-20251029-66-6moge2.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=211%2C0%2C3825%2C2549&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption">Parque de la Ciutadella, en Barcelona.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/barcelona-spain-december-18-parc-de-92597326">Nito/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Con las olas de calor del pasado verano en España, se ha hablado tanto sobre los <a href="https://theconversation.com/topics/refugios-climaticos-140561">refugios climáticos</a> urbanos que incluso esa expresión se ha hecho ya popular entre los ciudadanos, oyéndose con frecuencia esos términos en cualquier conversación cotidiana. </p> <p>Las redes de refugios climáticos existentes en algunas ciudades están integradas por diferentes espacios o equipamientos municipales, algunos interiores, como bibliotecas o centros cívicos, y otros exteriores, como parques, jardines o interiores de manzana. Es previsible que su número siga aumentando.</p> <p>Es en este contexto cuando no está de más recordar las razones que explican por qué los parques y jardines urbanos siguen siendo el refugio climático natural por excelencia, el más sostenible. <a href="https://doi.org/10.1016/j.ufug.2024.128408">Tal como se ha comprobado para Barcelona</a>, la mayoría de las personas adultas de más edad (54 %) prefieren utilizarlos de forma habitual para mitigar el calor. No obstante, también ofrecen en los meses más fríos otras ventajas socioambientales: mitigan el frío y el viento, <a href="https://doi.org/10.3390/atmos15040426">mejoran la calidad del aire</a>, <a href="https://doi.org/10.1016/j.scs.2025.106506">atenúan el ruido</a> y sirven de lugar de encuentro. </p> <h2>Árboles para el verano y árboles para el invierno</h2> <p>Los parques y espacios verdes desempeñan un importante papel en las ciudades, ya que amortiguan las oscilaciones de temperatura, aportan oxígeno a la atmósfera urbana, refrescan el aire y moderan las velocidades extremas de viento.</p> <p>El diseño de la vegetación en los parques urbanos puede adecuarse para interceptar la radiación solar en situaciones de excesivo calor, o bien para no interferirla cuando lo que se desea es el efecto opuesto. </p> <p>Los árboles, por ejemplo, interceptan cantidades de radiación solar directa que varían dependiendo de la densidad de su follaje, del tipo de copa y de si forman una capa o dosel suficientemente espeso. De la radiación que incide, una parte es reflejada (10-25%), mientras que entre un 15 y un 35 % queda absorbida por el árbol para utilizarla en los procesos de transpiración y fotosíntesis durante las horas de máxima insolación, dejando pasar, finalmente, entre un 30 y un 50 %. </p> <p>Algunas especies de los géneros <em>Acer</em> y <em>Quercus</em>, como el arce y el roble, pueden llegar a absorber y reflejar en torno al 90 % de la radiación directa. </p> <p>En los climas templados de latitudes medias, la necesidad de interceptar parte de la radiación solar directa varía según la época estacional. En los meses cálidos es deseable reducir al máximo la cantidad de radiación incidente que llega a la superficie. En cambio, en los meses fríos, será al contrario. Por esta razón son recomendables los grandes árboles de hoja caduca (plátano de sombra, almez, sófora, tipuana…), ya que se comportan como “persianas perfectas”: proporcionan sombra en verano y, en cambio, dejan pasar en mayor medida la radiación en invierno.</p> <figure class="align-center zoomable"> <a href="https://images.theconversation.com/files/699979/original/file-20251103-56-s5yfta.JPG?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1000&amp;fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/699979/original/file-20251103-56-s5yfta.JPG?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/699979/original/file-20251103-56-s5yfta.JPG?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=402&amp;fit=crop&amp;dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/699979/original/file-20251103-56-s5yfta.JPG?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=402&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/699979/original/file-20251103-56-s5yfta.JPG?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=402&amp;fit=crop&amp;dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/699979/original/file-20251103-56-s5yfta.JPG?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=505&amp;fit=crop&amp;dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/699979/original/file-20251103-56-s5yfta.JPG?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=505&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/699979/original/file-20251103-56-s5yfta.JPG?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=505&amp;fit=crop&amp;dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a> <figcaption> <span class="caption">Plátanos de sombra.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Platanus.JPG">Tiago Fioreze/Wikimedia Commons</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span> </figcaption> </figure> <h2>Efectos en la precipitación y el viento</h2> <p>El arbolado urbano también participa en el control de la precipitación, al interceptar una parte y, con ello, aminorar el impacto de las gotas en el suelo. </p> <p>Los árboles y las plantas, debido al proceso de transpiración, desprenden vapor de agua a través de los estomas (poros) de las hojas, por lo que son indispensables para rehidratar el ambiente excesivamente seco del medio urbano. </p> <p>Los árboles pueden reducir, asimismo, la velocidad del viento y crear áreas protegidas, interfiriendo en los procesos de enfriamiento del aire por la evaporación. Con ellos se puede controlar el viento ya sea por obstrucción, conducción, desviación o filtración. El efecto y el grado de control varían, en todo caso, con el tamaño de las especies, así como con su forma y densidad. <a href="https://doi.org/10.46932/sfjdv6n2-006">Árboles de hoja perenne, como los cipreses, se emplean como cortavientos</a>.</p> <h2>Amortiguación de la temperatura</h2> <p>La vegetación concentrada en los parques y jardines influye también directamente sobre la temperatura de la ciudad, amortiguando los valores elevados del verano y, en especial, disminuyendo la intensidad del efecto de la <a href="https://theconversation.com/que-es-el-fenomeno-de-la-isla-de-calor-urbana-y-como-puede-afectar-a-la-salud-206881">isla de calor urbano</a>. </p> <figure class="align-right zoomable"> <a href="https://images.theconversation.com/files/699974/original/file-20251103-66-5t4snd.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1000&amp;fit=clip"><img alt="Mapa de temperaturas que muestra un color azul dentro del Parque de la Ciutadella por su temperatura más baja" src="https://images.theconversation.com/files/699974/original/file-20251103-66-5t4snd.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=237&amp;fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/699974/original/file-20251103-66-5t4snd.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=867&amp;fit=crop&amp;dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/699974/original/file-20251103-66-5t4snd.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=867&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/699974/original/file-20251103-66-5t4snd.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=867&amp;fit=crop&amp;dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/699974/original/file-20251103-66-5t4snd.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=1090&amp;fit=crop&amp;dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/699974/original/file-20251103-66-5t4snd.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=1090&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/699974/original/file-20251103-66-5t4snd.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=1090&amp;fit=crop&amp;dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a> <figcaption> <span class="caption">Mapa de temperaturas del Parque de la Ciutadella (Barcelona). El color azul indica temperaturas más frescas.</span> <span class="attribution"><span class="source">Moreno García y Baena (2019)</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span> </figcaption> </figure> <p>Así, es frecuente que en los parques (sobre todo, si son de ciertas dimensiones) se observe una significativa disminución de la temperatura en comparación con los lugares edificados de alrededor. Este efecto queda reflejado en los mapas de temperaturas de algunas ciudades, donde los parques aparecen como islas, islotes o células de frescor, con una menor temperatura, una mayor humedad relativa y producción de oxígeno. </p> <p>El efecto se deja sentir, sobre todo, con vientos débiles o en calma y en noches claras o despejadas, justo cuando la isla de calor urbana está bien desarrollada. En ocasiones, la diferencia térmica provoca ligeros flujos de aire fresco que se extienden por las calles próximas, llamados “brisas de parque”.</p> <p>En las ciudades españolas este efecto microclimático se conoce particularmente bien en el caso de Madrid, con varios estudios sobre el Parque de El Retiro, la Casa de Campo y otros. En un parque característicamente urbano como El Retiro (120 hectáreas de extensión) es bastante frecuente la <a href="https://doi.org/10.3989/egeogr.1992.i207.217">aparición de una célula fresca de varios grados de diferencia en relación con las temperaturas de los barrios limítrofes</a>.</p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/el-retiro-de-madrid-un-oasis-urbano-que-actua-como-climatizador-frente-al-calor-120053">El Retiro de Madrid, un oasis urbano que actúa como climatizador frente al calor</a> </strong> </em> </p> <hr> <p>De igual modo ocurre en el caso de Barcelona, con algunos de sus parques como el Turó Parc o el Parque de la Ciutadella. En este último, el más extenso de la ciudad (31 hectáreas), <a href="https://doi.org/10.48044/jauf.2019.009">se ha llegado a medir a primeras horas de la noche una diferencia térmica de algo más de 5 °C entre un punto central del parque y las calles de su entorno</a>.</p> <p>Los parques urbanos son, por tanto, un elemento indispensable en el proceso de reverdecimiento de las ciudades. Un auténtico refugio climático natural que hay que seguir cuidando y fomentando.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/268258/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>María Del Carmen Moreno Garcia no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p> Además de refrescar el ambiente en verano, el arbolado urbano amortigua el viento y mejora la calidad del aire. María Del Carmen Moreno Garcia, Profesora jubilada honorífica en el Área de Geografía Física, Universitat de Barcelona Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/267771 2025-11-03T17:31:34Z 2025-11-03T17:31:34Z Cuando los subtítulos y el doblaje de una película no coinciden (ni tienen por qué) <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/697552/original/file-20251021-66-2c0lq4.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=0%2C58%2C999%2C666&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption">En _Cantando bajo la lluvia_ el personaje de Debbie Reynolds acaba teniendo que doblar a la protagonista de la película que están rodando.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.imdb.com/es-es/list/ls594491423/mediaviewer/rm2594344961/">IMDB</a></span></figcaption></figure><p>La necesidad de traducir películas es tan antigua como el cine sonoro. Desde principios de los años 20 del siglo pasado se empezaron a escuchar, casi como si fuera magia, las voces de los personajes que se veían en la pantalla grande. </p> <p>Sin embargo, con esa nueva tecnología, surgió también un nuevo problema: “¿qué estaban diciendo esos actores y actrices?”. En la mayoría de las películas se hablaba inglés, pues Hollywood era uno de los mayores exportadores de la época, por lo que, en nuestro caso, para aquellos que no conocían el idioma hacía falta “trasladarlo” al español. </p> <p>Hay muchas formas (llamadas modalidades) de traducir un filme o una serie, pero las dos más conocidas son el doblaje y el subtitulado.</p> <h2>Diferencias entre modalidades</h2> <p>Cuando hablamos de doblaje, entendemos que, al ver el producto audiovisual, podemos escuchar las voces de los personajes en nuestro idioma tras haber sido traducidas y reinterpretadas por actores. Por el contrario, con los subtítulos escuchamos las voces originales y lo que dicen está escrito en pantalla, normalmente en el idioma del receptor, aunque puede ser también el mismo que se habla. </p> <p>Muchas veces podemos elegir la modalidad que más nos guste en las salas de cine: en ocasiones preferimos disfrutar una película en nuestro idioma; en otras, queremos escuchar la actuación original. En casa, la mayor parte de las plataformas <em>online</em> ofrecen la posibilidad de elegir la versión que queramos.</p> <p>Sin embargo, llegar hasta ese punto, hasta entender la película en un idioma diferente al que fue creada, es más difícil de lo que parece. </p> <p>Los traductores audiovisuales no solo tienen que traducir lo que se dice, sino que deben ser muy cuidadosos con cómo se dice (el tono, el sentido, la ironía). Aunque importan mucho los diálogos, también lo hace la imagen, tanto los objetos que se ven en pantalla como los movimientos que hacen los actores u otros elementos. Por ejemplo, si un personaje asiente con la cabeza, no podemos traducir su frase en negativo. Tendremos que reformularla para expresarla en afirmativo, siempre dando la misma información que en el original.</p> <h2>¿Por qué a veces no coinciden?</h2> <p>Para complicarlo aún más, los elementos que hay que tener en cuenta no siempre coinciden en el doblaje y el subtitulado. </p> <p>Cuando traducimos para doblaje, debemos analizar el movimiento de la boca de los actores, si ellos aparecen en pantalla o no, e incluso si hay una voz en <em>off</em>. </p> <p>El subtitulado es algo diferente. Hay que tener en cuenta el espacio disponible en pantalla para escribir (¡no podemos llenarla de letras!) o la velocidad a la que aparecen y desaparecen las palabras, para que dé tiempo a leerlas bien. Entre otras cosas, se deben evitar las frases demasiado largas. </p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/como-aprender-y-ensenar-ingles-a-traves-de-la-traduccion-audiovisual-208422">¿Cómo aprender y enseñar inglés a través de la traducción audiovisual?</a> </strong> </em> </p> <hr> <p>A veces, las referencias culturales deben adaptarse al idioma del público y considerar si, en la escena que estamos traduciendo, hay algo en la imagen que requiera la atención del espectador.</p> <p>Además, es necesario recordar que es imposible leer a la misma velocidad a la que hablamos. Por tanto, en un doblaje se puede dar mucha más información que en los subtítulos, que son escritos. ¿Eso significa que con ellos perderemos información importante? Definitivamente, no. Aunque los subtítulos deban resumir el contenido, los traductores profesionales saben cómo reescribir las frases para que no se pierda nada importante. </p> <p>Por ejemplo, en inglés alguien comenta: “<em>I’ll be right back</em>” (que significa “Volveré enseguida”). En doblaje puede sonar “Ahora vuelvo” mientras que en los subtítulos puede poner “Vuelvo ya”. Todas las versiones dicen lo mismo, pero han sido adaptadas a cada formato.</p> <hr> <p><em><strong>¿Quiere recibir más artículos como este?</strong> <a href="https://theconversation.com/es/newsletters?promoted=suplemento-cultural-175">Suscríbase a Suplemento Cultural</a> y reciba la actualidad cultural y una selección de los mejores artículos de historia, literatura, cine, arte o música, seleccionados por nuestra editora de Cultura Claudia Lorenzo.</em></p> <hr> <h2>Preferencia personal</h2> <p>Sabiendo todo esto, ¿cuál es la forma “correcta” de ver un filme en un idioma diferente al nuestro? Pues no hay una respuesta acertada. O más bien, la respuesta es: “Ambas”. </p> <p>Tanto la modalidad de doblaje como la de subtitulado, siempre que las lleven a cabo traductores profesionales, ofrecen la información y el cuidado necesarios. Además, cada una de ellas aporta beneficios diferentes. El doblaje es cómodo, y proporciona cercanía y naturalidad, ya que imita nuestra forma de hablar. El subtitulado permite ver las actuaciones reales de los actores, y puede mejorar nuestra lectura. ¡Incluso puede motivarnos a practicar un idioma!</p> <p>La elección de una u otra no dependerá de cuál es mejor, sino de la voluntad del espectador y de la disponibilidad que exista. Incluso, en algunos casos, se pueden elegir ambas. Después de todo, el mundo audiovisual ofrece cada vez más posibilidades, ¿por qué no aprovecharlas todas?</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/267771/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>Marta González Quevedo no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p> A la hora de traducir una película desde su lenguaje original hay dos formas de hacerlo: con el objetivo de doblar los diálogos o de subtitular el filme. Y ambas opciones son diferentes. Marta González Quevedo, Profesora de la Facultad de Traducción e Interpretación de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/266954 2025-11-03T17:31:29Z 2025-11-03T17:31:29Z Si me ‘baiteas’ te ‘bursteo’: cómo puede influir el léxico de los videojuegos en el idioma español <p>La industria del videojuego ha experimentado en las últimas décadas un crecimiento exponencial. <a href="https://dev.org.es/images/stories/docs/2024_libro_blanco_dev.pdf">En España</a>, en 2023 el sector facturó más de 152 000 millones de euros contando las transacciones en tres plataformas: consolas, móviles y ordenador. A nivel global, son 3 422 millones de personas las que dedican parte de su ocio a estas actividades, un 4,5 % de la población mundial. Si agrupamos los habitantes de Estados Unidos, China y la India todavía nos faltarían 200 millones de personas para acercarnos a esa cifra.</p> <p>La lengua es un reflejo de la sociedad y también de los cambios en tendencias, gustos y hábitos de los hablantes. En la vigesimosegunda edición del <a href="https://www.rae.es/obras-academicas/diccionarios/diccionario-de-la-lengua-espanola-2001"><em>Diccionario de la lengua española</em></a>, de 2001, se añadió la palabra <em>videoconsola</em> con el sentido de ‘consola para videojuegos’. </p> <p>En la actual edición <a href="https://www.rae.es/noticia/la-rae-presenta-las-novedades-del-diccionario-de-la-lengua-espanola-en-su-actualizacion-236">se incorporaron, en el año 2022</a>, la palabra <em>videojugador</em> y la variante <em>videojugadora</em> con el sentido de ‘persona que juega a videojuegos, especialmente de forma habitual’. Son pequeñas muestras de que el léxico vinculado a este sector va permeando poco a poco en el español general.</p> <h2>Los híbridos ortográficos</h2> <p>Desde el año 2020, se publica anualmente la <a href="https://www.rae.es/obras-academicas/cronica-de-la-lengua-espanola"><em>Crónica de la lengua española</em></a>. En estas obras las academias de la lengua tanto de España como de los países Hispanoamericanos tratan, entre otros asuntos, cuestiones actuales sobre la lengua y la literatura españolas. En <a href="https://www.rae.es/sites/default/files/2024-03/Cronica%20de%20la%20lengua%20espanola%202020.pdf">la primera edición</a>, el académico Salvador Gutiérrez Ordóñez dedica un capítulo a los <em>híbridos ortográficos</em>, es decir, palabras que tienen elementos de lenguas distintas y que, en ocasiones, presentan peculiaridades con respecto a su ortografía.</p> <p>Dentro de este capítulo, Gutiérrez Ordóñez estudia el léxico de los jugadores de videojuegos y señala que, de manera regular, emplean híbridos ortográficos para referirse a procesos que ocurren dentro de la propia actividad. Lejos de lo que podría pensarse, esta práctica “no se trata de un fenómeno esporádico, sino de una técnica de formación muy común y generalizada”.</p> <p>En inglés, es habitual que <a href="https://ruc.udc.es/entities/publication/2c84e01e-03cd-461f-8e51-8117de6d1505">algunos sustantivos y verbos presenten la terminación -<em>ing</em></a>, como <em>camping</em>, <em>footing</em> u <em>overbooking</em>. Tal es el rendimiento de este sufijo que la lengua española, en ocasiones, permite crear híbridos que pasan por anglicismos camuflados, como <em>puenting</em> o, más recientemente, <em>balconing</em>. Lo que ocurre en ambos casos es que existe una base léxica española (<em>puente</em> y <em>balcón</em>, respectivamente), a la que se añade un sufijo de una lengua extranjera, -<em>ing</em>. Tenemos lo que Gutiérrez Ordóñez llama un <em>híbrido ortográfico</em>. </p> <h2>El caso de los videojuegos</h2> <p>La fórmula que emplean los <em>gamers</em> es inversa: se toma una base inglesa y se le añade un sufijo español que, sistemáticamente, parece ser -<em>ear</em>.</p> <p>En una pequeña investigación que no pretende ser exhaustiva, Gutiérrez Ordóñez cita hasta diecinueve palabras formadas con este esquema: <em>baitear</em> (de <em>bait</em> ‘cebo’), <em>banear</em> (de <em>ban</em> ‘prohibir’), <em>bindear</em> (de <em>bind</em> ‘ligar’), <em>bugeado</em> (de <em>bugs</em> ‘errores’), <em>burstear</em> (de <em>burst</em>, ‘ráfaga’), <em>carrear</em> (de <em>carry</em> ‘arrastrar’), <em>charmear</em> (de <em>charme</em> ‘encanto, encantar’), <em>chasear</em> (de <em>chase</em> ‘perseguir’), <em>craftear</em> (de <em>craft</em> ‘elaborar’), <em>dropear</em> (de <em>drop</em> ‘soltar, dejar caer’), <em>dupear</em> (de <em>dup</em> ‘engañar’), <em>farmear</em> (de <em>farming</em> ‘cultivar’), <em>feedear</em> (de <em>feed</em> ‘alimentar’), <em>ghostear</em> (de <em>ghost</em> ‘fantasma’), <em>grindear</em> (de <em>grind</em> ‘moler’), <em>junglear</em> (de <em>jungle</em> ‘jungla’), <em>kitear</em> (de <em>kite</em> ‘cometa’), <em>levelear</em> (de <em>level</em> ‘nivel’), <em>mainear</em> (de <em>main</em> ‘principal’). </p> <p>Pero hay que hacer algunos matices a su selección. La mayoría de estas palabras tienen un significado muy próximo al de la base inglesa, que de forma consistente se une al sufijo -<em>ear</em> para designar una práctica o acción. Por ejemplo, la palabra <em>burstear</em> <a href="https://editorialverbum.es/libro/diccionario-de-terminos-de-videojuegos/">se refiere</a> a la acción de ‘causar una gran cantidad de daño en muy poco tiempo’. Es razonable pensar que <a href="https://www.wordreference.com/enes/burst">la acepción de <em>burst</em></a> que se aplica en este contexto no sería sin embargo la que señala Gutiérrez Ordóñez, ‘ráfaga’, sino ‘reventar’, que suele ser lo que le ocurre al jugador o a un enemigo cuando le <em>burstean</em>.</p> <p>Por otro lado, la palabra <em>ghostear</em>, que en la jerga juvenil y en el contexto de las relaciones sentimentales se suele entender –bajo la forma <em>ghosting</em>– como ‘cortar la comunicación con una persona sin explicación’, no se emplea con este sentido en el mundo que nos ocupa. </p> <p>Es frecuente que los jugadores de videojuegos en línea profesionales sean también consumidores de <em>streaming</em>, por ejemplo en Twitch. Algunos de los mejores emiten sus partidas en directo, aunque estén compitiendo con otros. Y entre los espectadores, aficionados al videojuego o seguidores del <em>streamer</em>, pueden encontrarse precisamente los rivales, que aprovechan esta circunstancia para verlos al mismo tiempo que juegan contra ellos en directo, con el fin de aprovechar la ventaja que esto aporta. Esta práctica se conoce como <em>ghostear</em> o <em>snipear</em> (de <em>sniper</em> ‘francotirador’). </p> <h2>Las que ya se admiten</h2> <p>Desde luego, ni <em>ghosting</em> ni <em>ghostear</em> forman parte, de momento, del español general, pero hay otras candidatas que podrían dar el salto de categoría. </p> <p><em>Banear</em> significa ‘restringir a alguien el acceso a una plataforma o servicio’, de forma general, aunque también se aplica al contexto de los videojuegos. En un primer caso, <em>banear</em> alude a la restricción que se aplica a un jugador que emplea herramientas ilícitas en juegos en línea (lo que se conoce como <em>cheats</em> o <em>hacks</em>). Un segundo sentido se emplea en el contexto de un enfrentamiento entre jugadores que pueden usar varios personajes, y mutuamente <em>banean</em> a uno de esos individuos especialmente poderoso.</p> <p>Ya hay ejemplos de palabras vinculadas a la tecnología formadas a partir de este mecanismo y recientemente añadidas al <em>DLE</em>. Son los casos de <em>hackear</em> (<em>hack</em> y -<em>ear</em>), <em>textear</em> (<em>text</em> y -<em>ear</em>), <em>tipear</em> (<em>type</em> y -<em>ear</em>), <em>trolear</em> (<em>troll</em> y -<em>ear</em>) o <em>vapear</em> (<em>vape</em> y -<em>ear</em>). En el <a href="https://editorialverbum.es/libro/diccionario-de-terminos-de-videojuegos/"><em>Diccionario de términos de videojuegos</em></a> recogemos 52 híbridos ortográficos con base inglesa y sufijo -<em>ear</em>. Serán los hablantes quienes juzguen si alguna de estas palabras merece formar parte del español general a través del medio más democrático que tiene la lengua: el uso. </p> <hr> <p><em>La <a href="https://telos.fundaciontelefonica.com/como-el-lexico-de-los-videojuegos-puede-influir-en-el-espanol-general/">versión original de este artículo</a> ha sido publicada en la revista Telos, de Fundación Telefónica.</em></p> <hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/266954/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>Iván Ramírez Sánchez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p> El español cuenta con híbridos ortográficos que la incorpora al lenguaje a partir de otros idiomas. El mundo de los videojuegos ofrece ahora un léxico amplio que utilizar. Iván Ramírez Sánchez, Profesor de Lengua española, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/268720 2025-11-03T16:48:02Z 2025-11-03T16:48:02Z Extreme heat is driving up property prices in Spain’s cooler northern regions – new study <p>In August 2025, Spain suffered its worst heatwave since records began. It reinforced the fact that climate change is no longer a distant threat – it is real and present, and is directly impacting our cities, our health… and property prices. </p> <p><a href="http://dx.doi.org/10.2139/ssrn.5568658">Our recent study</a> offers an eye-opening look at how increasing temperatures are impacting Spain’s property markets, and transforming the value of housing. </p> <p>Although the study centres on Spain, the country’s striking climate diversity positions it as a bellwether for internal climate migration. Its eastern, southern, and inland regions experience hot, predominantly dry conditions, while the northern coast enjoys a markedly cooler Atlantic climate. Unlike international migration, people relocating within Spain face few legal or bureaucratic barriers – provided, of course, they can afford to do so.</p> <h2>Cool climate, hot property</h2> <p>Using data from Spain’s largest online property portal, Idealista, we analysed sale and rental prices in mainland Spain’s 47 provincial capitals between 2009 and 2024. We found that extreme heat is affecting property values. Specifically, each additional day over 35°C translates into a drop of €1.40 per square metre in sale prices, and €0.0059 in monthly rental prices within the same province. </p> <p>To put this in less abstract terms, the average-sized Spanish home is somewhere around 120 square metres. With around 700,000 homes for <a href="https://www.spanishpropertyinsight.com/2025/03/01/spanish-property-market-had-a-buoyant-2024-with-sales-at-a-near-record-high/">sale</a> or <a href="https://observatoriodelalquiler.org/espana-pierde-mas-de-96-000-viviendas-de-alquiler-en-2024/">rent</a> within the country in 2024, this equates to an annual loss of approximately €117.6 million per year in sales, and €500,000 in rental prices.</p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/generation-z-may-not-need-mortgages-heres-why-221544">Generation Z may not need mortgages, here's why</a> </strong> </em> </p> <hr> <h2>Who benefits from the heat?</h2> <p>According to our study, the country’s cooler regions stand to benefit from their neighbours’ high temperatures. Sale prices have risen in these areas by €2.80 per square metre, and rentals by €0.012, creating annual gains of around €235 million in sales and €1 million in rents. </p> <p>In short, extreme heat is reducing value in some areas, and raising it in others. Spain’s cooler regions stand to benefit economically from heatwaves elsewhere as their sale and rental prices increase.</p> <p>This displacement of value, which we can tie to patterns of internal climate migration, has profound implications for the future of city planning, property investment and regional planning. Is this a new form of climate gentrification? Will Spain’s coolest regions become its hottest property? Our study suggests that this is the case, and that the process is already well underway.</p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/heat-air-quality-insurance-costs-how-climate-change-is-affecting-our-homes-and-our-health-263278">Heat, air quality, insurance costs: how climate change is affecting our homes – and our health</a> </strong> </em> </p> <hr> <h2>Homes, climate change and local economies</h2> <p>Property markets are sensitive to climate risk. In countries like <a href="http://dx.doi.org/10.2139/ssrn.4613532">the US</a> and <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/joes.12651">China</a>, there have been well-documented falls in property prices in areas exposed to hurricanes, wildfires and floods. In <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0169809521002076">Spain</a>, extreme heat is exerting a silent yet persistent influence – while it is not destroying homes directly, it is eroding their appeal and value in the mid-term. </p> <p>This finding puts paid to the idea that financial and property markets are somehow immune to climate change. On the contrary, these are the areas where climate change will filter through to the everyday economy, and start having very real impacts on ordinary people’s finances. And when a region’s house prices fall due to extreme heat, it is not just homeowners who lose out – it also impacts the region’s tax income, infrastructure investment and social cohesion.</p> <p>The displacement of demand toward cooler provinces is a reflection of climate migration. While we generally associate this concept with international movement, it can also happen within a country. In Spain, extreme heat may well push people out of southern and inland areas toward the north or higher altitudes, where quality of life is seen as more sustainable.</p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/what-danish-climate-migration-drama-families-like-ours-gets-wrong-about-rising-sea-levels-259234">What Danish climate migration drama, Families Like Ours, gets wrong about rising sea levels</a> </strong> </em> </p> <hr> <p>Our study underscores the fact that these movements are not just demographic but also economic. The flows of property capital follow the movements of people. </p> <p>This means areas where the climate is seen as more hospitable can anticipate greater investment, but this could place pressure on prices. The risk is that, as these areas become more desirable, local populations will be shut out of the property market. This would, in turn, increase inequality in these areas.</p> <h2>Spain’s property future</h2> <p>The property market’s future will be resilient and sustainable, or it will not exist at all. The impact of extreme heat is already leaving its mark on property values, and this will only intensify over the coming years.</p> <p>The real question is no longer whether climate change will affect the market, but how we can respond to this challenge. We are faced with a choice: proactive policy changes, or inaction that will deepen inequalities and cause massive economic losses.</p> <p>Our study is a warning: climate change will transform Spain’s property market, affecting prices, investment and access to housing. Building climate risk into housing policy and financial strategy will be key to guaranteeing an equitable, sustainable and resilient society in the face of increasing heat and territorial inequality.</p> <p>Just like its towns and cities, Spain’s property market is on the front line of the climate crisis. What we do today will determine the social, economic and human value of housing in the future.</p> <hr> <figure class="align-left "> <img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/653322/original/file-20250305-56-uw659u.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=237&amp;fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/653322/original/file-20250305-56-uw659u.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=342&amp;fit=crop&amp;dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/653322/original/file-20250305-56-uw659u.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=342&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/653322/original/file-20250305-56-uw659u.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=342&amp;fit=crop&amp;dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/653322/original/file-20250305-56-uw659u.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=429&amp;fit=crop&amp;dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/653322/original/file-20250305-56-uw659u.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=429&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/653322/original/file-20250305-56-uw659u.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=429&amp;fit=crop&amp;dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"> <figcaption> <span class="caption"></span> </figcaption> </figure> <p><em>A weekly e-mail in English featuring expertise from scholars and researchers. It provides an introduction to the diversity of research coming out of the continent and considers some of the key issues facing European countries. <a href="https://theconversation.com/europe/newsletters?promoted=europe-newsletter-116">Get the newsletter!</a></em></p> <hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/268720/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p> Our study shows that climate change is increasing property values in the country’s cooler north, and reducing them in the hotter south. Simón Sosvilla-Rivero, Catedrático de Análisis Económico, Universidad Complutense de Madrid Adrian Fernandez-Perez, Assistant Professor in Finance, University College Dublin Marta Gómez-Puig, Professor of Economics, Universitat de Barcelona Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/268736 2025-11-03T16:24:48Z 2025-11-03T16:24:48Z La selección: metáforas que nos confunden <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/700067/original/file-20251103-66-1d4amk.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=0%2C137%2C3500%2C2333&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption"></span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/conceptual-technology-connections-big-data-binary-2505373259">HAKINMHAN/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Me van a decir que siempre hablo de inteligencia artificial y tienen razón. Lo hago sin querer, como una especie de exorcismo inconsciente, como si de tanto desgastar el término pudiera pulir y limpiar de todo eso que tiene que nos confunde. Empezando por la palabra “inteligencia” misma. ¿Qué ganamos y qué perdemos cuando la IA deja de ser un mero artefacto para convertirse, lingüísticamente, <a href="https://theconversation.com/metaforas-que-convierten-la-inteligencia-artificial-en-persona-nos-ayudan-o-nos-confunden-258455">en un <em>alter ego</em> humano</a>: un ente que “piensa”, “siente” e, incluso, “cuida” de las personas? </p> <p>La ciencia (y eso incluye a la filosofía, que sería algo así como la ciencia del amor al conocimiento) se ha volcado en los últimos cinco años en analizar las complejas implicaciones que tienen las nuevas herramientas digitales en nuestras vidas. Pueden servir para <a href="https://theconversation.com/del-hipertexto-a-la-inteligencia-artificial-viajes-por-la-literatura-digital-265993">algo tan bello como hacer poesía</a>, pero también para fines perversos, como facilitar la <a href="https://theconversation.com/esta-mi-hijo-hablando-con-un-pederasta-mientras-juega-en-roblox-264600">pederastia en plataformas de videojuegos <em>online</em></a>. Tenemos que alertar sobre los riesgos, no para asustar a nadie, sino para dar la oportunidad a la gente de prevenirlos. Seguramente, <a href="https://theconversation.com/gunther-anders-de-visionario-de-la-tecnologia-a-sembrador-de-panico-264601">en eso pensaba Günter Anders</a>, conocido por sus colegas como “sembrador del pánico” y firme defensor de que la tecnología jamás será neutral. </p> <p>Y es que la realidad, a veces, resulta incómoda, sobre todo cuando la producción de conocimiento está moldeada por intereses geopolíticos, desigualdades estructurales y presiones económicas. O cuando desafía mantras generalizados, como la falsa creencia de que tecnología es siempre equivalente a progreso. También tiene su cara oculta: puede emplear mano de obra barata en condiciones infrahumanas –<a href="https://theconversation.com/esclavismo-digital-la-cara-oculta-de-la-ia-266805">los nuevos esclavos digitales</a>–, tener un <a href="https://theconversation.com/solo-una-de-cada-diez-se-recicla-el-reto-de-introducir-las-baterias-de-litio-en-la-economia-circular-264506">gran impacto medioambiental</a> o trastocar la <a href="https://theconversation.com/que-hacer-cuando-mi-hijo-no-quiere-salir-porque-esta-enganchado-a-los-videojuegos-247375">salud mental de jóvenes y adolescentes</a>. </p> <p>¿Pero quién es el responsable de hacer que los beneficios de la tecnología sean <a href="https://theconversation.com/el-diseno-de-la-tecnologia-no-debe-dejar-fuera-a-quienes-mas-la-necesitan-258536">accesibles para todos</a> y, al mismo tiempo, de protegernos de sus riesgos? Podemos empezar por hacer algunas cosas en nuestra esfera individual, sí. Pero el grueso de la tarea cae en los reguladores y, antes de eso, en todos estos investigadores que se lanzan a estudiar y producir evidencia sobre riesgos, consecuencias, novedades que los avances tecnológicos traen la sociedad. Necesitamos, sin duda, <a href="https://theconversation.com/necesitamos-cientificos-mas-comprometidos-y-gobernantes-mejor-informados-265205">científicos más comprometidos y gobernantes mejor informados</a>.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/268736/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> Me van a decir que siempre hablo de inteligencia artificial y tienen razón. Lo hago sin querer, como una especie de exorcismo inconsciente, como si de tanto desgastar el término pudiera pulir y limpiar… Laura G. de Rivera, Ciencia + Tecnología, The Conversation Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/264651 2025-11-02T23:13:35Z 2025-11-02T23:13:35Z ¿Seguimos emigrando? Una fotografía del reciente éxodo español a Europa <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/699528/original/file-20251030-84-axzqny.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=0%2C0%2C5316%2C3544&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption"></span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/female-traveler-passenger-walking-yellow-suitcase-2501450413">oatawa/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Han pasado 17 años desde el estallido de la gran crisis de 2008 que provocó, junto a una precariedad laboral galopante, <a href="https://recyt.fecyt.es/index.php/res/issue/view/3359">la reciente ola de emigración</a> de jóvenes (y no tan jóvenes) españoles hacia destinos europeos como Francia, Reino Unido o Alemania. Este éxodo difícil de cuantificar quedó retratado en el documental <a href="https://www.youtube.com/watch?v=svO2UR_e0Cs"><em>En tierra extraña</em> (2014)</a>, de Icíar Bollaín, en el que una generación de españoles puede verse retratada. </p> <p>Casi dos décadas después nos preguntamos: ¿seguimos emigrando?, ¿adónde?, ¿cuáles son los principales motivos de esta emigración?</p> <p>Efectivamente, sabemos que la reanudación de la emigración desde España se produce de mano de la más reciente crisis económica entre 2008 y 2014, pero no se extingue en los años de bonanza. Así, tras la interrupción de la movilidad forzada por la pandemia, las salidas migratorias desde España <a href="https://www.ine.es/dyngs/INEbase/operacion.htm?c=Estadistica_C&amp;cid=1254736177013&amp;menu=resultados&amp;idp=1254734710990#_tabs-1254736195468">se retoman con fuerza</a>: más de medio millón de personas abandonan España en el año 2022 y unas 600 000 lo hacen en 2023.</p> <h2>Reemigrar para probar suerte</h2> <p>Muchas de estas personas emigrantes son, así mismo, inmigrantes que residían anteriormente en España, personas que reemigran y prueban suerte en un nuevo país europeo (una realidad menos conocida, pero muy relevante). Sin embargo, también hay muchas personas autóctonas españolas que emigran. Estas representan aproximadamente <a href="https://www.ine.es/dyngs/INEbase/operacion.htm?c=Estadistica_C&amp;cid=1254736177013&amp;menu=resultados&amp;idp=1254734710990#_tabs-1254736195468">un 20 % del total de las salidas</a>.</p> <p>¿Y dónde van? Los destinos europeos son los preferidos. Y, dentro de estos, Francia, Reino Unido y Alemania despuntan, colocándose en las primeras posiciones, y representando un tercio de los movimientos. </p> <p>En cuanto a la composición por sexo, los datos oficiales nos indican que emigran un poco más los hombres que las mujeres, pero no son diferencias de gran magnitud. Su edad media se sitúa en los 36 años, por lo que quizás no son tan jóvenes como se presume: las edades que predominan <a href="https://www.ine.es/dyngs/INEbase/operacion.htm?c=Estadistica_C&amp;cid=1254736177013&amp;menu=resultados&amp;idp=1254734710990#_tabs-1254736195468">son las de personas adultas</a>. </p> <p>Pero ¿cuáles son sus planes? Nuestro trabajo <a href="http://esomi.es/belen-fernandez-suarez"><em>Investigación y retorno de la “nueva emigración española”</em></a> nos permite profundizar en los proyectos migratorios de la reciente emigración española postpandemia. En este sentido, se pueden detallar dos grupos claramente diferenciados: una parte de esta emigración ha retornado a España, aunque no necesariamente a sus localidades de origen, mientras que otra gran parte continúa anclada en Europa.</p> <h2>Qué ancla a los españoles en otros países</h2> <p>Y de ahí nuestras preguntas: ¿qué países aglutinan hoy esa emigración?, ¿qué explica que la nueva ola migratoria permanezca en Europa?, ¿qué variables de arraigo son fundamentales para comprender la permanencia en los países de destino? </p> <p><a href="https://papers.uab.cat/article/view/v109-n4-fernandez-capote-vazquez">Los motivos de ese anclaje</a> en Europa pueden resumirse en tres tipos: </p> <ul> <li><p>La consolidación de la carrera laboral y económica.</p></li> <li><p>Las cuestiones vinculadas al ciclo de vida familiar (por ejemplo, tener pareja e hijos/as en destino).</p></li> <li><p>Los motivos que, de un modo más bien involuntario, hacen imposible el regreso a España.</p></li> </ul> <p>Así, algunas autoras como la socióloga <a href="https://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1177/0038038515594091">Aleksandra Grzymala-Kazlowska</a> han usado el concepto de “anclaje social” para referirse a cómo las personas emigrantes encuentran puntos de apoyo con el fin de restaurar su estabilidad socio-psicológica en los países de destino. </p> <p>Su trabajo cuestiona ese perfil individualizado de adultos jóvenes “móviles” en Europa, señalando que esta reciente emigración busca experiencias vitales ancladas, ligadas a las condiciones materiales que moldean las vidas de los migrantes, preocupados principalmente por encontrar un buen empleo a largo plazo, seguridad financiera y estabilidad emocional. </p> <p>Simplificando, podemos distinguir dos perfiles, aquellos que tienen motivos sólidos para permanecer en destino y los que más bien, a pesar de no tener anclaje en Europa, no encuentran motivos para retornar a España. </p> <p>Es decir, por una parte encontramos aquellos emigrantes españoles satisfechos con su vida en Europa –a nivel laboral y personal– que han ido estableciéndose de modo permanente en Francia, Reino Unido y Alemania. Y, por otra, los que, aunque desearían regresar a España y no se sienten tan vinculados al país de destino europeo, no pueden materializar el retorno por diferentes razones. </p> <p>Estas causas <a href="https://papers.uab.cat/article/view/v109-n4-fernandez-capote-vazquez">pueden ser</a> pérdidas económicas o en derechos sociales, motivos familiares (descendencia y/o parejas mixtas), situaciones económicas vulnerables (por ejemplo, la necesidad de enviar remesas a España) o, por último, la certeza de una difícil integración laboral en España.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/264651/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>Antía Pérez-Caramés ha recibido fondos del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades para la realización dos proyectos de I+D+I de cuyos resultados se inspira este artículo: &quot;La nueva emigración desde España: perfiles, estrategias de movilidad y activismo político transnacional&quot; (CSO2016-80158-R) y &quot;Crisis, dinámicas migratorias y condiciones de vida de la población migrante en España. Análisis comparado de los efectos de la Gran Recesión y la Gran Pandemia&quot; (PID2020-118716RB-I00). </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Belén Fernández-Suárez recibe fondos para el proyecto &quot;Digitalización del trabajo y movilidades en Europa: Migraciones de retorno y nomadismo digital (REMOTEWORK, PID2023-148842NB-I00) del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Alberto Capote Lama y Iria Vázquez Silva no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.</span></em></p> La emigración española a Europa continúa tras la crisis de 2008. Los destinos principales son Francia, Reino Unido y Alemania y los motivos, laborales y familiares. Iria Vázquez Silva, Profesora Ayudante doctora de Sociología, especialista en Estudios de Género, Universidade de Vigo Alberto Capote Lama, Profesor titular de Universidad, Universidad de Granada Antía Pérez-Caramés, Profesora de Sociología, Universidade da Coruña Belén Fernández-Suárez, Profesora contratada doctora en Sociología, Universidade da Coruña Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/267082 2025-11-02T23:12:21Z 2025-11-02T23:12:21Z Entre la sobreinformación y la precariedad profesional: las raíces del deterioro periodístico en España <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/699014/original/file-20251028-56-yzx7qh.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=16%2C0%2C4894%2C3262&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption"></span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/young-woman-journalist-working-laptop-newsroom-2332102885">Krysja/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>El paso del tiempo invita a la reflexión. Hace tres años, el libro <a href="https://theconversation.com/la-confianza-en-el-periodismo-vive-una-de-sus-grandes-crisis-en-espana-asi-podemos-atajarla-179922"><em>Crisis de confianza: el descrédito de los medios (2007-2022)</em></a> alertaba sobre un deterioro de los medios de comunicación que, lejos de revertirse, parece haberse consolidado. </p> <p>Los datos más recientes del <a href="https://reutersinstitute.politics.ox.ac.uk/es/digital-news-report/2025/dnr-resumen-ejecutivo">Digital News Report del Instituo Reuters</a> confirman esta tendencia a la baja en la confianza ciudadana en las noticias. <a href="https://www.unav.edu/web/digital-news-report/entradas/-/blogs/la-perdida-de-confianza-en-las-noticias-no-encuentra-suelo-en-espana">En 2017, la cifra en España se situaba en un 51 %; hoy se ha desplomado hasta el 31 %,</a>, marcando el nivel más bajo de la última década.</p> <p>Este dato no es solo un número, sino el reflejo de un clima de incertidumbre y escepticismo que afecta al sector mediático y, por extensión, a su rol fundamental en una sociedad democrática. </p> <p>El informe también señala que solo un 10 % de los españoles paga por noticias en línea, lo que evidencia la dificultad de sostener un modelo de negocio basado en la calidad en un entorno de acceso mayoritariamente gratuito. </p> <p>Además, el Digital News Report 2024 ya apuntaba un aumento de la “evasión de noticias”, con un porcentaje significativo de la población que se siente “abrumado” por la cantidad de información.</p> <h2>El impacto del nuevo escenario digital</h2> <p>La transformación digital es un factor estructural clave para comprender este fenómeno. Hemos transitado de un ecosistema informativo de relativa “escasez mediática” a uno caracterizado por una sobreabundancia de contenidos. El consumo actual de noticias es multipantalla, descentralizado y, a menudo, fragmentado, lo que contribuye a diluir el papel tradicional del periodista como principal mediador de la información.</p> <p>En este contexto, los periodistas compiten como intermediarios con múltiples fuentes y plataformas, desde los algoritmos de las redes sociales hasta los <em>influencers</em>. Esta dinámica tiene consecuencias significativas. </p> <p>Los algoritmos, diseñados para maximizar la interacción, pueden crear “burbujas de filtro” que refuerzan los sesgos existentes y contribuyen a la polarización social. La inmediatez y la búsqueda del “clic” a menudo priman sobre el rigor y la verificación, facilitando la propagación de desinformación. </p> <p>Como resultado, las audiencias migran hacia espacios donde la fiabilidad informativa no siempre está garantizada, erosionando la base de un debate público informado.</p> <h2>La dimensión interna: el bienestar profesional como factor de calidad</h2> <p>Más allá de los factores externos, es pertinente dirigir la mirada hacia las condiciones internas de la profesión periodística. La crisis económica que ha afectado al sector durante años ha influido en una precarización de las condiciones laborales que se ha vuelto crónica. </p> <p>Según el <a href="https://www.apmadrid.es/comunicado/el-informe-de-la-apm-de-2024-constata-precariedad-bajos-salarios-presiones-y-polarizacion-en-la-profesion-periodistica/">Informe Anual de la Profesión Periodística 2024 de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM)</a>, la precariedad y los bajos salarios son los principales problemas que aquejan a los periodistas en España. La salud mental de los profesionales de la comunicación y los medios se ha convertido ya en objeto de estudio y preocupa seriamente en el sector.</p> <p>Cuestiones como la sobrecarga de trabajo, unos salarios poco competitivos y la presión constante por la inmediatez están impactando directamente en la calidad del producto informativo. Este contexto ayuda a explicar la fuga de talento experimentado hacia otros sectores y las dificultades para atraer y retener a las nuevas generaciones. </p> <p>Es razonable pensar que no se puede generar un periodismo de alta calidad de forma sostenida si el bienestar de los profesionales no se considera un activo estratégico. La calidad informativa está intrínsecamente ligada a la capacidad de los periodistas para investigar, contrastar y analizar la información sin presiones indebidas.</p> <h2>Hacia un modelo de confianza interconectado</h2> <p>Una forma útil de abordar este complejo problema es concebir la confianza como un ecosistema. Su solidez no depende de un único elemento, sino del equilibrio entre varios factores interconectados entre los que destacan:</p> <ul> <li><p>La calidad de los contenidos que se ofrecen.</p></li> <li><p>Unas condiciones laborales dignas para los periodistas.</p></li> <li><p>El buen gobierno corporativo de las empresas de comunicación.</p></li> <li><p>La capacidad de establecer una conexión significativa y transparente con las audiencias.</p></li> </ul> <p>Desde esta perspectiva, la debilidad en uno de los pilares, como podría ser actualmente el bienestar de los profesionales, afecta a la estabilidad de todo el sistema. </p> <p>Un periodista precarizado tendrá más dificultades para producir información de calidad, lo que a su vez mermará la confianza de la audiencia y la sostenibilidad del medio.</p> <h2>Una responsabilidad compartida para la reconstrucción</h2> <p>Si aceptamos este enfoque sistémico, la reconstrucción de la confianza se presenta como una tarea compartida. Los medios de comunicación tienen la oportunidad de liderar el cambio, invirtiendo en la calidad del periodismo y en el desarrollo de su capital humano. </p> <p>Esto implica no solo apostar por la innovación y los nuevos formatos, sino también por unas condiciones laborales que permitan ejercer la profesión con rigor y ética.</p> <p>Las universidades, por su parte, pueden contribuir formando a profesionales con una visión integral, dotados de herramientas técnicas, una sólida base ética y capacidad de adaptación a un entorno en constante evolución.</p> <p>Finalmente, las audiencias también desempeñan un papel activo. Su exigencia crítica, su disposición a valorar y apoyar el periodismo de calidad –incluso económicamente– y su alfabetización mediática para discernir entre fuentes fiables y desinformación son fundamentales para la salud del ecosistema informativo. </p> <p>Restablecer el equilibrio de este ecosistema es un reto complejo, pero indispensable para el futuro del periodismo y, en última instancia, de nuestra sociedad.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/267082/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>Francisco J. Pérez Latre no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p> La confianza en los medios españoles cae al 31 %. La precariedad laboral, la sobreinformación y los algoritmos amenazan la calidad periodística y debilitan la democracia informativa. Francisco J. Pérez Latre, Profesor. Director Académico de Posgrados de la Facultad de Comunicación, Universidad de Navarra Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/267026 2025-11-02T23:02:49Z 2025-11-02T23:02:49Z Impulsando el Día Mundial ‘One Health’: nos va la vida en ello <p>Este 3 de noviembre se celebra el <a href="https://onehealthplataforma.es/">Día Mundial <em>One Health</em></a> o, en español, “Una Sola Salud”. Es una oportunidad para hacer a todos conscientes de que la salud global requiere un cuidado a múltiples niveles, muchos de ellos preventivos, y en todos los casos multidisciplinares. </p> <p>Uno de los mayores impactos son los efectos del cambio climático en nuestra salud. Los daños que causan las altas temperaturas en la salud de las personas más vulnerables es lo más visible del “iceberg”, pero hay mucho más. </p> <h2>Una sola salud</h2> <p>El enfoque <em>One Health</em> o “Una Sola Salud” advierte que hay que abordar la salud de un modo integral. Los humanos no somos piezas aisladas en el entorno que habitamos. No somos burbujas, ni iglús, todo nos afecta. </p> <p>Muchos de los problemas y desafíos más severos tienen que ver con cuestiones que se inician o extienden desde o hacia la salud animal. Las especies que nos sirven para producir alimentos, nuestras mascotas, y las especies silvestres integradas en todos los ecosistemas interaccionan de múltiples modos con los seres humanos, y esa interacción se proyecta de forma global sobre el medio ambiente y el planeta en su conjunto. No somos islas.</p> <h2>La conexión animal-humano</h2> <p>La epidemia de covid-19 que todos tenemos presente fue un claro ejemplo de esta interacción. Se trata de una <a href="https://theconversation.com/topics/zoonosis-84858">zoonosis</a>, es decir, una enfermedad transmitida por un patógeno que salta entre diferentes especies animales y el hombre. </p> <p>En el caso de la covid-19, aun se está debatiendo cuál fue la especie animal original. Pero es solo un ejemplo de múltiples enfermedades zoonóticas que han afectado a la salud humana a lo largo de la historia, incluyendo las recientes encefalopatía bovina espongiforme (el mal de las “vacas locas”), el síndrome respiratorio agudo severo (SARS-Cov-1), el ébola, la gripe aviar, el síndrome respiratorio del oriente medio (MERS) y otras.</p> <p>Lejos de culpabilizar a los animales silvestres, se sabe que cuando un virus puede infectar a múltiples especies, su efecto es menos devastador que cuando sólo hay una especie huésped. Por desgracia, la reducción de hábitats, la agricultura, la ganadería y el cambio climático están produciendo la extinción de muchas especies, generando una pérdida de diversidad. </p> <p>Los diferentes ecosistemas empobrecidos son mucho menos adaptables a condiciones cambiantes, y menos capaces de absorber y amortiguar el impacto de factores diversos. El hacinamiento humano y de los animales estabulados, el aumento significativo de animales de compañía y la alta movilidad global de las personas, animales y mercancías acaban configurando un cóctel perfecto para futuras pandemias.</p> <h2>Cambio climático</h2> <p>Pero la visión <em>One Health</em> abarca mucho más. </p> <p>Las evidencias científicas son incontestables: llevamos años, décadas, registrando de forma progresiva un incremento sostenido de la temperatura media del planeta. Cada año registramos <a href="https://theconversation.com/hemos-superado-realmente-el-umbral-de-1-5-c-de-calentamiento-marcado-por-el-acuerdo-de-paris-261114">récords de temperaturas</a> en múltiples localidades, en invierno y en verano, en el hemisferio norte y el sur. </p> <p>La temperatura media de los <a href="https://theconversation.com/olas-de-calor-marinas-el-oceano-a-punto-de-ebullicion-250948">océanos</a> es más alta que nunca, lo cual parece estar alterando la dinámica de sus corrientes y flujos de materia y vida. El hielo de los casquetes polares, y también el de los glaciares de nuestras montañas, no deja de retroceder, o incluso de desaparecer. </p> <p>Hay un amplio acuerdo en que la salud del planeta está comprometida, y que la actividad humana durante el último siglo, incluyendo el gasto masivo de combustibles fósiles y la liberación de CO₂ a la atmósfera, tiene mucho que ver en ello. La alteración dramática del equilibrio de energía, agua y recursos está ya suponiendo un impacto muy importante sobre la sostenibilidad de los ecosistemas que compromete el futuro cercano de muchas especies, y también de la sociedad humana tal y como la conocemos.</p> <h2>Impacto del cambio climático en salud</h2> <p>Uno de los mayores impactos que quizá de forma imperceptible para todos estamos empezando a sentir tiene que ver con los efectos del cambio climático en nuestra salud. <a href="https://www.nature.com/articles/s41591-025-03954-7">En 2024, casi 63 000 personas de 32 países europeos murieron a causa del exceso de calor</a>.</p> <p>Estas muertes de las personas más vulnerables son solo la punta del iceberg, pues el efecto del cambio climático es mucho mayor para la salud de las personas, de los animales y del medio ambiente. </p> <p>Este cambio climático promueve que patógenos y vectores de patógenos extiendan su distribución hacia latitudes más altas y que sus ciclos de vida se aceleren, con lo cual se extienden muchas enfermedades hasta alcanzar regiones donde antes no existían. Por ejemplo, <a href="https://es.euronews.com/green/2025/10/23/detectan-mosquitos-en-islandia-por-primera-vez-tras-una-serie-de-temperaturas-record">acaba de notificarse la detección por primera vez de mosquitos en Islandia</a>, un lugar donde hasta ahora eran desconocidos, asociada a récords de temperaturas. </p> <p>También provoca cambios en el ciclo del agua, aumentando la temperatura, aumentando el nivel del mar y cambiando regímenes hídricos que causan grandes lluvias torrenciales con mayor intensidad y frecuencia, como las que acontecieron <a href="https://theconversation.com/topics/dana-81991">hace aproximadamente un año en el levante español</a>, con sus tristes consecuencias. Más de 230 muertos en un sólo episodio. Un año después, <a href="https://theconversation.com/es-posible-convivir-con-las-lluvias-torrenciales-en-el-mediterraneo-266408">volvemos a recibir noticias de danas</a> en el litoral levantino casi cada día.</p> <p>El cambio climático también causa el desplazamiento de poblaciones a consecuencia de la desertificación, la falta de agua o la pérdida de recursos, lo que conlleva un empeoramiento de las condiciones higiénicas y socioeconómicas de los pueblos, redundando de forma inmediata en su salud. Peor alimentación, peor entorno, menores oportunidades de desarrollo generan sin duda peor salud y tensionan los sistemas sociosanitarios.</p> <h2>Impulsemos <em>One Health</em></h2> <p>Necesitamos que las estructuras que gestionan las condiciones de salud de nuestra sociedad incorporen esta visión, que debe ser también altamente cooperativa.</p> <p>El enfoque <em>One Health</em> se centra sobre todo en mantener un equilibrio entre la salud de las personas, de los animales y del medioambiente, basado intrínsecamente en la prevención. Organismos como el Banco Mundial ya ponen de relieve datos económicos enfatizando que los gastos en prevención son sólo del 10 % <a href="https://openknowledge.worldbank.org/server/api/core/bitstreams/956a58be-ddd8-572f-8aac-df5ab453d7b2/content">respecto a los beneficios económicos que conllevan</a>. La mitad del PIB mundial depende de la naturaleza, y los ecosistemas sanos sustentan <a href="https://www.eesc.europa.eu/en/our-work/opinions-information-reports/opinions/healthy-planet-healthy-people-towards-comprehensive-one-health-approach">alrededor del 40 % de los empleos a escala mundial</a>. Es decir, que el enfoque <em>One Health</em>, además de mejorar nuestra salud, también garantiza el mantenimiento de nuestros sistemas económicos.</p> <p>Médicos, farmacéuticos, veterinarios, biólogos, enfermeros, psicólogos, sociólogos deben trabajar juntos para adelantarse y prevenir el impacto de tantos factores sobre la salud. </p> <p>Las normas, las leyes, las políticas, deben incorporar este abordaje para garantizar mejor calidad del agua, del aire, ciudades mejores, más amigables y más sostenibles, o un seguimiento más eficiente de las condiciones ambientales que producen mayor impacto en nuestra salud.</p> <hr> <p><em>Además de los firmantes, han participado en este artículo Rita de la Plaza (Tesorera del Consejo General de Colegios Farmacéuticos) y Miquel Molins (Secretario del Consejo General de Colegios Oficiales de Veterinarios). Ambos son miembros, como los firmantes, de la Directiva de la <a href="https://onehealthplataforma.es/">Plataforma One Health de España</a>.</em></p> <hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/267026/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p> El 3 de noviembre se celebra el Día Mundial ‘One Health’. Es fundamental entender qué significa la salud de un modo integral, para afrontar el futuro con esperanza. Jesús Pérez Gil, Catedrático de Universidad, Dpto. Bioquímica y Biología Molecular, Facultad de Ciencias Biológicas, Universidad Complutense de Madrid Franz Peters, Investigador Científico en Ciencias Marinas, Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC) Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/266694 2025-11-02T23:02:16Z 2025-11-02T23:02:16Z La vida universitaria provoca menos ansiedad si tenemos autoestima y sentido de la coherencia <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/699336/original/file-20251030-56-uro96m.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=0%2C0%2C5977%2C3984&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption"></span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/back-view-university-students-walking-through-2584546575">Drazen Zigic/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>En la etapa universitaria adquirimos nuevos conocimientos, forjamos amistades profundas, nos asomamos a las posibilidades profesionales… Pero también podemos ver tambalearse nuestra salud mental. </p> <p>Diferentes investigaciones indican que entre el 30 y el 60 % de los estudiantes universitarios sufre ansiedad. Tiene sentido si consideramos que la vida universitaria representa un reto de adaptación y equilibrio, en la que se manifiestan diversos estresores que requieren atención y esfuerzo mantenido: clases, horarios, contenidos diversos según asignaturas, relaciones con compañeros y profesorado, retos económicos, nuevas responsabilidades… Además, la gestión adecuada y equilibrada del tiempo de estudio, ocio y descanso no suele ser sencilla, lo que puede afectar al bienestar y calidad de vida del estudiantado.</p> <p>En un <a href="https://link.springer.com/article/10.1186/s12889-025-24646-4">estudio que hemos desarrollado sobre una muestra representativa de 530 estudiantes andaluces</a> –el 56,6 % mujeres, con una edad media de 20,11 años–, más del 60 % presentó niveles de ansiedad clínicamente relevantes, con puntuaciones más altas en las chicas. Los datos reflejaron que la ansiedad aumentaba cuando los estudiantes presentaban escasa autoestima y falta de sentido de la coherencia (SOC), definido como la capacidad que tienen las personas para percibir la vida como comprensible, manejable y significativa.</p> <h2>Cuando el estrés deja de ser adaptativo</h2> <p>Desde la perspectiva de los psicólogos <a href="https://link.springer.com/rwe/10.1007/978-1-4419-1005-9_215">Richard Lazarus y Susan Folkman</a>, la ansiedad se entiende como una respuesta emocional derivada de la valoración cognitiva que la persona hace de su situación personal. Así, la vida universitaria puede ser estimulante, atractiva y desafiante para unos, o amenazante y excesiva para otros. Dicho de otro modo, no pesan tanto las demandas externas sino cómo la persona las interpreta, las evalúa y construye sus respuestas. </p> <p>Si el estudiante considera que una demanda académica, social o personal supera sus capacidades, aparece la ansiedad como señal de desajuste. En este sentido, la ansiedad puede entenderse como un indicador de desequilibrio entre las exigencias del entorno y los recursos de afrontamiento disponibles, lo que hace necesario reforzar recursos protectores como el <a href="https://pdfs.semanticscholar.org/27c9/81c6cb1db6f4d0c020be0dda481cab33bc3b.pdf">apoyo social</a>, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/38114282/">el sentido de coherencia</a>, el afrontamiento funcional (basado en la solución de problemas, la aceptación y la reinterpretación positiva) o <a href="https://www.mdpi.com/1660-4601/17/19/7001">la autoestima</a>. </p> <h2>El sentido de coherencia y la autoestima funcionan como escudos psicológicos</h2> <p>Analizando las trayectorias de los estudiantes que participaron en nuestro estudio, identificamos que hay dos elementos que nos protegen frente a la ansiedad: el SOC y la autoestima. En cualquier contexto, estos dos rasgos actúan como mecanismos psicológicos de integración, que nos protegen emocionalmente, amortiguan el impacto de los estresores y permiten una interpretación más comprensible, manejable y significativa de las exigencias y demandas externas. </p> <p>Otra conclusión interesante es que tanto el SOC como la autoestima están más presentes cuanto mayor es el apoyo social y más positiva es la dinámica familiar positiva de los estudiantes. </p> <h2>Preparados para resistir a la sobrecarga académica y la presión social</h2> <p>La sobrecarga académica, la inadecuada planificación del proceso de estudio y aprendizaje, la presión social o las dificultades económicas pueden hacer a los estudiantes caer en la ansiedad si no están emocionalmente preparados.</p> <p>Tradicionalmente, los enfoques de intervención sobre la ansiedad se han centrado en identificar el problema (una vez aparece) y los síntomas. Sin embargo, el <a href="https://sk.sagepub.com/book/edvol/the-health-psychology-reader/chpt/unraveling-mystery-health-how-people-manage-stress">llamado modelo salutogénico de Aaron Antonovsky</a> ofrece una perspectiva alternativa: identificar los recursos que promueven la salud, el desarrollo humano, la capacidad de respuesta o la adaptación. Es decir, prevenir (dotando de herramientas psicológicas) mejor que curar, haciendo al estudiantado más resistente a las situaciones estresantes gracias al apoyo social, un funcionamiento familiar sano y buenas dosis de autoestima. </p> <h2>La autoeficacia y el optimismo también nos protegen</h2> <p>En la jerga se habla de Recursos Generalizados de Resistencia (GRR) para referirse a aquellos recursos internos y externos que permiten a los estudiantes comprender, manejar y dar sentido a las tensiones de la vida universitaria. Dos de los recursos internos más poderosos son el SOC y la autoestima, pero también se incluyen en la lista la autoeficacia (creencia en las propias capacidades), el optimismo, la resiliencia o las habilidades de afrontamiento activo del estrés y manejo de problemas. </p> <p>En cuanto a los recursos externos, se refieren a aquellos relacionados con la red y el entorno del estudiante: el apoyo social, la red de ayuda de proximidad a partir de amigos y compañeros, las relaciones familiares funcionales, la pertenencia a grupos, las asociaciones, etc. Al aportar ayuda incondicional al estudiante, refuerzan su capacidad de manejar las demandas. </p> <p>También las relaciones positivas con docentes y la mentoría pueden contribuir a evitar que la ansiedad aparezca. La propia institución universitaria puede contribuir a crear contextos académicos saludables, significativos y accesibles mediante los programas de tutorización, apoyo psicológico, orientación académica y mentoría. </p> <p>Así se crea un ecosistema facilitador del bienestar emocional en el marco de una cultura participativa, orientada al desarrollo humano, que debe estar cimentada en valores compartidos de respecto, esfuerzo, equidad, solidaridad e inclusión donde la salud también es un valor conectado con la sostenibilidad y el desarrollo humano.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/266694/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p> La vida universitaria puede ser estimulante, atractiva y desafiante para unos, o amenazante y excesiva para otros. Si el estudiante considera que una demanda académica, social o personal supera sus capacidades, aparece la ansiedad como señal de desajuste. Pedro Ángel Palomino Moral, Chair professor, Universidad de Jaén Henrique da Silva Domingues, Profesor de Enfermería, Universidad de Jaén Rafael del Pino Casado, Catedrático de universidad (área de Enfermería), Universidad de Jaén Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/266689 2025-11-02T23:01:31Z 2025-11-02T23:01:31Z La captura ilegal de loros en Costa Rica nos enseña que crear áreas protegidas no basta para preservar la fauna silvestre <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/696738/original/file-20251016-56-dimdmn.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=0%2C328%2C4160%2C2773&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption">Loro capturado en Costa Rica.</span> <span class="attribution"><span class="source">Pedro Romero Vidal</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span></figcaption></figure><p>A estas alturas, pocos dudan del profundo impacto que el ser humano está teniendo sobre el planeta. Basta con mirar a nuestro alrededor: encontrar un rincón no alterado por la acción humana resulta prácticamente imposible. Se estima que <a href="https://www.wwf.es/?50380/El-75-medio-terrestre-y-66-del-marino-degradado-por-accion-humana">alrededor del 75 % de la superficie terrestre ha sido transformada por nuestras actividades</a>, y no parece que nuestra especie esté pensando en bajar el ritmo.</p> <p>Se habla con frecuencia del <a href="https://theconversation.com/topics/cambio-climatico-55574">cambio climático</a>, la pérdida de hábitats o la contaminación por <a href="https://theconversation.com/topics/plasticos-62801">plásticos</a>, pero estos fenómenos son solo una parte de un problema mucho más amplio. Los impactos de las actividades humanas sobre los ecosistemas alcanzan hoy una magnitud <a href="https://doi.org/10.1126/sciadv.1400253">comparable a las grandes crisis de biodiversidad que ha sufrido la Tierra a lo largo de su historia</a>.</p> <h2>Comercio de fauna silvestre</h2> <p>El comercio de fauna silvestre representa una de las formas más perversas de <a href="https://doi.org/10.1111/brv.12929">sobreexplotación de la biodiversidad</a>. Ya sea legal o ilegal, esta práctica tiene el potencial de provocar descensos drásticos en las poblaciones de numerosas especies. Y, a menudo, la frontera entre ambos tipos es difusa. </p> <p>En lonjas de Cataluña, por ejemplo, se han detectado al menos <a href="https://www.elconfidencial.com/medioambiente/2021-10-27/especie-protegida-peligro-extincion-mercado_3312856/">cuatro especies de raya protegidas vendidas como si fueran legales</a>, y la anguila europea –catalogada como en peligro crítico– continúa comercializándose con normalidad al amparo de la ley. En el caso del comercio ilegal, el reto es aún mayor: como cualquier otra actividad ilícita, es más difícil de controlar y extremadamente rentable.</p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/la-anguila-el-animal-mas-misterioso-podria-extinguirse-antes-de-que-logremos-entenderlo-194204">La anguila: el animal más misterioso podría extinguirse antes de que logremos entenderlo</a> </strong> </em> </p> <hr> <p>Al hablar de comercio ilegal de fauna, solemos pensar en elefantes abatidos por su marfil o en rinocerontes cazados por sus cuernos. Sin embargo, si atendemos al número de individuos traficados anualmente, cualquier mamífero se queda corto frente a los loros.</p> <h2>Captura y venta ilegal de loros</h2> <figure class="align-right zoomable"> <a href="https://images.theconversation.com/files/699526/original/file-20251030-56-hfs7zf.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1000&amp;fit=clip"><img alt="Loro de color verde con la frente roja sobre un alambre" src="https://images.theconversation.com/files/699526/original/file-20251030-56-hfs7zf.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=237&amp;fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/699526/original/file-20251030-56-hfs7zf.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=900&amp;fit=crop&amp;dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/699526/original/file-20251030-56-hfs7zf.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=900&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/699526/original/file-20251030-56-hfs7zf.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=900&amp;fit=crop&amp;dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/699526/original/file-20251030-56-hfs7zf.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=1131&amp;fit=crop&amp;dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/699526/original/file-20251030-56-hfs7zf.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=1131&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/699526/original/file-20251030-56-hfs7zf.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=1131&amp;fit=crop&amp;dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a> <figcaption> <span class="caption">Ejemplar de amazona frentirroja (<em>Amazona autumnalis</em>) en una casa.</span> <span class="attribution"><span class="source">Pedro Romero Vidal</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span> </figcaption> </figure> <p>Antes de la entrada en vigor de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (<a href="https://cites.org/esp/disc/what.php">CITES</a>), que regula el comercio global de especies amenazadas, se <a href="https://doi.org/10.13157/arla.65.2.2018.ra3">exportaron legalmente millones</a> de loros, muchos de los cuales están hoy al borde de la extinción. </p> <p>Aunque actualmente la captura y comercio de loros de origen salvaje está prohibida en casi todo el mundo, cada año se siguen extrayendo ilegalmente millones de ejemplares para abastecer la demanda internacional o local de mascotas. </p> <p>Solo en Bolivia, se estima que podrían capturarse entre 300 000 y 500 000 ejemplares anualmente. Si hablamos de América Latina, esta práctica tiene raíces profundas, anteriores a la llegada de los europeos, y sigue muy arraigada en la cultura local.</p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/el-comercio-ilegal-de-loros-es-una-amenaza-mucho-mayor-de-lo-que-pensabamos-252542">El comercio ilegal de loros es una amenaza mucho mayor de lo que pensábamos</a> </strong> </em> </p> <hr> <h2>Costa Rica: un ejemplo de conservación</h2> <p>Cuando se habla de países exitosos en la protección de la biodiversidad, Costa Rica suele aparecer en lo alto de la tabla. Este pequeño país centroamericano se considera un modelo a escala mundial: <a href="https://national-parks.org/costa-rica#:%7E:text=What%20percentage%20of%20Costa%20Rica,any%20country%20in%20the%20world.">más del 26 % de su territorio está bajo alguna figura de protección</a>. </p> <p>Gracias a políticas pioneras de pago por servicios ambientales, a la creación de un amplio sistema nacional de áreas protegidas y a una firme apuesta por el ecoturismo, el país logró algo poco común en el trópico: detener la deforestación y, con el tiempo, invertir la tendencia. Hoy, los bosques cubren de nuevo una parte sustancial del territorio, convirtiendo a Costa Rica en un referente internacional en materia de gestión ambiental.</p> <p>Aunque solemos pensar que basta con declarar un área protegida para garantizar la conservación de la biodiversidad que alberga, la realidad es muy distinta. Estos espacios, por más extensos que sean, no están aislados de lo que ocurre en su alrededor: <a href="https://doi.org/10.3390/su141811204">la caza furtiva</a>, <a href="https://theconversation.com/national-parks-and-other-protected-areas-often-fail-to-conserve-earths-forests-research-finds-237567">la tala</a> y el <a href="https://www.science.org/content/article/wildlife-trade-imperils-species-even-protected-areas">comercio ilegal</a> siguen penetrando en ellos. Y en este aspecto, lamentablemente, Costa Rica no es una excepción.</p> <h2>Proteger los hábitats es necesario, pero insuficiente</h2> <p><a href="https://doi.org/10.1111/ddi.70084">En un estudio reciente realizado en Costa Rica</a>, un equipo de investigadores de distintos centros y universidades españolas hemos analizado el estado de las poblaciones de loros nativos. Los resultados muestran que, pese a las políticas de conservación y la extensa red de áreas protegidas, el comercio ilegal de loros sigue muy presente.</p> <figure class="align-center zoomable"> <a href="https://images.theconversation.com/files/699529/original/file-20251030-64-677keu.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1000&amp;fit=clip"><img alt="Dos loros verdes en una jaula" src="https://images.theconversation.com/files/699529/original/file-20251030-64-677keu.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/699529/original/file-20251030-64-677keu.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=455&amp;fit=crop&amp;dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/699529/original/file-20251030-64-677keu.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=455&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/699529/original/file-20251030-64-677keu.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=455&amp;fit=crop&amp;dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/699529/original/file-20251030-64-677keu.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=572&amp;fit=crop&amp;dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/699529/original/file-20251030-64-677keu.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=572&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/699529/original/file-20251030-64-677keu.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=572&amp;fit=crop&amp;dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a> <figcaption> <span class="caption">Una catita churica (<em>Brotogeris jugularis</em>) y un perico frente naranja (<em>Eupsittula canicularis</em>) capturados en una jaula.</span> <span class="attribution"><span class="source">Pedro Romero Vidal</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span> </figcaption> </figure> <p>A lo largo de casi 2 000 kilómetros de recorridos de censo, detectamos loros nativos mantenidos como mascotas en cerca del 90 % de las localidades visitadas. Y no se trata de casos aislados: en el 80 % de las viviendas encuestadas se habían tenido –o aún se tenían– ejemplares capturados ilegalmente. Muchos pertenecían a especies amenazadas, como guacamayos y amazonas, extraídos de la naturaleza muy por encima de su disponibilidad en el medio silvestre. Este patrón podría empujar a sus poblaciones hacia un punto de no retorno, como ya ocurrió con el guacamayo de Spix –la especie que inspiró la película <em>Río</em>–, <a href="https://news.mongabay.com/2024/07/for-extinct-spixs-macaw-successful-comeback-is-overshadowed-by-uncertainty/">desaparecido en estado salvaje en parte por la captura ilegal</a>.</p> <p>La conservación de la fauna silvestre no puede reducirse a trazar líneas en un mapa y declarar áreas protegidas. Proteger los hábitats es necesario, pero insuficiente si no se afrontan también las actividades humanas responsables de la pérdida de especies, como la captura y el comercio ilegal de fauna. </p> <p>De hecho, muchas de las localidades donde se registraron mascotas ilegales se encontraban junto a áreas protegidas. En ellas, los vecinos se mostraban orgullosos de las políticas ambientales del país, incluso mientras mantenían en sus hogares ejemplares de especies nativas capturadas ilegalmente, a veces a escasos metros de carteles que advertían sobre este delito. Un recordatorio claro de que conservar la naturaleza no depende solo de leyes y reservas, sino también de educación ambiental y, en el caso de América Latina, de ofrecer alternativas a una <a href="https://doi.org/10.1073/pnas.2020020118">costumbre tan profundamente arraigada</a> como tener perros y gatos en Europa.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/266689/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>Pedro Romero Vidal no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p> Proteger los hábitats no es suficiente para frenar el comercio ilegal de especies, hay que proporcionar una mayor educación ambiental a la población. Pedro Romero Vidal, Investigador Biología de la Conservación, Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/265903 2025-11-02T22:59:24Z 2025-11-02T22:59:24Z Dilemas del fútbol: los éxitos de los clubes frente a las Sociedades Anónimas Deportivas en la liga española <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/697244/original/file-20251020-56-g0c0ly.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=0%2C0%2C5999%2C3999&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption">Afición del Osasuna, uno de los cuatro equipos españoles de fútbol que siguen manteniendo el estatus de club.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/madrid-spain-october-5-2024-league-2526341075">Marta Fernandez Jimenez/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>La industria deportiva en España no es solo pasión, estadios llenos y retransmisiones millonarias, también representa un <a href="https://www.funcas.es/prensa/la-practica-deportiva-se-duplica-en-espana-del-25-en-1980-al-48-en-la-actualidad/">3,3 % del PIB nacional</a>. Sin embargo, este sector vive atrapado en un dilema permanente: ¿priorizar la rentabilidad económica o los éxitos deportivos? La cuestión no es nueva. En 1990, la <a href="https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-1990-25037">Ley 10/1990 del Deporte</a> obligó a la mayoría de clubes a transformarse en <a href="https://www.csd.gob.es/es/federaciones-y-asociaciones/sociedades-anonimas-deportivas">sociedades anónimas deportivas (SAD)</a> para combatir la elevada deuda que ponía en jaque la viabilidad de las competiciones. Solo cuatro instituciones –<a href="https://www.fcbarcelona.es/es/">F.C. Barcelona</a>, <a href="https://www.realmadrid.com/es-ES">Real Madrid</a>, <a href="https://www.athletic-club.eus/">Athletic Club</a> y <a href="https://www.osasuna.es/es">Osasuna</a>–, y gracias a tener entonces sus cuentas saneadas, lograron mantener su modelo asociativo de club.</p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/necesita-el-real-madrid-cambiar-su-modelo-de-propiedad-244532">¿Necesita el Real Madrid cambiar su modelo de propiedad?</a> </strong> </em> </p> <hr> <p>La intención de la ley era clara: imponer disciplina financiera y asegurar la sostenibilidad de un sector con deudas crecientes. La transformación en SAD pretendía conseguir un modelo de gestión donde la responsabilidad económica estuviera en primer plano. </p> <h2>¿Qué dicen los datos?</h2> <p><a href="https://doi.org/10.1108/IJOA-01-2025-5172">Hemos analizado el caso español</a> para poner a prueba si el modelo de club es realmente menos eficiente que el de las SAD. Para ello, examinamos todos los equipos de <a href="https://www.laliga.com/">LaLiga</a> a lo largo de 11 temporadas, midiendo tres dimensiones: </p> <ol> <li><p>Eficiencia deportiva, relativa al rendimiento conseguido en el campo en relación con los recursos invertidos.</p></li> <li><p>Eficiencia económica, vinculada a la capacidad de generar ingresos y controlar gastos.</p></li> <li><p>Eficiencia social, que recoge el valor creado para diferentes grupos de interés (entre otros, sociedad, trabajadores o aficionados).</p></li> </ol> <p>Los resultados del análisis muestran que, en el plano económico, no hay diferencias significativas entre clubes y SAD. Dicho de otra manera: convertirse en sociedad anónima deportiva no garantiza una mayor eficiencia financiera.</p> <iframe title="" aria-label="Tabla" id="datawrapper-chart-XmQTb" src="https://datawrapper.dwcdn.net/XmQTb/5/" scrolling="no" frameborder="0" style="width: 0; min-width: 100% !important; border: none;" height="553" data-external="1" width="100%"></iframe> <p>Esta conclusión resulta especialmente relevante porque uno de los objetivos centrales de la ley de 1990 era, precisamente, corregir la fragilidad económica de las entidades. Sin embargo, décadas después, <a href="https://www.2playbook.com/clubes/clubes-laliga-facturan-4231-millones-en-2023-2024-pero-sin-rentabilidad_18671_102.html">las deudas han seguido acumulándose</a> y el modelo SAD no ha logrado resolver los problemas estructurales que aquejan al fútbol profesional español.</p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/y-si-quebrase-el-barca-las-implicaciones-de-ser-una-sociedad-anonima-deportiva-169407">¿Y si quebrase el Barça? Las implicaciones de ser una sociedad anónima deportiva</a> </strong> </em> </p> <hr> <h2>Dimensión deportiva y social</h2> <p>En cambio, al mirar más allá de lo puramente económico, las diferencias son claras. Los clubes resultan significativamente más eficientes en lo deportivo. Es decir, logran un mayor rendimiento en el campo con los recursos de los que disponen y, además, tienen niveles superiores de eficiencia social: crean más puestos de trabajo, aportan más recursos financieros a la sociedad en forma de impuestos, de entre otros factores.</p> <p>En otras palabras, los clubes no sólo compiten con éxito en lo deportivo, sino que también demuestran que es posible mantener un modelo sostenible, competitivo y profundamente arraigado en su base social. </p> <p>La nueva <a href="https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2022-24430">Ley 39/2022 del Deporte</a> ha dado algunos pasos en esa dirección. Por un lado, ha reabierto la posibilidad de que más clubes puedan competir en el ámbito profesional sin estar obligados a ser SAD. Esto significa que podrán crearse nuevos clubes deportivos que, manteniendo la forma asociativa, puedan llegar a participar en las máximas divisiones. Por otro lado, la ley introduce tímidos mecanismos para incrementar la participación de los aficionados en los órganos de gobierno de las SAD. Estas medidas son más simbólicas que reales y resultan claramente insuficientes. </p> <h2>El futuro de la gobernanza deportiva</h2> <p>El futuro sólo puede entenderse avanzando hacia modelos híbridos de gobernanza, capaces de combinar eficiencia económica, logros deportivos y compromiso social. En ellos, los distintos grupos de interés –pero muy especialmente los aficionados– deberán tener un papel real y no meramente testimonial. Sólo así será posible afrontar los desafíos que marcan la agenda de la industria deportiva actual: la entrada de fondos de inversión y la multipropiedad, el riesgo de pérdida de identidad de los clubes históricos y las crecientes exigencias de sostenibilidad financiera que limitan la competitividad deportiva a nivel internacional.</p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/por-que-surgio-la-superliga-y-por-que-fracaso-en-solo-dos-dias-159414">¿Por qué surgió la Superliga y por qué fracasó en solo dos días?</a> </strong> </em> </p> <hr> <p>Los clubes pueden ser igual o más eficientes que las SAD no sólo en lo deportivo sino también en su dimensión social. Lo importante no es la etiqueta jurídica, sino la capacidad de construir estructuras de gobernanza que integren sostenibilidad financiera, éxitos deportivos, legitimidad y compromiso comunitario. Ese es el gran reto: mantener viva la esencia social de los clubes, al tiempo que se asegure su competitividad en un mercado global cada vez más exigente.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/265903/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>Jose Torres-Pruñonosa es socio del Futbol Club Barcelona.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Socio abonado del Club Atlético de Madrid</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Leire San-Jose no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p> Clubes de fútbol y sociedades anónimas deportivas pueden ser igual de eficientes. Lo importante no es la etiqueta jurídica, sino lograr integrar sostenibilidad financiera, éxitos deportivos, legitimidad y compromiso comunitario. Jose Torres-Pruñonosa, Profesor Titular de Universidad, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja Benito Pérez-González, Profesor e Investigador en Marketing y Economía del Deporte, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja Leire San-Jose, Catedrática de Universidad (finanzas), Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/264304 2025-11-02T22:58:29Z 2025-11-02T22:58:29Z Pantalla en modo claro o modo oscuro: ¿una cuestión estética o algo más profundo? <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/699923/original/file-20251102-61-gbafxr.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=0%2C1%2C6240%2C4160&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption"></span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/turning-dark-mode-on-samsung-android-2436696267">HakanGider</a></span></figcaption></figure><p>Instagram, WhatsApp, Gmail… todas las aplicaciones nos ofrecen la elección entre el modo claro o el modo oscuro. Puede parecer una simple cuestión de estética, incluso una moda pasajera, pero en realidad hay ciencia –y psicología– detrás de esta elección. ¿Qué nos lleva a preferir uno sobre otro? ¿Qué dice esta decisión sobre cómo percibimos la información? </p> <p>En un mundo hiperconectado donde pasamos varias horas delante de las pantallas, la forma en la que vemos e interpretamos una interfaz es más importante de lo que parece. Y no solo por cuestiones de legibilidad, sino también por el impacto emocional, el esfuerzo visual y el contexto y el momento en el que interactuamos con cada dispositivo. Por eso, desde Mondragon Unibertsitatea decidimos <a href="https://www.researchgate.net/publication/355126704_Preferencias_y_asociaciones_de_las_personas_usuarias_ante_interfaces_claras_u_oscuras">investigar de forma experimental cómo reaccionan las personas ante estas dos opciones</a>. </p> <h2>¿En qué consistió nuestro estudio?</h2> <p>Participaron 141 personas (77 mujeres, 62 hombres, una persona no binaria y una persona que prefirió no contestar), con edades comprendidas entre 18 y 61 años. A todas ellas se les mostraron imágenes reales de interfaces de uso diario (como Google, Word, Instagram, YouTube, etc.) en sus versiones en modo claro y modo oscuro. </p> <p>Para analizar las preferencias, se utilizó el <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/9654756/">Test de Asociación Implícita (IAT)</a>, una herramienta de psicología social que permite detectar la fuerza de la asociación automática y no consciente de una persona, es decir, la opción que preferimos sin pensarlo demasiado. </p> <h2>¿Qué revelaron los datos?</h2> <p>Los resultados del experimento mostraron un pequeño efecto a favor del modo claro: las personas tendían a asociarlo más rápidamente con conceptos positivos como “profesional”, “ordenado” o “seguro”. Este patrón fue ligeramente más pronunciado en mujeres, aunque no se encontraron diferencias significativas entre géneros. </p> <p>Sin embargo, cuando se preguntó de forma directa, la cosa cambió. En las respuestas conscientes, los hombres mostraron una mayor afinidad por el modo oscuro, mientras que las mujeres mantuvieron su preferencia por el claro. Las razones también fueron distintas. Quienes elegían la interfaz clara lo hacían, sobre todo, por motivos objetivos como la facilidad de lectura o la mejor visualización. En cambio, quienes elegían la oscura solían argumentar razones más subjetivas, como la estética, el estilo o una sensación más profesional.</p> <p>En la respuesta directa, el 48,2 % prefirió el modo oscuro y el 43,3 %, el claro; por género, las mujeres mostraron mayor preferencia por este último (53,2 % frente a 41,6 %), mientras que los hombres se decantaron mayoritariamente por el oscuro (54,8 % frente a 32,3 %). </p> <p>Estos resultados subrayan la importancia de diseñar opciones personalizables, es decir, probar temas en distintos contextos lumínicos, incluir ajustes rápidos (brillo, contraste) y parametrizaciones por usuario. Además, se recomienda analizar segmentos demográficos para evitar sesgos y favorecer la accesibilidad y el confort visual de toda la población usuaria.</p> <h2>¿Una moda pasajera o una preferencia real?</h2> <p>El auge del modo oscuro responde en parte a decisiones de diseño y contexto (contenido visual, baja iluminación), pero los datos indican que la preferencia no es homogénea: parte es tendencia y parte funcionalidad.</p> <p>Cada vez más aplicaciones incluyen el modo oscuro por defecto, especialmente aquellas orientadas al ocio o al contenido visual. No es casualidad: <em>apps</em> como Spotify o Netflix apuestan por él porque mejora el contraste y hace que, por ejemplo, las carátulas o los vídeos destaquen más. Asimismo, al reducir el brillo, resulta más agradable en entornos con poca luz y contribuye a crear una atmósfera más inmersiva.</p> <p><a href="https://www.purdue.edu/newsroom/archive/releases/2021/Q3/dark-mode-may-not-save-your-phones-battery-life-as-much-as-you-think,-but-there-are-a-few-silver-linings.html#:%7E:text=According%20to%20a%20Purdue%20University%20study%2C%20dark,dark%20mode%2C%20the%20higher%20the%20energy%20savings.">Algunos estudios</a> también apuntan a que el modo oscuro podría alargar la batería en pantallas OLED y disminuir la fatiga ocular en condiciones de baja iluminación. Sin embargo, no siempre es la opción favorita de los usuarios. De hecho, muchas personas siguen utilizando el modo claro simplemente porque es el que viene activado por defecto.</p> <h2>Entonces, ¿cuál es mejor?</h2> <p>No existe un formato ideal para todas las personas ni para todas las aplicaciones. Y eso está bien. Depende del contexto de uso, del tipo de contenido y de lo que queremos que la interfaz transmita. Por ejemplo, en entornos profesionales como la banca, la salud o la educación, las interfaces claras siguen siendo mayoría: un fondo luminoso con texto oscuro evoca claridad, transparencia y familiaridad.</p> <p>En cambio, en aplicaciones creativas, nocturnas o de consumo audiovisual, el modo oscuro ofrece una experiencia más envolvente y emocional. También puede tener un componente identitario: para algunas personas, significa estar “al día” o sentirse más cercanas a herramientas sofisticadas. Aquí, el diseño no solo informa: también comunica y expresa.</p> <p>Por eso, más allá de las modas o de las preferencias individuales, lo importante es que el diseño se adapte a lo que realmente necesitamos. Y si la aplicación nos da la opción de elegir, mucho mejor.</p> <p>Hoy en día, la mayoría de plataformas permiten cambiar fácilmente según la preferencia de la persona usuaria. Incluso, muchas detectan la configuración del sistema operativo para aplicar el tema de forma automática (por ejemplo, activando el modo oscuro al anochecer). Esta flexibilidad reconoce que no existe un “modo único” válido para todos los casos. La clave es que la <em>app</em> brinde una experiencia cómoda y consistente, ya sea “pasándose al lado oscuro” o permaneciendo en la interfaz clara tradicional, según lo que cada persona necesite.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/264304/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p> Un experimento muestra que la preferencia consciente por el modo oscuro en el diseño de pantalla convive con un sesgo implícito hacia el modo claro. ¿Qué significan ambas opciones para nuestro inconsciente? Ainhoa Apraiz Iriarte, Docente e investigadora en Innovación en Diseño Industrial, con especialización en Diseño de Interacción y Aceptación Tecnológica en Robótica., Mondragon Unibertsitatea, Mondragon Unibertsitatea Ganix Lasa Erle, Docente e investigador en Diseinu Berrikuntza Zentroa (DBZ), con especialización en Diseño de Interacción y Tecnología, Mondragon Unibertsitatea Maitane Mazmela Etxabe, Phd. Researcher and Lecturer in Industrial Design, Mondragon Unibertsitatea Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/268254 2025-11-02T22:58:25Z 2025-11-02T22:58:25Z El cerebro no sólo piensa, también quema grasa <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/698732/original/file-20251027-56-4fc6pj.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=2%2C0%2C5394%2C3596&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption"></span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/neurons-brain-cells-neural-network-scientific-2255799603">Kateryna Kon/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Durante décadas, los libros de Biología repitieron la misma idea: las neuronas solo funcionan gracias al azúcar y la glucosa es su combustible exclusivo, su “gasolina <em>premium</em>”. </p> <p>No obstante, un nuevo estudio publicado en <a href="https://www.nature.com/articles/s42255-025-01321-x"><em>Nature Metabolism</em></a> acaba de dar la vuelta a esa historia: las neuronas también pueden quemar grasa para producir energía. Y no de forma excepcional, sino como parte de su funcionamiento cotidiano.</p> <p>Este descubrimiento cambia cómo entendemos el metabolismo cerebral. Las sinapsis (las estructuras por las que <a href="https://theconversation.com/el-limite-entre-la-vida-y-la-muerte-en-las-neuronas-130931">las neuronas</a> se comunican entre sí) almacenan pequeñas gotas de grasa que pueden ser utilizadas como fuente directa de energía cuando el cerebro lo necesita. En otra palabras: nuestro cerebro no solo piensa, también “quema” lípidos.</p> <h2>Las gotas de grasas que alimentan el pensamiento</h2> <p>Un equipo liderado por investigadores de la Universidad de Yale y Cornell ha identificado una enzima clave, llamada DDHD2, como una lipasa sináptica: su función es romper los triglicéridos contenidos en las gotitas de grasa para liberar ácidos grasos que las mitocondrias pueden quemar para <a href="https://www.cun.es/diccionario-medico/terminos/atp">producir ATP</a>, la moneda energéticas de las células.</p> <p>En un ensayo animal, los científicos bloquearon DDHD2 en ratones y observaron que las neuronas se llenaban de estas gotitas, haciendo que el cerebro perdiera energía rápidamente. Además, los animales entraron en un estado de letargo o torpor similar al que se observa durante el ayuno extremo o la hibernación, reduciendo su temperatura corporal en varios grados.</p> <p>Este experimento clave demuestra que las neuronas dependen de la combustión de grasa para mantener su actividad eléctrica y <a href="https://theconversation.com/el-cerebro-tiene-su-propia-wifi-comunicaciones-inalambricas-del-sistema-nervioso-219042">comunicarse entre sí</a>.</p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/nuestras-neuronas-sufren-atascos-que-pueden-danar-el-cerebro-138963">Nuestras neuronas sufren atascos que pueden dañar el cerebro</a> </strong> </em> </p> <hr> <h2>Sinapsis con hambre: cuando la electricidad impulsa el metabolismo</h2> <p>El estudio fue todavía más allá: los autores observaron que la actividad eléctrica de las neuronas regula directamente el uso de grasa. Cuando los investigadores inhibían la comunicación eléctrica entre neuronas, las gotas de lípidos se acumulaban. Y, por el contrario, cuando se permitía que las neuronas se activaran, las grasas se consumían más rápido, </p> <p>Es decir, cada impulso nervioso viene acompañado de un pequeño “chispazo metabólico”. ¿Y cómo funciona?</p> <p>Las sinapsis utilizan su reserva local de lípidos para generar ATP, la moneda energética que las células utilizan para “comprar” reacciones bioquímicas y, así, mantener la maquinaria de reciclaje de vesículas sinápticas. Incluso en ausencia de glucosa, las neuronas pueden seguir funcionando gracias a esta “combustión de emergencia”.</p> <p>Si lo pensamos, el proceso es muy similar a la forma en que los músculos recurren a la grasa cuando se agota el azúcar durante el ejercicio intenso.</p> <h2>Implicaciones para las enfermedades neurológicas</h2> <p>Si bien ya se conocía que la mutación en el gen DDHD2 produce una rara enfermedad hereditaria llamada <a href="https://www.pnas.org/doi/full/10.1073/pnas.1413706111">paraplejia espástica compleja tipo 54</a>, que causa debilidad motora, discapacidad intelectual y problemas de visión, este nuevo estudio explica por qué. Sin DDHD2, las neuronas no pueden liberar los ácidos grasos que necesitan para producir energía. El resultado deriva en el colapso metabólico local en las sinapsis, que afecta a la transmisión neuronal y, como consecuencia, a la función cognitiva.</p> <p>Además, este descubrimiento abre una nueva línea de investigación sobre el papel de los lípidos en otras patologías cerebrales. [Enfermedades como el alzhéimer], el párkinson o la esclerosis lateral amiotrófica se han asociado con alteraciones en el metabolismo lipídico del <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0969996124001049">cerebro</a>. </p> <p>Por tanto, nuevas <a href="https://theconversation.com/reparar-la-barrera-cerebral-una-nueva-via-para-frenar-el-alzheimer-267184">terapias basadas en el mantenimiento del metabolismo lipídico</a> o en lípidos sintéticos podrían ser la clave para mantener o facilitar la correcta comunicación entre neuronas en enfermedades donde este diálogo neuronal se interrumpe, con consecuencias devastadoras.</p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/reparar-la-barrera-cerebral-una-nueva-via-para-frenar-el-alzheimer-267184">Reparar la barrera cerebral: ¿una nueva vía para frenar el alzhéimer?</a> </strong> </em> </p> <hr> <h2>Unas neuronas más “flexibles” de lo que creíamos</h2> <p>Más allá de la curiosidad científica, este trabajo nos recuerda que <a href="https://theconversation.com/nuestro-cerebro-cambia-para-bien-y-para-mal-165099">el cerebro es un sistema metabólicamente flexible</a> y sorprendentemente adaptable. Puede usar azúcar, lactato, cuerpos cetónicos (productos de desecho de las grasas) y, como ahora sabemos gracias a este estudio, las neuronas recurren constantemente a sus propias reservas de grasa para mantenerse activas.</p> <p>Con este nuevo trabajo, la frontera entre metabolismo y pensamiento se difumina: cada idea, cada recuerdo, cada movimiento depende de un equilibrio energético que las neuronas ajustan con precisión. Saber que su función también es quemar grasa dentro de sus sinapsis añade una capa más de complejidad y belleza a las células del cerebro.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/268254/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>Enrico Castroflorio recibe fondos de Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidad, Agencia Estadal de Investigación. Trabaja como investigador senior para Laminar Pharmaceuticals y es Profesor y Colaborador de Universidad de las Islas Baleares (UIB). </span></em></p> El cerebro no solo vive del azúcar: un estudio revela que las neuronas también queman grasa. Pequeñas gotas lipídicas actúan como fuente de energía para mantener la actividad sináptica. Enrico Castroflorio, Neurocientífico especializado en función sináptica y lípidos, Universitat de les Illes Balears Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/268457 2025-11-02T22:56:53Z 2025-11-02T22:56:53Z Los planes arquitectónicos de Donald Trump demuestran que la antigua Roma sigue estando de moda <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/699545/original/file-20251030-74-e4nlrq.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=108%2C164%2C1801%2C1200&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption">Donald Trump en el Despacho Oval de la Casa Blanca con una maqueta de la ampliación de la Casa Blanca y el nuevo arco del triunfo que quiere construir en Washington.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.whitehouse.gov/gallery/president-donald-trump-hosts-a-working-lunch-meeting-with-canadian-prime-minister-mark-carney/">White House</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span></figcaption></figure><p>Cuando en el año 54 a. e. c. Julio César todavía no había terminado de conquistar toda la Galia (Francia), ya había proyectado que la mejor forma de asegurarse un lugar en la posteridad debía ser invertir en obra pública. Llevaba cinco años de guerra contra los galos y veía que el final se encontraba cerca. Por ese motivo, consiguió que se autorizara el inicio de la muy necesaria ampliación del foro romano, por medio de la construcción de lo que acabaría llamándose el Foro Julio. De esta forma, el centro político de Roma, donde tenían lugar las asambleas del pueblo y estaban presentes los edificios públicos más importantes, tendría un nuevo espacio de expansión.</p> <p>La guerra civil que se inicia entre César y sus rivales políticos en Roma y lo grande de la empresa provocaron que hasta el año 46 a. e. c. el Foro Julio no pudiera ser inaugurado de forma oficial. En él se dispuso una enorme plaza rectangular para alojar una estatua ecuestre de César. Además, había un lugar primordial para un templo dedicado a la diosa romana <em>Venus Generatrix</em>, de quien la familia Julia se consideraba descendiente. Se completaba el espacio con un comicio para las reuniones públicas y una zona de mercados y tabernas para el entretenimiento de la población.</p> <figure class="align-center zoomable"> <a href="https://images.theconversation.com/files/699542/original/file-20251030-56-ha01ps.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1000&amp;fit=clip"><img alt="Foro de Julio en Roma." src="https://images.theconversation.com/files/699542/original/file-20251030-56-ha01ps.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/699542/original/file-20251030-56-ha01ps.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=400&amp;fit=crop&amp;dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/699542/original/file-20251030-56-ha01ps.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=400&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/699542/original/file-20251030-56-ha01ps.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=400&amp;fit=crop&amp;dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/699542/original/file-20251030-56-ha01ps.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=503&amp;fit=crop&amp;dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/699542/original/file-20251030-56-ha01ps.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=503&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/699542/original/file-20251030-56-ha01ps.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=503&amp;fit=crop&amp;dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a> <figcaption> <span class="caption">Foro Julio en Roma.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/forum-julius-caesar-rome-italy-caesars-287846159">Viacheslav Lopatin/Shutterstock</a></span> </figcaption> </figure> <p>Las funciones prácticas de uso estaban aseguradas, pero no podemos ignorar cuál era la intencionalidad que había detrás de esta construcción. Se trataba de un ejercicio de demostración de poder iniciado cuando el pulso contra Pompeyo el Grande, su principal rival político, y el sector conservador del senado romano empezaba a barruntar un futuro enfrentamiento militar.</p> <p>Al mismo tiempo, se convirtió en el escenario perfecto donde terminar de confirmar su triunfo, no solo en las guerras contra los galos, sino, principalmente, la victoria contra Pompeyo en la ciudad griega de Farsalia y las demás batallas importantes que tuvieron lugar entre los años 49 y 45 a. e. c. de guerra civil y que abarcaron África y la península ibérica. </p> <h2>Las construcciones en la antigua Roma</h2> <p>César no fue el único gobernante romano en entender la importancia de la construcción de edificios que no solo resolvían necesidades públicas, sino que funcionaban como escaparate de sus propios logros personales o el ejercicio personalista del poder. </p> <p>De hecho, durante la época de la república se esperaba de los magistrados que invirtieran parte de su capital en un ejercicio de generosidad cívica. De esta forma se revertían sobre la ciudad los beneficios económicos que obtenían desde sus puestos de poder político. </p> <p>Sin embargo, a partir de la instauración del imperio, desde Augusto en adelante, los emperadores entendieron que su poder también se reflejaba en la capacidad para dejar su impronta urbana a través de la construcción de edificios que actuasen como una gran pintada que dijera: “Fulanito estuvo aquí”. El complejo palaciego de la <a href="https://colosseo.it/es/area/domus-aurea/"><em>Domus Aurea</em></a> (literalmente “Casa de Oro”) fue construido para satisfacer la megalomanía de Nerón en esa misma línea. Posteriormente en el área que ocupaba se construyó el Coliseo. </p> <h2>Pasión histórica por la Antigüedad</h2> <p>Ha quedado por tanto asumida, dentro del imaginario colectivo occidental, la idea de que propaganda y ostentación encuentran en el mundo romano un lugar donde inspirarse. </p> <p>Los grandes palacios, teatros o iglesias de los siglos XVII al XIX reproducían los <a href="https://www.wikiwand.com/es/articles/Arquitectura_neocl%C3%A1sica_en_Italia">esquemas constructivos del clasicismo</a>. El <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Monumento_a_V%C3%ADctor_Manuel_II">monumento nacional a Víctor Manuel II</a> –también conocido como <em>Altare della Patria</em>– a los pies del Capitolio de Roma es una imitación del famoso “<a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Altar_de_P%C3%A9rgamo">Altar de Pérgamo</a>”. El Imperio napoleónico utilizó el arco del triunfo romano como elemento de celebración de las victorias militares –como muestra <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Arco_de_Triunfo_de_Par%C3%ADs">el que se encuentra en París</a>–. </p> <figure class="align-right zoomable"> <a href="https://images.theconversation.com/files/699550/original/file-20251030-64-dy2t9d.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1000&amp;fit=clip"><img alt="Maqueta del diseño de una ciudad." src="https://images.theconversation.com/files/699550/original/file-20251030-64-dy2t9d.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=237&amp;fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/699550/original/file-20251030-64-dy2t9d.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=789&amp;fit=crop&amp;dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/699550/original/file-20251030-64-dy2t9d.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=789&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/699550/original/file-20251030-64-dy2t9d.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=789&amp;fit=crop&amp;dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/699550/original/file-20251030-64-dy2t9d.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=992&amp;fit=crop&amp;dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/699550/original/file-20251030-64-dy2t9d.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=992&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/699550/original/file-20251030-64-dy2t9d.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=992&amp;fit=crop&amp;dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a> <figcaption> <span class="caption">Maqueta del diseño de Berlín según los planos del arquitecto nazi Albert Speer.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=5484311">Bundesarchiv, Bild 146III-373</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span> </figcaption> </figure> <p>Y en el siglo XX, las dictaduras personalistas fascistas miraron también a la Antigüedad para generar los instrumentos visuales con los que transmitir la grandeza y el triunfalismo. De esta forma, <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4932751">su arquitectura</a> utilizó la retórica de la grandeza del pasado clásico como un vehículo para glorificar el poder y la estabilidad del régimen. Mussolini encargó el “<a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Palacio_de_la_Civilizaci%C3%B3n_Italiana#/media/Archivo:Palazzo_della_civilt%C3%A0_del_lavoro_(EUR,_Rome)_(5904657870).jpg">Palazzo della Civiltà Italiana</a>” como un nuevo coliseo rectangular. Y <a href="https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=5484311">la maqueta del proyecto de Hitler</a> para Berlín evocaba una nueva Roma.</p> <h2>Imperio llama a Imperio</h2> <p>En estos días, ha llamado la atención un nuevo ejemplo de cómo dicha cultura sigue siendo referente para la transmisión de estos propósitos. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, <a href="https://www.rtve.es/noticias/20251016/trump-arco-triunfo-washington-250-anos-independencia/16774131.shtml">proyecta construir un enorme arco del triunfo en la ciudad de Washington</a> con motivo de la conmemoración del 250 aniversario de la independencia de este país. </p> <p>Estados Unidos es un territorio que no tiene un pasado vinculado con la huella del Imperio romano. Por eso, resulta enormemente llamativo comprobar cómo está plagado de recreaciones arquitectónicas que buscan entroncar directamente con este pasado. Cuando se construyeron la mayoría de ellos –pensemos en el <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Capitolio_de_los_Estados_Unidos">Capitolio</a>, el <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Monumento_a_Washington">obelisco del Monumento a Washington</a>, el <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Monumento_a_Lincoln">Lincoln Memorial</a>, etc.– se podía entender que la antigüedad clásica estuviera ejerciendo aún una influencia destacable en el modelo político y de propaganda. Sin embargo, en el momento actual, cualquier evocación directa a símbolos arquitectónicos de un pasado remoto nos parece un tanto paradójica. </p> <p>La razón podría ser que en estos tiempos el gobierno conservador norteamericano está interesado en romper con cualquier “modernidad” y buscar en los “modelos tradicionales” la recuperación de una época dorada perdida. La remodelación del ala este de la Casa Blanca, cuya construcción anterior tenía una clara evocación neoclásica, se ha proyectado como un enorme salón de baile. Si nos fiamos <a href="https://img2.rtve.es/im/16785672/?w=900">de los planos difundidos</a>, reproducen el interior de una basílica romana cargada de columnas corintias y rosetones en el techo. El proyecto del arco del triunfo <a href="https://www.whitehouse.gov/wp-content/uploads/2025/10/P20251007DT-0056.jpg?resize=1536,1024">está coronado</a> también por una enorme estatua de lo que debe ser <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Victoria_(mitolog%C3%ADa)">una diosa alada de la victoria</a>.</p> <figure class="align-center zoomable"> <a href="https://images.theconversation.com/files/699536/original/file-20251030-56-x580nq.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1000&amp;fit=clip"><img alt="Un hombre sujeta una foto de un salón dorado y explica algo ante otros hombres sentados alrededor." src="https://images.theconversation.com/files/699536/original/file-20251030-56-x580nq.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/699536/original/file-20251030-56-x580nq.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=400&amp;fit=crop&amp;dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/699536/original/file-20251030-56-x580nq.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=400&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/699536/original/file-20251030-56-x580nq.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=400&amp;fit=crop&amp;dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/699536/original/file-20251030-56-x580nq.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=503&amp;fit=crop&amp;dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/699536/original/file-20251030-56-x580nq.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=503&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/699536/original/file-20251030-56-x580nq.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=503&amp;fit=crop&amp;dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a> <figcaption> <span class="caption">Donald Trump muestra la maqueta de su nuevo proyecto de Casa Blanca y una imagen de cómo será el salón de baile en una reunión con el secretario de la OTAN Mark Rutte.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.whitehouse.gov/gallery/president-donald-trump-meets-with-nato-secretary-general-mark-rutte/">White House</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span> </figcaption> </figure> <p>Esto confirma que los modelos icónicos procedentes del mundo romano antiguo están dando forma a programas propagandísticos. Pero se trata de un uso que queda separado de los valores arquitectónicos intrínsecos de los edificios tomados como referentes. Después de todo, las basílicas en la antigua Roma eran espacios públicos pensados para que los magistrados pudieran impartir justicia y la población desarrollara sus negocios protegida de las inclemencias del tiempo. Lo único que pervive en su diseño actual es la utilización interesada de una idea de ese imperio que todavía sirve para lanzar un determinado discurso. </p> <p>Porque lo que evoque a la grandeza de Roma continúa siendo percibido como sinónimo de grandeza actual. Después de todo, esa época es el espejo donde nos seguimos mirando.</p> <hr> <p><em><strong>¿Quiere recibir más artículos como este?</strong> <a href="https://theconversation.com/es/newsletters?promoted=suplemento-cultural-175">Suscríbase a Suplemento Cultural</a> y reciba la actualidad cultural y una selección de los mejores artículos de historia, literatura, cine, arte o música, seleccionados por nuestra editora de Cultura Claudia Lorenzo.</em></p> <hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/268457/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>Israel Campos Méndez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p> Trump ha desvelado sus deseos de ‘hacer que América vuelva a ser bella’ trayendo de vuelta un estilo arquitectónico que remite a la antigua Roma. Israel Campos Méndez, Profesor Titular de Historia Antigua, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/268791 2025-10-31T14:57:07Z 2025-10-31T14:57:07Z How a microbial infestation in Ireland gave us the modern day jack-o’-lantern <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/699689/original/file-20251030-56-xa9yjz.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=0%2C1%2C6181%2C4120&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption"></span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/happy-halloween-jack-o-lantern-glowing-2665794001">Bogdan Sonjachnyj/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>The greatest symbol of Halloween is, beyond a doubt, the <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/38853529/">jack-o’-lantern</a>: a pumpkin with its innards scooped out, a grotesque, smiling face carved into it, and a candle inside. Its flickering light casts ghostly shadows and brings the carved face to life, enhancing the holiday’s distinctive air of mystery and festivity.</p> <p>The type of pumpkin most commonly used for Halloween is <a href="https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC6710597/"><em>Cucurbita pepo</em></a>, typically the Connecticut field or Jack O'Lantern varieties, whose colour, rounded shape and tough rind make them ideal for carving. But pumpkins were not always used for this tradition. In the beginning, other vegetables were carved. Specifically, turnips.</p> <h2>The spirit of Stingy Jack</h2> <p>The most famous legend associated with the tradition of carved Halloween vegetables takes us back to 18th-century Ireland. It is linked to the Irish folklore figure of Stingy Jack, also known as Jack the Smith, Drunk Jack, Flaky Jack and Jack O'Lantern.</p> <p>Jack fooled the devil twice, so the story goes. First, he convinced him to turn himself into a coin to pay for one last drink before taking him to hell, and then he trapped him in the top of a tree. To gain his freedom, the devil had to promise Jack that he would never try to claim his soul again.</p> <p>However, when Jack died, his sinful life prevented him from entering heaven. The devil honoured their deal and denied him entry to the underworld, leaving Jack condemned to wander the Earth in eternal darkness, unable to rest in either heaven or hell. </p> <p>Satan mockingly threw him a burning ember from hell to light his way, and Jack placed the ember inside a hollow turnip, which he used as a lantern. And so he became Jack O'Lantern, Jack of the lantern.</p> <h2>Samhain, the Celtic origin of Halloween</h2> <p>Halloween’s ancient roots are linked, for the most part, to the festival of <a href="https://www.museum.ie/en-ie/collections-research/folklife-collections/folklife-collections-list-(1)/religion-and-calendar-customs/hallowe-en-samhain">Samhain</a>, which marked the end of harvest season and the Celtic new year. In the 18th century, many people in Ireland celebrated Samhain with a ritual of going from house to house in search of food and drink – this is where we get modern day trick or treating. </p> <p>Since darkness prevailed over preindustrial Ireland in autumn, many would carve turnips, potatoes and other root vegetables, and fill them with coal or candles to create improvised street lamps to guide people celebrating Samhain. Sometimes, they would carve faces into them.</p> <p>There was also an old belief that, on Halloween night, the boundary between the worlds of the living and the dead was at its weakest, allowing both good and evil spirits to come back. Vegetable lamps were put in windows and doorways to ward off these wandering spirits, including that of Jack O'Lantern himself. Over time, people began to carve frightening faces into turnips to frighten evil spirits away.</p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/samhain-the-true-non-american-origins-of-halloween-266582">Samhain: the true, non-American origins of Halloween</a> </strong> </em> </p> <hr> <h2>How a microorganism changed turnips for pumpkins</h2> <p>The <a href="https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC7115739/">Great Irish Famine</a>, also known as the “Potato Famine” and the “Great Hunger”, was a devastating period of starvation, disease and migration that affected Ireland from 1845 to 1849, though its effects were still being felt as late as 1852.</p> <p>Although the exact figures are unknown, records indicate that there were at least 1,100,000 deaths, and mass emigration of another million people. The result was a population decline of almost 30%. The famine was a disaster on many fronts – it was a convergence of political, religious, economic and, above all, microbiological factors. </p> <p>The famine was caused by the oomycete <a href="https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0314509"><em>Phytophthora infestans</em></a>, commonly known as late blight, which destroyed potato crops, the staple food for much of Ireland’s poor. This microorganism is very aggressive, and is still a threat to important crops such as <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s11540-025-09899-1">potatoes and tomatoes</a>. </p> <p>Unfortunately for the Irish, <em>Phytophthora infestans</em> took hold in the soil. The following years were catastrophic, as the pathogen persisted and potato crops were either ruined or disappeared altogether. At that time, there were no chemical or genetic methods to <a href="https://www.nature.com/articles/s41467-024-50749-4">combat blight</a>. Famine and its associated diseases ravaged the poorest, while malnutrition facilitated the spread of serious illnesses like typhoid fever, tuberculosis, diphtheria and cholera. </p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/how-to-tackle-new-strains-of-potato-blight-and-avoid-another-great-famine-256926">How to tackle new strains of potato blight and avoid another great famine</a> </strong> </em> </p> <hr> <h2>Bringing Halloween to the US</h2> <p>Those who were lucky managed to emigrate in search of new opportunities, although many did so in appalling conditions and perished during the journey. The largest Irish diaspora settled in the United States, a predominantly Protestant country. However, more than 90% of Irish migrants were Catholic, and this had a significant impact on American society.</p> <p>Irish immigrants brought many traditions with them when they crossed the Atlantic, but when it came time to celebrate Halloween, they hit a snag: turnips were not easy to find in America. Fortunately, they found a native vegetable that was much larger, more striking, abundant in autumn, and easy to hollow out and carve: the pumpkin. It immediately replaced turnips and other vegetables. </p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/pumpkins-journey-from-ancient-food-staple-to-spicy-fall-obsession-spans-thousands-of-years-268260">Pumpkins’ journey from ancient food staple to spicy fall obsession spans thousands of years</a> </strong> </em> </p> <hr> <p>Pumpkins carved with spooky faces quickly became integral to Halloween celebrations. Although they were initially used to scare away Jack’s spirit and other wandering souls, over time, the jack-o’-lantern evolved into a simple festive symbol. Today, they adorn homes, mixing fright and fun throughout the month of October.</p> <h2>The dangers of decaying pumpkins</h2> <p>Even today, pumpkins can harbour danger. A 2006 study analysed <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0196655306010133?via%3Dihub">the rapid fungal decomposition of Halloween pumpkins (Cucurbita pepo) in Northern Ireland during October 2005</a>. </p> <p>It found that, after being carved and displayed for some time, jack-o’-lanterns developed significant microbial deterioration. The study revealed the presence of at least five types of fungi (<em>Penicillium</em>, <em>Gibberella</em>, <em>Mucor</em>, <em>Nectria</em> and <em>Fusarium</em>), three of which are known to cause infections in immunocompromised individuals. This risk had not been previously documented. </p> <p>This is not to say carved pumpkins should cease to be part of Halloween festivities, but in healthcare settings with vulnerable patients, they should be regularly inspected to minimise the spread of spores. At the first sign of fungal contamination, they should be discarded at once.</p> <hr> <figure class="align-left "> <img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/653322/original/file-20250305-56-uw659u.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=237&amp;fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/653322/original/file-20250305-56-uw659u.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=342&amp;fit=crop&amp;dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/653322/original/file-20250305-56-uw659u.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=342&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/653322/original/file-20250305-56-uw659u.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=342&amp;fit=crop&amp;dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/653322/original/file-20250305-56-uw659u.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=429&amp;fit=crop&amp;dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/653322/original/file-20250305-56-uw659u.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=429&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/653322/original/file-20250305-56-uw659u.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=429&amp;fit=crop&amp;dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"> <figcaption> <span class="caption"></span> </figcaption> </figure> <p><em>A weekly e-mail in English featuring expertise from scholars and researchers. It provides an introduction to the diversity of research coming out of the continent and considers some of the key issues facing European countries. <a href="https://theconversation.com/europe/newsletters?promoted=europe-newsletter-116">Get the newsletter!</a></em></p> <hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/268791/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>Raúl Rivas González no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p> Halloween originated in Ireland, but the Irish used to carve turnips – not pumpkins. Raúl Rivas González, Catedrático de Microbiología. Miembro de la Sociedad Española de Microbiología., Universidad de Salamanca Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/268422 2025-10-31T09:47:04Z 2025-10-31T09:47:04Z Cómo sobreviven las catrinas y los altares de muertos a Halloween y TikTok sin perder su identidad <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/699690/original/file-20251031-56-7xr1co.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=0%2C0%2C5568%2C3712&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption">Una catrina en el desfile del Día de Muertos en Ciudad de México.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/mexico-city-november-4-2023-day-2524315187">Eve Orea/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>El Día de Muertos es una tradición que ha atravesado décadas de transformación y representa, actualmente, la expresión cultural más emblemática de México. Sin embargo, estos cambios se han visto acelerados en los últimos años debido a la presencia de esta celebración en redes sociales, donde se proyecta como un espectáculo visual. </p> <p>En TikTok, Instagram y YouTube, los altares y las catrinas son representados con disfraces de Halloween y retos virales. Una mezcla que combina lo sagrado y lo festivo con lo viral. </p> <h2>El espectáculo patrimonial</h2> <p><a href="https://ich.unesco.org/es/RL/las-fiestas-indigenas-dedicadas-a-los-muertos-00054">La inclusión del Día de Muertos en la lista de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO en 2008</a> lo ha convertido en un símbolo patrimonial de lo mexicano, que se ha visto impulsado por políticas culturales y turísticas. </p> <p><a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=9625621">El desfile de la Ciudad de México, inspirado en la película de James Bond <em>Spectre</em> (2015)</a>, trasladó la celebración del espacio doméstico al espacio público. A ello se suman ferias, festivales y rutas turísticas que promocionan la “experiencia” del Día de Muertos como producto cultural.</p> <figure> <iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/YzUWEzg_7p8?wmode=transparent&amp;start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe> </figure> <p>En este contexto, las redes sociales amplifican la puesta en escena. En TikTok, los vídeos muestran los preparativos de ofrendas, los concursos de catrinas o los maquillajes rituales. Este desplazamiento de elementos vernáculos hacia medios digitales refleja cómo la tradición se transforma en espectáculo, pero mantiene la emoción colectiva de recordar a los muertos. Lo que antes era un acto íntimo hoy se convierte en contenido que se comparte, al que se da “me gusta”, pero que aún así afirma la identidad y el sentido de pertenencia.</p> <p><div data-react-class="TiktokEmbed" data-react-props="{&quot;url&quot;:&quot;https://www.tiktok.com/@marleneforts/video/7565651092940344579?lang=es&quot;}"></div></p> <h2>De la tradición indígena a la cultura pop</h2> <p>El Día de Muertos es el resultado de mezclar prácticas mesoamericanas de culto a los ancestros con las conmemoraciones ibéricas y católicas del Día de Todos los Santos. Ese sincretismo etnoterritorial, como lo define la antropología, dio lugar a una celebración profundamente identitaria.</p> <p>En la actualidad, sin embargo, se vive otra ola de sincretismo. El encuentro entre la herencia indígena y la cultura pop global se fusionan. En TikTok abundan vídeos donde las ofrendas tradicionales incorporan calabazas, luces LED o disfraces inspirados en <a href="https://www.researchgate.net/publication/385160015_AN_ANALYSIS_OF_MEXICAN_CULTURE_DIA_DE_LOS_MUERTOS_IN_COCO_ANIMATION_FILM">películas como <em>Coco</em> (Pixar/Disney, 2017)</a>.</p> <p>Este fenómeno puede leerse desde la perspectiva de las <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Culturas_h%C3%ADbridas._Estrategias_para_entrar_y_salir_de_la_modernidad">“culturas híbridas”, que Néstor García Canclini</a> instauró en su obra del mismo título. En línea con este concepto acuñado por el antropólogo de origen argentino, pero afincado en México, este tipo de expresiones culturales no consisten en una simple imitación de lo extranjero, sino en una reapropiación, donde los símbolos globales son reinterpretados. Así, el altar con veladoras y papel picado coexiste con filtros digitales, lo que demuestra que las identidades culturales no desaparecen, sino que se transforman.</p> <h2>Globalización mediática y consumo simbólico</h2> <p>El poder de los medios y del mercado también ha influido en la resignificación actual. Un ejemplo claro es la <a href="https://www.adlatina.com/publicidad/best-of-the-best-1-icnocuicatl-un-caso-effie-premiado-en-el-mundo">campaña de la cerveza Victoria</a>, que desde hace años crea cortometrajes, productos y piezas publicitarias inspiradas en los mitos prehispánicos del inframundo. </p> <p>En uno de los vídeos virales recientes, la marca cervecera mezcla el relato mítico de Mictlán (el inframundo de la mitología mexica y nahua) con la historia moderna de la cerveza, produciendo un discurso que une lo ancestral y lo comercial. Es decir, la identidad con la modernidad.</p> <figure> <iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/wfjdFOgm440?wmode=transparent&amp;start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe> </figure> <p>Estas estrategias incluyen cervezas con sabor a cempasúchil (la flor tradiconal del Día de Muertos), narrativas de “orgullo mexicano” y colaboraciones con artistas, como el bailarín Isaac Hernández. </p> <p>Su implantación a través del <em>marketing</em> y la publicidad revela cómo la identidad cultural se convierte en un lenguaje de marca vivencial. No obstante, también evidencia que las empresas recurren a los símbolos, como el Día de Muertos, no solo para vender, sino para reconectar emocionalmente al público con su cultura y con el producto desde el terreno del consumo.</p> <p>De esta manera, la patrimonialización del Día de Muertos, impulsada por el turismo y las redes sociales, funciona como un espejo de la sociedad, donde se expresa tanto el orgullo identitario como la apropiación comercial de lo sagrado.</p> <h2>De los altares blancos al meximalismo identitario y la tropicalización</h2> <p>Otro debate reciente visible en TikTok es el de los llamados <a href="https://elpais.com/mexico/2025-10-28/las-ofrendas-minimalistas-se-vuelven-tendencia-ante-la-tradicion-de-mexico-un-altar-de-dia-de-muertos-sin-color-va-contra-natura.html">“altares blancos” o “altares minimalistas”</a>. Algunos vídeos muestran cómo las tendencias de diseño contemporáneo, marcadas por el gusto neutro y las estéticas de catálogo, se han trasladado a la tradición del altar. En ellos, las flores de cempasúchil se sustituyen por arreglos blancos, las veladoras de colores por luces frías, y los objetos personales del difunto por elementos decorativos.</p> <p>Este fenómeno, más allá del gusto estético, plantea una reflexión sobre la identidad. El altar mexicano no responde al principio de “menos es más”, sino a una lógica del meximalismo, donde “más es más”: colores, aromas, texturas y símbolos que cuentan una historia viva. Frente a la homogeneización del diseño global, el altar tradicional actúa como resistencia simbólica, por lo que no se trata de una tendencia decorativa, sino de una forma de reafirmar la historia colectiva y los vínculos afectivos que sostienen la identidad mexicana.</p> <p><div data-react-class="InstagramEmbed" data-react-props="{&quot;url&quot;:&quot;https://www.instagram.com/p/DNO0Rh5O1kF&quot;,&quot;accessToken&quot;:&quot;127105130696839|b4b75090c9688d81dfd245afe6052f20&quot;}"></div></p> <p>Otros contenidos virales muestran cómo la cultura mexicana se reapropia de su identidad al revivir el Día de Muertos sobre la tradición del Halloween. Las catrinas vuelven a tener protagonismo frente a los zombies o monstruos anglosajones, en un proceso de tropicalización. Una suerte de mezcla festiva, donde lo local se fortalece al dialogar con lo global.</p> <p>A diferencia de los años ochenta y noventa, cuando Halloween ganaba terreno porque representaba lo moderno y extranjero, hoy el Día de Muertos se vive con orgullo y creatividad. </p> <p>Sin embargo, vale la pena preguntarse si esta revitalización se sostiene desde lo comunitario o desde el espectáculo. Películas como <em>Coco</em> o <em>Spectre</em> o eventos como el “paseo ciclista de Día de Muertos”, donde se encienden luces y se usan disfraces, pueden ser al mismo tiempo mecanismos de difusión y de superficialización del rito. De esta manera, la frontera entre tradición y el <em>performance</em> se vuelve cada vez más difusa.</p> <p>Es en esa mezcla de altar y filtro digital, de catrina y lente pop, de mercado y memoria donde se encuentra la expresión contemporánea de una identidad mexicana que dialoga con el mundo sin perder su raíz. Porque, como toda tradición, el Día de Muertos no se conserva: se vive.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/268422/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>Mayra Antonieta Sandoval Quintero no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p> Mezcla de altar y filtro digital, de catrina y lente pop, de mercado y memoria, el Día de Muertos es la expresión de una identidad mexicana que dialoga con un mundo viral sin perder su raíz. Mayra Antonieta Sandoval Quintero, Investigadora en el Instituto Universitario de Investigación en Estudios Latinoamericanos, Universidad de Alcalá Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/268056 2025-10-31T01:35:15Z 2025-10-31T01:35:15Z Así ha evolucionado el negacionismo de la industria de los combustibles fósiles para impedir la acción climática <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/698170/original/file-20251023-64-p5eo38.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=0%2C459%2C4928%2C3285&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption"></span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/oil-pump-industrial-equipment-452657086">Pan Demin/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>La industria de los combustibles fósiles sabía desde la década de 1950 que podía causar un cambio climático, y a finales de la década de 1970 conocía que lo haría con toda seguridad. Sin embargo, en lugar de cambiar la orientación del modelo energético, se ha dedicado a librar <a href="https://www.catedra.com/libro/historia-serie-menor/dos-grados-mas-no-son-para-tanto-jose-maria-baldasano-9788437649436/">una campaña multimillonaria de negación, ocultación, desinformación y retardismo para impedir la adopción de políticas climáticas y de descarbonización</a>. </p> <h2>Las primeras advertencias</h2> <p>Durante las décadas de 1950 y 1960, desde el ámbito científico se explicó en estudios, medios de comunicación y testimonios ante los gobiernos, especialmente al de Estados Unidos, y <a href="https://doi.org/10.1038/s41558-018-0349-9">se alertó a la industria de los combustibles fósiles de que su combustión provocaba y estaba aumentando la concentración de CO₂ en la atmósfera</a>, lo que, con el tiempo, provocaría un cambio climático de origen antrópico. </p> <p>En las décadas de 1970 y 1980, la industria de los combustibles fósiles <a href="https://doi.org/10.1126/science.abk0063">tenía una amplia evidencia</a> de la amenaza potencialmente grave que representaban para el clima terrestre. Realizaba informes e investigaciones propias. El programa de investigación de ExxonMobil predijo el calentamiento global con gran precisión, y otras grandes empresas tenían una comprensión similar de la evidencia científica existente. Sin embargo, en lugar de alertar al público sobre la inminente crisis climática y tomar medidas, <a href="https://doi.org/10.1088/1748-9326/aa815f">ocultaron lo que sabían</a>.</p> <p>El consenso científico sobre el calentamiento global en la década de 1990 <a href="https://doi.org/10.1126/science.1103618">ya estaba bien definido</a>. La comunicación pública de dicho consenso comenzó con el testimonio crucial ante el Congreso de EE. UU. del científico climático estadounidense James Hansen y la creación del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) en 1988, así como la publicación progresiva de sus seis <a href="https://www.ipcc.ch/languages-2/spanish/">informes</a> desde 1990 a 2023. </p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/erase-una-vez-el-cambio-climatico-breve-historia-de-un-relato-que-cambio-en-el-verano-de-2022-190922">Érase una vez el cambio climático... Breve historia de un relato que cambió en el verano de 2022</a> </strong> </em> </p> <hr> <h2>Tácticas de desinformación</h2> <p>A medida que el cambio climático se convertía en noticia de primera plana y crecía la necesidad política para abordarlo, la industria de los combustibles fósiles, sus asociaciones y sus aliados ideológicos iniciaron una masiva campaña para socavar la comprensión pública del problema y bloquear la adopción de medidas políticas significativas. </p> <p>Desde entonces, se ha negado y puesto en duda activamente la ciencia climática, se ha confundido al público y a los políticos, y se ha impedido la aplicación de políticas climáticas y de energía mediante la desinformación. Imitando a la industria tabacalera, una táctica clave fue –y sigue siendo– exagerar la incertidumbre científica y <a href="https://cup.columbia.edu/book/the-hockey-stick-and-the-climate-wars/9780231152549/">afirmar falsamente que no existe consenso entre los expertos científicos</a> y, por lo tanto, no hay base para actuar.</p> <p>Otras tácticas han incluido denigrar los modelos climáticos, presentar el enfriamiento global como una interpretación alternativa de los datos científicos y fingir ignorancia sobre la perceptibilidad del calentamiento antropogénico. </p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/la-realidad-cada-vez-se-lo-pone-mas-dificil-pero-el-negacionismo-climatico-sigue-ignorando-las-evidencias-249072">La realidad cada vez se lo pone más difícil, pero el negacionismo climático sigue ignorando las evidencias</a> </strong> </em> </p> <hr> <h2>Mentiras económicas</h2> <p>Las corporaciones de los combustibles fósiles también se dedicaron a promover un alarmismo económico. Un “plan de comunicaciones” de 1995 de la <a href="https://www.ucs.org/sites/default/files/attach/2015/07/Climate-Deception-Dossier-7_GCC-Climate-Primer.pdf">Global Climate Coalition</a> de la industria presentó como principales mensajes públicos no solo “la continua incertidumbre científica”, sino también “económica: pérdida de empleos, mayores costos de la energía, menor competitividad” y “soberanía: Estados Unidos cede la política energética y ambiental a la burocracia internacional”. </p> <p><a href="https://www.researchgate.net/profile/Riley-Dunlap/publication/284261736_Organized_Climate_Change_Denial/links/5652077b08aeafc2aaba80c3/Organized-Climate-Change-Denial.pdf">Difundió su desinformación</a> directamente a través de anuncios engañosos, informes empresariales, información inadecuada a los accionistas e indirectamente financiando organizaciones negacionistas del cambio climático y políticos de derecha. </p> <p><a href="https://doi.org/10.1093/oxfclm/kgaf011">Investigaciones recientes</a> han revelado que la industria de los combustibles fósiles también ocultó y engañó durante mucho tiempo al público y a los políticos sobre los graves daños a la salud que estos generan.</p> <p>La campaña de desinformación coincidió con el esfuerzo de décadas de promover una agenda antigobernanza y antiregulación que <a href="https://www.bloomsbury.com/us/big-myth-9781635573572/">afirmaba que el cambio climático (y otros temas) debían dejarse en manos del mercado</a>, y que el gobierno no era, ni podía ser, la solución.</p> <p>La realidad, como bien señaló el economista Nicolas Stern, es que el cambio climático es una falla del mercado donde “quienes dañan a otros emitiendo gases de efecto invernadero no pagan su externalización”, lo que <a href="https://climatecommunication.yale.edu/publications/global-warmings-six-americas-fall-2023/">requiere la acción del gobierno para abordarlo</a>.</p> <p>Sin embargo, a mediados de la década de 1990, en gran parte debido a la desinformación promovida por la industria de los combustibles fósiles y sus aliados, muchos ciudadanos y líderes políticos se habían convencido de “confiar en el mercado” y evitar la regulación del cambio climático.</p> <h2>Un cambio de registro</h2> <p>A mediados de la década de 2000, a medida que se fortalecía el consenso sobre el actual cambio climático, la industria de los combustibles fósiles cambió su estrategia de la negación pública rotunda del cambio climático a <a href="https://doi.org/10.1016/j.oneear.2021.04.014">formas más sutiles e insidiosas de propaganda</a>.</p> <p>Entre sus distintas estrategias, se presentaba el cambio climático como un “riesgo” en lugar de una “realidad”. Incluso después de que <a href="https://theconversation.com/informe-ipcc-la-amenaza-del-cambio-climatico-sobre-el-bienestar-humano-y-la-salud-del-planeta-es-inequivoca-177938">la comunidad científica hubiese declarado que el cambio climático era “inequívoco”</a>. </p> <p>Usan el <a href="https://doi.org/10.1080/17524032.2012.720270"><em>greenwashing</em> o el ecoblanqueo en la publicidad</a> para presentar a las empresas y organizaciones como conscientes del medio ambiente y comprometidas con las tecnologías bajas en carbono. Sin embargo, de 2008 a 2022 las empresas de petróleo y gas <a href="https://www.iea.org/data-and-statistics/charts/distribution-of-cash-spending-by-the-oil-and-gas-industry-2008-2022">nunca gastaron más del 1 % de sus presupuestos anuales colectivos en proyectos bajos en carbono</a>.</p> <h2>Falsas promesas</h2> <p>Muchas compañías han hecho promesas de alcanzar emisiones netas cero que sus modelos de negocios no pueden lograr. Utilizan una retórica basada en la “responsabilidad individualizada”, en la que <a href="https://www.theguardian.com/commentisfree/2021/aug/23/big-oil-coined-carbon-footprints-to-blame-us-for-their-greed-keep-them-on-the-hook">trasladan la culpa del cambio climático a los consumidores promoviendo la huella de carbono individual</a> –caso paradigmático de British Petroleum– y su papel en el sostenimiento de la “demanda”, a pesar de que gran parte de esta demanda podría satisfacerse con energías renovables.</p> <p>Promueven el “solucionismo de los combustibles fósiles”, presentando su industria como una parte esencial e inevitable de la solución a la crisis climática, en contradicción con la evidencia científica de que la producción y el uso continuado de combustibles fósiles la empeorará. Y utilizan juegos de trileros tecnológicos en los que minimizan los daños climáticos de los combustibles fósiles. Por ejemplo, comercializando falsamente el metano como “limpio” y promoviendo tecnologías ineficaces y costosas como la captura y almacenamiento de carbono. </p> <p>A medida que el costo de la energía solar y eólica van disminuyendo, la industria de los combustibles fósiles <a href="https://www.nytimes.com/2024/06/01/opinion/clean-energy-solar-wind.html">presenta falsamente las alternativas limpias y renovables a los combustibles fósiles como poco fiables e inviables</a>. Junto a estas tácticas de propaganda, una gran desinformación climática sigue proliferando en las redes sociales, promovida en gran medida por fuentes relacionadas con la industria de los combustibles fósiles.</p> <h2>La desinformación obstaculiza la acción climática</h2> <p>Estas tácticas siguen siendo omnipresentes y muy influyentes. En 2022, el IPCC <a href="https://www.ipcc.ch/report/ar6/wg2/downloads/report/IPCC_AR6_WGII_FullReport.pdf">concluyó</a> que la desinformación y la politización de la ciencia del cambio climático por parte de intereses creados “han sembrado incertidumbre e impedido el reconocimiento del riesgo” y “han limitado la acción climática”. </p> <p>Las encuestas muestran sistemáticamente que una parte significativa de la población sigue dudando de la realidad e importancia del actual cambio climático. El Foro Económico Mundial ha concluido que <a href="https://www3.weforum.org/docs/WEF_The_Global_Risks_Report_2024.pdf">la desinformación es ahora uno de los principales riesgos globales</a>. </p> <p>En un reciente informe, el <a href="https://www.ipie.info/news/press-release-climate-misinformation-threatens-global-action-says-ipie-assessment">Panel Internacional sobre el Entorno de la Información</a> asegura que la mayor barrera para la acción climática puede que no sea la falta de conocimiento científico, sino la “difusión mundial de información errónea que atenta contra la confianza pública y la voluntad política”.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/268056/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>José María Baldasano Recio no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p> Desde la década de 1950, las empresas del petróleo y el gas se han dedicado a lanzar campañas de negación y desinformación para bloquear la adopción de políticas climáticas y de descarbonización. José María Baldasano Recio, Catedrático Emérito de Ingeniería Ambiental Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/267776 2025-10-31T01:32:37Z 2025-10-31T01:32:37Z Aumenta la brecha en competencias entre España y otros países desarrollados: ¿qué significa? <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/698905/original/file-20251028-56-9travu.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=0%2C0%2C5829%2C3886&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption"></span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/detail-photo-primary-school-classroom-where-2035389320">MnManu/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>¿Es más competente una persona que ha terminado estudios de postgrado que otra que tiene solamente un grado universitario? Parece lógico que sí: cuantos más años hemos estudiado, mejores serán nuestras competencias reales en el ámbito profesional. Pero similar nivel de estudios no equivale a un similar nivel de competencias. Especialmente entre países. </p> <p><a href="https://doi.org/10.1787/53f23881-en">El programa PISA</a>, que evalúa las competencias de los estudiantes en matemáticas, ciencias y lectura, nos ofrece datos para analizar con mayor precisión la relación entre la educación, el capital humano y el desempeño económico de los países y los individuos. </p> <p>Los resultados que ofrece esta evaluación internacional muestran la importancia de las competencias <em>reales</em> (en términos de su capacidad para desenvolverse en la vida cotidiana y la actividad laboral) en comparación con la mera acumulación de años de enseñanza. Y mientras que PISA nos habla de los jóvenes de 15 años, <a href="https://doi.org/10.1787/b263dc5d-en">el reciente informe de la OCDE</a> sobre el nivel de competencias de la población adulta es la traslación a la población en edad de trabajar del mismo enfoque. </p> <h2>Aplicar lo que hemos aprendido</h2> <p>Este último estudio ofrece información sobre el nivel de competencias básicas (matemáticas, comprensión lectora y resolución adaptativa de problemas) de la población entre 16 y 65 años. Esto permite comparar a España con otros países de la OCDE (países desarrollados todos ellos) y tener en cuenta aspectos como la edad del individuo, el nivel de estudios terminados y la situación entre distintas generaciones, como hemos hecho <a href="https://www.fbbva.es/wp-content/uploads/2025/07/DE-2025-formacion_transicion_digital_y_calidad_vida_mayores_Espana-copia.pdf">en nuestro último estudio</a>. </p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/cinco-objetivos-y-veinte-practicas-para-una-ensenanza-de-calidad-segun-la-ocde-256290">Cinco objetivos y veinte prácticas para una enseñanza de calidad (según la OCDE)</a> </strong> </em> </p> <hr> <p>Incluso podemos distinguir qué parte de las diferencias en competencias entre grupos o países se debe a que unas personas han estudiado más años o alcanzado niveles educativos más altos, y qué parte obedece a que, aun con el mismo nivel de estudios, algunos grupos o países desarrollan más o menos competencias que otros.</p> <p>En las competencias de una persona influyen factores diversos relacionados con características personales y familiares o la propia actividad laboral, pero el papel del sistema educativo y su mejor o peor funcionamiento es, sin duda, fundamental. Por eso el informe tiene en cuenta tanto qué efecto tiene acumular más o menos años de estudios y completar niveles más avanzados de enseñanza o no como aspectos más cualitativos sobre las competencias alcanzadas en los sucesivos niveles de enseñanza.</p> <h2>¿Por qué empeora el nivel en España?</h2> <p>La comparación con la media de los países de la OCDE muestra una brecha desfavorable para España. El nivel de competencias es para todas las franjas de edad más bajo en las tres competencias básicas investigadas. </p> <p>Además, esa distancia aumenta generación tras generación. Para la cohorte de 25 a 34 años (la más joven con edad suficiente para haber completado su etapa educativa), la brecha triplica a la de la cohorte de 55 a 65 años. Es decir, los jóvenes españoles están el triple de lejos del nivel habitual de competencias de los jóvenes de los países desarrollados que las personas de 55 a 65 años respecto a la media para ese grupo de edad.</p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/ensenanza-tradicional-o-por-competencias-la-dificil-transicion-de-modelo-educativo-189993">¿Enseñanza tradicional o por competencias? La difícil transición de modelo educativo</a> </strong> </em> </p> <hr> <p>Es interesante observar que, mientras que el nivel de estudios influye de una manera previsible en los resultados (es decir, la brecha es menor con los países del entorno a medida que las personas tienen niveles más elevados de estudios), en el caso de las competencias que se adquieren en cada nivel educativo, la distancia es cada vez mayor: a igualdad de nivel de estudios, las competencias de las sucesivas generaciones están cada vez más lejos de las de sus coetáneos de los países desarrollados. </p> <p>El resultado más llamativo es que, en términos globales, los españoles nacidos en los sesenta y próximos a jubilarse (cohorte de 55 a 65 años) muestran más competencias a igualdad de estudios completados que sus coetáneos de la OCDE. Sin embargo, para las cohortes posteriores esa ventaja desaparece y se va convirtiendo en una brecha negativa cada vez más grande.</p> <h2>Más competencias que sus mayores, pero menos que sus coetáneos europeos</h2> <p>En definitiva, ¿tienen los jóvenes españoles más competencias básicas que sus mayores? Sí, pero ese avance se ha producido en todos los países y, de hecho, España es uno de los cinco países desarrollados donde es más débil. Como resultado, los jóvenes españoles están más lejos de sus coetáneos de la OCDE que quienes nacieron en los 60, una generación que se formó íntegramente con el modelo de la EGB.</p> <p>En otras palabras, mientras otros países de la OCDE han logrado que sus jóvenes con el mismo nivel educativo alcancen competencias básicas más altas, en España ese progreso ha sido menor, de modo que, incluso con los mismos estudios completados, los españoles suelen mostrar un nivel medio de competencias inferior al de sus homólogos en otros países.</p> <h2>Frenesí legislador</h2> <p>Se trata de un resultado decepcionante en el contexto de los esfuerzos realizados en materia educativa durante las últimas décadas. La lista de reformas en este ámbito desde los 80 conforma una auténtica sopa de letras de leyes orgánicas: LOU, LODE, LOGSE, LOPEG, LOCE, LOE, LOMCE, LOMLOE, LOSU… Esto convierte a España en un caso un tanto atípico de frenesí legislador caracterizado por una sistemática falta de consenso, con una sucesión de normas a veces contradictorias, otras veces efímeras o incluso no aplicadas realmente. </p> <p>La enseñanza necesita políticas coherentes y sostenidas en el tiempo, al caracterizarse por periodos de maduración muy prolongados. Hay que pensar que, en la actualidad, un graduado universitario típico puede acumular fácilmente 20 años de estudios en los diferentes niveles de enseñanza. </p> <p>Esa falta de una política educativa consensuada, coherente y prolongada puede haber contribuido a que el progreso conseguido por España en términos de competencias no pueda calificarse de adecuado si se compara con el habitual en otros países desarrollados.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/267776/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>Ángel Soler Guillén recibe fondos de Fundación BBVA. </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Lorenzo Serrano Martínez recibe fondos de Fundación BBVA</span></em></p> Mientras otros países de la OCDE han logrado que sus jóvenes con el mismo nivel educativo alcancen competencias básicas más altas, en España ese progreso ha sido menor. Ángel Soler Guillén, Vicedecano de Estudios de Postgrado de la Facultat d'Economia, Universitat de València Lorenzo Serrano Martínez, Catedrático de Fundamentos de Análisis Económico, Universitat de València Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/264460 2025-10-31T01:30:31Z 2025-10-31T01:30:31Z Los efectos del cannabis medicinal en los pacientes con diabetes: ¿qué se sabe y qué no? <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/697855/original/file-20251022-56-wzx3b7.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=296%2C0%2C4417%2C2943&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption"></span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/doctor-hand-hold-offer-patient-medical-1220427025">OMfotovideocontent/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Cada vez se escucha hablar más del <a href="https://theconversation.com/cannabis-medicinal-en-farmacias-223658">cannabis medicinal</a> como una posible ayuda para las personas con diabetes. Las redes sociales y la publicidad lo suelen presentar como una solución natural y sin riesgos. Pero ¿qué dice realmente la ciencia?</p> <p>Hasta la fecha, no existe evidencia científica de que el cannabis controle la diabetes. Puede ayudar a aliviar dolor y mejorar un poco el sueño en algunas personas, pero también tiene efectos secundarios. En caso de decidir usarlo, se recomienda que sea junto con el medicamento recetado por un profesional y con vigilancia médica.</p> <p>Si bien en algunos países como Uruguay o Italia, el uso medicinal del cannabis está regulado desde hace años, otros apenas empiezan a hacerlo. Uno de ellos es España, donde apenas hace unas semanas <a href="https://www.sanidad.gob.es/gabinete/notasPrensa.do?id=6761">se aprobó un Real Decreto todavía pendiente de implementarse</a> y que únicamente podrá ser prescrito por médicos especialistas en el ámbito hospitalario.</p> <p>En México, donde <a href="https://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/regley/Reg_LGS_MCSPIUMC_120121.pdf">desde el 2021 es legal consumir cannabis con fines medicinales</a>, sólo puede emplearse mediante medicamentos con registro sanitario y prescripción, pero no existe una autorización general para tratar la diabetes ni para que los pacientes la consuman con receta de forma rutinaria por esa indicación. Por otro lado, los productos que hay en el mercado mexicano se comercializan como suplementos y en este caso la legislación no es tan estricta.</p> <h2>Qué se sabe del cannabis</h2> <p>Consumir cannabis no afecta siempre igual. El THC es la sustancia que produce el efecto psicoactivo, mientras que <a href="https://theconversation.com/todo-lo-que-debemos-saber-sobre-el-cannabidiol-151795">el cannabidiol</a>, conocido como CBD, no cuenta con esa cualidad y suele tener un perfil de seguridad distinto. Es decir, cada una de las dos sustancias tiene propiedades distintas y, por lo tanto, riesgos diferentes.</p> <p>Por otro lado, los productos elaborados de cannabis varían en cantidad, pureza y forma de uso (gotas, cápsulas o vaporizado). Por eso, comparar resultados entre personas o estudios científicos resulta tan difícil. </p> <p>En cuanto a sus efectos en las personas con diabetes, esto es lo que se sabe:</p> <p>1) <a href="https://diabetes.org/es/salud-bienestar/cbd-y-diabetes">No controla la glucosa</a>. No existe un medicamento de cannabis aprobado para “bajar el azúcar”. Hay que desconfiar de tales promesas.</p> <p>2) En personas con <a href="https://theconversation.com/dolor-neuropatico-un-problema-sin-solucion-163945">dolor neuropático</a>, un síntoma típico en personas que llevan varios años padeciendo diabetes, el cannabis o algunos aceites pueden disminuir el dolor. Sin embargo, los estudios realizados son pequeños, es decir, cuentan con un número limitado de participantes. Y si bien han demostrado <a href="https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC9536813/">mejoría en algunos casos, no funciona para todos</a> ni reemplaza a otros tratamientos. </p> <p>3) <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28349316/">Su efecto en el sueño</a>. Aunque algunas personas duermen mejor tras su consumo, sobre todo si el dolor mejora, el efecto en promedio se considera modesto. </p> <p>4) El uso recreativo de cannabis en personas <a href="https://theconversation.com/los-casos-de-diabetes-tipo-1-aumentan-en-todo-el-mundo-pero-cada-vez-los-gestionamos-mejor-241604">con diabetes 1</a> se ha relacionado con más episodios de <a href="https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/000320.htm#:%7E:text=Cuando%20las%20cetonas%20se%20producen,no%20han%20diagnosticado%20con%20diabetes.">cetoacidosis</a>, un problema de salud originado cuando las cetonas, sustancias fabricadas por el cuerpo cuando descompone grasas para obtener energía, se producen rápidamente y se acumulan en la sangre y en la orina, acidificando ambos fluidos.</p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/todo-lo-que-debemos-saber-sobre-el-cannabidiol-151795">Todo lo que debemos saber sobre el cannabidiol</a> </strong> </em> </p> <hr> <h2>Lo que todavía se desconoce</h2> <p>Aún existen <a href="https://theconversation.com/nos-hemos-liado-con-el-cannabis-197561">muchas preguntas relacionadas con los efectos del cannabis</a> sin respuesta. Por ejemplo, no se sabe qué producto, a qué dosis y por cuánto tiempo son los adecuados para tratar algunos de los síntomas de la diabetes. </p> <p>Los <a href="https://theconversation.com/la-moda-de-los-productos-con-cbd-cuales-son-sus-beneficios-y-posibles-riesgos-214487">aceites, cápsulas y vaporizadores</a> disponibles poseen mezclas de cantidades distintas de THC, CBD y otros compuestos y, a día de hoy, no contamos con una dosis estándar para personas que presentan la enfermedad. Por lo que comparar resultados es complicado.</p> <p>Otro aspecto clave es que no se ha descrito a quién benefician y quién no. Puede que ciertos grupos respondan mejor, pero no tenemos marcadores confiables que nos digan a qué tipo de perfiles le conviene su consumo o, por el contrario, podría hacerle daño.</p> <p>Los efectos del cannabis a largo plazo tampoco están claros. ¿Qué consecuencias puede tener en el hígado, el ánimo, <a href="https://theconversation.com/asi-afecta-el-cannabis-a-nuestra-mente-segun-nuevas-investigaciones-182922">la memoria</a>, el corazón o el apetito su uso durante meses o años? </p> <p>Y tampoco está bien establecido en qué cantidades estas combinaciones son seguras ni cómo se puede ajustar la dosis, así que se requiere de vigilancia médica.</p> <p>Además, falta información sobre sus resultados en <a href="https://theconversation.com/el-cannabis-cada-vez-es-mas-potente-que-consecuencias-tiene-en-la-salud-de-los-jovenes-227234">grupos como adolescentes</a>, embarazadas y adultos mayores.</p> <figure class="align-right zoomable"> <a href="https://images.theconversation.com/files/691926/original/file-20250919-56-obrdpr.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1000&amp;fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/691926/original/file-20250919-56-obrdpr.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=237&amp;fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/691926/original/file-20250919-56-obrdpr.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=682&amp;fit=crop&amp;dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/691926/original/file-20250919-56-obrdpr.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=682&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/691926/original/file-20250919-56-obrdpr.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=682&amp;fit=crop&amp;dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/691926/original/file-20250919-56-obrdpr.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=857&amp;fit=crop&amp;dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/691926/original/file-20250919-56-obrdpr.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=857&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/691926/original/file-20250919-56-obrdpr.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=857&amp;fit=crop&amp;dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a> <figcaption> <span class="caption"></span> </figcaption> </figure> <p>Lo que sí se sabe es que el CBD y el THC pueden cambiar <a href="https://www.fda.gov/consumers/articulos-para-el-consumidor-en-espanol/lo-que-necesita-saber-y-lo-que-estamos-intentando-averiguar-sobre-los-productos-que-contienen#:%7E:text=El%20CBD%20puede%20afectar%20el,que%20puede%20conducir%20a%20lesiones.">la farmacodinámica de algunos medicamentos</a> comunes, es decir, sus efectos bioquímicos y fisiológicos en nuestro cuerpo.</p> <p>Existe, adicionalmente, un gran problema con la calidad de <a href="https://theconversation.com/la-moda-de-los-productos-con-cbd-cuales-son-sus-beneficios-y-posibles-riesgos-214487">los productos disponibles</a>. Muchos de ellos, por ejemplo, no están elaborados de los compuestos que dicen que lleva su etiqueta y, a veces, sus fórmulas incluyen contaminantes. Para que los pacientes sepan qué están exactamente consumiendo se necesita una mejor regulación y análisis de laboratorio obligatorios.</p> <h2>¿Cómo podría actuar en el cuerpo?</h2> <p>Nuestro organismo cuenta con un <a href="https://www.elsevier.es/es-revista-medicina-clinica-2-articulo-sistema-endocannabinoide-e-inflamacion-intestinal-13127285#:%7E:text=El%20sistema%20endocannabinoide%20es%20un,los%20cannabinoides%20ejercen%20su%20efecto.">sistema natural llamado endocannabinoide</a>, el cual funciona como si las sustancias del cannabis se comportaran como “llaves” que se unen a “cerraduras” en el cuerpo, los receptores. </p> <p>Este mecanismo modula la intensidad del dolor, disminuyéndolo, y regula tanto el apetito como la inflamación. El problema de interferir en este engranaje es que también puede causar efectos no deseados, como ansiedad, somnolencia, hambre o cambios de ánimo. Por esta razón, encontrar la dosis y mezcla correctas resulta un cometido difícil.</p> <h2>¿Qué aporta la farmacología de redes al conocimiento sobre el cannabis?</h2> <p>Este enfoque surge como una <a href="https://smiba.org.ar/curso_medico_especialista/lecturas_2025/Los%20modelos%20de%20redes%20de%20farmacointeracci%C3%B3n%20predicen%20interacciones%20desconocidas%20entre%20f%C3%A1rmacos.pdf">forma moderna de investigar</a>. En lugar de ver una diana a la vez, se observan redes de genes y proteínas que sufren cambios en las personas con diabetes. Gracias a esta técnica, probamos en computadora qué moléculas del cannabis podrían encajar en varias dianas a la vez y tener menos efectos en el organismo.</p> <p>Esto no es una prueba en humanos. Pero sirve para priorizar qué vale la pena estudiar en el laboratorio y, después, en ensayos clínicos. Así evitamos prometer “curas” sin evidencia.</p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/nos-hemos-liado-con-el-cannabis-197561">Nos hemos liado con el cannabis</a> </strong> </em> </p> <hr> <h2>Consejos prácticos</h2> <ol> <li><p>Nunca se deben reemplazar medicamentos como metformina o <a href="https://theconversation.com/insulina-y-leptina-el-tira-y-afloja-de-lo-que-comemos-186490">la insulina</a>, dieta o ejercicio por cannabis. Es importante, además, informar al médico sobre las posibles interacciones del producto a base de cannabis con los fármacos recetados. Para pacientes con diabetes 1, se recomienda evitar el uso recreativo de esta droga. En caso de hacerlo es importante tener un control sobre los niveles de cetonas en orina y sangre, hidratarse bien y no olvidar tomar la insulina. </p></li> <li><p>Hay que verificar siempre la calidad del producto. Para eso es importante solicitar un certificado de análisis con el contenido real de CBD/THC y la ausencia de contaminantes o, al menos, revisar la etiqueta.</p></li> <li><p>En caso de decidir consumir cannabis, empezar a hacerlo de forma paulatina, llevando un registro de cómo afecta al sueño, el dolor y a las lecturas de glucosa. Si aparecen síntomas como mareo fuerte, vómito, palpitaciones, confusión o subidas y bajadas repentinas de azúcar, se debe cesar su uso de forma inmediata.</p></li> <li><p>Hay que desconfiar de los engaños de <em>marketing</em>: si alguien promete “curar” o “bajar el azúcar rápido”, es señal de alarma. </p></li> <li><p>Evitar fumar para no dañar los pulmones por el humo. Si se usa con fines médicos, es mejor elegir formas orales o sublinguales (gotas o cápsulas).</p></li> <li><p>No conducir tras consumirlo para evitar acarrear accidentes viales.</p></li> </ol> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/certezas-e-incertidumbres-sobre-la-legalizacion-del-cannabis-169206">Certezas e incertidumbres sobre la legalización del cannabis</a> </strong> </em> </p> <hr> <h2>Qué falta por investigar y por regular</h2> <p>Si bien se han realizado distintos estudios sobre el consumo y efectos del cannabis, todavía se requieren ensayos grandes, llevados a cabo con cientos de personas, que integren productos estandarizados y un seguimiento de 6 a 12 meses como mínimo. </p> <p>Se debe, además, medir lo que importa: el dolor, sueño, niveles de <a href="https://medlineplus.gov/spanish/a1c.html">hemoglobina glicosilada</a> (análisis de glucosa en la sangre), peso, calidad de vida y seguridad. </p> <p>Por otro lado, tenemos que conocer bien cómo nos beneficia, buscando biomarcadores para personalizar el uso del cannabis. Y, además, crear certificados claros de calidad, a través de un etiquetado honesto y controles estrictos de contaminantes.</p> <p>Como apunta la evidencia, el cannabis no controla la diabetes. Puede ayudar un poco a disminuir el dolor y a mejorar el sueño en algunas personas. Pero acarrea sus riesgos, especialmente en pacientes con diabetes 1.</p> <p>Si alguien decide probarlo, que sea junto al tratamiento, con acompañamiento médico y eligiendo productos confiables. La ciencia avanza en cuanto al conocimiento de los efectos de cannabis, pero todavía hay más preguntas que la rondan que respuestas.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/264460/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>Juan Manuel Guzmán Flores no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p> Cada vez más gente usa cannabis como tratamiento para la diabetes. Pero ¿qué dice la ciencia sobre su uso medicinal? Juan Manuel Guzmán Flores, Investigador sobre procesos moleculares y celulares de las enfermedades cronico-degenerativas., Universidad de Guadalajara Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/268635 2025-10-31T01:27:36Z 2025-10-31T01:27:36Z Más allá del narcotráfico: qué hay detrás de las amenazas de Donald Trump a Venezuela y Colombia <p>La nueva escalada de Donald Trump contra Venezuela –y desde el 19 de octubre también contra Colombia– puede entenderse como una señal de un cambio más profundo en la proyección de la estrategia de seguridad internacional de Estados Unidos.</p> <p>El 14 de octubre de 2025, <a href="https://www.dw.com/en/trump-authorizes-cia-operations-in-venezuela/a-74376381">Trump admitió haber autorizado operaciones encubiertas de la CIA</a> en territorio venezolano y el despliegue de más buques en el Caribe. Poco después, repitió su ataque anterior contra una lancha rápida venezolana y anunció que había atacado un buque colombiano en aguas caribeñas.</p> <p>En ambos casos, el argumento oficial fue la necesidad de “interrumpir las rutas de tráfico”. Pero lo que está en marcha es un intento de reposicionar el poder estadounidense dentro de su entorno geopolítico y reafirmar el control sobre una región que, desde la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Doctrina_Monroe">Doctrina Monroe</a> (1823), Estados Unidos ha considerado su patio trasero y, desde <a href="https://encyclopedia.ushmm.org/content/pt-br/article/world-war-ii-key-dates">la Segunda Guerra Mundial</a>, su retaguardia estratégica.</p> <p>Este movimiento se formula a partir de una percepción realista de la situación de conflicto mundial y de la constatación de que Estados Unidos ya no podía sostener, con alguna probabilidad de éxito, las múltiples beligerancias que se vislumbran en el horizonte inmediato. La hegemonía global de que disfrutaba EE. UU. es cada vez más firmemente contestada por las potencias emergentes. </p> <h2>Impotencia frente al “Eje del mal”</h2> <p>Quizás influido por el <a href="https://www.armed-services.senate.gov/imo/media/doc/nds_commission_final_report.pdf">Informe Final de la Comisión de Estrategia de Defensa Nacional</a>, en el que se reconoce la impotencia estadounidense para enfrentarse a lo que sería un “Eje del Mal” (China, Rusia, Irán y Corea del Norte), Trump decide retirar sus fuerzas distribuidas por el mundo. Un repliegue estratégico que deja algunos focos regionales de inestabilidad como distracción. También se fortalece militarmente con cambios radicales en tres frentes considerados obsoletos: el complejo militar-industrial, la diplomacia y las Fuerzas Armadas.</p> <p>En esta estrategia, Trump decide reforzar primero su patio trasero latinoamericano, el círculo de seguridad más cercano a Estados Unidos. Con ese objetivo reduce momentáneamente los esfuerzos militares en el teatro de operaciones principal (Eurasia, Oriente Medio y el Pacífico) para reforzar el teatro de operaciones secundario (América Latina y el Atlántico Sur). Washington busca así consolidar su base material: recursos, cadenas de suministro, rutas energéticas y presencia militar regional.</p> <p>En Oriente Medio, Washington abandonó las ocupaciones prolongadas tras el fin de la guerra de Afganistán y redujo su presencia militar en Irak y Siria. En Europa, la erosión del apoyo a Ucrania reveló los límites de su capacidad para mantener una beligerancia de desgaste, a largo plazo, con Rusia. </p> <p>En Asia, la <a href="https://www.cnnbrasil.com.br/economia/macroeconomia/guerra-comercial-veja-linha-do-tempo-de-tarifas-entre-eua-e-china/">confrontación con China</a> se trasladó del ámbito militar al tecnológico-comercial. En todos estos casos, los costos de la permanencia en el teatro principal superaron la eventual ganancia estratégica.</p> <p>Las amenazas contra Venezuela y Colombia cumplen una función tanto simbólica como instrumental. Sirven como demostración de fuerza y una señal política para todos los países del continente, ocupando una posición central en el escenario continental.</p> <p>Al mismo tiempo, marcan la reanudación de una doctrina de contención frente al creciente acercamiento entre los países de la región y Rusia, y en especial con la República Popular China, evocando la preocupación estratégica similar que tenían con Alemania durante la Segunda Guerra Mundial. </p> <p>América Latina se concibe nuevamente como un espacio estratégico que debe permanecer bajo vigilancia directa e indirecta (con el apoyo de las fuerzas armadas latinoamericanas para este propósito).</p> <h2>Motivación estratégica</h2> <p>La <a href="https://www.pbs.org/newshour/politics/fact-checking-trumps-claim-that-each-boat-strike-off-venezuelas-coast-saves-25000-lives">retórica antidrogas</a> es, por lo tanto, una fachada. <a href="https://theconversation.com/la-crisis-del-fentanilo-y-por-que-sus-consumidores-parecen-zombis-222145">El fentanilo</a>, la sustancia que más preocupa a Estados Unidos debido a su creciente letalidad, proviene de México, no de Caracas ni de los cárteles colombianos.</p> <p>En el caso de Venezuela, no hay evidencia de la existencia de un cártel de la droga liderado por el presidente Maduro, como alega Trump. E incluso si así fuera, se trataría de un asunto judicial que de ninguna manera implica una operación militar en el Caribe, y mucho menos en territorio venezolano. Consideramos que se trata exclusivamente de una cuestión de prevención estratégica: disuadir la expansión de alianzas alternativas en Latinoamérica que debiliten el flanco sur y recuperar el control sobre recursos críticos, como el petróleo y las tierras raras.</p> <h2>Aranceles, descalificaciones y ataques</h2> <p>Esta lógica ya se manifiesta en otros frentes. <a href="https://www.bbc.com/portuguese/articles/c1lqgj0626ro">Washington impuso aranceles del 50 % a los productos brasileños</a>. En septiembre, descalificó a Colombia como socio en la lucha contra las drogas e intensificó las sanciones contra Caracas, lo que también provocó ataques a un barco colombiano.</p> <p>Ninguna de estas medidas tuvo el efecto esperado. Al contrario, generaron reacciones adversas: Venezuela firmó acuerdos militares y energéticos con Rusia; Colombia, bajo el gobierno de Gustavo Petro, anunció una revisión de su cooperación militar; Brasil continuó el juicio a los implicados en el intento de golpe de Estado del 8 de enero, desafiando las exigencias de Trump.</p> <p>Estos movimientos ejemplifican la dificultad que afronta Estados Unidos para mantener el control político exclusivo sobre el continente, como lo hizo entre las décadas de 1950 y 1980. Durante este período, EE. UU. invadió países, impuso gobiernos afines, apoyó golpes militares y orientó las políticas de defensa de la región. Hoy, esta hegemonía es precaria. La diplomacia de las cañoneras ha perdido su eficacia y legitimidad.</p> <p>El surgimiento de nuevos centros de poder disuelve la influencia gravitacional de Estados Unidos. Las nuevas cadenas de producción, el acceso a la tecnología y la diversificación de los flujos comerciales han otorgado a los países latinoamericanos mayor libertad de acción y nuevos espacios de toma de decisiones, <a href="https://www.gov.br/planalto/pt-br/agenda-internacional/brics/afinal-o-que-e-o-brics">como los BRICS</a>.</p> <h2>Quien controla los medios, controla las decisiones</h2> <p>La soberanía, en política exterior, es la facultad de un país para mantener sus propias decisiones ante la presión internacional. Es la capacidad de decir “no” cuando los intereses externos entran en conflicto con los nacionales. La lógica de la política exterior se expresa mediante dos gramáticas: la diplomacia y la fuerza. <a href="https://www.scielo.br/j/cint/a/7hYQwTNRzvcqfr9dqMd3PKJ/?format=html&amp;lang=pt">El objetivo central de la Defensa</a> es fortalecer la gramática diplomática para proteger la posibilidad de una toma de decisiones autónoma.</p> <p>En teoría, la política exterior debería articular armoniosamente la gramática diplomática con la militar. Sin embargo, la autonomía de las fuerzas armadas respecto del poder civil en la región impide esta armonía y compromete el pleno ejercicio de una política exterior autónoma.</p> <p>En el ámbito nacional, las fuerzas armadas dejan de ser un instrumento no deliberativo del Estado y comienzan a actuar como un poder autónomo, con capacidad para tomar sus propias decisiones. Un legado histórico de América Latina, donde los militares se consideran “guardianes de la nación” en lugar de servidores del poder civil legítimamente deliberativo.</p> <p>Externamente, la autonomía militar interna suele ir acompañada de una dependencia tecnológica y doctrinal de potencias extranjeras, especialmente de Estados Unidos. </p> <p>Sin un mando y una dirección política eficaces sobre las fuerzas armadas, la soberanía, tanto nacional como internacional, se convierte en una quimera. Operaciones recientes en el Caribe ponen de relieve esta desconexión: para el gobierno brasileño, estas acciones son inaceptables; para sectores de las fuerzas armadas, representan operaciones legítimas de “seguridad hemisférica”.</p> <h2>Reservas energéticas y minerales</h2> <p>La nueva ofensiva de Trump también reaviva el Atlántico Sur, una región donde convergen los intereses de Estados Unidos, Europa y China. El océano es una ruta comercial vital para Asia y alberga reservas estratégicas de energía y minerales. En este contexto, Estados Unidos está reforzando las operaciones de la Cuarta Flota, una fuerza naval con base en Florida y subordinada al Comando Sur.</p> <p>Creada originalmente en 1943, disuelta tras la Segunda Guerra Mundial y reactivada en 2008, esta flota es responsable del Caribe, Centroamérica, Sudamérica y el Atlántico adyacente. Su función es mantener una presencia militar continua, coordinar ejercicios conjuntos y asegurar el control de las principales rutas marítimas del hemisferio. Los buques no operan dentro de Venezuela, sino en aguas internacionales cercanas, donde las maniobras antidrogas sirven como herramienta de presión política.</p> <p>En este espacio, Francia (miembro de la OTAN con armamento nuclear) <a href="https://portalmilitar.com.br/forte-presenca-militar-francesa-na-amazonia-soberania-defesa-e-vigilancia-na-fronteira-com-o-brasil/">mantiene tropas permanentes en la Guayana Francesa</a>, lo que garantiza su presencia efectiva en el Atlántico Sur. El Reino Unido, otro miembro de la OTAN con armamento nuclear, mantiene bases y guarniciones en el “collar de islas” que cierra el océano por el sur, formando un arco de vigilancia británico sobre las rutas entre los océanos Atlántico e Índico. </p> <p>En conjunto, estas presencias forman un cinturón estratégico que limita el avance de nuevos actores en el hemisferio. Las operaciones navales promovidas por Trump en torno a Venezuela se inscriben en esta lógica de contención y reafirmación de su dominio sobre el Atlántico Sur.</p> <p>La situación internacional es la de una crisis de hegemonía global. Pero toda crisis representa también una oportunidad. En este caso, se abre una brecha que permitiría a los países abogar por un no alineamiento pragmático, defendido por una neutralidad activa y no confrontativa. Esto supondría mantener una equidistancia en defensa de los intereses nacionales. Pero la neutralidad activa solo es posible para países fuertes y decididos.</p> <p>Ante esto, América Latina tiene dos opciones: aceptar la tutela o construir su propia arquitectura de cooperación en defensa. La segunda opción requiere coordinación política y confianza mutua. Países como México, Colombia, Chile y Brasil podrían formar un eje de atracción gravitacional para otros y formular posiciones comunes. La multipolaridad solo tendrá sentido si va <a href="https://www.nexojornal.com.br/video/celso-amorim-multilateralismo-nao-e-perfeito-mas-e-freio">acompañada de un verdadero multilateralismo</a>, con una voz activa del Sur. Lo que está en juego, mientras el Caribe vuelve a ser escenario de buques de guerra y operaciones encubiertas, es la legitimidad de quienes tienen el derecho de decidir el destino de los países del continente.</p> <p><em>Héctor Luis Saint-Pierre contó con la colaboración de Mónica Tarantino, del equipo de editores de The Conversation Brasil</em></p><img src="https://counter.theconversation.com/content/268635/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>Héctor Luis Saint-Pierre recibe financiación de las instituciones brasileñas Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq-Pq) y CAPES/Ministerio de Defensa a través de la convocatoria Pro-Defensa V. Es miembro de la Asociación Brasileña de Relaciones Internacionales (ABRI), socio emérito de la Asociación Brasileña de Estudios de Defensa (ABED) y de la SBPC.</span></em></p> La estrategia de Trump consiste en reforzar el control sobre el patio trasero de América Latina, reduciendo momentáneamente el esfuerzo bélico en otras zonas del planeta. La retórica antidrogas es pura fachada. Hector Luis Saint-Pierre, Professor Titular em Segurança Internacional e Resolução de Conflitos e vice-coordenador do Instituto de Políticas Públicas e Relações internacionais (IPPRI), Universidade Estadual Paulista (Unesp) Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/266177 2025-10-31T01:08:37Z 2025-10-31T01:08:37Z ¿Queda mucho por saber sobre la vida en los océanos? <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/698672/original/file-20251027-56-g5mi52.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=16%2C0%2C4894%2C3262&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption">Un buceador explora los corales del mar de Célebes, en la parte occidental del océano Pacífico.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/spectacular-underwater-view-living-tropical-corals-1719110506">Bahaman Hashim/Shutterstock</a></span></figcaption></figure> <p><em>Este artículo forma parte de la sección <strong>The Conversation Júnior</strong>, en la que especialistas de las principales universidades y centros de investigación contestan a las dudas de jóvenes curiosos de entre 12 y 16 años. Podéis enviar vuestras preguntas a <strong>tcesjunior@theconversation.com</strong></em></p> <hr> <p><em><strong>Pregunta formulada por el curso de 3º de la ESO de Aranzadi Ikastola. Bergara (Gipuzkoa)</strong></em></p> <hr> <p>“¿Dónde están las llaves? ¡En el fondo del mar!”, dice la canción infantil. La llave al conocimiento se encuentra en el fondo de los océanos. Aunque la vida se formó bajo el agua, realmente no sabemos apenas nada sobre lo que habita allí y aún menos sobre cómo viven esos habitantes. </p> <p>Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, el término <a href="https://dle.rae.es/vida">“vida”</a> tiene 18 acepciones. La cuarta es la más estudiada en la investigación del océano: “Existencia de seres vivos en un lugar”. En otras palabras, la biodiversidad. Pero la vida tiene más dimensiones: relacionarse, producir energía para no morir, adaptarse al lugar y mantenerse vivo un tiempo, entre otras. Esto es, la ecología marina. </p> <h2>¿Conocemos qué vida hay en los océanos?</h2> <p>La respuesta es no. La ciencia <a href="https://www.science.org/doi/10.1126/sciadv.adp8602">estima</a> que hemos visualizado el 0,001 % de los seres vivos gracias más de 44 000 inmersiones de diferentes expediciones. ¿Por qué un porcentaje tan pequeño? Porque en una vasta extensión el océano tiene 200 metros o más de profundidad. La presión a esas profundidades es tan alta que hacen falta tecnologías muy avanzadas que la soporten. A medida que se desarrollan, se descubren nuevas especies.</p> <p>Por ejemplo, en septiembre de 2025 ha culminado la expedición uruguaya <a href="https://uruguaysub200.udelar.edu.uy/">Uruguay sub200</a>. Gracias al robot <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/ROV_SuBastian">ROV SuBastian</a>, los investigadores han explorado profundidades superiores a los 1 200 metros y han descubierto más de 30 especies potencialmente nuevas que ahora toca verificar. Pero su mayor hallazgo ha sido un arrecife de coral que vive en aguas más profundas de lo que está científicamente descrito. El siguiente paso es averiguar cómo se mantiene vivo en ese ambiente.</p> <p><div data-react-class="InstagramEmbed" data-react-props="{&quot;url&quot;:&quot;https://www.instagram.com/reel/DPMfPLZDuWl&quot;,&quot;accessToken&quot;:&quot;127105130696839|b4b75090c9688d81dfd245afe6052f20&quot;}"></div></p> <h2>A vista de lupa o microscopio</h2> <p>No hace falta irse a las lejanas profundidades del océano para realizar nuevos descubrimientos. Si descendemos en la escala de observación, abrimos la puerta a otro universo de biodiversidad. Las lupas y microscopios siguen siendo hoy en día herramientas útiles. </p> <p>Por ejemplo, en 2020, en la costa de Mutriku (Gipuzkoa), un grupo de científicos localizó entre la arena una nueva especie de acelo, un pequeño gusano aplanado al que bautizaron como <a href="https://www.marinespecies.org/aphia.php?p=taxdetails&amp;id=1549311"><em>Faerlea assembli</em></a>. Y en 2022, un investigador de la estación marina <a href="https://www.ehu.eus/PIE/">PiE-UPV/EHU</a> descubrió en pequeños crustáceos un parásito al que llamó <a href="https://www.ehu.eus/web/campusa-magazine/-/towards-the-origin-of-animal-multicellularity"><em>Txikispora philomayo</em></a>. Este nuevo género puede incluso ayudar a entender evolutivamente cómo se formaron los organismos multicelulares.</p> <p><div data-react-class="Tweet" data-react-props="{&quot;tweetId&quot;:&quot;1451453226872606722&quot;}"></div></p> <p>Bajemos aún mas en escala de tamaño. Las bacterias y arqueas que viven en aguas oceánicas constituyen el microbioma marino. Compone casi dos tercios de la biomasa oceánica, pero es el gran desconocido. Para estudiar su diversidad usamos una técnica molecular llamada <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Metagen%C3%B3mica">metagenómica</a>. Consiste en secuenciar el ADN extraído del agua de diferentes puntos y profundidades del océano. Con los resultados se identifican grupos y comunidades de microorganismos gracias a las habilidades de la <a href="https://theconversation.com/el-poder-de-la-informacion-asi-desentrana-la-bioinformatica-los-secretos-de-la-vida-225933">bioinformática</a> y la inteligencia artificial. </p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/microbioma-oceanico-el-leviatan-bondadoso-que-cuida-de-nuestro-planeta-187395">Microbioma oceánico: el Leviatán bondadoso que cuida de nuestro planeta</a> </strong> </em> </p> <hr> <p>Aquí surge un problema: no podemos identificar lo que ignoramos. Las identificaciones se basan en el conocimiento del ADN de microorganismos que hemos sido capaces de cultivar en el laboratorio, pero de muchos otros lugares extremos del océano no han sido cultivados aún. Por eso, numerosas secuencias de ADN quedan huérfanas de identificación. Es la llamada “<a href="https://microbacterium.es/la-materia-oscura-microbiana-el-paradigma-del-1*">materia oscura</a>”. </p> <p>Recapitulemos: </p> <ul> <li><p>Desconocemos los organismos grandes (macroorganismos) que habitan zonas abisales. Faltan medios.</p></li> <li><p>A escalas más pequeñas, ni siquiera conocemos los que pisamos al caminar por la arena de la playa. </p></li> <li><p>Desconocemos los parásitos que cohabitan con especies ya conocidas.</p></li> <li><p>Y si vamos a organismos más pequeños, en el caso del microbioma… ¡andamos entre materia oscura!</p></li> </ul> <h2>Un océano de desconocimiento</h2> <p>Y de lo que hemos identificado, ¿sabemos cómo se mantiene la vida en el océano?</p> <p>Piensa en el cuerpo humano. Conocemos nuestra anatomía y los tejidos, que llevamos siglos investigando. Pero aún ignoramos muchos detalles: cómo funciona nuestra consciencia, cómo guardamos información o recuerdos en el cerebro, cómo reacciona nuestro cuerpo a nuevas enfermedades, cómo respondemos a la contaminación, cómo nos adaptamos en ambientes extremos, etc. No sabemos al 100 % cómo funcionan nuestras unidades de vida, las células.</p> <p>Si lo extrapolamos a cada especie que habita en el océano, nos queda muchísimo por averiguar. Si no conocemos todo lo que vive en las aguas marinas, no podemos saber cómo interactúan con el medio; cómo se relacionan con otras especies; cuánto tiempo viven y pueden vivir en situaciones de contaminación; qué tipo de células tienen; cómo funcionan y se comunican esas células… Podríamos seguir así hasta el infinito y más allá.</p> <p>En definitiva, el océano guarda la llave a muchos hallazgos a diferentes niveles, de ecosistemas y de biodiversidad, por no hablar de la vida a nivel celular y molecular. Si recopiláramos el código genético de todos los organismos marinos descubiertos y aún por descubrir, escribiríamos nuevas enciclopedias de la vida con volúmenes e idiomas nuevos para cada especie. Las baldas del conocimiento sobre los habitantes de los océanos aún están casi vacías. </p> <hr> <p><em>La <a href="https://katedra.eus/es/">Cátedra de Cultura Científica de la Universidad del País Vasco</a> colabora en la sección The Conversation Júnior.</em></p> <hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/266177/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>Algunos de los ejemplos que he usado han sido descritos por compañeros de investigación del centro en el que trabajo o por investigadores invitados al centro. </span></em></p> La verdad es que apenas sabemos nada. Si recopiláramos el código genético de todos los organismos marinos descubiertos y aún por descubrir, escribiríamos nuevas enciclopedias de la vida con volúmenes e idiomas nuevos para cada especie. Oihane Díaz de Cerio Arruabarrena, Profesora de Biología Celular, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/266731 2025-10-31T01:08:11Z 2025-10-31T01:08:11Z Charles Aznavour, una vida en canciones <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/698911/original/file-20251028-56-ry2j73.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=0%2C1%2C2999%2C1999&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption">Charles Aznavour, en el concierto por su 90 aniversario en Ereván, capital de Armenia.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:90th_anniversary_of_Charles_Aznavour_in_Yerevan_09.jpg">President of the Republic of Armenia/Wikimedia Commons</a></span></figcaption></figure><p>Tras ocho décadas de <a href="https://www.franceinfo.fr/culture/musique/mort-de-charles-aznavour/la-carriere-de-charles-aznavour-resumee-en-cinq-chiffres_2965485.html">carrera</a> musical, 80 películas, más de 180 millones de discos vendidos –cantados en hasta 8 idiomas– y conciertos en 110 países, el legendario cantante <a href="https://aznavourfoundation.org/en">Charles Aznavour</a> murió en octubre de 2018 <a href="https://www.rtve.es/noticias/20181001/muere-cantante-charles-aznavour-a-94-anos/1810222.shtml">a los 94 años</a>, plenamente en activo. De hecho, su <a href="https://www.rtve.es/noticias/20180420/aznavour-mantiene-viva-su-historia-amor-con-publico-barcelona/1719420.shtml">último concierto en España</a> fue el 20 de abril de ese mismo año. </p> <p>Su contribución a la <a href="https://www.publicaciones.uva.es/index.php/eduva/catalog/book/1029">canción francesa</a> fue de tal importancia que Francia le dedicó un <a href="https://www.youtube.com/watch?v=XY4qkUAHG8A">funeral de estado</a> al que asistieron, entre otras muchas personalidades, el presidente de Francia y el primer ministro de Armenia, país natal de sus padres, y fue retrasmitido en directo por los medios de comunicación franceses. Emmanuel Macron, en un emotivo discurso, terminó diciendo “<em>Parce qu'en France, les poètes ne meurent jamais</em>” (“Porque en Francia, los poetas nunca mueren”). </p> <p>Y así es, porque Charles Aznavour es universal y sigue de total actualidad. La prueba: tras un <a href="https://mradio.fr/news/cinema/53466/monsieur-aznavour-le-biopic-fait-un-veritable-carton">éxito rotundo de taquilla</a> en Francia y cuatro <a href="https://www.allocine.fr/film/fichefilm-313486/palmares/">nominaciones</a> a los premios César, llega a España la película francesa que cuenta su travesía vital, <a href="https://www.filmaffinity.com/es/film479486.html"><em>Monsieur Aznavour</em></a> (2024). Una ocasión perfecta para repasar sus canciones más inolvidables. </p> <figure> <iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/gJTTKjX97DI?wmode=transparent&amp;start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe> </figure> <h2>“La bohème” (1965)</h2> <p>Su canción quizá más icónica y que nunca dejó de interpretar en sus conciertos. Aparece en el álbum con el mismo nombre en 1966 y estuvo en el número 1 en Francia durante varias semanas. La cantó también en español, inglés, alemán y portugués. </p> <p>La letra nos transporta al París bohemio de finales del siglo XIX. Además del amor por el arte, es una reflexión sobre el paso del tiempo, de un mundo artístico que ya no existe y del efímero optimismo de la juventud.</p> <p>Se compuso para la opereta <em>Monsieur Carnaval</em>, con libreto del escritor <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Fr%C3%A9d%C3%A9ric_Dard">Frédéric Dard</a>. Aznavour la cantó antes del estreno, lo cual generó algunas tensiones entre su discográfica y la del cantante que la interpretaría en la opereta, Georges Guétary. Sin embargo, el éxito fue tan rotundo que el desencuentro se disipó. En escena, Aznavour llevaba siempre un pañuelo blanco que dejaba caer al final de la canción, metáfora de la juventud que se escapa.</p> <p>Hoy, en Montmartre (París), el <a href="https://www.diarioarmenia.org.ar/paris-inaugura-en-montmartre-el-mirador-la-boheme-en-honor-a-charles-aznavour/">Belvédère de la Bohème</a> recuerda su legado, un mirador que celebra la magia de su voz y la eternidad de sus sueños. </p> <figure> <iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/hWLc0J52b2I?wmode=transparent&amp;start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe> </figure> <h2>“Tous les visages de l'amour” (1974)</h2> <p>Se asocia en las últimas décadas a la banda sonora de la película <a href="https://www.filmaffinity.com/es/film551332.html"><em>Notting Hill</em></a> (1999), cuyo tema central en inglés, “She”, está interpretado por Elvis Costello. </p> <p>En esta versión, la original, <a href="https://www.independent.co.uk/arts-entertainment/theatre-dance/features/charles-aznavour-and-herbert-kretzmer-joining-an-expertly-guided-tour-through-the-history-of-entertainment-a6716956.html">la música es de Aznavour y la letra de Herbert Kretzmeren</a>. Se compuso para la serie de televisión británica <em>Seven Faces of woman</em> (1974) y fue durante cuatro semanas el número 1 en el Reino Unido. Después, Aznavour la grabó también en alemán, italiano y francés, con el título “Tous les visages de l'amour” (“Todos los rostros del amor”). </p> <figure> <iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/nCJGOEAbvZU?wmode=transparent&amp;start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe> </figure> <h2>“Hier encore” (1964)</h2> <p>Esta canción también retoma el tema de la nostalgia de la juventud pero con una tonalidad triste, desde la mirada que aporta la madurez, haciendo una profunda reflexión en el presente sobre las decisiones tomadas y los errores cometidos.</p> <p>La letra (de Aznavour, al igual que la música) se tradujo y se adaptó a varios idiomas: al español como “Ayer aún”, al inglés como “Yesterday When I Was Young” y a otros, como el armenio o japonés.</p> <p>Su melodía sigue estando de moda sesenta años después. No sólo porque el cantante <a href="https://jenesaispop.com/2023/10/16/464430/bad-bunny-aznavour-monaco/">Bad Bunny</a> haya insertado un <em>sample</em> en su canción <a href="https://www.youtube.com/watch?v=_PJvpq8uOZM">“Mónaco”</a>, sino también porque su letra continua siendo atemporal y universal: </p> <blockquote> <p>Hier encore/ </p> <p>J'avais vingt ans/ </p> <p>Mais j'ai perdu mon temps/</p> <p>À faire des folies/</p> <p>Qui ne me laissent au fond/</p> <p>Rien de vraiment précis/ </p> <p>Que quelques rides au front/</p> <p>Et la peur de l'ennui.</p> <p>(Ayer todavía/ tenía veinte años/ pero perdí mi tiempo/ haciendo locuras/ que no me dejan, en el fondo/ nada realmente concreto/ salvo algunas arrugas en la frente/ y el miedo al aburrimiento)</p> </blockquote> <figure> <iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/lWs_gSx-taI?wmode=transparent&amp;start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe> </figure> <h2>“Emmenez-moi”(1967)</h2> <p>Un sueño convertido en canción, una invitación a escapar y dejar atrás la rutina. Charles Aznavour nos conduce hacia lugares lejanos, exóticos, llenos de luz y felicidad. Por eso <a href="https://www.youtube.com/watch?v=stJ7wwTci_8&amp;list=RDstJ7wwTci_8&amp;start_radio=1">fue la última canción que sonó en su funeral al salir de los Inválidos de París</a>. </p> <blockquote> <p>“Llévame hasta los confines de la tierra, llévame al país de las maravillas; me parece que la miseria sería menos dolorosa al sol.”</p> </blockquote> <p>La estela brillante de la canción trascendió al cine con la <a href="https://fr.wikipedia.org/wiki/Emmenez-moi_(film)">película homónima</a> (2005), donde un fan de Aznavour decide emprender un viaje para encontrarse con su ídolo, mostrando cómo la música puede inspirar, guiar e influir en la vida de quienes la escuchan.</p> <figure> <iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/PI921KppbIg?wmode=transparent&amp;start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe> <figcaption><span class="caption">No se pierdan esta interpretación de 1972: magistral y emocionante.</span></figcaption> </figure> <h2>Cantante <em>poéticamente</em> comprometido</h2> <p>Aznavour se consideraba política y <a href="https://elpais.com/cultura/2015/03/25/actualidad/1427312480_163131.html">poéticamente incorrecto</a>, y no faltan pruebas.</p> <p>Aunque él mismo reconoció que le costó mucho escribirla, en 1974 lanzó “<a href="https://youtu.be/kHKtYMiJNEk?si=TF5vUHa6HIktrzan">J'ai connu</a>”, sobre el Holocausto. Nunca olvidó que sus padres huyeron del genocidio armenio y que él mismo asistió a los horrores de la Segunda Guerra Mundial. </p> <p>En 1972 publicó una canción sobre la homosexualidad, “<a href="https://youtu.be/BURp0SNj_Vo?si=8DQVz_oF4JN7gDs5">Comme ils disent</a>”. Fue pionero, arriesgado y adelantado a su tiempo cuando en Francia no se trataba este tema abiertamente. Sin embargo, el público la recibió con respeto, precisamente por tratarse de él. </p> <figure> <iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/-4-zC8WtwBw?wmode=transparent&amp;start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe> </figure> <h2>Canciones para otros artistas</h2> <p>Interpretó sus temas en dúos con cantantes como Frank Sinatra, Plácido Domingo, Julio Iglesias, Céline Dion, Elton John, Laura Pausini, Johnny Hallyday, Nana Mouskori o Sting, entre otros. También con Édith Piaf, su descubridora y gran amiga, para la que compuso “<a href="https://youtu.be/7YAvZBf67cQ?si=3eXkhuMIaq-4SxDh">Jezebel</a>” (1951) y “<a href="https://youtu.be/931dsohfeXU?si=dUOVNaI91RHGfEwm">C'est un gars</a>” (1950). </p> <p>Entre las canciones que escribió para otros, todas ellas de gran éxito, se encuentran “<a href="https://youtu.be/6P99T_R0EQw?si=JHbrRB88N2orHNi0">Retiens la nuit</a>” para Johnny Hallyday, “<a href="https://youtu.be/ePFIXYop1Vg?si=17xGED35BkSo0EK8">La plus belle pour aller danser</a>” para <a href="https://theconversation.com/la-generacion-yeye-revoluciono-la-industria-musical-francesa-de-los-60-219150">la joven yeyé Sylvie Vartan</a>, o “<a href="https://youtu.be/6nIVg_5BgKk?si=3b79i6RREfKf0KUE">Je hais les dimanches</a>” para Juliette Gréco. También compuso para artistas actuales, como la cantante Amel Bent, para quien creó “<a href="https://youtu.be/k_U7MmQUKP0?si=LEd6JgkhJrQ5T9YF">Je reste seule</a>”.</p> <figure> <iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/S5OPF17ycmw?wmode=transparent&amp;start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe> </figure> <h2>Aznavour inolvidable, hasta en los Juegos Olímpicos</h2> <p>Las competiciones y ceremonias de los <a href="https://theconversation.com/la-tragica-y-apasionada-historia-de-lhymne-a-lamour-235720">Juegos Olímpicos de París en 2024 estuvieron repletas de referencias culturales francesas</a>. Las canciones de Charles Aznavour también fueron protagonistas.</p> <p>En la inauguración, la cantante Aya Nakamura <a href="https://youtu.be/rAFxpo4JNz8?si=oqi8cYn_3b3Y0Z8M">interpretó</a> un <em>mix</em> de dos de sus canciones con segmentos de “<a href="https://youtu.be/ImMxtsbyVi0?si=q_1i4Aae7umwdIjL">For me, Formidable</a>”, que previamente había sido interpretada a capela por la Guardia Republicana. Asimismo, incluyó la melodía de “La bohème” para anunciar su aparición. Además, uno de los momentos más emotivos de la clausura fue cuando sonó “Emmènez-moi”, <a href="https://www.youtube.com/watch?v=4MhoIe20858">cantada a coro</a> por las miles de personas que asistían como público. </p> <p>Charles Aznavour es la prueba de que, efectivamente, los poetas no mueren nunca.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/266731/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>Ana María Iglesias Botrán no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p> El estreno de la película ‘Monsieur Aznavour’ es una buena excusa para repasar algunas de las canciones más icónicas del intérprete francés. Ana María Iglesias Botrán, Profesora del Departamento de Filología Francesa en la Facultad de Filosofía y Letras. Doctora especialista en estudios culturales franceses y Análisis del Discurso, Universidad de Valladolid Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/268438 2025-10-31T01:07:27Z 2025-10-31T01:07:27Z Morir no es igual en todas partes: cómo las culturas viven el duelo y reescriben el sentido de la pérdida <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/699002/original/file-20251028-56-3dous9.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=0%2C3%2C5843%2C3895&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption">Celebración del Día de Muertos en Tzintzuntzan (Michoacán, México).</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/tzintzuntzanmichoacan-november-1-2022-celebration-day-2373778991">Claudio Briones/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>La pérdida no solo hiere: desordena el mundo. Después de una muerte, no desaparece solo una persona, sino el entramado de gestos y significados que sostenían la vida. El duelo es ese proceso que intenta recomponer el sentido.</p> <p>Desde hace décadas, <a href="https://doi.org/10.1080/07481187.2014.913454">la psicología cultural ha mostrado que el duelo no es “superar”, sino reconstruir</a>. En lugar de cerrar el vínculo, muchas culturas buscan seguir conversando con los muertos, mantenerlos presentes en los relatos y los objetos. Las mediaciones culturales –una tumba, una foto, un canto, un perfil digital– <a href="https://doi.org/10.1177/1354067X211015416">son los puentes que permiten seguir en relación con lo ausente</a>, rehaciendo la historia desde la fractura.</p> <h2>Las muchas formas de acompañar a los muertos</h2> <p><a href="https://doi.org/10.1177/1363461520962887">El mundo está lleno de lenguajes para el duelo.</a> En Madagascar, las familias celebran el <em>famadihana</em> o “vuelta de los huesos”, un reencuentro festivo en el que se desenvuelven los cuerpos de los ancestros, se les cambia la mortaja y se baila con ellos. </p> <figure class="align-center zoomable"> <a href="https://images.theconversation.com/files/699001/original/file-20251028-66-ba66o0.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1000&amp;fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/699001/original/file-20251028-66-ba66o0.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/699001/original/file-20251028-66-ba66o0.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=400&amp;fit=crop&amp;dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/699001/original/file-20251028-66-ba66o0.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=400&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/699001/original/file-20251028-66-ba66o0.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=400&amp;fit=crop&amp;dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/699001/original/file-20251028-66-ba66o0.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=503&amp;fit=crop&amp;dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/699001/original/file-20251028-66-ba66o0.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=503&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/699001/original/file-20251028-66-ba66o0.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=503&amp;fit=crop&amp;dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a> <figcaption> <span class="caption">Celebración de la <em>famadihana</em> en Antsirabe (Madagascar).</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/antsirabe-vakinankaratra-madagascar-august-25-2019-1517513708">Vladislav Belchenko/Shutterstock</a></span> </figcaption> </figure> <p>En Japón, muchas familias conservan en casa un <em><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Butsudan">butsudan</a></em>, un pequeño altar budista con las tablillas de los antepasados –los llamados <em>ihai</em> se colocan en el altar con el nombre y la fecha de la muerte del difunto–. Allí se ofrecen flores o incienso como forma de mantener viva su presencia.</p> <figure class="align-center zoomable"> <a href="https://images.theconversation.com/files/698998/original/file-20251028-56-zmpyys.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1000&amp;fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/698998/original/file-20251028-56-zmpyys.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/698998/original/file-20251028-56-zmpyys.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=400&amp;fit=crop&amp;dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/698998/original/file-20251028-56-zmpyys.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=400&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/698998/original/file-20251028-56-zmpyys.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=400&amp;fit=crop&amp;dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/698998/original/file-20251028-56-zmpyys.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=503&amp;fit=crop&amp;dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/698998/original/file-20251028-56-zmpyys.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=503&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/698998/original/file-20251028-56-zmpyys.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=503&amp;fit=crop&amp;dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a> <figcaption> <span class="caption">Un <em>butsudan</em> en Goshogawara (Japón).</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:140914_Shayokan_Goshogawara_Aomori_pref_Japan11s3.jpg">Wikimedia Commons</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span> </figcaption> </figure> <p>En Ghana, los funerales pueden durar días y reunir a cientos de personas; los ataúdes <a href="https://www.youtube.com/watch?v=u2grNTT9FRs">se tallan con formas simbólicas</a> –un pez, una herramienta– que representan la historia o el oficio de quien ha muerto. </p> <p><a href="https://theconversation.com/apropiacion-cultural-ironia-y-nacionalismo-tres-claves-para-entender-el-dia-de-muertos-en-mexico-242500">En México</a>, el Día de Muertos celebra el regreso simbólico de los difuntos al mundo de los vivos. En casas y cementerios se levantan altares con flores, pan, velas y objetos personales, mientras las familias se reúnen entre música, comida y calaveras literarias que, con humor, conversan con la muerte.</p> <p>En los Andes, entre comunidades quechuas y aymaras, la muerte se entiende como regreso al territorio. Los cuerpos se confían a la tierra o al agua que los vio nacer, porque el vínculo entre persona y paisaje se transforma. Las cosmologías, silenciadas por la colonización, recuerdan que morir también puede ser volver a la trama que nos sostiene.</p> <p>Estas prácticas muestran algo esencial: no existe una sola manera de llorar. Cada cultura ha inventado herramientas para transformar la ausencia en relación y la memoria en cuidado.</p> <h2>Europa y la pérdida del lenguaje del duelo</h2> <p>En gran parte de Europa, el duelo se ha vuelto más íntimo y menos visible. La muerte suele tener lugar en instituciones, lejos de los espacios domésticos, y muchos de los rituales que antes acompañaban la pérdida se han ido diluyendo. </p> <p>La discreción ha sustituido en gran medida a las formas colectivas de despedida. En España, como en otros países europeos, aún cuesta hablar del duelo y la muerte sin incomodidad. Iniciativas como el <a href="https://vidaalfinaldelavida.com/">Festival Vida al final de la vida</a> invitan a la ciudadanía a participar en actividades artísticas y conversaciones abiertas sobre ello. </p> <p>Pensar el duelo desde una mirada <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Decolonialidad">decolonial</a> implica también reconocer que no todas las muertes pesan lo mismo, ni todas las culturas han tenido el mismo derecho a elaborarlas. </p> <p>Las historias coloniales de desplazamiento, racismo o violencia estructural han generado duelos sin reconocimiento: migraciones forzadas, desaparecidos, pueblos enteros privados de sus ritos.</p> <p>La modernidad colonial no solo administró cuerpos, <a href="https://anthempress.com/books/decolonial-mourning-and-the-caring-commons-pb">sino también muertes</a>: decidió cuáles eran dignas de luto y cuáles podían ser olvidadas. Frente a ello, muchas comunidades han hecho del duelo una forma de resistencia. </p> <p>Las madres de los desaparecidos que marchan con las fotos de sus hijos o los altares improvisados en las fronteras encarnan una práctica afectiva que no busca cerrar la herida, sino sostenerla en común para reconocer la violencia que la produjo y recuperar la capacidad de cuidar más allá del marco colonial.</p> <h2>Mediaciones nuevas, memorias viejas</h2> <p>En el siglo XXI, <a href="https://doi.org/10.1177/1354067X241226451">el duelo también se ha desplazado a los espacios digitales</a>. Las redes sociales albergan memoriales, perfiles donde los vivos siguen escribiendo a los muertos, y <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s12124-022-09679-3">los llamados <em>deathbots</em> –programas que reproducen la voz o los mensajes de una persona fallecida– prolongan esas conversaciones más allá de la vida</a>.</p> <p>Las pantallas, los rituales, los cuerpos, los paisajes… todos median la continuidad entre vida y muerte. En esa diversidad de mediaciones –ancestrales o tecnológicas– se manifiesta la misma necesidad: seguir hablando con lo ausente, aunque el idioma cambie.</p> <p>Mirar el duelo desde la diferencia cultural y desde la herida colonial no significa idealizar otras prácticas, sino recordar que llorar también es un acto de conocimiento y de justicia. </p> <p><a href="https://doi.org/10.1080/07481187.2020.1851885">Cada cultura encarna una forma de relación con el tiempo y con la memoria</a>, y todas reconocen que el dolor, cuando se comparte, reconstruye comunidad.</p> <p>En un mundo que acelera el olvido, el duelo puede ser una forma de resistencia: una práctica que devuelve lentitud, vínculo y sentido. Morir no es igual en todas partes. Tampoco lo es recordar. </p> <p>En los modos en que cada sociedad acompaña la pérdida se revela su idea de vida, de justicia y de mundo. El duelo, lejos de ser una enfermedad del alma, es una mediación entre la memoria y el porvenir, entre la ausencia y la continuidad de la vida.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/268438/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>Belén Jiménez Alonso no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p> El duelo no es solo dolor, sino reconstrucción. A través de rituales, memorias y resistencias, distintas culturas transforman la ausencia en vínculo, justicia y continuidad de la vida. Belén Jiménez Alonso, Profesora e investigadora en el departamento de Psicología (UOC), especialista en duelo, UOC - Universitat Oberta de Catalunya Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/268501 2025-10-31T01:03:48Z 2025-10-31T01:03:48Z Sí que existen los vampiros <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/699480/original/file-20251030-56-fbczvx.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=16%2C0%2C4894%2C3262&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption">Ejemplar de vampiro común (_Desmodus rotundus_), una especie de murciélago que se alimenta de sangre.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/common-vampire-bat-desmodus-rotundus-small-1297856848">Mendesbio/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Pocos mitos hay tan redondos como el del conde Drácula. Es una creación literaria perfecta, tanto que ha trascendido la intención de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Bram_Stoker">Bram Stoker</a> para hacerse eterno en la vida real. Porque aunque Drácula se ha ido metamorfoseando con los tiempos, adaptándose a estéticas y modas variadas, siempre ha mantenido su misterioso y ambiguo atractivo. </p> <p>Empezó en el contexto más puro del romanticismo, inspirándose en ese tenebroso príncipe de Valaquia que pasó a la historia como <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Vlad_el_Empalador">Vlad III, el Empalador</a>. Más tarde, y tras saltar de las páginas de los libros para hacerse pieza clave del terror clásico, terminó haciendo extrañas incursiones en escenografías tan insospechadas como la erótica o la cómica. Actualmente (y por desgracia), ha perdido una gran parte de su original <em>glamour</em> para pasar a ser uno más de los “cutredisfraces” del Halloween de bazar barato que nos invaden. </p> <p>Esperando que vuelva algún día a recuperar su dignidad aristocrática, me centro en lo que lo hace un personaje único: su hematofagia.</p> <h2>¿Qué significado biológico tiene ser hematófago?</h2> <p>Alimentarse es caro, biológicamente hablando. Hay que buscar el alimento, ingerirlo y trocearlo en la boca, digerirlo con los enzimas digestivos y absorber los principios inmediatos con el intestino. Estos pasan a la sangre, que los distribuye a todas y cada una de las células de nuestro cuerpo. </p> <p>Lo mismo ocurre con la respiración. El oxígeno entra por la vías respiratorias y, al llegar a los capilarizados alveolos pulmonares, difunde hacia la sangre. La hemoglobina lo capta y, en el interior de los glóbulos rojos, lo reparte por todo el cuerpo.</p> <p>Nutrientes y oxígeno. Los dos requisitos para mantener el metabolismo celular y, con ello, la vida. La sangre <em>es</em> vida y mantenerla es caro.</p> <p>Pensemos una alternativa: alimentarnos a costa de la sangre de otro. Nos ahorraríamos gran parte del trabajo. La hematofagia, desde una óptica energética, es muy rentable biológicamente. Como la naturaleza no entiende de justicia ni de moral, ha seleccionado esta manera tan “poco ética” de vivir en grupos animales muy diferentes.</p> <h2>Vampiros de toda índole</h2> <p>La hematofagia constituye un caso típico de convergencia evolutiva, esto es, llegar a Roma (la suculenta sangre del vertebrado) por diferentes caminos (líneas evolutivas muy distintas y distantes). </p> <p>Quizás el caso más conocido de todos sea el de los mosquitos. Su eficacia alimenticia depende de su sorprendente aparato bucal, una versión biológica de una auténtica aguja hipodérmica conectada a una bomba de aspiración. Detectan el vaso sanguíneo quimiotáctica y térmicamente, pinchan con precisión mejor que la cualquier enfermero y… ¡a tragar!</p> <p>Las chinches (hemípteras y homópteras) y las pulgas (sifonápteros) presentan un pico chupador análogo, pero con diferentes piezas bucales. Aunque quizás, y siguiendo con los insectos, la lucha más desesperante es la que mantenemos contra los piojos. No solo se limitan a alimentarse a nuestra costa, sino que se se quedan a vivir y a reproducirse en nuestras cabezas.</p> <figure class="align-center zoomable"> <a href="https://images.theconversation.com/files/699479/original/file-20251030-56-nshj71.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1000&amp;fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/699479/original/file-20251030-56-nshj71.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/699479/original/file-20251030-56-nshj71.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=330&amp;fit=crop&amp;dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/699479/original/file-20251030-56-nshj71.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=330&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/699479/original/file-20251030-56-nshj71.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=330&amp;fit=crop&amp;dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/699479/original/file-20251030-56-nshj71.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=414&amp;fit=crop&amp;dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/699479/original/file-20251030-56-nshj71.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=414&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/699479/original/file-20251030-56-nshj71.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=414&amp;fit=crop&amp;dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a> <figcaption> <span class="caption">Una pulga succionando sangre en una piel humana.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/flea-biting-on-skin-human-hand-2432242795">Tomasz Klejdysz/Shutterstock</a></span> </figcaption> </figure> <h2>Las sofisticadas sanguijuelas</h2> <p>No obstante, los invertebrados más sofisticados en este aspecto son las sanguijuelas. Aseguran que no se les escape su presa pegándose a ella mediante potentes ventosas. En el centro de una de ellas se abre la boca, de potentes mandíbulas que cortan la piel y producen una herida que sangra a borbotones. </p> <p>La razón estriba en su compleja y plural saliva, que contiene un anestésico insensibilizador de la zona sangrante que hace que la víctima ni se percate de lo que le está ocurriendo. También incluye en su composición un vasodilatador que procura el sangrado a borbotones. Termina esta sofisticada formulación química con hirudina, un potente inhibidor de la coagulación. Por todo ello, y en los tiempos en los que se creía que muchas enfermedades las causaba la “mala sangre”, las sanguijuelas se utilizaban en escenas de sangrías a enfermos más propias de una película de terror que de una técnica científica.</p> <figure class="align-center zoomable"> <a href="https://images.theconversation.com/files/699477/original/file-20251030-56-cypnr0.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1000&amp;fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/699477/original/file-20251030-56-cypnr0.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/699477/original/file-20251030-56-cypnr0.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=400&amp;fit=crop&amp;dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/699477/original/file-20251030-56-cypnr0.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=400&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/699477/original/file-20251030-56-cypnr0.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=400&amp;fit=crop&amp;dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/699477/original/file-20251030-56-cypnr0.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=503&amp;fit=crop&amp;dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/699477/original/file-20251030-56-cypnr0.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=503&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/699477/original/file-20251030-56-cypnr0.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=503&amp;fit=crop&amp;dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a> <figcaption> <span class="caption">Ejemplar de sanguijuela.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/hirudotherapy-procedure-doctor-applying-leech-patients-2504189881">Juta/Shutterestock</a></span> </figcaption> </figure> <p>Actualmente ya no se utilizan estas drásticas terapias, aunque sí que se aprovechan las propiedades de la hirudina en el ensayo de <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/39355775/">nuevos fármacos para el tratamiento de pacientes con síndrome coronario agudo, trombosis venosa profunda o la embolia pulmonar</a> donde los riesgos de trombosis son muy elevados.</p> <p>Aunque la adaptación evolutiva de la hematofagia de quienes nos chupan la sangre “desde fuera” no está mal, es mejor hacerlo desde dentro. <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27929101/">Nematodos (como <em>Ancylostoma duodenale</em> y <em>Necator americanus)</em></a> o <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34969052/">trematodos (como <em>Schistosoma mansoni, S. haematobium</em> o <em>S. japonicum</em></a>) son unos espantosos gusanos que pueden parasitarnos desde el interior de nuestros intestinos o nuestros vasos sanguíneos. No los rechazamos porque su adaptación parasitaria es tal que son capaces de producir moléculas inmunosupresoras para poder alimentarse de nuestra sangre sin ser eliminados por el sistema inmune. Horrible para nosotros, fascinante para la biología.</p> <h2>Vampiros de leyenda</h2> <p>Pero de todos los “chupasangre”, los más noveleros son los que encarnan la universal leyenda de los vampiros. Quizás sea debido a que estos quirópteros (mamíferos alados), tres especies de murciélago pertenecientes a la subfamilia <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Desmodontinae"><em>Desmodontinae</em></a>, funcionan de una manera bastante bruta y cruenta. Con sus afilados incisivos (no caninos, como los de su <em>alter ego</em> el conde Drácula) cortan la piel y la musculatura subyacente de su víctima para que la herida produzca sangre. </p> <p>Para que el delicioso “maná” no deje de brotar, también utilizan su anticoagulante saliva, pero la aplican de una manera mucho más espeluznante. Con el fin de evitar la formación del tapón plaquetario (que los dejaría sin postre), los vampiros, cada ratito, dejan de succionar y lamen la herida. Desde nuestro antropomórfico punto de vista, este hecho nos produce, cuanto menos, escalofríos. </p> <p>La fuerza potencial del gesto lo supo ver muy bien Francis Ford Coppola. En su película <em>Drácula</em> (1992), <a href="https://hips.hearstapps.com/hmg-prod/images/dracula-pelicula-coppola-bran-stoker-1607506632.jpg?crop=0.739xw:1.00xh;0.252xw,0&amp;resize=768:*">un espléndidamente caracterizado Gary Oldman lame el borde de la sangrienta navaja</a> en una escena de terror con una estética difícil de olvidar.</p> <h2>Más que chupasangres</h2> <p>Está clara la acción desvitalizante que nos producen todos estos organismos, pero es que hay mucho más. Mosquitos, pulgas o chinches pican a unos y saltan a otros, lo que trasforman a sus “agujas biológicas” en vehículos de transmisión de enfermedades bacterianas, víricas y protozoáricas. La malaria, <a href="https://www.who.int/teams/global-malaria-programme/reports/world-malaria-report-2024">por poner un ejemplo de una de las primeras causas de muerte de la humanidad</a>, es causada por un protozoo transmitido a través de picaduras de mosquitos del género <em>Anopheles</em>.</p> <p>Y después están los vampiros de dos patas, esos que te chupan la ilusión, la confianza y la filantropía. Pero esos se escapan del campo de la biología.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/268501/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>A. Victoria de Andrés Fernández no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p> La figura de Drácula, que se alimenta de sangre, encuentra inspiración en mosquitos, sanguijuelas, chinches, murciélagos.. A todos ellos, la hematofagia les sale bastante rentable. A. Victoria de Andrés Fernández, Profesora Titular en el Departamento de Biología Animal, Universidad de Málaga Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/268602 2025-10-30T15:42:27Z 2025-10-30T15:42:27Z Un microbio dio origen a la tradición de tallar calabazas en Halloween <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/699463/original/file-20251030-56-xa9yjz.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=0%2C1%2C6181%2C4120&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption"></span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/happy-halloween-jack-o-lantern-glowing-2665794001">Bogdan Sonjachnyj/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>El elemento visual más icónico de la festividad de Halloween es, sin duda, la <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/38853529/">Jack O'Lantern</a>, una calabaza vaciada y tallada con apariencia de rostro, a menudo de aspecto grotesco o sonriente, que sirve de linterna. En el interior hueco de la calabaza se coloca una fuente de luz, tradicionalmente una vela, cuyo parpadeo proyecta sombras fantasmales y da vida a la mueca tallada, creando una atmósfera inconfundible de misterio y celebración. </p> <p>La especie de calabaza más utilizada para Halloween –contracción de la expresión inglesa <em>All Hallows’ Eve</em>, que significa “víspera de Todos los Santos”– es la <a href="https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC6710597/"><em>Cucurbita pepo</em></a>; por ejemplo, las variedades <em>Connecticut field</em> o <em>Jack O'Lantern</em>. Debido a su color, forma redondeada y corteza resistente, resulta ideal para tallar. Pero ojo, porque no siempre se utilizó una calabaza: al principio se tallaban otras hortalizas. Concretamente, nabos.</p> <h2>Jack, el Tacaño</h2> <p>La leyenda más famosa asociada con el origen de la tradición de las hortalizas talladas de Halloween nos lleva a la Irlanda del siglo XVIII y está vinculada a una figura del folclore irlandés conocida como Jack el Tacaño, aunque también recibe los nombres de Jack el Herrero, Jack el Borracho o Jack el Excéntrico. </p> <p>Jack engañó al diablo dos veces. Primero le convenció para que se transformara en una moneda con la que pagar una última bebida antes de llevárselo al infierno, y después lo dejó atrapado en la copa de un árbol. Para conseguir la libertad, el diablo tuvo que prometer a Jack que jamás volvería a reclamar su alma.</p> <p>Sin embargo, cuando Jack murió, no pudo entrar en el cielo debido a su vida pecaminosa. El diablo cumplió el trato y nuestro hombre quedó condenado a vagar por la Tierra en la oscuridad eterna, sin poder descansar ni en el cielo ni en el infierno. El maligno, a modo de burla, le arrojó una brasa encendida del averno para que iluminara su camino. Jack puso la brasa dentro de un nabo hueco, que usó a modo de linterna. Y así quedó convertido en Jack O'Lantern (Jack, el de la linterna).</p> <h2>Samhain, la festividad gaélica</h2> <p>La celebración de Halloween tiene raíces arcaicas vinculadas, en gran parte, al festival celta conocido como <a href="https://www.museum.ie/en-ie/collections-research/folklife-collections/folklife-collections-list-(1)/religion-and-calendar-customs/hallowe-en-samhain">Samhain</a>, que marcaba el final de la temporada de cosechas y el comienzo del año nuevo celta. En el siglo XVIII, mucha gente de Irlanda celebraba el Samhain, la festividad gaélica, con sus rituales de ir de casa en casa en busca de comida y bebida. De ahí la tradición del “truco o trato”. </p> <p>Como en la Irlanda preindustrial reinaba la oscuridad, muchos tallaban nabos, patatas y otras hortalizas de raíz y les añadían carbón o velas para crear faroles improvisados que sirvieran de guía a los asistentes. En ocasiones, incluso tallaban rostros en ellas. </p> <p>Además, existía la creencia antigua que, en la noche de Halloween, la frontera entre el mundo de los vivos y el de los muertos se debilitaba, permitiendo a los espíritus buenos y malos regresar. Por esta razón, esa noche las linternas vegetales eran colocadas en las ventanas o entradas de las casas para ahuyentar a esos espíritus, incluido el de Jack O'Lantern. Con el tiempo, los lugareños comenzaron a tallar caras terroríficas en los nabos para ahuyentar a los espíritus malignos.</p> <h2>Un microorganismo cambió los nabos y las patatas por calabazas</h2> <p>La <a href="https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC7115739/">Gran Hambruna irlandesa</a>, también conocida como “hambruna de la patata”, fue un periodo devastador de inanición, enfermedad y migraciones masivas que afectó a Irlanda entre 1845 y 1849, aunque las consecuencias se extendieron hasta 1852. </p> <p>Aunque se desconocen las cifras exactas, los registros apuntan que al menos se produjeron 1 100 000 de muertes y una emigración masiva de otro millón de personas, lo que supuso un descenso poblacional de casi el 30 %. En realidad, el funesto desenlace del acontecimiento fue multifactorial: confluyeron motivos políticos, religiosos, económicos y, sobre todo, microbiológicos. En concreto, una plaga provocada por el <a href="https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0314509">oomiceto <em>Phytophthora infestans</em></a>, conocido como tizón tardío, destruyó la cosecha de patatas, el alimento básico para gran parte de la población irlandesa pobre. El patógeno es muy agresivo, y <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s11540-025-09899-1">los vegetales y cultivos más importantes a los que afecta son la patata y el tomate</a>. </p> <p>Para desgracia de los irlandeses, el oomiceto se estableció en el suelo. Los siguientes años fueron demoledores, ya que el patógeno persistía y las patatas desaparecían o malograban. Por entonces, no existían sustancias químicas ni métodos genéticos para <a href="https://www.nature.com/articles/s41467-024-50749-4">combatir a <em>Phytophthora</em></a>. La hambruna y las enfermedades asociadas se cebaron con los más pobres. La desnutrición facilitó la incidencia de infecciones severas como la fiebre tifoidea, la tuberculosis, la difteria o el cólera. Cientos de miles de personas no pudieron superar la debacle y perecieron.</p> <h2>Los irlandeses llevaron Halloween a Estados Unidos</h2> <p>Los más afortunados consiguieron emigrar en busca de nuevas oportunidades, aunque muchos lo hicieron en condiciones deplorables y sucumbieron durante la travesía. La colonia de emigrantes irlandeses más numerosa se estableció en Estados Unidos, un país de mayoría protestante. Sin embargo, más del 90 % de los migrantes irlandeses eran católicos, lo que supuso un impacto notable en la sociedad estadounidense.</p> <p>De hecho, con los emigrantes irlandeses muchas tradiciones cruzaron el Atlántico. Cuando llegó el momento de celebrar Halloween, hubo un problema de gran magnitud: en América los nabos no eran fáciles de encontrar. Por suerte, los irlandeses inmigrantes encontraron una hortaliza nativa, mucho más grande, llamativa, abundante en otoño y fácil de vaciar y tallar: la calabaza. De inmediato, ésta sustituyó a los nabos y a cualquier otra hortaliza candidata. </p> <p>Las calabazas talladas con rostros espeluznantes no tardaron en volverse esenciales en las celebraciones de Halloween. Aunque inicialmente servían para ahuyentar el espíritu de Jack y otras almas errantes, con el tiempo, la Jack O’Lantern evolucionó a un simple símbolo festivo. Hoy adorna las casas, mezclando terror y diversión durante todo el mes de octubre.</p> <h2>Calabazas divertidas, pero también peligrosas</h2> <p>Pero ojo, porque las calabazas pueden esconder un peligro. Un estudio publicado en el año 2006, analizó <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0196655306010133?via%3Dihub">la rápida descomposición fúngica de las calabazas de Halloween (<em>Cucurbita pepo</em>) en Irlanda del Norte durante octubre de 2005</a>. Encontraron que, tras ser talladas y exhibidas, desarrollaban un notorio deterioro microbiano. La investigación reveló la presencia de al menos cinco géneros de hongos (<em>Penicillium</em>, <em>Gibberella</em>, <em>Mucor</em>, <em>Nectria</em> y <em>Fusarium</em>), tres de ellos conocidos por causar infecciones en personas inmunocomprometidas, un riesgo que no había sido documentado previamente. </p> <p>Por lo tanto, aunque estas hortalizas pueden seguir siendo parte de las festividades, en entornos sanitarios con pacientes vulnerables se recomienda la inspección periódica de las calabazas talladas para procurar minimizar la dispersión de esporas y realizar su descarte inmediato si se observa contaminación fúngica.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/268602/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>Raúl Rivas González no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p> Hace siglos, los irlandeses empezaron a celebrar Halloween, víspera de Todos los Santos, usando como faroles improvisados nabos tallados con una vela dentro. Cuando migraron a Estados Unidos, tuvieron que cambiar los nabos por calabazas. Raúl Rivas González, Catedrático de Microbiología. Miembro de la Sociedad Española de Microbiología., Universidad de Salamanca Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/268403 2025-10-29T23:44:38Z 2025-10-29T23:44:38Z Italia reconoce la obesidad como enfermedad crónica: un paso histórico en la salud pública <p>El 9 octubre de 2025, Italia dio un paso sin precedentes en Europa al aprobar una <a href="https://www.gazzettaufficiale.it/eli/id/2025/10/09/25G00158/sg">ley</a> que reconoce legalmente la <a href="https://theconversation.com/ultima-hora-sobre-la-obesidad-en-el-mundo-la-epidemia-va-a-mas-253045">obesidad</a> como una enfermedad crónica, progresiva y con tendencia a la recaída. Su entrada en vigor se produjo el pasado 25 de octubre.</p> <p>Hasta la fecha, ningún otro país europeo ha promulgado una ley nacional que reconociera la obesidad con tal amplitud: como una patología crónica y con garantías específicas de prevención, tratamiento y seguimiento incluidas en la atención sanitaria pública.</p> <h2>Pasos en la misma dirección</h2> <p>No obstante, algunos países del entorno también han avanzado parcialmente en la misma dirección. Así, mediante el <a href="https://diariodarepublica.pt/dr/detalhe/despacho/12634-2023-225444234">Despacho n.º 12634/2023</a>, Portugal aprobó en diciembre de 2023 implementar un Modelo Integrado de Cuidados para la Prevención y Tratamiento de la Obesidad, dentro de su Servicio Nacional de Salud. Aunque no se trata de una ley, la define como un problema crónico de salud pública e impulsa redes especializadas de tratamiento.</p> <p>En Alemania, <a href="https://easo.org/german-parliament-recognises-obesity-as-a-disease">el Bundestag la reconoció en 2020</a> como una enfermedad en sentido médico y social, dentro de la Estrategia Nacional contra la Diabetes y la Obesidad, aunque sin dotarla aún de un marco legal que garantice prestaciones o cobertura sanitaria específica. </p> <p>Y, por último, <a href="https://assets.kingsfund.org.uk/f/256914/x/cead3911f6/tackling_obesity_role_nhs_whole_system_approach_2021.pdf">Reino Unido</a> tampoco cuenta con una ley como la de Italia, pero su Servicio Nacional de Salud sí incluye la obesidad entre las condiciones crónicas de manejo prioritario, con énfasis en la prevención y el tratamiento a largo plazo.</p> <h2>De “culpa personal” a problema estructural</h2> <p>En consecuencia, la legislación italiana, <a href="https://www.thelancet.com/journals/landia/article/PIIS2213-8587(25)00326-2/fulltext">a la que la revista <em>The Lancet Diabetes &amp; Endocrinology</em> le ha dedicado unas páginas en el número de este mes</a>, marca un antes y un después en Europa: es la primera que convierte en norma legal al máximo nivel una visión médica y social moderna de la obesidad. </p> <p>Durante décadas, la acumulación anormal de grasa en el cuerpo fue interpretada como una consecuencia de malos hábitos, falta de disciplina o elecciones alimentarias equivocadas. Sin embargo, la evidencia científica ha demostrado que su origen es complejo, resultado de la interacción entre factores <a href="https://www.nature.com/articles/s41576-021-00414-z">genéticos</a>, <a href="https://www.frontiersin.org/journals/public-health/articles/10.3389/fpubh.2023.1213033/full">ambientales</a>, <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1002/oby.22456">metabólicos</a> y <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/oby.23336">sociales</a>.</p> <p>La nueva legislación italiana asume esa visión moderna, y al hacerlo, rompe con el estigma que ha acompañado a millones de personas. Reconocer la obesidad como enfermedad significa reconocer también que requiere atención médica especializada, no <a href="https://theconversation.com/moralizacion-de-la-obesidad-cuando-creemos-erroneamente-que-el-peso-refleja-el-caracter-de-una-persona-264998">juicios morales</a>.</p> <h2>Una pandemia silenciosa</h2> <p>La Organización Mundial de la Salud ha calificado la expansión de la obesidad como <a href="https://www.who.int/activities/controlling-the-global-obesity-epidemic">“globesidad”</a>, una pandemia en constante aumento. <a href="https://www.worldobesity.org/resources/resource-library/world-obesity-atlas-2025">El <em>World Obesity Atlas</em> 2025</a> estima que su prevalencia mundial habrá aumentado entre 2010 y 2030 más de un 115 %. Si no se mejoran las medidas de prevención y tratamiento, el coste económico podría alcanzar 4,32 billones de dólares anuales en 2035, casi el 3 % del PIB mundial. Esta cifra es comparable al impacto de la covid-19 en 2020, o al del cambio climático en la actualidad.</p> <p>Este problema no se limita a la salud individual: está asociado a un incremento sustancial en enfermedades cardiovasculares, metabólicas y oncológicas. Los investigadores incluso han introducido un nuevo término, <a href="https://academic.oup.com/jcem/article-abstract/98/12/4664/2834124">adiponcosis</a>, para describir la relación entre exceso de tejido adiposo y el desarrollo de hasta <a href="https://www.cancer.gov/about-cancer/causes-prevention/risk/obesity/obesity-fact-sheet">13 tipos de cáncer</a>.</p> <h2>Más allá de la atención médica</h2> <p>Al reconocer la obesidad como una enfermedad crónica con implicaciones sanitarias, sociales y económicas, la Ley n. º 149 del 3 de octubre de 2025 también impulsa políticas integradas para su prevención y tratamiento. Su enfoque combina prevención, educación, investigación y asistencia, mediante la creación de un programa nacional y un observatorio especializado </p> <p>Entre sus disposiciones, promueve campañas de información y educación sobre alimentación saludable y actividad física, así como iniciativas comunitarias y escolares destinadas a crear entornos que favorezcan estilos de vida sanos. Aunque no contempla medidas fiscales ni de etiquetado, la norma sienta las bases para una estrategia nacional multisectorial. </p> <h2>Cambio de mentalidad</h2> <p>El reconocimiento de la obesidad como una enfermedad crónica con repercusiones sociales y sanitarias implica un cambio simbólico importante: las personas afectadas pasan a ser consideradas sujetos de derecho sanitario, merecedores de atención y respeto. La nueva norma promueve la educación, sensibilización y formación profesional para mejorar la comprensión social del problema, sentando las bases para reducir <a href="https://theconversation.com/moralizacion-de-la-obesidad-cuando-creemos-erroneamente-que-el-peso-refleja-el-caracter-de-una-persona-264998">el estigma</a> y fomentar una visión más sensible y estructurada de la obesidad. </p> <p>En definitiva, el reconocimiento oficial puede contribuir a cambiar el discurso público, promoviendo empatía y comprensión en lugar de juicio y culpa.</p> <h2>Un modelo para el mundo</h2> <p>Ahora, el desafío radica en implantar con eficacia y sostenidamente las medidas que impulsa, garantizando la coordinación entre los niveles institucionales y el seguimiento continuo de los resultados. Pero si el modelo tiene éxito, podría inspirar una transformación global en la manera de entender y afrontar la obesidad.</p> <p>Como concluyen <a href="https://www.thelancet.com/journals/landia/article/PIIS2213-8587(25)00326-2/fulltext">los autores del artículo</a> en <em>The Lancet</em>, la decisión italiana “representa un paso crucial para reducir los costes del tratamiento y frenar la mortalidad”. </p> <p>En una época en la que las enfermedades crónicas amenazan la sostenibilidad de los sistemas sanitarios, reconocer la obesidad como una enfermedad es, ante todo, un acto de realismo y de justicia sanitaria, que debe ser tratada por los profesionales de la nutrición.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/268403/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>José Miguel Soriano del Castillo no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p> La nueva norma eleva al máximo rango legal la visión moderna de la obesidad requiere atención médica especializada, no juicios morales. José Miguel Soriano del Castillo, Catedrático de Nutrición y Bromatología del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública, Universitat de València Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/266603 2025-10-29T23:31:38Z 2025-10-29T23:31:38Z El nivel del mar está subiendo, pero no al mismo ritmo en todas partes: el caso de Perú <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/698846/original/file-20251028-56-2goji7.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=0%2C0%2C5821%2C3880&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption">Costa de Paracas, Perú. </span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Costa_de_Paracas_-_Peru.jpg">Wikimedia Commons.</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span></figcaption></figure><p>La subida del nivel del mar es uno de los efectos más visibles del cambio climático. Pero, aunque solemos pensar en un fenómeno global, cada región del planeta vive su propia historia. </p> <p>En la costa peruana, esa historia empieza a contarse en 1942, cuando se instalaron los primeros <a href="https://www.ign.es/web/gds-la-red-mareografos">mareógrafos</a> –instrumento que registra y mide las oscilaciones del nivel del mar (mareas) de forma automática– en Talara, Callao y Matarani. Desde entonces, esas estaciones han registrado casi ocho décadas de variaciones del nivel del mar. Hoy, gracias a ese archivo único, podemos afirmar con claridad que el mar está subiendo en Perú, y que lo hace de manera desigual según la región y el periodo analizado.</p> <figure class="align-left zoomable"> <a href="https://images.theconversation.com/files/694762/original/file-20251007-56-wvrnia.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1000&amp;fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/694762/original/file-20251007-56-wvrnia.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=237&amp;fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/694762/original/file-20251007-56-wvrnia.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=930&amp;fit=crop&amp;dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/694762/original/file-20251007-56-wvrnia.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=930&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/694762/original/file-20251007-56-wvrnia.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=930&amp;fit=crop&amp;dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/694762/original/file-20251007-56-wvrnia.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=1169&amp;fit=crop&amp;dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/694762/original/file-20251007-56-wvrnia.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=1169&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/694762/original/file-20251007-56-wvrnia.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=1169&amp;fit=crop&amp;dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a> <figcaption> <span class="caption">Los diferentes niveles de referencia vertical en cada una de las estaciones. Alturas de cada uno de los niveles utilizados están referidas al punto de referencia mareográfico del Callao.</span> <span class="attribution"><span class="source">Bismarck J. A. et al.</span></span> </figcaption> </figure> <h2>Una tendencia clara, con altibajos marcados</h2> <p>Un equipo de investigadores de la Universidad de Cádiz <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0048969722071820">comprobamos en un estudio reciente</a> que, entre 1942 y 2019, el nivel del mar ha subido en los tres puntos estudiados. Sin embargo, la magnitud del aumento depende del intervalo que se mire. En algunos periodos, la subida fue moderada (menos de 1 mm por año), mientras que en otros llegó a ser muy acelerada, con valores de más de 10 mm anuales, especialmente en los años más recientes.</p> <p>Esto significa que no basta con hablar de un único valor promedio. La subida del mar en el Perú es un proceso altamente variable, que responde tanto a tendencias globales como a fenómenos regionales y locales.</p> <h2>El impacto de El Niño</h2> <p>Una de las razones de esa variabilidad es bien conocida por los peruanos: el <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/El_Ni%C3%B1o_(fen%C3%B3meno)">fenómeno de El Niño</a>. Durante los eventos extraordinarios de <a href="https://idesep.senamhi.gob.pe/portalidesep/idesep_tema_evento_el_nino_la_nina_nino_82_83.jsp">1982-83</a> y <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Evento_de_El_Ni%C3%B1o_de_1997-1998">1997-98</a>, el mar en Talara, Callao y Matarani llegó a elevarse hasta 40 centímetros por encima de su promedio normal. </p> <figure class="align-center zoomable"> <a href="https://images.theconversation.com/files/698845/original/file-20251028-56-p0l0f2.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1000&amp;fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/698845/original/file-20251028-56-p0l0f2.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/698845/original/file-20251028-56-p0l0f2.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=368&amp;fit=crop&amp;dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/698845/original/file-20251028-56-p0l0f2.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=368&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/698845/original/file-20251028-56-p0l0f2.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=368&amp;fit=crop&amp;dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/698845/original/file-20251028-56-p0l0f2.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=463&amp;fit=crop&amp;dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/698845/original/file-20251028-56-p0l0f2.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=463&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/698845/original/file-20251028-56-p0l0f2.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=463&amp;fit=crop&amp;dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a> <figcaption> <span class="caption">Consecuencias de las inundaciones traídas por El Niño en 1983 en Perú.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://idesep.senamhi.gob.pe/portalidesep/idesep_tema_evento_el_nino_la_nina_nino_82_83.jsp">IDESEP.</a></span> </figcaption> </figure> <p>Estos picos temporales muestran cómo la interacción entre el clima y el océano puede intensificar los riesgos de inundaciones costeras y erosión.</p> <p>De hecho, el análisis estadístico confirma una fuerte correlación entre la temperatura y el nivel del mar en la costa peruana: cuando sube la temperatura superficial, también lo hace el mar. Y cuando las aguas se enfrían (como en los episodios de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/La_Ni%C3%B1a_(fen%C3%B3meno)">La Niña</a>), el nivel tiende a descender.</p> <h2>Perú frente a los reportes del IPCC</h2> <p>Si comparamos los resultados con los <a href="https://www.ipcc.ch/languages-2/spanish/">informes del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático</a> (IPCC), encontramos coincidencias y también diferencias. Hasta comienzos de los años 2000, las tasas de aumento en Perú eran algo menores que el promedio global. Sin embargo, en la última década analizada (2006-2015) ocurrió lo contrario: los registros de Talara, Callao y Matarani muestran un aumento mucho más rápido que la media mundial reportada por el IPCC.</p> <p>Esto nos recuerda que las cifras globales sirven como referencia, pero las decisiones de gestión costera deben basarse en estudios locales. El mar no sube al mismo ritmo en todas partes.</p> <figure class="align-center zoomable"> <a href="https://images.theconversation.com/files/694763/original/file-20251007-56-e6rdn3.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1000&amp;fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/694763/original/file-20251007-56-e6rdn3.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/694763/original/file-20251007-56-e6rdn3.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=300&amp;fit=crop&amp;dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/694763/original/file-20251007-56-e6rdn3.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=300&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/694763/original/file-20251007-56-e6rdn3.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=300&amp;fit=crop&amp;dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/694763/original/file-20251007-56-e6rdn3.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=377&amp;fit=crop&amp;dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/694763/original/file-20251007-56-e6rdn3.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=377&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/694763/original/file-20251007-56-e6rdn3.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=377&amp;fit=crop&amp;dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a> <figcaption> <span class="caption">Resumen gráfico del trabajo realizado, donde se muestra el mapa de la costa peruana y la ubicaión de las tres estaciones utilizadas (Talara, Callao, Matarani). La gráfica de barras muestra la comparativa en las tres estaciones, de las variaciones del aumento del nivel del mar (SLR) de los datos obtenidos</span> <span class="attribution"><span class="source">C. Estrada, B. Jigena-Antelo, J. J. Muñoz-Pérez.</span></span> </figcaption> </figure> <h2>¿Por qué importa?</h2> <p>La costa peruana concentra gran parte de la población y de la infraestructura crítica del país. La subida del nivel del mar amenaza puertos, viviendas, playas, humedales y acuíferos. También puede agravar los impactos de tsunamis y tormentas. </p> <p>Para planificar defensas costeras, gestionar el agua o proteger los ecosistemas, es vital contar con información detallada y específica, como la que aportan estas series de mareógrafos.</p> <h2>Mirando al futuro</h2> <p>Nuestro estudio no solo confirma la tendencia ascendente, sino que también muestra que los cambios pueden ser bruscos en lapsos cortos, asociados a ciclos climáticos como <a href="https://theconversation.com/asi-puede-influir-el-nino-en-el-calentamiento-global-209543">El Niño</a> o la <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Pacific_decadal_oscillation">Oscilación Decadal del Pacífico</a>. Esto significa que los próximos años podrían traer tanto aceleraciones como pausas temporales en la subida del mar, pero la tendencia de fondo es clara: el océano está ganando terreno.</p> <p>La conclusión es ineludible: Perú necesita políticas costeras basadas en datos locales, que consideren la variabilidad natural y el impacto del cambio climático global. Solo así se podrán anticipar riesgos y reducir la vulnerabilidad de millones de personas que viven frente al Pacífico.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/266603/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>Bismarck Jigena Antelo recibió fondos de Universidad de Cádiz, para realizar una estancia en la Dirección de Hidrografía y Navegación de la Marina del Perú (DHNM). Los datos de niveles del mar de los mareografos de Talara, Callao y Matarani, que se utilizaron en el artículo de investigación fueron cedidos por la DHNM. ¿Es posible incluir a un tercer autor, la Ing. Carol Estrada Ludeña, funcionaria de la DHNM.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Juan J. Muñoz no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p> Casi ocho décadas de registros mareográficos revelan que el nivel del mar sube de forma sostenida. En lugares como Perú, la evidencia obliga a repensar cómo proteger a nuestras ciudades, puertos y ecosistemas frente a un océano que no deja de avanzar. Juan J. Muñoz, Profesor de Ingeniería Costera, Universidad de Cádiz Bismarck Jigena Antelo, Profesor Titular de Unversidad, Area de Ciencias y Técnicas de la Navegación y Ciencias Marinas, Universidad de Cádiz Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/268252 2025-10-29T23:30:37Z 2025-10-29T23:30:37Z ‘Tú y la bomba atómica’: George Orwell predijo en 1945 la Guerra Fría y la proliferación nuclear <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/698147/original/file-20251020-56-41we1g.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=0%2C201%2C2657%2C1771&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption">Bombardero estadounidense Boeing B-29 Superfortress, igual que los que lanzaron las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, dirigiéndose a bombardear Osaka en 1945.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://en.wikipedia.org/wiki/File:Boeing_B-29A-45-BN_Superfortress_44-61784_6_BG_24_BS_-_Incendiary_Journey.jpg">United States Army Air Force</a></span></figcaption></figure><p>En agosto de 2025 se cumplieron 80 años de los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki. Apenas un mes después de los ataques, el 19 de octubre de 1945, George Orwell publicó un ensayo en el <em>London Tribune</em> titulado <a href="https://hypermediamagazine.com/literatura/tu-y-la-bomba-atomica/"><em>Tú y la bomba atómica</em></a>. En él, planteaba la hipótesis de qué pasaría si “las grandes naciones llegaran a un acuerdo tácito para no utilizar nunca la bomba atómica entre ellas”. Escribió que lo que surgiría sería una “paz que no es paz” y un “estado permanente de ‘guerra fría’”, introduciendo una metáfora perdurable que definiría la geopolítica durante décadas.</p> <p>En el ensayo, Orwell también predijo la proliferación nuclear: “La bomba es increíblemente cara y su fabricación exige un enorme esfuerzo industrial, del que solo son capaces tres o cuatro países en el mundo”. De hecho, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU), que también se creó hace 80 años, tienen ahora “la bomba”. La URSS fue la segunda en conseguirla, en 1949.</p> <figure class="align-right zoomable"> <a href="https://images.theconversation.com/files/697242/original/file-20251020-66-1nzove.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1000&amp;fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/697242/original/file-20251020-66-1nzove.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=237&amp;fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/697242/original/file-20251020-66-1nzove.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=813&amp;fit=crop&amp;dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/697242/original/file-20251020-66-1nzove.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=813&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/697242/original/file-20251020-66-1nzove.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=813&amp;fit=crop&amp;dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/697242/original/file-20251020-66-1nzove.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=1022&amp;fit=crop&amp;dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/697242/original/file-20251020-66-1nzove.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=1022&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/697242/original/file-20251020-66-1nzove.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=1022&amp;fit=crop&amp;dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a> <figcaption> <span class="caption">George Orwell.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/George_Orwell#/media/File:George_Orwell_press_photo.jpg">Branch of the National Union of Journalists</a></span> </figcaption> </figure> <p>Desde entonces, su amenaza ha configurado y justificado los conflictos mundiales. Tanto Irak como Irán han sido acusados de buscar la bomba, pero en lugar de la no proliferación diplomática, Estados Unidos e Israel han utilizado la fuerza armada para impedir que estas naciones obtengan armas nucleares.</p> <p>Una de las razones por las que la ONU aprobó la Guerra del Golfo de 1991 fue la existencia de información de inteligencia que indicaba que Irak tenía un programa de armas nucleares. En 2003, Estados Unidos y Reino Unido intentaron que la organización aprobara una guerra similar para desmantelar las supuestas armas nucleares de Irak, basándose en información errónea que había sido <a href="https://www.aljazeera.com/opinions/2023/3/21/my-plagiarised-work-was-used-to-launch-the-war-on-iraq">plagiada de mi propia tesis de la Universidad de Oxford</a>. </p> <p>En junio de 2025, Israel atacó Irán por supuestamente buscar un arma nuclear, también basándose en informes de “inteligencia”. El mundo contuvo la respiración durante los 12 días que duró la guerra, que fácilmente podría haber degenerado en un conflicto nuclear.</p> <p>Hoy en día, la inteligencia artificial (IA) puede permitir a una nación o a un grupo terrorista construir una bomba atómica de formas que los contemporáneos de Orwell, como Einstein y Oppenheimer, nunca hubieran podido imaginar.</p> <h2>Las novelas y la Guerra Fría</h2> <p>En 1949, solo cuatro años después de <em>Tú y la bomba atómica</em>, Orwell publicó <a href="https://www.orwellfoundation.com/the-orwell-foundation/orwell/books-by-orwell/nineteen-eighty-four/"><em>1984</em></a>. Se trata de una novela distópica que presagia la Guerra Fría que él había predicho en 1945, con tres bloques geopolíticos ficticios –Oceanía (América del Norte y Gran Bretaña), Eurasia (URSS y Europa) y Eastasia (China y sus vecinos)– que forman una serie de alianzas siempre cambiantes para controlar los “territorios en disputa”.</p> <figure class="align-right zoomable"> <a href="https://images.theconversation.com/files/698982/original/file-20251028-56-fo517y.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1000&amp;fit=clip"><img alt="Edición en español de 1984 de George Orwell." src="https://images.theconversation.com/files/698982/original/file-20251028-56-fo517y.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=237&amp;fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/698982/original/file-20251028-56-fo517y.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=886&amp;fit=crop&amp;dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/698982/original/file-20251028-56-fo517y.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=886&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/698982/original/file-20251028-56-fo517y.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=886&amp;fit=crop&amp;dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/698982/original/file-20251028-56-fo517y.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=1113&amp;fit=crop&amp;dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/698982/original/file-20251028-56-fo517y.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=1113&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/698982/original/file-20251028-56-fo517y.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=1113&amp;fit=crop&amp;dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a> <figcaption> <span class="caption"></span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.penguinlibros.com/es/libros-clasicos/24582-ebook-1984-edicion-definitiva-avalada-por-the-orwell-estate-9788490325070">Penguin Libros</a></span> </figcaption> </figure> <p>La novela fue profética, ya que se escribió antes de la creación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y del Pacto de Varsovia, y antes de que se acuñaran términos como “Primer”, “Segundo” y “Tercer Mundo”.</p> <p>Sin embargo, fue su contemporáneo, el oficial británico de Inteligencia Naval durante la Segunda Guerra Mundial <a href="https://theconversation.com/friday-essay-the-secret-lives-of-ian-fleming-and-john-le-carre-the-spymasters-shaped-by-a-lack-of-parental-love%20-212348">Ian Fleming</a>, quien consiguió adivinar en sus novelas una faceta diferente de la dinámica del poder en el siglo XXI. En su exitosa serie de James Bond (y sus aún más populares adaptaciones cinematográficas), la mayor amenaza para la seguridad mundial no son los gobiernos nacionales como la URSS, sino actores individuales superpoderosos, como el genio criminal Ernst Stavro Blofeld y el científico Dr. No.</p> <p>En las últimas décadas, esta visión de un poder concentrado en una persona como corazón de la amenaza geopolítica se ha materializado una y otra vez. En 2001, Osama bin Laden desencadenó la guerra contra el terrorismo, que duró 20 años. El magnate de los medios de comunicación Rupert Murdoch <a href="https://www.theguardian.com/media/2023/sep/21/power-and-scandal-how-murdoch-drove-the-uk-us-and-australia-to-the-right">ejerce un poder desmesurado</a> sobre la política internacional, influyendo en elecciones y votaciones importantes, como el <a href="https://theconversation.com/topics/brexit-61312">Brexit</a> de 2016. Y fue Elon Musk, no la NASA, quien creó un programa espacial y proporcionó conexión a internet a Ucrania tras la invasión rusa de 2022, lo que otorgó a SpaceX un poder sin precedentes desde los tiempos de la Compañía Británica de las Indias Orientales.</p> <h2>IA atómica y bombas sucias</h2> <p>El camino para obtener un arma nuclear no ha cambiado mucho desde Hiroshima, aunque la IA podría ayudar a los Estados que buscan bombas atómicas. Los avances en inteligencia artificial también pueden facilitar a los grupos terroristas la producción y detonación de explosivos convencionales combinados con material radiactivo, también conocidos como “<a href="https://theconversation.com/explainer-what-is-a-dirty-bomb-and-how-dangerous-is-it-57235">bombas sucias</a>”, lo que causaría enormes trastornos psicológicos y económicos. </p> <p>Los escritos de Orwell ponen de manifiesto la hipocresía de este término, ya que nos obliga a preguntarnos si eso significa que las armas nucleares normales son, por defecto, “bombas limpias”. Sin embargo, a pesar del temor a un ataque terrorista improvisado con una bomba sucia, las más sucias son las que están recubiertas de <a href="https://www.frontiersin.org/journals/political-science/articles/10.3389/fpos.2024.1387183/full">uranio empobrecido</a> (DU), ampliamente utilizadas por las fuerzas militares occidentales.</p> <p>El DU se produjo inicialmente hace 80 años como un subproducto “residual” del enriquecimiento de uranio durante el <a href="https://www.scientificamerican.com/article/what-was-the-manhattan-project/">Proyecto Manhattan</a>. Sus científicos descubrieron que podía utilizarse para crear armas perforantes.</p> <p>Estados Unidos y Reino Unido utilizaron estas armas durante la Guerra del Golfo de 1991 y la Guerra de Irak de 2003. Todavía <a href="https://www.frontiersin.org/journals/political-science/articles/10.3389/fpos.2024.1387183/full">contaminan el suelo</a>, provocando cáncer, defectos congénitos y otras enfermedades. Hoy en día, Ucrania sufre las consecuencias de Chernóbil, pero además, tanto este país como Rusia, han utilizado armas perforantes desde 2022.</p> <hr> <p><em><strong>¿Quiere recibir más artículos como este?</strong> <a href="https://theconversation.com/es/newsletters?promoted=suplemento-cultural-175">Suscríbase a Suplemento Cultural</a> y reciba la actualidad cultural y una selección de los mejores artículos de historia, literatura, cine, arte o música, seleccionados por nuestra editora de Cultura Claudia Lorenzo.</em></p> <hr> <h2>Noticias falsas en 1945</h2> <p>Si bien la IA ha potenciado lo que normalmente consideramos <em>orwelliano</em> (estados de vigilancia como los descritos en <em>1984</em>), Orwell también escribió sobre cómo la tecnología permitía la desinformación. En 1944, <a href="https://theconversation.com/who-controls-the-present-controls-the-past-what-orwells-1984-explains-about-the-twisting-of-history-to-control-the-public%20-257798">cuestionó las noticias falsas</a> de inexistentes ataques aéreos alemanes sobre Gran Bretaña que se emitieron en la radio nazi, y destacó su valor como propaganda en caso de una posible victoria alemana.</p> <p>Hoy, 80 años después, sigue ocurriendo lo mismo. En junio de 2025, durante la guerra de 12 días entre Israel e Irán, se difundieron <a href="https://www.dw.com/en/fact-check-how-ai-fakes-are-distorting-the-israel-iran-war/video-73042647">vídeos <em>deepfake</em></a> fabricados por IA que mostraban nubes nucleares en forma de hongo detonando sobre instalaciones atómicas iraníes destruidas.</p> <p>Algunos sostienen que la guerra fría entre Washington y Moscú nunca terminó, lo que da a la metáfora de Orwell un legado perdurable. No obstante, se suele atribuir al escritor y comentarista político estadounidense <a href="https://www.alliiertenmuseum.de/en/thema/cold-war-history-of-a-term/">Walter Lippman</a> la invención del término en 1947, lo que demuestra la afirmación de Orwell en la novela <em>1984</em>: “Quien controla el pasado controla el futuro; quien controla el presente controla el pasado”.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/268252/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>Ibrahim Al-Marashi no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p> 80 años después de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki, muchas de las predicciones de Orwell se han hecho realidad. Ibrahim Al-Marashi, Adjunct Professor, IE School of Humanities, IE University; California State University San Marcos Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/247375 2025-10-29T23:29:45Z 2025-10-29T23:29:45Z ¿Qué hacer cuando mi hijo no quiere salir porque está enganchado a los videojuegos? <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/698852/original/file-20251028-66-6jbomu.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=0%2C0%2C5568%2C3712&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption">La adicción a los videojuegos está reconocida en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V).</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://unsplash.com/es/fotos/nino-sentado-en-una-cama-gris-mientras-juega-bUgaIaZysH0">Kelly Sikkema / Unsplash.</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span></figcaption></figure><p>Hoy en día, jugar a videojuegos se ha convertido en una práctica habitual dentro de las actividades de ocio de muchos niños y adolescentes. Es frecuente que los padres duden sobre la conveniencia de permitirles jugar a demanda, así como el tiempo aconsejado y en qué momentos. ¿Dejarlos jugar durante la semana o únicamente el fin de semana? ¿Después de los deberes o antes, para que no los haga deprisa y corriendo?</p> <p>También refieren lo complicado que es lidiar con los argumentos de los menores: “si todos mis amigos juegan a este juego, ¿por qué a mí no me dejáis?”. A menudo, el miedo de los padres a que su hijo quede excluido del grupo hace que se sean más permisivos de lo que en realidad desearían respecto a los horarios y el tipo de juego. </p> <p>De este modo, empiezan a consentir que los videojuegos se vayan convirtiendo en un hábito, a pesar de que tengan el convencimiento o duden sobre si no sería mejor que jugaran a otras cosas, leyeran o salieran más de casa. </p> <p>Así, progresivamente, si no se marcan límites, se va <a href="https://theconversation.com/en-que-se-diferencia-la-adiccion-a-los-videojuegos-de-otras-adicciones-en-la-adolescencia-264093">generando una adicción</a>. Es posible empezamos a observar un cambio en el carácter: “está más irritable”, “va más a la suya que antes”,“ parece que no le importa nada”, “cada vez que sale menos con amigos”. </p> <p>Los videojuegos con más potencial adictivo son los <a href="https://theconversation.com/npc-con-que-clase-de-inteligencia-artificial-habla-mi-hijo-en-los-videojuegos-248029">juegos de rol <em>online</em></a>. Son juegos multijugador en los que se realizan tareas en equipos, también llamados <em>guild</em>. Están diseñados utilizando técnicas psicológicas para que el jugador pase el máximo tiempo conectado. Por ejemplo, el refuerzo intermitente propio de las <a href="https://theconversation.com/los-cofres-botin-de-los-videojuegos-de-la-tentacion-a-la-adiccion-131340">cajas botín</a> es el mismo mecanismo que el utilizado en las máquinas tragaperras.</p> <h2>El papel de los padres</h2> <p>Es importante, cuando vemos que nuestro hijo empieza a estar más tiempo jugando, intentar respondernos a estas tres cuestiones: </p> <ul> <li><p>¿Ha perdido interés por actividades que antes hacía (académicas, extraescolares, salir con amigos, colaborar en casa…)?</p></li> <li><p>¿Sabemos si le ha pasado alguna cosa en la vida “real” de la cual necesite evadirse? En este caso tendremos que actuar sobre la causa y, si es necesario, buscar ayuda especializada.</p></li> <li><p>¿Se irrita con más frecuencia y pasa más de las cosas?</p></li> </ul> <p>Después de reflexionar sobre estas preguntas, nos centraremos en dos conceptos esenciales que guían cómo nos posicionamos respecto a nuestros hijos: vínculo afectivo y autoridad (que no es lo mismo que el autoritarismo). </p> <h2>Lazos de confianza y autoridad</h2> <p>El vínculo afectivo hace referencia a los lazos de amor que se establecen entre padres e hijos y que son la base para generar confianza y bienestar. Hablamos de autoridad respecto a la responsabilidad de los padres para tomar todas las decisiones necesarias para el bienestar de sus hijos e hijas. De hecho, la patria potestad otorga a los padres ese derecho. Ello implica establecer reglas, expectativas y límites y, al mismo tiempo, guiar y enseñar a los niños sobre comportamientos y valores aceptables, así como protegerlos de lo que no les conviene. </p> <p>Por otra parte, “la autoridad se tiene, no se gana”, en palabras de un amigo mío profesor de adolescentes. Es algo intrínseco al papel de ser padres, para quienes es un derecho y un deber aplicarla.</p> <h2>¿Qué podemos hacer para ayudarlo a recuperar su bienestar?</h2> <p>El primer consejo es mantener una conversación tranquila, incluyendo a otros familiares significativos para él o ella. Debemos evitar juicios y podemos interesarnos por el juego y compartir qué hemos observado (pérdida de intereses, cambio carácter, menos comunicación etc.).</p> <p>Podemos proponer, con cariño y decisión, establecer unas normas y horarios de juego que preserven los espacios familiares (hora desconexión noche, comidas juntos, tareas casa, etc.).</p> <p>También es útil facilitar alternativas al juego individuales y familiares, pueden incluir actividades con pantallas juntos.</p> <p>Sabemos que a los hijos les importa la opinión que los padres y madres tienen sobre ellos, pero ¿qué pasa si no quiere escucharnos y sigue manteniendo la conducta de juego?</p> <h2>Cuando no escuchan</h2> <p>Cuando no escucha, será nuestra responsabilidad ayudar al menor activamente a desengancharse. Es importante recordar el principio de autoridad, para evitar que el uso de videojuegos <a href="https://theconversation.com/quiere-saber-si-su-hijo-es-adicto-a-los-videojuegos-118350">se convierta en una conducta adictiva</a> con serias <a href="https://theconversation.com/efectos-cerebrales-de-los-videojuegos-nos-convierten-en-zombis-o-en-superheroes-135457">implicaciones para su salud</a>, tanto cognitiva como emocional, física y social. </p> <p>Unos padres que acudían a nuestra consulta habían intentado todo tipo de estrategias para desenganchar a su hijo de 15 años de los videojuegos. Hasta que un día, sacaron el ordenador de la habitación con buen humor y determinación y le dijeron: “el ordenador se ha ido de vacaciones”. Comentaron que fue el mejor verano de los últimos años. El chico estuvo de mal humor tres días, pero rápidamente observaron un cambio de carácter. Fue recuperando la empatía que aparentemente había perdido y retomando los intereses que había aparcado los últimos meses. Explicaron en consulta: “ya vuelve a ser él”, un comentario frecuente de padres que han pasado por procesos similares. </p> <p>No obstante, debemos tener en cuenta que no siempre es posible, sobre todo, cuando observamos una escalada a nivel de agresividad o cuando se ha intentado varias veces sin conseguir un cambio. Asimismo debemos tener en cuenta que diversos trastornos de salud mental como el TDAH o TEA pueden predisponer a generar una adicción a videojuegos.</p> <p>Será necesario, en estos casos, buscar ayuda psicológica especializada para recibir la orientación necesaria y poder aplicar las estrategias adecuadas para ayudarlo, cuanto antes mejor.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/247375/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>Dominica Díez Marcet no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p> Cuando el proceso de adicción ha comenzado, no siempre es posible retirar el acceso de un niño a los videojuegos, sobre todo, cuando se da una escalada de agresividad o cuando lo hemos intentado varias veces sin lograrlo. Dominica Díez Marcet, Doctora en Psicología. Psicóloga Clínica responsable de la Unidad de Adicciones Comportamentales de la Fundació Althaia, Xarxa Assistencial Universitària de Manresa. Profesora asociada de la UVic-UCC., Universitat de Vic – Universitat Central de Catalunya Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/266683 2025-10-29T23:03:14Z 2025-10-29T23:03:14Z Por qué algunos niños tienen dificultades con las matemáticas desde el inicio (y no es por falta de esfuerzo) <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/698735/original/file-20251027-66-89f4gd.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=0%2C0%2C5536%2C3690&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption">shutterstock</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/pupil-raising-arm-during-lesson-education-1176339898">Billion Photos</a></span></figcaption></figure><p>Aprender matemáticas <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S002209651400215X?via%3Dihub">supone un desafío particular</a>, diferente al otras materias escolares.</p> <p>En primer lugar, requiere mucho más que memorizar estrategias o recordar fórmulas: implica poner en marcha procesos mentales complejos y coordinarlos. A diferencia de otras asignaturas o contenidos, en los que puede bastar con comprender o recordar información, las matemáticas exigen transformar datos, establecer relaciones abstractas y planificar diferentes pasos para llegar a una solución.</p> <p><a href="http://www.awakenmathbrain.com/wp-content/uploads/2019/05/Working-memory-and-mathematics-A-review-of-developmental-individual-difference-and-cognitive-approaches.pdf">En este proceso</a>, la memoria de trabajo desempeña un papel fundamental porque permite mantener y manipular la información necesaria mientras se resuelve una tarea matemática, y la velocidad de procesamiento ayuda a realizar con agilidad las operaciones básicas.</p> <h2>Matemáticas y funciones ejecutivas</h2> <p>También <a href="https://psycnet.apa.org/record/2014-05555-007">intervienen otras funciones ejecutivas</a>: la planificación (determinar los pasos que se deben seguir, organizarlos en un orden lógico y supervisar el progreso para evaluar posibles soluciones); la inhibición (frenar respuestas impulsivas o automáticas y resistirse a elementos externos que puedan distraer durante la resolución); y la flexibilidad (cambiar de estrategia cuando el procedimiento inicial no conduce al resultado esperado).</p> <p>A todo ello se suma <a href="https://psycnet.apa.org/record/2019-01878-003">el razonamiento no verbal</a>, entendido como la capacidad de reconocer patrones y establecer relaciones entre elementos para guiar las estrategias de solución.</p> <p><a href="https://psycnet.apa.org/record/2019-14895-008">El lenguaje también resulta clave</a> a medida que las tareas se vuelven más complejas. Para resolver un problema correctamente es necesario comprender el significado de las palabras y expresiones que aparecen en el enunciado. Por ejemplo, términos como “aumentar”, “quitar” o “repartir en partes iguales” implican operaciones matemáticas concretas, y si el alumnado no domina ese vocabulario puede tener dificultades para entender qué se le pide.</p> <p>Esta interacción entre componentes lingüísticos, conocimientos matemáticos y procesos cognitivos de carácter más general explica por qué son frecuentes las dificultades en matemáticas y por qué persisten aunque los alumnos se esfuercen.</p> <h2>Un problema que comienza temprano</h2> <p>La evidencia científica indica que las dificultades no dependen únicamente de la inteligencia o la perseverancia (ni de dificultades específicas como la <a href="https://theconversation.com/topics/discalculia-65749">discalculia</a>), sino de la interacción de múltiples factores educativos, cognitivos, matemáticos, lingüísticos y socioafectivos. Es importante detectar cuáles son y cómo se combinan, pues de lo contrario <a href="https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/0022219417714773">las dificultades se acumulan y se mantienen a lo largo de toda la etapa escolar</a>. </p> <p>Las dificultades en matemáticas aparecen ya en Educación Infantil y se consolidan en Educación Primaria. No se trata de un simple “despiste”: los niños con bajo rendimiento inicial <a href="https://srcd.onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/cdev.13123">suelen mantenerlo durante años</a>. </p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/problemas-con-los-numeros-herramientas-para-detectar-y-tratar-la-discalculia-204926">¿Problemas con los números? Herramientas para detectar y tratar la discalculia</a> </strong> </em> </p> <hr> <p>Tradicionalmente, un bajo rendimiento en matemáticas respecto al cociente intelectual se asociaba con la citada discalculia. Hoy se sabe que <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2211949318300383?via%3Dihub">este criterio es limitado</a>: aunque esta dificultad puede estar detrás en algunas ocasiones, en otras las causas responden a una combinación de factores diferente.</p> <h2>Retos a abordar en el aprendizaje matemático</h2> <p>Las habilidades necesarias para tener un buen rendimiento matemático <a href="https://psycnet.apa.org/doiLanding?doi=10.1037%2Fa0020662">van evolucionando a lo largo de la escolarización</a>. Algunas tareas, como el cálculo, se apoyan sobre todo en la memoria de trabajo y en habilidades matemáticas tempranas como el conteo. Otras, como la resolución de problemas que hemos comentado, exigen una mayor comprensión verbal y presentan demandas cognitivas más complejas.</p> <p>Por eso, no todos los estudiantes se enfrentan a las mismas dificultades ni por las mismas razones. Algunos tienen problemas para memorizar las tablas aritméticas, otros tropiezan al seguir los pasos de un procedimiento o al aplicarlo en situaciones nuevas. Estas dificultades <a href="https://journals.sagepub.com/doi/10.3102/0034654317753350">pueden estar relacionadas</a> con limitaciones en procesos generales, como la memoria o la atención, con dificultades en las habilidades lingüísticas necesarias para comprender enunciados o con carencias en los conocimientos matemáticos previos.</p> <h2>Una enseñanza flexible y personalizada</h2> <p>Reconocer esta diversidad implica que la enseñanza no puede ser uniforme ni basarse en estrategias idénticas para todo el alumnado. Debe ser flexible y adaptarse a las necesidades específicas de cada niño, lo que supone observar cómo aprende cada estudiante, proponer actividades variadas en función de sus fortalezas y debilidades y ofrecer apoyos ajustados cuando sea necesario. </p> <p>Muchos docentes ya trabajan en esta dirección, aunque los programas y currículos escolares no siempre facilitan este enfoque. Por ello es importante <a href="https://www.european-agency.org/sites/default/files/te4i-synthesis-report-es.pdf">incorporar esta diversidad en las programaciones</a> didácticas y en la formación del profesorado.</p> <h2>Diferentes tipos de apoyos</h2> <p>Las dificultades en matemáticas <a href="https://journals.sagepub.com/doi/10.3102/0034654317753350">no son estáticas ni se ajustan a un enfoque categórico simple</a>. No existen únicamente dos grupos –los que “entienden” y los que “no entienden”–, sino que hay muchos niveles intermedios. Algunos estudiantes pueden mostrar problemas puntuales que desaparecen con pequeñas ayudas, mientras que otros necesitan apoyos más intensos y prolongados a lo largo del tiempo. </p> <p>También es habitual que las dificultades no se distribuyan <a href="https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/10573569.2019.1666760">de forma uniforme entre las distintas áreas</a>: por ejemplo, un alumno puede dominar el cálculo pero tener dificultades al aplicar sus conocimientos en contextos nuevos o en tareas más complejas, como la resolución de problemas.</p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/que-es-el-metodo-abn-de-matematicas-217728">¿Qué es el método ABN de matemáticas?</a> </strong> </em> </p> <hr> <p>Por todo ello, resulta fundamental realizar un seguimiento del progreso del alumnado durante periodos prolongados, más allá de un curso escolar o de una evaluación puntual. Solo mediante una observación continua es posible comprender cómo evolucionan sus habilidades, por qué algunas dificultades persisten y qué tipo de enseñanza o intervención resulta más eficaz para superarlas.</p> <h2>Estrategias de actuación basadas en la evidencia</h2> <p>De acuerdo con <a href="https://portalcientifico.uvigo.gal/investigadores/277754/publicaciones">nuestros estudios</a>, más de una cuarta parte de los niños que presenta dificultades en el aprendizaje de las matemáticas en Educación Infantil continúa con ellas al finalizar la etapa de Educación Primaria. </p> <p>Enfoques educativos como el <a href="https://www.youtube.com/watch?v=kFnThTeSCt4">modelo de Respuesta a la Intervención (RtI)</a> o, de forma más amplia, los <a href="https://www.michigan.gov/-/media/Project/Websites/mde/specialeducation/familymatters/FM1/MTSS_FactSheet_Spanish.pdf?rev=7fd704dc118e43038790ad21a7d752a5">Sistemas Multinivel de Apoyo (MTSS)</a> han demostrado ser enfoques eficaces para organizar el trabajo en el aula. </p> <p>Estos sistemas parten de un mismo principio: ofrecer diferentes niveles de apoyo en función de las necesidades de cada estudiante, que son detectadas de forma temprana a través de instrumentos de cribado. Cada nivel ofrece diferentes tipos de instrucción, evaluación, intervención y apoyos, con niveles más intensivos a medida que se avanza en el sistema. </p> <h2>Combinar estrategias</h2> <p>Los <a href="https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/15248372.2022.2160723">hallazgos recientes</a> también sugieren que los programas que <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0891422214005460?via%3Dihub">combinan entrenamiento de procesos cognitivos con habilidades matemáticas</a> concretas tienen mayor potencial que los que se centran en un solo aspecto.</p> <p>Estrategias como la <a href="https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/0022219416629646">identificación y construcción de esquemas de problemas</a>, la <a href="https://journals.sagepub.com/doi/10.2307/30035524">enseñanza explícita de secuencias de estrategias cognitivas y metacognitivas</a>, y <a href="https://bpspsychub.onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/bjep.12083">el uso de materiales manipulativos</a> para reducir la carga de abstracción han demostrado ser eficaces para ayudar a los estudiantes con debilidades cognitivas y lingüísticas.</p> <p>Integrar sistemáticamente estos enfoques en la escuela no solo mejora la adquisición de habilidades matemáticas, sino que también favorece la confianza y autonomía de los estudiantes, aspectos fundamentales para su desarrollo académico y emocional. </p> <p>En definitiva, la combinación de detección temprana, intervenciones estructuradas e integradoras y personalización según el perfil del alumno es la forma más eficaz de abordar las dificultades matemáticas persistentes.</p> <h2>Más allá del aula: un reto social</h2> <p>Comprender por qué algunos niños tropiezan en matemáticas no es solo un asunto académico: estas dificultades tienen un impacto directo en las oportunidades futuras de los escolares, tanto educativas como laborales y sociales. </p> <p>La evidencia indica que la detección temprana y las intervenciones adecuadas pueden marcar una diferencia significativa. El desafío actual es trasladar este conocimiento a las aulas, asegurando que ningún niño quede rezagado en el aprendizaje de un área tan esencial como las matemáticas.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/266683/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>Valentín Iglesias Sarmiento recibe fondos de Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades en el marco del proyecto &quot;Predictores Longitudinales del logro matemático multicomponente (LOPREMMA)&quot;. Ref: PID2023-148052NB-I00.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Leire Pérez Pérez recibe fondos de Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades en el marco del proyecto &quot;Predictores longitudinales del logro matemático multicomponente (LOPREMMA)&quot;. Ref: PID2023-148052NB-100.</span></em></p> ¿Por qué a algunos se nos dan mal las matemáticas? Al contrario que otros contenidos escolares, la necesidad de combinar habilidades diferentes exigen intervenciones personalizadas. Valentín Iglesias Sarmiento, Profesor, Universidade de Vigo Leire Pérez Pérez, Profesora, Universidade de Vigo, Universidade de Vigo Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/268041 2025-10-29T22:57:29Z 2025-10-29T22:57:29Z El legado de los luditas: de la destrucción de telares al cuestionamiento de la IA <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/697553/original/file-20251021-66-suz6ay.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=0%2C186%2C1024%2C682&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption">_El líder de los luditas_, grabado de 1813.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://es.wikipedia.org/wiki/Ludismo#/media/Archivo:Luddite.jpg">Wikimedia Commons</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span></figcaption></figure><p>En los tiempos que corren, cualquiera que se atreva a cuestionar las ventajas de la innovación tecnológica se arriesga a ser tachado de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Ludismo">ludita</a>. En la imagen popular, el ludita es un personaje agrio, reaccionario, visceralmente opuesto a cualquiera de los inventos que supuestamente nos mejoran la vida –del teléfono móvil a la <em>roomba</em>–, y que <a href="https://www.sinpermiso.info/textos/rompemaquinas-unios-les-resultaria-familiar-la-economia-colaborativa-a-los-ludita">se resiste más o menos activamente a usarlas</a>, e incluso a que las usen los demás. </p> <h2>Inglaterra, comienzos del XIX: el ludismo</h2> <p>Sin embargo, hubo un tiempo en que el ludismo y los luditas significaron algo muy distinto. Ser ludita en la Inglaterra de las <a href="https://canal.uned.es/video/5b588394b1111fda5e8b458b#:%7E:text=IFRAME:,miles%20de%20soldados%20para%20reprimirlas%5D">primeras décadas del siglo XIX</a> era una cosa muy seria, y a menudo peligrosa. Pero la imagen que circula de estos “destructores de máquinas” de la primera Revolución Industrial es inexacta e inmerecida. </p> <p>El mítico <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Ned_Ludd">Ned Ludd</a>, alias General Ludd o Rey Ludd –de cuyo nombre deriva el término luditas–, probablemente no fue una persona de carne y hueso. Pero sus seguidores formaron a comienzos de la década de 1810 un auténtico ejército de trabajadores, la mayoría de ellos artesanos cualificados, embarcados en una campaña de asaltos a fábricas textiles y destrucción de maquinaria. </p> <p>Esta movilización alcanzó su apogeo entre 1811 y 1813, pero sus ecos perdurarían. Unos veinte años después, las multitudinarias <a href="https://www.zora.uzh.ch/id/eprint/158743/">revueltas del <em>capitán Swing</em></a> de 1830-1831, movilizaron en veinte condados del sur de Inglaterra a miles de trabajadores agrarios que buscaban mejorar sus salarios destruyendo trilladoras mecánicas. Estos disturbios se saldaron con más de 2 000 detenciones, 500 encarcelados y 19 ejecutados. </p> <p>Pero la destrucción de máquinas o el asalto a fábricas, como la que <a href="https://jacobinlat.com/2023/08/los-luditas-sabian-que-el-capitalismo-venia-a-quitarnos-todo/">defendió a tiros Edmund Cartwright</a>, inventor del <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Edmund_Cartwright">primer telar mecánico</a>, eran sólo una parte del repertorio de la protesta ludita. En realidad, combinaban la acción política (peticiones al Parlamento), la sindical (sociedades de socorro mutuo, negociación con los patronos) y la violencia tumultuaria. </p> <p>La destrucción de unos 1 000 telares llevó al gobierno inglés a movilizar tropas (en plena guerra con Napoleón fueron enviados a Nottingham 2 000 soldados) y castigar la destrucción de maquinaria con pena de muerte. Ser ludita no era cosa de broma.</p> <h2>Ludismo: un movimiento no tan irracional</h2> <p>Aunque los movimientos luditas se han contemplado a menudo como una reacción desesperada contra un progreso inexorable, tenían una racionalidad mucho mayor de la que se les suele reconocer. </p> <p>Para empezar, formaban parte de acciones de negociación salarial (o de precios, pues muchos artesanos trabajaban a destajo para fabricantes o comerciantes). En ocasiones estaban conectados a corrientes revolucionarias clandestinas como el <a href="https://pensamientocriticoxxi.wordpress.com/wp-content/uploads/2017/12/thompson-prefacio-la-formacion-de-la-co-en-inglaterra.pdf">jacobinismo</a>, inspirado en las ideas de la Revolución francesa, o bien movimientos de corte democrático reformista como el <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Cartismo">cartismo</a> que allanó el camino para la gran confederación de las <a href="https://theconversation.com/labour-the-unions-and-the-breaking-of-the-british-working-class-14506"><em>Trade Unions</em></a> (sindicatos obreros) en 1834. </p> <p>Los luditas representaban, sobre todo, la lucha de muchos trabajadores y sus familias para influir en el reparto del pastel de los beneficios de la mecanización. En ese sentido, alcanzaron algunos éxitos y abrieron el camino a muchas décadas de lucha obrera.</p> <p>Todo esto lo conocen bien los historiadores, especialmente los británicos, que han dedicado amplia atención al fenómeno, desde los clásicos <a href="https://jacobin.com/2015/07/making-english-working-class-luddites-romanticism">E. P. Thompson</a> o <a href="https://elsalariado.info/2016/04/18/los-destructores-de-maquinas/">Eric Hobsbawm</a> hasta más recientemente <a href="https://www.sinpermiso.info/textos/rompemaquinas-unios-les-resultaria-familiar-la-economia-colaborativa-a-los-luditas">Brian Merchant</a>, cuyo apasionante libro <a href="https://www.todostuslibros.com/libros/sangre-en-las-maquinas_979-13-990392-3-8"><em>Sangre en las máquinas</em></a> acaba de ser publicado en español por una editorial llamada (¿casualmente?) Capitán Swing.</p> <h2>¿Qué es el neoludismo del siglo XXI?</h2> <p>A día de hoy, el término puede utilizarse en dos sentidos. Despectivamente, para retratar a personas refractarias a la tecnología en general, y en especial a la que tiene que ver con la computación (IA incluida) y las comunicaciones móviles. Es casi un epíteto burlón, que abarca tanto al <em>boomer</em> que “pasa de WhatsApp” como a quienes niegan a sus hijos el acceso libre a las pantallas (algo que no necesariamente hacen, pese a lo que a veces se dice, <a href="https://www.lemonde.fr/pixels/article/2024/03/23/les-patrons-de-la-tech-qui-ne-mettent-pas-leurs-enfants-devant-des-ecrans-une-legende-urbaine_6223674_4408996.html">los magnates de las tecnologías</a>. Gente <a href="https://rebelion.org/objeciones-al-desarrollo-una-mirada-critica-al-concepto-de-progreso/">opuesta al <em>progreso</em></a>, incluso partidarios del <a href="https://ecosfron.org/portfolio/el-decrecimiento-la-teoria-de-la-abundancia-radical/">decrecimiento económico</a>, a quienes acabará barriendo el viento de la historia.</p> <p>Desde otro punto de vista, también <a href="https://theconversation.com/whats-a-luddite-an-expert-on-technology-and-society-explains-203653">se reivindican como neoluditas</a> sesudos analistas de las repercusiones indeseadas de las tecnologías, <a href="https://theconversation.com/chatgpt-no-suena-con-ovejas-electricas-201061">especialmente la IA</a>.</p> <p>Para estos expertos, a menudo conocedores de primera mano del mundo de los gigantes tecnológicos, la tecnología no siempre significa progreso. La IA generativa, por ejemplo, es <a href="https://theconversation.com/como-sera-la-educacion-universitaria-en-la-era-de-la-inteligencia-artificial-253448">una herramienta potentísima para la educación</a>, pero que puede emplearse para <a href="https://blogs.iadb.org/educacion/es/la-verdadera-manera-de-prevenir-el-fraude-academico-en-la-era-de-la-ia/">estudiar menos</a>. </p> <p>También puede funcionar como un potenciador y acelerador en el análisis de pruebas médicas pero, a la vez, desplegar sesgos notables, <a href="https://revistamedica.com/inteligencia-artificial-diagnostico-medico-sesgos-algoritmicos-regulacion/">probablemente por el origen de los datos con que se entrena</a>. Eso puede provocar errores en los diagnósticos que varían según el género, la etnia, la edad o, incluso, el nivel socioeconómico.</p> <p>Valiosa aliada en la lucha <a href="https://www.publico.es/sociedad/inteligencia-artificial-revela-arma-eficaz-combatir-corrupcion.html">contra el crimen o la corrupción</a>, la IA puede ser un arma igualmente poderosa para la persecución política. </p> <p>También está la espinosa cuestión de cómo se ha alimentado la IA con una ingente masa de materiales que tienen creadores concretos <a href="https://www.uoc.edu/es/news/2025/inteligencia-artificial-apropiacion-indebida-arte-derechos-de-autor">cuyos derechos de autor fueron vulnerados</a>. En el debate sobre estas y otras muchas cuestiones, <a href="https://www.elcorreo.com/vivir/tecnologia/pongame-poco-neoludismo-20200717193634-ntrc.html?ref=https%3A%2F%2Fwww.elcorreo.com%2Fvivir%2Ftecnologia%2Fpongame-poco-neoludismo-20200717193634-ntrc.html">ciertos neoluditas tienen mucho que decir</a>.</p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/por-que-es-tan-relevante-la-demanda-de-the-new-york-times-contra-openai-y-microsoft-por-usar-sus-contenidos-sin-permiso-221079">Por qué es tan relevante la demanda de The New York Times contra OpenAI y Microsoft por usar sus contenidos sin permiso</a> </strong> </em> </p> <hr> <h2>La tecnología no es el problema</h2> <p>Ni las caricaturas de los luditas de la Inglaterra de la Revolución Industrial ni las de los neoluditas de nuestros días hacen justicia a sus reivindicaciones. Unos neoluditas que, por ejemplo, <a href="https://blognooficial.wordpress.com/2018/05/21/apuntes-para-un-manifiesto-neo-ludita/">plantean el debate</a> sobre los costes medioambientales de ciertas tecnologías, la regulación de las llamadas <em>tecnologías destructivas</em>, los riesgos de los oligopolios del sector, los efectos sobre derechos y libertades básicos o la participación ciudadana en las decisiones sobre el desarrollo tecnológico. Se trata de debates imprescindibles desde el punto de vista político, ético, social y medioambiental. </p> <p><a href="https://nadaesgratis.es/admin/premio-nobel-de-economia-2025-el-crecimiento-impulsado-por-la-innovacion">Las tecnologías en sí mismas no son casi nunca el problema</a>, pero sí su uso y <a href="https://www.dw.com/es/superricos-en-davos-c%C3%B3brennos-m%C3%A1s-impuestos/a-68026682">cómo se reparte el pastel</a> que generan. Los luditas de 1810 lo sabían. A nosotros nos toca decidir, y empieza a ser urgente, <a href="https://fmmundo.com/tecnologia/gigantes-tecnologicos-advierten-inteligencia-artificial-podria-escapar-nuestro-control-n81368/amp">cómo va a regularse la inteligencia artificial</a> y cómo van a asignarse los costes y beneficios de su implantación.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/268041/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>Mauro Hernández recibe fondos de la Agencia Estatal de Investigación (Ministerio de Ciencia e Innovación) como investigador del proyecto “Transformaciones sociales en Madrid y la Monarquía hispánica en la edad moderna. Movimientos ascendentes y descendentes. Entre cambios y resistencias” (PID2022-142050NB-C22) coordinado por José Antolín Nieto (UAM).</span></em></p> Los luditas del XIX combinaban la acción política, sindical y la violencia tumultuaria. Los neoluditas del XXI creen que desarrollo tecnológico no es sinónimo de progreso si no hay un reparto justo de sus costes y beneficios. Mauro Hernández, Profesor Titular de Historia Económica, UNED - Universidad Nacional de Educación a Distancia Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/265552 2025-10-29T22:54:48Z 2025-10-29T22:54:48Z Del vampiro al vecino inquietante: cómo ha cambiado nuestra forma de asustarnos en el cine <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/698125/original/file-20251023-56-md5781.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=192%2C0%2C1535%2C1023&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption">Oscar Isaac en una imagen del último _Frankenstein_ dirigido por Guillermo del Toro.</span> <span class="attribution"><span class="source">Netflix</span></span></figcaption></figure><p>El miedo siempre estuvo ahí, pero el cine lo convirtió en espectáculo. Desde las primeras proyecciones, el público acudió a las salas para sentir esa descarga controlada de adrenalina. </p> <p>Cuando <a href="https://www.filmaffinity.com/es/film238028.html"><em>Nosferatu</em></a> (1922) extendió su sombra, no fue sólo un vampiro lo que hizo que la audiencia se estremeciese: era la Europa de entreguerras viéndose reflejada en una criatura enfermiza y extranjera, una amenaza que llegaba de fuera para romper un orden social que ya tambaleaba. Desde entonces, cada generación ha encontrado su propio engendro en la pantalla.</p> <h2>Sombras y mutaciones</h2> <p>El terror funciona como un espejo. Los castillos en ruinas y las nieblas góticas de los años treinta no eran simples decorados: representaban un mundo que parecía haberse detenido, que miraba con nostalgia y temor al pasado. </p> <p>Los monstruos de Universal –<a href="https://www.filmaffinity.com/es/film358442.html"><em>Drácula</em></a> (1931), <a href="https://www.filmaffinity.com/es/film443503.html"><em>Frankenstein</em></a> (1931), <a href="https://www.filmaffinity.com/es/film965463.html"><em>El hombre lobo</em></a> (1941)– eran a la vez temibles y fascinantes, porque encarnaban miedos muy contemporáneos: la ciencia que se descontrola, el cuerpo que enferma, lo diferente que amenaza lo familiar. La gente entraba en el cine buscando escalofríos, pero salía habiéndose enfrentado, de forma simbólica, a sus propias ansiedades.</p> <figure class="align-center zoomable"> <a href="https://images.theconversation.com/files/694556/original/file-20251006-64-17nwh8.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1000&amp;fit=clip"><img alt="Un hombre deforme yace en el suelo y otro con joroba lo observa iluminándose con una antorcha." src="https://images.theconversation.com/files/694556/original/file-20251006-64-17nwh8.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/694556/original/file-20251006-64-17nwh8.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=336&amp;fit=crop&amp;dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/694556/original/file-20251006-64-17nwh8.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=336&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/694556/original/file-20251006-64-17nwh8.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=336&amp;fit=crop&amp;dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/694556/original/file-20251006-64-17nwh8.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=423&amp;fit=crop&amp;dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/694556/original/file-20251006-64-17nwh8.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=423&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/694556/original/file-20251006-64-17nwh8.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=423&amp;fit=crop&amp;dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a> <figcaption> <span class="caption">Fotograma de <em>Frankenstein</em> (James Whale, 1931).</span> <span class="attribution"><span class="source">Universal Pictures</span></span> </figcaption> </figure> <p>Con el tiempo, las nieblas se despejaron y el terror empezó a mirar hacia el futuro. Las décadas de posguerra trajeron un pánico nuevo, más tecnológico, más científico. De pronto, las amenazas venían del espacio exterior o de laboratorios secretos: alienígenas, mutantes, experimentos que se salían de control. </p> <p>Películas como <a href="https://www.filmaffinity.com/es/film201269.html"><em>Ultimátum a la Tierra</em></a> (1951) y <a href="https://www.filmaffinity.com/es/film853425.html"><em>El enigma de otro mundo</em></a> (1951) capturaban la paranoia de un planeta dividido en bloques, mientras que <a href="https://www.filmaffinity.com/es/film314396.html"><em>La humanidad en peligro</em></a> (1954) y <a href="https://www.filmaffinity.com/es/film666455.html"><em>Godzilla</em></a> (1954) daban forma grotesca a la amenaza nuclear con hormigas gigantes y criaturas surgidas de la radiación. La bomba atómica estaba en la mente de todos, y el cine lo canalizó en forma de invasiones, mutaciones y sospechas colectivas.</p> <h2>El enemigo está en casa</h2> <p>El susto más inquietante todavía estaba por llegar: el que no depende de criaturas sobrenaturales. </p> <p>Cuando Alfred Hitchcock estrenó <a href="https://www.filmaffinity.com/es/film363992.html"><em>Psicosis</em></a> (1960), el público descubrió que el peligro podía estar en la puerta de al lado. Norman Bates era un hombre normal, tímido, amable. No necesitaba colmillos ni garras para matar. Se plasmaba así la incertidumbre de una época marcada por cambios sociales y la erosión de la confianza en las instituciones: los años sesenta traían consigo tensiones urbanas, movimientos sociales y la sensación de que la amenaza podía venir del vecino o el propio núcleo familiar. </p> <figure class="align-center zoomable"> <a href="https://images.theconversation.com/files/698129/original/file-20251023-56-d28h6c.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1000&amp;fit=clip"><img alt="Un hombre mira a cámara con la cabeza baja y sonríe." src="https://images.theconversation.com/files/698129/original/file-20251023-56-d28h6c.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/698129/original/file-20251023-56-d28h6c.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=338&amp;fit=crop&amp;dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/698129/original/file-20251023-56-d28h6c.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=338&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/698129/original/file-20251023-56-d28h6c.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=338&amp;fit=crop&amp;dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/698129/original/file-20251023-56-d28h6c.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=424&amp;fit=crop&amp;dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/698129/original/file-20251023-56-d28h6c.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=424&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/698129/original/file-20251023-56-d28h6c.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=424&amp;fit=crop&amp;dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a> <figcaption> <span class="caption">Anthony Perkins interpretando a Norman Bates, un hombre… ¿normal?</span> <span class="attribution"><span class="source">Paramount Pictures</span></span> </figcaption> </figure> <p>A partir de ese momento, el horror se volvió más íntimo: el motel de carretera, la casa suburbana y la niñez misma podían convertirse en escenarios de pesadilla. Películas como <a href="https://www.filmaffinity.com/es/film106098.html"><em>La matanza de Texas</em></a> (1974) o <a href="https://www.filmaffinity.com/es/film384174.html"><em>Halloween</em></a> (1978) consolidaron esa sensación. Su violencia evidenciaba la desconfianza y el malestar de Estados Unidos tras la guerra de Vietnam y la crisis económica de los setenta: lo que parecía seguro –el hogar, la comunidad– podía volverse mortal.</p> <p>Esa invasión de lo cotidiano continuó durante los ochenta, una década de consumismo, cultura pop y miedo al crimen urbano, donde el género se llenó de ruido, sangre y espectáculo. <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Freddy_Krueger">Freddy Krueger</a>, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Jason_Voorhees">Jason Voorhees</a> o el muñeco <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Chucky">Chucky</a> se convirtieron en iconos de la cultura pop, con máscaras y frases ingeniosas incluidas. </p> <p>Pero en medio del exceso, hubo cineastas que exploraron terrores más psicológicos: <a href="https://www.filmaffinity.com/es/film598422.html"><em>El resplandor</em></a> (1980) convirtió a un padre en monstruo, mientras que <a href="https://www.filmaffinity.com/es/film313264.html"><em>La cosa</em></a> (1982) reflejó la paranoia y el aislamiento propios de la Guerra Fría, donde el enemigo podía estar más cerca de lo que pensábamos. Lo verdaderamente espeluznante no era la criatura, sino la posibilidad de que estuviera dentro de nosotros.</p> <p>A finales de los noventa, este cine se tornó autorreflexivo. <a href="https://www.filmaffinity.com/es/film677939.html"><em>Scream</em></a> (1996) jugaba con los clichés y los convertía en parte de la diversión; el espectador ya era un cómplice. Este conocimiento de las reglas del juego preparó el terreno para un nuevo tipo de terror: el que utilizaba la cámara y la estructura narrativa para hacer que el miedo pareciera más real y cercano al espectador.</p> <p>En el nuevo milenio el género empezó a experimentar con nuevas formas de asustar. Surgió el <em>found footage</em> (metraje encontrado) con <a href="https://www.filmaffinity.com/es/film545832.html"><em>El proyecto de la bruja de Blair</em></a> (1999) y después <a href="https://www.filmaffinity.com/es/film802873.html"><em>Paranormal Activity</em></a> (2007), que hicieron que el espanto fuese casi documental, revelando la ansiedad de una sociedad cada vez más vigilada, hiperconectada y acostumbrada a consumir imágenes de lo real a través de cámaras y móviles. </p> <p>También hubo un auge de <em>remakes</em> estadounidenses de clásicos japoneses como <a href="https://www.filmaffinity.com/es/film463599.html"><em>The Ring</em></a> (2002) o <a href="https://www.filmaffinity.com/es/film711754.html"><em>El grito</em></a> (2004), que introdujeron a Occidente en un miedo atmosférico, más basado en el silencio y la sugerencia que en el susto fácil. Esto coincidió con la apertura cultural global y el interés por historias que venían de fuera, mostrando un mundo interconectado donde lo desconocido podía llegar de cualquier parte.</p> <h2>El arte de atemorizar hoy</h2> <p>Así, tras la experimentación formal de los primeros años del milenio, el género se abrió a propuestas en las que no solo se sobresaltaba al espectador, sino que también se comentaba la sociedad y se exploraba la psicología humana. </p> <p>La década de 2010 supuso un punto de inflexión. Productoras como A24 y Blumhouse apostaron por un terror más ambicioso y autoral. Por ejemplo, <a href="https://www.filmaffinity.com/es/film642856.html"><em>Déjame salir</em></a> (2017) convirtió el miedo en un comentario social directo sobre los conflictos raciales y la polarización política.</p> <p><a href="https://www.filmaffinity.com/es/film118012.html"><em>Hereditary</em></a> (2018) y <a href="https://www.filmaffinity.com/es/film599419.html"><em>Midsommar</em></a> (2019), por el contrario, llevaron el género a un horror casi operístico, en el que la fractura familiar y las dinámicas comunitarias provocan espanto, un espejo de sociedades contemporáneas cada vez más fragmentadas e impacientes. <a href="https://www.filmaffinity.com/es/film287094.html"><em>The Babadook</em> </a>(2014) e <a href="https://www.filmaffinity.com/es/film811561.html"><em>It Follows</em></a> (2014) se encargaron de explorar el trauma, la ansiedad y la transmisión del pavor como si fueran enfermedades. Incluso el <em>slasher</em> regresó en versiones más sofisticadas como <a href="https://www.filmaffinity.com/es/film843514.html"><em>X</em></a> (2022) y <a href="https://www.filmaffinity.com/es/film104117.html"><em>Pearl</em></a> (2022), que mezclan nostalgia y reflexión metacinematográfica.</p> <p>En los años 2020, el género sigue expandiéndose en todas direcciones. Películas como <a href="https://www.filmaffinity.com/es/film880123.html"><em>Barbarian</em></a> (2022) o <a href="https://www.filmaffinity.com/es/film394613.html"><em>Háblame</em></a> (2023) juegan con las expectativas del espectador, construyendo giros radicales en un contexto de incertidumbre global: pandemias, crisis climáticas y cambios tecnológicos acelerados. También vemos un resurgir del <em>folk horror</em> en propuestas como <a href="https://www.filmaffinity.com/es/film287278.html"><em>Men</em></a> (2022) o <a href="https://www.filmaffinity.com/es/film613062.html"><em>The Witch</em></a> (2015), donde lo rural y lo ancestral vuelven a ser fuente de amenaza, recordando cómo la modernidad puede despertar miedos arcaicos.</p> <p>En los tres últimos años el género ha seguido explorando nuevas formas de provocar escalofríos: <a href="https://www.filmaffinity.com/es/film240942.html"><em>It Lives Inside</em></a> (2023) combina terror sobrenatural y exploración cultural, mientras que <a href="https://www.filmaffinity.com/es/film833687.html"><em>La sustancia</em></a> (2024) ofrece una sátira que critica la industria del bienestar. Incluso Robert Eggers presentó su reinterpretación gótica del clásico <a href="https://www.filmaffinity.com/es/film779702.html"><em>Nosferatu</em></a> (2024) y, en 2025, <a href="https://www.filmaffinity.com/es/film809089.html"><em>Weapons</em></a> introdujo una narrativa fragmentada sobre la desaparición de niños, mezclando horror psicológico y social mientras hablaba de la infancia, la vigilancia y la seguridad en la vida cotidiana.</p> <figure class="align-center zoomable"> <a href="https://images.theconversation.com/files/698120/original/file-20251023-56-6jgcb8.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=0%2C0%2C3000%2C1687&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1000&amp;fit=clip"><img alt="Un niño con una sonrisa pintada mira a cámara mientras sus compañeros duermen sobre los pupitres." src="https://images.theconversation.com/files/698120/original/file-20251023-56-6jgcb8.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=0%2C0%2C3000%2C1687&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/698120/original/file-20251023-56-6jgcb8.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=338&amp;fit=crop&amp;dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/698120/original/file-20251023-56-6jgcb8.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=338&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/698120/original/file-20251023-56-6jgcb8.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=338&amp;fit=crop&amp;dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/698120/original/file-20251023-56-6jgcb8.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=424&amp;fit=crop&amp;dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/698120/original/file-20251023-56-6jgcb8.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=424&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/698120/original/file-20251023-56-6jgcb8.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=424&amp;fit=crop&amp;dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a> <figcaption> <span class="caption">Imagen de <em>Weapons</em>, de Zach Cregger (2025).</span> <span class="attribution"><span class="source">Warner Bros.</span></span> </figcaption> </figure> <p>Estas producciones demuestran que el cine de terror continúa adaptándose, mostrando ansiedades contemporáneas y ofreciendo nuevas perspectivas al público. Lo que se mantiene constante es nuestra necesidad de mirar, tal vez porque lo consideramos un laboratorio emocional. Nos permite ensayar el miedo sin consecuencias, sentirlo de manera segura y controlada. Cuando las luces se apagan, podemos enfrentarnos a aquello que más nos perturba –la muerte, el caos, la desintegración de la familia, el fin del mundo– y salir ilesos. </p> <p>En un presente lleno de amenazas difusas, desde pandemias hasta crisis climáticas, el género sigue evolucionando para darles forma. Así, cada Halloween volvemos a las salas buscando ese escalofrío. Puede que ya no haya vampiros con capa ni lobos aullando a la luna, pero el vecino inquietante, el monstruo invisible o el silencio en una casa demasiado tranquila siguen funcionando. Y quizás por eso el terror nunca muere: porque siempre encuentra un nuevo rostro para nuestros miedos.</p> <hr> <p><em><strong>¿Quiere recibir más artículos como este?</strong> <a href="https://theconversation.com/es/newsletters?promoted=suplemento-cultural-175">Suscríbase a Suplemento Cultural</a> y reciba la actualidad cultural y una selección de los mejores artículos de historia, literatura, cine, arte o música, seleccionados por nuestra editora de Cultura Claudia Lorenzo.</em></p> <hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/265552/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>Lara López Millán no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p> El cine de terror da miedo, pero no en todos los contextos ni en todas las épocas. Después de todo, la ficción se nutre de aquello que nos aterra en el mundo real. Lara López Millán, Docente Universitaria de Artes y Educación, Universidad Camilo José Cela Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/268611 2025-10-29T16:40:52Z 2025-10-29T16:40:52Z Después de la dana: cuando el agua se retira, el daño psicológico permanece <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/699243/original/file-20251029-66-vlf1v0.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=0%2C216%2C5184%2C3456&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption"></span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/effects-dana-valencia-spain-november-2024-2540762153">CMG_IG/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>En octubre de 2024, hace hoy un año, una <a href="https://theconversation.com/topics/dana-81991">dana</a> golpeó con fuerza la Comunidad Valenciana. La tragedia dejó numerosas víctimas mortales y cientos de heridos, pero hubo un aspecto menos evidente e igualmente devastador: el impacto psicológico en las personas afectadas. Multitud de ciudadanos vieron sus hogares y barrios inundados y cubiertos de barro mientras eran testigos de cómo sus vecinos y familiares sufrían, sin poder hacer nada por ayudarles. En muchos casos no podían regresar a sus casas, ni contactar con sus familiares o con los servicios de emergencia. </p> <p>Esa desconexión, impotencia y desamparo marcaron profundamente la vivencia de muchas víctimas, a lo que se sumó la percepción de abandono: no hubo un <a href="https://theconversation.com/las-catastroficas-consecuencias-de-confundir-aviso-meteorologico-con-alerta-de-riesgo-242800">aviso</a> temprano del riesgo extremo, y la gestión inmediata de la tragedia fue percibida por los afectados como lenta y claramente insuficiente.</p> <p>Semanas después, investigadoras de la Universidad Pontificia Comillas y la Universidad de Zaragoza realizamos un estudio en el que se evaluó a 72 víctimas y 69 voluntarios. Se analizaron síntomas de ansiedad, depresión y estrés postraumático, así como el grado de satisfacción con distintas fuentes de apoyo. También se les dio la opción de compartir sus experiencias. </p> <p>Aunque el artículo científico todavía no está publicado, sus respuestas han permitido poner cifras y palabras a algo que suele quedar oculto: la huella emocional de los desastres naturales.</p> <h2>Víctimas: el peso de lo perdido</h2> <p>Según el estudio, el 82 % de las víctimas presentaban síntomas moderados o graves de <a href="https://theconversation.com/topics/estres-postraumatico-76829">estrés postraumático</a>. Es la huella psicológica que deja vivir o presenciar un evento extremadamente impactante o amenazante para la vida. No se trata solo de recuerdos desagradables: implica revivir mentalmente la experiencia mediante <em>flashbacks</em> o pesadillas, mantenerse en constante alerta, sufrir sobresaltos ante estímulos que recuerdan al suceso y sentir que el peligro sigue presente.</p> <p>En este sentido, muchas víctimas confiesan que no lo van a olvidar nunca. Algunos tienen pesadillas y recuerdos que, refieren, se repiten en su cabeza sin que puedan evitarlo. Otros narran los acontecimientos con tal nivel de detalle que parece que los estuviesen reviviendo. Por ejemplo, relataron el recuerdo vívido del ruido ensordecedor del agua y de las imágenes de la tragedia, como el abundante barro o ver a otras personas sufriendo. También evocan el miedo que sienten cada vez que vuelve a llover. </p> <p>A esto se suman altos niveles de <a href="https://theconversation.com/topics/ansiedad-55217">ansiedad</a> y <a href="https://theconversation.com/topics/depresion-56799">depresión</a>: entre un 40 % y un 46 % de los encuestados presentaron estos síntomas. El impacto fue más severo en quienes padecieron daños físicos, tuvieron desperfectos en su domicilio o lo perdieron, o presenciaron cómo otras personas sufrían. También influyeron experiencias emocionales como el miedo a sufrir daños ellos mismos o sus familiares, el temor a fallecer, la sensación de abandono y la indefensión, que agravaron las secuelas psicológicas de la tragedia.</p> <p>Estos resultados ponen de manifiesto la necesidad de que las víctimas reciban atención psicológica adecuada y sostenida en el tiempo, y de que se visibilice su sufrimiento como parte esencial de la recuperación tras una catástrofe.</p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/valencia-embarrada-y-en-pie-como-sanar-el-duelo-comunitario-tras-la-dana-242802">Valencia embarrada y en pie: cómo sanar el duelo comunitario tras la DANA</a> </strong> </em> </p> <hr> <h2>Voluntarios: el impacto psicológico de ayudar</h2> <p>Durante los primeros días tras la catástrofe, los <a href="https://theconversation.com/solo-el-pueblo-salva-al-pueblo-de-la-dana-voluntarios-asociaciones-y-cooperativas-dan-la-cara-242745">voluntarios</a> fueron esenciales: rescataron, asistieron y acompañaron a numerosas personas afectadas sin medios ni formación para intervenir en una emergencia de tal magnitud. Por ello también se evaluó cómo les había afectado psicológicamente haber sido testigos directos del desastre.</p> <p>Los resultados muestran que la exposición a escenas de destrucción y sufrimiento, el esfuerzo físico y la tensión dejaron huella: el 68 % presentó sintomatología significativa de estrés postraumático. Entre los factores más asociados al malestar destacaron participar en rescates, ver fallecidos, presenciar saqueos o tener seres queridos afectados o en paradero desconocido. </p> <figure class="align-center zoomable"> <a href="https://images.theconversation.com/files/699245/original/file-20251029-56-quuyw1.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1000&amp;fit=clip"><img alt="Personas limpiando el barro en una calle inundada" src="https://images.theconversation.com/files/699245/original/file-20251029-56-quuyw1.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/699245/original/file-20251029-56-quuyw1.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=450&amp;fit=crop&amp;dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/699245/original/file-20251029-56-quuyw1.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=450&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/699245/original/file-20251029-56-quuyw1.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=450&amp;fit=crop&amp;dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/699245/original/file-20251029-56-quuyw1.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=566&amp;fit=crop&amp;dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/699245/original/file-20251029-56-quuyw1.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=566&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/699245/original/file-20251029-56-quuyw1.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=566&amp;fit=crop&amp;dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a> <figcaption> <span class="caption">Voluntarios y vecinos ayudando a limpiar el barro de las aceras en Valencia.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:2024-11-01_Voluntaris_netejant_el_desastre_a_Faitanar_(Val%C3%A8ncia).jpg">Pacopac/Wikimedia Commons</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span> </figcaption> </figure> <p>La respuesta solidaria de la ciudadanía fue admirable y las víctimas la recuerdan con profundo agradecimiento, tal y como reflejan nuestros resultados. Sin embargo, cuando la primera reacción ante una emergencia depende de civiles sin entrenamiento ni apoyo psicológico, es esperable que su salud mental se vea afectada. Por ello, resulta fundamental ofrecer atención y acompañamiento especializado también a quienes, con la mejor de las intenciones, se convirtieron en los primeros en ayudar.</p> <h2>La otra inundación: la gestión institucional</h2> <p>Otro hallazgo clave, en línea con las numerosas protestas y reclamos de las víctimas, fue la baja satisfacción con la respuesta institucional: apenas 1,7 en una escala de 1 a 5, frente a los altos niveles de apoyo percibido de familia, amigos, vecinos y voluntarios (entre 4,2 y 4,7). Tampoco sorprende el extremo descontento sobre el <a href="https://efe.com/espana/2025-10-28/dana-alerta-moviles-112/">aviso de la tragedia</a> (1,2 sobre 5), que llegó cuando el nivel del agua había alcanzado niveles catastróficos. </p> <p>La insatisfacción con el apoyo institucional y la percepción de lentitud en la implementación de las medidas posteriores se relacionaron con peor salud mental en las víctimas. Sentirse abandonadas por las instituciones ante la tragedia no solo debilita la confianza en las autoridades, sino que les hizo sentir desprotegidas ante futuras emergencias, poniendo en serio peligro la salud psicológica a medio y largo plazo. </p> <h2>Qué podemos aprender</h2> <p>En ocho de cada diez víctimas, la dana ha dejado una huella emocional clara: miedo, dificultad para seguir con la vida cotidiana, ansiedad y tristeza. Si no se atienden, estos síntomas pueden cronificarse y afectar gravemente a la calidad de vida. </p> <p>Aunque se han puesto en marcha <a href="https://www.grupomutua.es/sala-de-prensa/actualidad/fundacion-mutua-y-el-copcv-dan-ayuda-psicologica-a-personas-afectadas-por-la-dana/">iniciativas de apoyo psicológico</a>, la magnitud del impacto hace necesario reforzarlas y avanzar hacia un sistema de cuidado en salud mental que sea accesible, gratuito y sostenido en el tiempo.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/268611/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p> La tragedia dejó una clara huella emocional en ocho de cada diez víctimas, como revela un estudio. Paula Collazo Castiñeira, Personal Docente Investigador, Universidad Pontificia Comillas Helena Garrido Hernansaiz, Profesora en el Departamento de Psicología, Universidad Pontificia Comillas Macarena Sánchez-Izquierdo, Profesor de Psicología, Universidad Pontificia Comillas Rocío Rodríguez Rey, Profesora del Departamento de Psicología, Universidad Pontificia Comillas Silvia Collado, Profesora Titular de Universidad. Psicología, Universidad de Zaragoza Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/268603 2025-10-29T15:07:07Z 2025-10-29T15:07:07Z Valencia floods, one year on: what have we learned, and how can we prevent similar tragedies in the future? <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/699131/original/file-20251028-56-xnxwqv.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=0%2C0%2C4747%2C3164&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption">The Rambla del Poyo riverbed in the town of Chiva, Valencia, after the floods in October 2024.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/chiva-valencia-spain-11062024-view-la-2545815371">BlackFarm/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>On October 29 2024, destructive storms hit several areas of the Iberian peninsula, causing the most extreme rainfall recorded in Spain during the 21st century. </p> <p>According to the Spanish State Meteorology Agency (<a href="https://www.aemet.es/documentos/es/conocermas/recursos_en_linea/publicaciones_y_estudios/estudios/informe_episodio_dana_29_oct_2024_.pdf">AEMET</a>), they were caused by a mass of cold air at high altitude between the Gulf of Cádiz and the Gibraltar Strait, which pushed very humid air from the Mediterranean towards the coast. Storms formed in chains, which were repeatedly reactivated over the same areas.</p> <p>In Turís, in the Valencia region, the AEMET <a href="https://www.aemet.es/documentos/es/conocermas/recursos_en_linea/publicaciones_y_estudios/estudios/informe_episodio_dana_29_oct_2024_.pdf">recorded</a> 185 litres per square metre (l/m²) in one hour, and 772 l/m² within 24 hours. The combination of extreme intensity and persistence triggered flash floods within a few hours. </p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/valencia-floods-our-warming-climate-is-making-once-rare-weather-more-common-and-more-destructive-242798">Valencia floods: Our warming climate is making once-rare weather more common, and more destructive</a> </strong> </em> </p> <hr> <p>The <a href="https://www.miteco.gob.es/content/dam/miteco/es/agua/participacion-publica/inundaciones/Propuesta%20plan%20resiliencia%20DANA%20CV%20consulta%20p%C3%BAblica.pdf">Júcar Hydrographic Confederation</a> – which administers the Júcar river that flows through Castilla La Mancha and Valencia – estimated maximum flows of 3,500 cubic meters per second (m³/s) at the intersection of Rambla del Poyo and the A-3 motorway, and 2,400 m³/s where the Magro River meets the Forata dam.</p> <figure class="align-center zoomable"> <a href="https://images.theconversation.com/files/698486/original/file-20251025-56-v7nrhd.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1000&amp;fit=clip"><img alt="Satellite image showing an accumulation of clouds over eastern Spain." src="https://images.theconversation.com/files/698486/original/file-20251025-56-v7nrhd.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/698486/original/file-20251025-56-v7nrhd.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=293&amp;fit=crop&amp;dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/698486/original/file-20251025-56-v7nrhd.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=293&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/698486/original/file-20251025-56-v7nrhd.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=293&amp;fit=crop&amp;dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/698486/original/file-20251025-56-v7nrhd.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=369&amp;fit=crop&amp;dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/698486/original/file-20251025-56-v7nrhd.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=369&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/698486/original/file-20251025-56-v7nrhd.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=369&amp;fit=crop&amp;dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a> <figcaption> <span class="caption">Satellite images show clouds gathering over eastern Spain at 6:30am on October 29, 2024.</span> <span class="attribution"><span class="source">EUMETSAT</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/">CC BY-NC-SA</a></span> </figcaption> </figure> <p>In addition to the 229 deaths in the Valencian Community, there were seven in Castilla-La Mancha (one in Mira, in Cuenca, and six in Letur, in Albacete) and one in Andalusia, in Alhaurín de la Torre, Málaga. </p> <p>68 of the deceased were found on the ground floors of homes, and 35 in car parks and basements. According to Spain’s <a href="https://www.poderjudicial.es/cgpj/es/Poder-Judicial/Tribunales-Superiores-de-Justicia/TSJ-Comunidad-Valenciana/En-Portada/Mas-de-un-centenar-de-las-216-victimas-mortales-registradas-a-causa-de-la-Dana-tenia-70-o-mas-anos-de-edad">Data Integration Center (CID)</a>, more than half of the victims were aged 70 or over, and 15 were aged 90 or over. 24% of deaths were in the 80-89 age bracket, making it the largest group.</p> <iframe title="Deaths grouped by age range" aria-label="Gráfico de columnas" id="datawrapper-chart-SkuNk" src="https://datawrapper.dwcdn.net/SkuNk/4/" scrolling="no" frameborder="0" style="width: 0; min-width: 100% !important; border: none;" height="424" data-external="1" width="100%"></iframe> <h2>What caused the tragedy?</h2> <p>Construction in river areas intensified during Spain’s rapid development during the 1960s and 1970s, and also during the property bubble from 1997 to 2008. Indeed, of the 75,000 homes affected by flooding, <a href="https://www.datadista.com/playa-burbuja/tres-de-cada-diez-viviendas-afectadas-por-la-dana-en-valencia-se-construyeron-durante-la-burbuja-inmobiliaria-2/">31% were built during this second period</a>. The physical vulnerability of the buildings exacerbated the tragedy, as many ground floors became death traps once they were flooded. </p> <p>At 7:36am on 29 October, the AEMET issued a <a href="https://x.com/AEMET_Esp/status/1851188118692446550">red alert</a> for extreme rainfall. According to the <a href="https://comunica.gva.es/es/detalle?id=387477072&amp;site=373410423">Valencian government</a>, the Júcar Hydrographic Confederation reported that at 12:07pm the Rambla del Poyo had exceeded the pre-alert threshold. By 18:43, the flow had reached 1,686m³/s. </p> <p>The Valencian government did not activate its Integrated Operational Coordination Centre (CECOPI) until 5pm. The <a href="https://www.proteccioncivil.es/coordinacion/redes/ran/public-warning-system">ES Alert</a> public warning system was not activated until 8:28pm, by which time many areas were already underwater.</p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/why-it-can-be-hard-to-warn-people-about-dangers-like-floods-communication-researchers-explain-the-role-of-human-behavior-260780">Why it can be hard to warn people about dangers like floods – communication researchers explain the role of human behavior</a> </strong> </em> </p> <hr> <p>Although the central government offered support from the outset, there was controversy over the level of its involvement, as it did not assume full control by declaring a national emergency.</p> <iframe title="Flow levels in the Rambla del Poyo on October 29, 2024" aria-label="Line chart" id="datawrapper-chart-LHbEF" src="https://datawrapper.dwcdn.net/LHbEF/5/" scrolling="no" frameborder="0" style="width: 0; min-width: 100% !important; border: none;" height="395" data-external="1" width="100%"></iframe> <p>The low perception of risk among the general population, together with the delay in the ES Alert warning, were decisive factors. The fact that it was not actually raining in many of the affected towns created an additional false sense of security among residents. This led to risky behaviour, such as going down to garages to rescue vehicles and <a href="https://assets.publishing.service.gov.uk/media/5a7daa19e5274a5eb14e6713/winterhighways_info_sheet_-_driving_-_rain_and_floods.pdf">driving on flooded roads</a>. </p> <h2>Preventing future tragedies</h2> <p>The good news is that there are actions we can take to prevent similar weather events from having such tragic consequences in the future. They can include the following measures:</p> <ul> <li><strong>Characterise the uncertainty of risk analysis:</strong> Maps must be developed that quantify the probability of flooding in different areas as a percentage. This approach enables more effective land use planning – areas with a higher likelihood of flooding have greater restrictions, while areas with a lower probability can be used for purposes that entail a certain degree of risk. </li> </ul> <figure class="align-center zoomable"> <a href="https://images.theconversation.com/files/698691/original/file-20251027-56-6hxxoh.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1000&amp;fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/698691/original/file-20251027-56-6hxxoh.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/698691/original/file-20251027-56-6hxxoh.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=270&amp;fit=crop&amp;dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/698691/original/file-20251027-56-6hxxoh.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=270&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/698691/original/file-20251027-56-6hxxoh.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=270&amp;fit=crop&amp;dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/698691/original/file-20251027-56-6hxxoh.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=340&amp;fit=crop&amp;dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/698691/original/file-20251027-56-6hxxoh.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=340&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/698691/original/file-20251027-56-6hxxoh.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=340&amp;fit=crop&amp;dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a> <figcaption> <span class="caption">Map of flood risk probability. Red is the highest risk, followed by orange and green.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://doi.org/10.1038/s43247-023-00940-0">Bodoque et al., 2023</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span> </figcaption> </figure> <ul> <li><strong>Integrate vulnerability and resilience into risk management:</strong> Develop <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2212420925003644">indices</a> to identify areas where the population is less able to adapt, as well as unsuitable housing conditions (ground floors, basements), mobility limitations or social isolation. With this information, authorities can design specific evacuation plans for vulnerable populations, establish neighbourhood support networks, and prioritise improvements to the most vulnerable homes.</li> </ul> <figure class="align-center zoomable"> <a href="https://images.theconversation.com/files/698501/original/file-20251025-56-abo8rq.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1000&amp;fit=clip"><img alt="A map of Castile and León, with ares coloured in green, blue and pink" src="https://images.theconversation.com/files/698501/original/file-20251025-56-abo8rq.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/698501/original/file-20251025-56-abo8rq.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=677&amp;fit=crop&amp;dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/698501/original/file-20251025-56-abo8rq.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=677&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/698501/original/file-20251025-56-abo8rq.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=677&amp;fit=crop&amp;dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/698501/original/file-20251025-56-abo8rq.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=851&amp;fit=crop&amp;dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/698501/original/file-20251025-56-abo8rq.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=851&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/698501/original/file-20251025-56-abo8rq.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=851&amp;fit=crop&amp;dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a> <figcaption> <span class="caption">The areas of Castile and León that appear coloured on the map are vulnerable to flash floods. The clusters represent groups of towns with similar vulnerability characteristics.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://doi.org/10.1016/j.jhydrol.2022.128083">Aroca-Jiménez et al., 2022</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/">CC BY-NC-SA</a></span> </figcaption> </figure> <ul> <li><strong>Mitigate risk through structural measures</strong>: Among other things, this could include more efficient <a href="https://theconversation.com/torrential-rain-represents-an-opportunity-to-build-a-better-society-239755">urban drainage systems</a>, as well as dams at the head of rivers and storm tanks to mitigate flash floods. <a href="https://theconversation.com/beyond-sandbags-how-to-defend-your-house-from-flooding-23333">Self-protection measures in homes</a> should also be promoted. These include permanent automatic water pressure barriers, pneumatic floodgates and watertight doors.</li> </ul> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/beyond-sandbags-how-to-defend-your-house-from-flooding-23333">Beyond sandbags – how to defend your house from flooding</a> </strong> </em> </p> <hr> <ul> <li><strong>Improve risk awareness</strong>: <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S002216941830862X">Communication plans</a> must be designed to increase <a href="https://theconversation.com/ante-un-riesgo-natural-la-gente-no-solo-necesita-informacion%20-sino-tambien-formacion-242648">public awareness of flood risks</a>. Compulsory risk education programmes should be part of all non-university education, as proposed in the <a href="https://recursosemergencias.educacionfpydeportes.gob.es/portada.html">Civil Protection Emergency Training Plan</a>. </li> </ul> <figure class="align-center zoomable"> <a href="https://images.theconversation.com/files/698502/original/file-20251025-56-ite9bt.JPG?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1000&amp;fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/698502/original/file-20251025-56-ite9bt.JPG?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/698502/original/file-20251025-56-ite9bt.JPG?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=450&amp;fit=crop&amp;dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/698502/original/file-20251025-56-ite9bt.JPG?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=450&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/698502/original/file-20251025-56-ite9bt.JPG?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=450&amp;fit=crop&amp;dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/698502/original/file-20251025-56-ite9bt.JPG?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=566&amp;fit=crop&amp;dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/698502/original/file-20251025-56-ite9bt.JPG?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=566&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/698502/original/file-20251025-56-ite9bt.JPG?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=566&amp;fit=crop&amp;dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a> <figcaption> <span class="caption">Photography and video competition on flooding as part of the risk communication plan for Navaluenga, Ávila.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S002216941830862X">Bodoque et al., 2019</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/">CC BY-NC-SA</a></span> </figcaption> </figure> <ul> <li><p><strong>Promote participatory governance</strong>: Strengthening <a href="https://theconversation.com/topics/social-capital-3064">social capital</a> is an effective way to improve community resilience. It enables participatory governance by creating spaces for dialogue where stakeholders (civil society, authorities, experts) can engage in decision-making on risk management. </p></li> <li><p><strong>Implement a decision support system (<a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Decision_support_system">DSS</a>)</strong>: A DSS must be implemented that connects AEMET data with the records of the Júcar Hydrographic Confederation in real time. The DSS would provide continuously updated information on rainfall intensity and water depth, enabling quick decision-making and reducing the need for consultations between administrations. </p></li> </ul> <p>Successful flood risk management demands a profound transformation that combines scientific knowledge, citizen participation and political will. The experience gained must translate into better informed and prepared societies, capable of anticipating and adapting to an increasingly challenging climate context.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/268603/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>José María Bodoque no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p> The floods’ death toll was the result of weather and human factors. José María Bodoque, Investigador en modelización hidrológica e hidráulica, hidromorfología y evaluación del riesgo por inundación, Universidad de Castilla-La Mancha Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/268506 2025-10-29T12:31:23Z 2025-10-29T12:31:23Z La huella de las inundaciones en la salud mental: cómo atenuar el impacto <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/699120/original/file-20251029-66-hf6ucm.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=152%2C0%2C6490%2C4327&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption">Detalle del manto floral de Nuestra Señora de los Desamparados en las Fallas de Valencia, donde se rendía homenaje a los voluntarios y las víctimas de la dana. </span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/floral-mantle-our-lady-forsaken-valencias-2602538087">Maria Albi/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Hace un año, el 29 de octubre de 2024, una <a href="https://theconversation.com/topics/dana-81991">dana</a> arrasó la costa mediterránea española y diversas áreas del interior. Las inundaciones por el desbordamiento de cauces afectaron a 78 municipios en tres comunidades autónomas (Castilla-La Mancha, Andalucía y, sobre todo, la Comunidad Valenciana), causando la muerte de 237 personas y dejando numerosos heridos y daños materiales.</p> <p>Dada la magnitud de la tragedia, y con el objetivo de obtener información reciente y contrastada que pudiese mejorar la asistencia a los supervivientes, hemos realizado una revisión sistemática de más de 800 trabajos publicados en prestigiosas revistas de investigación. Toda la información se presentará al detalle en una monografía que será publicada en abierto durante el mes de noviembre.</p> <h2>Efectos duraderos</h2> <p>Los estudios revisados evidencian que este tipo de inundaciones repentinas tienen efectivamente un gran impacto en la salud mental de los afectados y que los problemas pueden persistir al menos tres años. Aunque su prevalencia disminuye con el tiempo, en algunos casos se cronifican. </p> <p>Los problemas más estudiados han sido el trastorno de estrés postraumático (TEPT), la ansiedad y la depresión. <a href="https://assets.publishing.service.gov.uk/media/5e6bb75fd3bf7f2695546ba8/Summary_of_findings_NSFH_January_2020_Final_for_DsPH__3_.pdf">Una interesante investigación de <em>Public Health England</em></a> evidenció que, después de un año, el porcentaje de casos de TEPT era del 36,2 % en las personas cuyo hogar había sido inundado respecto al 7,9 % en aquellos cuya vida no había sido alterada. En el caso de la ansiedad fue del 28,3 % respecto del 6,5 %, y en el de la depresión, del 20,1% respecto al 5,8%. </p> <p>La práctica totalidad de los artículos revisados reflejan el incremento de estos tres problemas de salud mental, pero la magnitud del aumento varía mucho según las investigaciones.</p> <h2>Los más vulnerables</h2> <p>Adicionalmente, algunos grupos sociodemográficos son más sensibles al impacto de las inundaciones. Entre ellos se encuentran las mujeres, los niños, los adolescentes, los colectivos con menor nivel socioeconómico y con menor educación y las personas desempleadas. La información sobre las consecuencias en algunos grupos específicos, como las personas mayores, es limitada.</p> <p>También son más vulnerables aquellas personas con problemas de salud mental y otros trastornos de salud previos. Es interesante señalar que el apoyo familiar y social puede mitigar los efectos.</p> <p>Por otro lado, los factores estresantes secundarios derivados de las inundaciones –dificultades financieras, daños en el hogar, percances con seguros (incluyendo problemas administrativos y burocráticos), preocupación por la salud de miembros de la familia, interrupción de vida cotidiana, pérdida de servicios…– ejercen también un gran impacto en la salud mental, por lo que resulta necesario evitar que se prolonguen en el tiempo.</p> <h2>¿Cómo hay que actuar?</h2> <p>Los trabajos revisados recomiendan las siguientes medidas para minimizar el daño en la salud mental de los afectados:</p> <ul> <li><p>Los departamentos encargados del manejo del medio natural (responsables de la prevención) deben trabajar con todos los organismos encargados de la respuesta ante inundaciones. Las medidas preventivas no sólo tienen una importancia crucial en sí mismas por causas obvias, sino que, además, los estudios sugieren que la adecuada preparación ante inundaciones futuras reduce los síntomas de estrés postraumático en los supervivientes.</p></li> <li><p>La coordinación entre los diversos departamentos intra e inter gubernamentales, las empresas de gestión de seguros y de reconstrucción y los servicios sociosanitarios <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/23066515/">deben estar perfectamente detallados en las políticas, planes y programas contra las inundaciones</a>. El objetivo será que el proceso de actuación inmediata y de reconstrucción se desarrolle de la forma más precoz posible. Así se conseguiría una pronta intervención, además de atenuar o erradicar los estresores secundarios que hemos visto antes.</p></li> <li><p>Los comités que planifican la intervención ante emergencias deben incluir entre sus asesores a representantes de las sociedades de epidemiología y psiquiatría y salud mental. </p></li> <li><p>Se debe contar con una dotación de profesionales especializados en salud mental suficiente para el manejo de una potencial catástrofe y seguirse un modelo de atención sociosanitaria escalonada e integrada: fuentes de apoyo, atención sociosanitaria, atención primaria, recursos especializados de salud mental…</p></li> <li><p>Los sistemas de vigilancia de salud pública deben incluir los trastornos mentales y del comportamiento. Esto podría ayudar a que se planificaran correctamente los recursos y a que se realizara una adecuada investigación del impacto en salud mental y los factores asociados.</p></li> <li><p>Las medidas de reconstrucción y asistencia <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/23066515/">tienen que combinarse y mantenerse a medio y largo plazo</a>, además de ir adaptándose al contexto.</p></li> </ul> <p>En resumen, la evidencia científica disponible revela una gran carga de problemas de salud mental en relación con las inundaciones súbitas, y que puede persistir al menos tres años. Adicionalmente, los problemas secundarios asociados al desastre generan un considerable estrés y también tienen un impacto importante a medio y largo plazo. Por eso es fundamental prepararse adecuadamente ante futuros eventos como el que estamos rememorando estos días.</p> <hr> <p><em>Berta Domínguez Hurtado, médico residente en la especialidad de Medicina Preventiva y Salud Pública en el Hospital universitario Rey Juan Carlos, ha colaborado en la elaboración de este artículo.</em></p> <hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/268506/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>Cristina Linares Gil recibe fondos de Instituto de Salud Carlos III (ENPY 204/25)</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Julio Díaz recibe fondos del ISCIII. Proyecto ENPY 436/21</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Alicia Padrón-Monedero, Daniel Cuesta Lozano, Isabel Noguer Zambrano, José Antonio López Bueno y Miguel Ángel Navas Martín no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.</span></em></p> Según una exhaustiva revisión de estudios, las inundaciones por desbordamiento de cauces se asocian a una gran carga de problemas de salud mental que pueden persistir, al menos, durante tres años. Alicia Padrón-Monedero, Directora de Programa en la Escuela Nacional de Salud Pública, Instituto de Salud Carlos III Cristina Linares Gil, Codirectora del Dpto. de Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente Urbano, Instituto de Salud Carlos III Daniel Cuesta Lozano, Profesor de Salud Mental y Salud Pública, Universidad de Alcalá Isabel Noguer Zambrano, Profesora ENS/ISCIII Salud mental, Instituto de Salud Carlos III José Antonio López Bueno, Investigador en epidemiología ambiental, Instituto de Salud Carlos III Julio Díaz, Codirector de la Unidad de Referencia de Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente Urbano. Profesor de Investigación. ISCIII, Instituto de Salud Carlos III Miguel Ángel Navas Martín, Personal Investigador Predoctoral. Escuela Nacional de Sanidad (ENS). Unidad de referencia en Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente, Instituto de Salud Carlos III Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/268440 2025-10-29T11:44:02Z 2025-10-29T11:44:02Z Is it dangerous to catch a cold… or was Jane Austen just being dramatic? <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/698720/original/file-20251027-66-jf51ii.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=0%2C435%2C1218%2C812&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption">After her mother sends Jane to her neighbour&#39;s house on a horse while it starts to rain, she gets sick and has to stay in that house until her recovery.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Illustration_by_C_E_Brock_for_Pride_and_Prejudice_-_Neither_did_the_apothecary_think_it_at_all_advisable.jpg">Illustration by C E Brock for Pride and Prejudice/Wikimedia Commons</a></span></figcaption></figure><p>I have always been fascinated by how Jane Austen depicts the physicality and health of her characters. All of her novels contain references to physical condition, ailments, or advice on wellbeing – indeed, the word “health” appears more than a hundred times throughout her six best-known works. These are not conventional medical descriptions, but they do display surprising accuracy and narrative consistency.</p> <p>The prominence of health and illness in Austen’s novels begs the question: What if the drama of her writing lay not in romance… but in the common cold?</p> <h2>Austen’s interest in illness</h2> <p>During the late 18th and early 19th centuries, <a href="https://books.google.es/books/about/Jane_Austen_in_Style.html?id=xadsQgAACAAJ&amp;redir_esc=y">illness played a major part in everyday life</a>. Without antibiotics or anaesthesia, the smallest ailment could quickly become something more serious. </p> <p>Medicine was based on theories such as humouralism, and treatments included bloodletting, tonics and purges. Doctors, apothecaries and quack healers existed and coexisted, but a lot of care – especially for women – was provided at home. Infections were common, meaning hospitals were a last resort.</p> <p><a href="https://books.google.es/books/about/The_Jane_Austen_Diet.html?id=qJHuEAAAQBAJ&amp;redir_esc=y">Health recommendations</a> tended to revolve around nature, fresh air, rest and bathing. Jane Austen advised daily exercise, contact with nature and a moderate diet as <a href="https://www.abc.net.au/news/2019-05-26/bryan-kozlowski-the-jane-austen-diet/11091044">keys to good health</a>. She enjoyed walks in the open air and was wary of excessive medical treatments. <a href="https://www.gutenberg.org/files/42078/42078-h/42078-h.htm">Her letters</a> reflect a practical and balanced approach to physical and mental wellbeing.</p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/fresh-air-has-long-been-seen-as-important-for-our-health-even-if-we-havent-always-understood-why-207879">Fresh air has long been seen as important for our health, even if we haven't always understood why</a> </strong> </em> </p> <hr> <p>It is believed that in 1815, when she went to care for her brother, she probably contracted tuberculosis. This degenerated into a kidney infection and eventually into <a href="https://hablandodejaneausten.com/2011/05/27/jane-austen-y-el-mundo-de-la-medicina/">Addison’s disease</a>, which was unknown at the time. There is still some debate about the cause of her death. Disease, lymphoma, stomach cancer or even <a href="https://www.theguardian.com/books/2011/nov/14/jane-austen-arsenic-poisoning">poisoning</a> have all been proposed – though the last of these may venture into the realms of conspiracy theory.</p> <p>Austen’s friendship with her brother’s doctor gave her a good basis for discussing ailments accurately: her novels abound with colds, rheumatism and, of course, the dreaded “chill”. </p> <p>But what was the actual risk of walking in the English rain? There is no shortage of <a href="https://www.reddit.com/r/janeausten/comments/1imec5h/help_me_understand_illness_in_austens_world/?tl=es-es&amp;rdt=54932">online debate</a> about whether the high fever suffered by Marianne Dashwood in <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Sense_and_Sensibility">Sense and Sensibility</a> after going for a walk in the pouring rain was bad luck or pure drama. Both Jane Bennet – in <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Orgullo_y_prejuicio">Pride and Prejudice</a> – and Marianne end up ill after getting wet, with the latter left on the verge of death. Health warning, or plain old narrative device?</p> <figure class="align-center zoomable"> <a href="https://images.theconversation.com/files/698716/original/file-20251027-66-l8jmfy.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=0%2C233%2C1017%2C572&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1000&amp;fit=clip"><img alt="Drawing of a young woman lying in bed while an older woman stares at her." src="https://images.theconversation.com/files/698716/original/file-20251027-66-l8jmfy.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=0%2C233%2C1017%2C572&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/698716/original/file-20251027-66-l8jmfy.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=629&amp;fit=crop&amp;dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/698716/original/file-20251027-66-l8jmfy.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=629&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/698716/original/file-20251027-66-l8jmfy.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=629&amp;fit=crop&amp;dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/698716/original/file-20251027-66-l8jmfy.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=790&amp;fit=crop&amp;dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/698716/original/file-20251027-66-l8jmfy.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=790&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/698716/original/file-20251027-66-l8jmfy.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=790&amp;fit=crop&amp;dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a> <figcaption> <span class="caption">When Marianne falls ill in Sense and Sensibility, her mother sits up with her all night.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Hammond-SS20.jpg">Christine M. Demain Hammond/Lilly Library, Indiana University</a></span> </figcaption> </figure> <h2>The dangers of the British climate</h2> <p>In the context of the 19th century, getting caught in the rain was no small thing. Today we know that it <a href="https://theconversation.com/why-winter-makes-you-more-vulnerable-to-colds-a-public-health-nurse-explains-the-science-behind-the-season-244803">does not cause a cold on its own</a>, but at that time it was believed that cooling the body could trigger serious illnesses. This concern was well-founded: without access to antibiotics or effective treatments, a mild respiratory infection could easily develop into bronchitis or potentially fatal pneumonia. For this reason, accounts from the period often treated these situations with a dramatic tone that, far from exaggerating, reflected a real fear of the consequences of simple exposure to cold and damp.</p> <p>William Buchan – author of <a href="https://www.gutenberg.org/cache/epub/74359/pg74359.txt">Domestic Medicine</a>, a famous medical manual that began circulating in 1769 and was reprinted throughout the 19th century – was unequivocal: the British climate was a public health problem. According to him, there was no other place where the weather changed as much and as quickly as Great Britain. And these variations, he said, were some of the main causes of colds, because they interrupted the body’s perspiration.</p> <p>Buchan particularly emphasised the risk of staying in wet clothes. Not only because of the cold, which was already a problem in itself, but because dampness could “penetrate” the body and aggravate the situation. Even the strongest could fall ill: fevers, rheumatism and serious ailments were commonplace, even among young, healthy people. </p> <p>Of course, Buchan did not want anyone to stay home for fear of getting wet. But he did recommend acting quickly: changing clothes as soon as possible or, if that was not possible, at least keeping moving until dry. What should never be done – though many people did it anyway – was to sit out in the countryside or, worse still, sleep in wet clothes. For him, these were sure-fire recipes for illness.</p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/how-jane-austens-landscapes-mapped-womens-lives-266878">How Jane Austen’s landscapes mapped women’s lives</a> </strong> </em> </p> <hr> <h2>Illness as a literary device</h2> <p>These maladies also reflect many social and gendered factors that affect women. In classical literature, illness is often a way for female characters to attract attention, express vulnerability, or even become more attractive in their fragility. Illnesses and accidents can disrupt their lives and change everything, sometimes forever.</p> <p>In the 19th century, many women were diagnosed with what were known as <a href="https://unsworks.unsw.edu.au/entities/publication/70fca9ee-bff0-439e-a6f6-def8060cf8b7">“nervous disorders”</a>, a term that encompassed vague symptoms such as fatigue, anxiety, insomnia and melancholy. It served above all to reinforce stereotypes of female fragility. Austen portrays different nuances of this ailment: Mrs Bennet’s theatrical “poor nerves” in Pride and Prejudice, Marianne Dashwood’s overflowing passion, the silent melancholy of Anne Elliot – the protagonist of <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Persuasi%C3%B3n_(novel)">Persuasion</a> – and the resigned pallor of Jane Fairfax in <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Emma">Emma</a>. </p> <figure class="align-right zoomable"> <a href="https://images.theconversation.com/files/698723/original/file-20251027-66-4cmwsj.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1000&amp;fit=clip"><img alt="A man carries a woman down a hill." src="https://images.theconversation.com/files/698723/original/file-20251027-66-4cmwsj.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=237&amp;fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/698723/original/file-20251027-66-4cmwsj.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=1003&amp;fit=crop&amp;dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/698723/original/file-20251027-66-4cmwsj.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=1003&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/698723/original/file-20251027-66-4cmwsj.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=1003&amp;fit=crop&amp;dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/698723/original/file-20251027-66-4cmwsj.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=1260&amp;fit=crop&amp;dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/698723/original/file-20251027-66-4cmwsj.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=1260&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/698723/original/file-20251027-66-4cmwsj.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=1260&amp;fit=crop&amp;dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a> <figcaption> <span class="caption">When Willoughby comes to Marianne’s rescue and carries her home, her story takes a new turn.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Sands-brock-06.jpg">C. E. Brock/Wikimedia Commons</a></span> </figcaption> </figure> <p>Mary Elliot, in Persuasion, resorts to feigned ailments to attract attention or avoid responsibilities such as caring for children, though her complaints – headaches, fatigue, indisposition – are not very credible to either the characters or the reader. Austen criticises this fictitious illness, which was typical of certain wealthy sectors of society where boredom and egocentricity were disguised as physical discomfort. This critical view also stems from her <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s10912-024-09845-1">personal experience</a> caring for her mother, whose health was fragile and variable. </p> <p>So did Marianne Dashwood nearly die from a simple downpour in Sense and Sensibility, or did Austen bring her to the brink of death to change her fate? In her novels, illnesses and accidents not only generate drama – they also alter the course of the characters’ lives. </p> <p>In Persuasion, Louisa Musgrove’s serious injury opens the way for another suitor. Jane Bennet catches a cold after riding in the rain, and her convalescence brings her sister Elizabeth closer to Mr Darcy. In Austen’s plots, fever often precedes the big romantic twist.</p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/jane-austen-and-theory-of-mind-how-literary-fiction-sharpens-your-mindreading-skills-266920">Jane Austen and theory of mind: how literary fiction sharpens your 'mindreading' skills</a> </strong> </em> </p> <hr> <h2>The body as a metaphor</h2> <p>In Austen’s world, the body doesn’t just get sick – it talks.</p> <p>Through fevers, fainting spells and colds, her novels give shape to repressed emotions, class tensions and gender inequalities. Illness serves as a metaphor for what changes, hurts, or simply cannot be said aloud. Austen did not view discomfort from the outside – she knew it, experienced it, and turned it into literature. Her characters suffer, but they also resist. </p> <p>And they continue to speak to us today, with a lucidity that never fades. As Austen wrote, with her characteristic irony intact, in a letter from 1816: “I continue very tolerably well, much better than any one could have supposed possible”. We can surmise that she may have been referring not only to her bodily health. </p> <p>In any case, we should all be careful not to get wet. Or maybe don’t – if Austen’s plots are anything to go by, getting caught in a downpour might be just the thing that changes the course of your life forever. </p> <hr> <figure class="align-left "> <img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/653322/original/file-20250305-56-uw659u.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=237&amp;fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/653322/original/file-20250305-56-uw659u.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=342&amp;fit=crop&amp;dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/653322/original/file-20250305-56-uw659u.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=342&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/653322/original/file-20250305-56-uw659u.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=342&amp;fit=crop&amp;dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/653322/original/file-20250305-56-uw659u.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=429&amp;fit=crop&amp;dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/653322/original/file-20250305-56-uw659u.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=429&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/653322/original/file-20250305-56-uw659u.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=429&amp;fit=crop&amp;dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"> <figcaption> <span class="caption"></span> </figcaption> </figure> <p><em>A weekly e-mail in English featuring expertise from scholars and researchers. It provides an introduction to the diversity of research coming out of the continent and considers some of the key issues facing European countries. <a href="https://theconversation.com/europe/newsletters?promoted=europe-newsletter-116">Get the newsletter!</a></em></p> <hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/268440/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>Ana Fernandez Mosquera no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p> In many of Austen’s novels, going out in the rain meant risking illness or death. Was this really the case? Ana Fernandez Mosquera, Doctora en Filología Inglesa. Miembro ILINGUA. Proyectos Internacionales de Investigación (OPI UVIGO), Universidade de Vigo Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/268508 2025-10-29T10:46:52Z 2025-10-29T10:46:52Z Legal highs: these new drugs are cheap, dangerous, and just a click away <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/698868/original/file-20251023-56-mvt2w6.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=0%2C100%2C3600%2C2400&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption"></span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/medicine-concept-computer-keyboard-pills-icon-1127489699">Maksim Kabakou/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Imagine a world where you can buy recreational drugs online and receive them in the post. Well, this world already exists, and not just with one or two substances, but hundreds. These drugs are known as new psychoactive substances (NPS), and their popularity shows no signs of slowing down.</p> <p>They are created with one very clear objective: to imitate the effects of well-known drugs like cannabis, cocaine, ecstasy (MDMA) or LSD, but with <a href="https://www.unodc.org/LSS/Page/NPS">slightly modified chemical structures</a> that get around existing laws. Their “legality” may give a false sense of safety, but this couldn’t be any further from the truth: these are little-researched substances, meaning any information about their safety is broadly unknown. </p> <p>This phenomenon is also difficult to monitor because the substances themselves are constantly changing. Once one is outlawed, there are already several new ones ready to take its place.</p> <h2>Drug trafficking moves online</h2> <p>To buy illegal drugs, you would normally have to know a local dealer – someone who has and sells them. This means exposing yourself to all manner of potential legal troubles, as well as personal risk. There are safer, more anonymous ways of <a href="https://theconversation.com/dark-web-not-dark-alley-why-drug-sellers-see-the-internet-as-a-lucrative-safe-haven-132579">buying drugs online through the dark web</a>, but these require considerable know-how, and the ability to handle cryptocurrency.</p> <p>With NPS, however, things are totally different. Since they aren’t illegal, anyone can easily buy them online. <a href="https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC6071095/">It’s just like buying any other product</a> – all you need is a credit card and an address, and they will show up at your front door via the usual postal or courier services. The bag may bear the warning of “not suitable for human consumption”, or perhaps be labelled as something innocuous like “bath salts”.</p> <h2>‘Legal ecstasy’</h2> <p>Cocaine, amphetamines and MDMA now have to compete with a group of imitators: synthetic cathinones, more commonly called “bath salts”. These are <a href="https://www.euda.europa.eu/publications/european-drug-report/2024/synthetic-stimulants_en">the most popular new stimulants in Europe today</a>, and they are here to stay.</p> <p>Within this family of chemicals, the most popular is mephedrone, which was first sold online in 2007 as a legal alternative to MDMA. Its effects – euphoria, heightened appreciation of music, empathy and light sexual arousal – made it a popular party drug. However, its effects don’t last as long as MDMA, which leads people to take it various times during the same session, increasing the associated risks. </p> <p>Ever since 2010, when mephedrone was banned in the EU, new cathinones have appeared to fill this market niche. </p> <h2>Drugs at festivals</h2> <p>Music festivals are a mainstay of the summer months, and it is quite normal for attendees to get hold of – in addition to the usual alcohol and tobacco – pills or powders that might improve the experience. Typically, these contain MDMA.</p> <p>Unfortunately, unregulated markets like illegal drugs lack the quality controls of legal drugs or medicines. This means <a href="https://wearetheloop.org/drug-alerts?itemId=m7r3avkmw8q653aivmdzwpdq9tycl2">fraud and deception</a> when it comes to a drug’s dose or composition is widespread – it cuts costs, heightens effects, and dodges any potential legal consequences.</p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/there-has-never-been-a-more-dangerous-time-to-take-drugs-the-rising-global-threat-of-nitazenes-and-synthetic-opioids-247268">'There has never been a more dangerous time to take drugs': the rising global threat of nitazenes and synthetic opioids</a> </strong> </em> </p> <hr> <p>This makes NPS <a href="https://analyticalsciencejournals.onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/dta.1610">a very attractive option</a>. They are cheaper and easier to get hold of than the real thing, and in many cases they are still “legal”: just the thing to <a href="https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/20503245221099209">pass off as a popular drug like MDMA</a>, especially when the real thing is in short supply. </p> <p>This happened in 2024 at Primavera Sound in Barcelona, one of Spain’s biggest music festivals. A pink, square-shaped pill was being sold as MDMA, but when it was analysed at an <a href="https://energycontrol.org/">Energy Control</a> testing station, it was found to contain <a href="https://www.health.vic.gov.au/drug-alerts/4-cmc-in-white-or-off-white-crystal-form-being-sold-as-mdma">clephedrone</a>, a synthetic cathinone that mimics MDMA. This means that people could have unwittingly taken a new drug, with all the health risks that might entail.</p> <h2>The paradox of prohibition</h2> <p>The consumption of stimulants is growing year on year – as is their production. Cathinones have consolidated their position in the market in order to meet this growing, increasingly stable global demand.</p> <p>In 2022, <a href="https://www.unodc.org/unodc/press/releases/2024/June/unodc-world-drug-report-2024_-harms-of-world-drug-problem-continue-to-mount-amid-expansions-in-drug-use-and-markets.html">73 million people</a> consumed amphetamines, cocaine and ecstasy around the world. This figure shows that any debate over eliminating drugs is pointless: drug use is an immutable reality.</p> <p>When we talk about the risk of drugs, we tend to focus on addiction, but <a href="https://www.health.gov.au/topics/drugs/about-drugs/what-are-the-effects-of-taking-drugs?language=en">the reality is much broader</a>. Even if a person doesn’t become addicted, taking drugs could cause problems for their mental and physical health, their work, studies, personal relationships, finances, and many other things.</p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/cannabis-education-should-aim-to-normalize-not-prevent-safe-and-legal-use-153966">Cannabis education should aim to normalize — not prevent — safe and legal use</a> </strong> </em> </p> <hr> <p>The safest way to avoid the risks of taking drugs is to not take them at all. But if someone does decide to take them, it is vital that they know the risks, and that they have the information they need in order to reduce them. Nobody wants a night out to end it in hospital. Information saves lives.</p> <p>Policies based solely on prohibiting drugs do not reduce their consumption, trade, or harm. In fact, they may have the opposite effect: they encourage the creation of new substances that skirt around the law, but which we know very little about. This increases the risks for people who take them. </p> <p>For this reason, we have to break the taboo and <a href="https://www.mdpi.com/2813-1851/3/2/18">start talking about drugs</a>. It’s not a question of encouraging people to take drugs, but one of acknowledging reality. We must take approach that is rooted in prevention, harm reduction and, where appropriate, the <a href="https://transformdrugs.org/publications/how-to-regulate-stimulants-a-practical-guide">regulation of substances</a> based on solid medical and scientific consensus.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/268508/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>Martalu D. Pazos receives funding from a doctoral grant issued by the Generalitat de Catalunya (AGAUR), 2023 FISDU 00182. Since 2022, she has been a volunteer in the Energy Control programme for reducing risks in recreational drug use, which is run by the non-profit organisation ABD - Asociación Bienestar y Desarrollo (Welfare and Development Association). </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>David Pubill Sánchez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p> Legal drugs mimic popular substances. But when one is banned, another quickly takes its place. Martalu D Pazos, Investigadora predoctoral en neuropsicofarmacología de derivados anfetamínicos y otras nuevas sustancias psicoactivas del Departamento de Farmacología, Toxicología y Química Terapéutica, Universidad de Barcelona., Universitat de Barcelona David Pubill Sánchez, Catedrático de Farmacología, Universitat de Barcelona Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/267366 2025-10-28T23:19:02Z 2025-10-28T23:19:02Z Un año después de la dana: lecciones aprendidas y tareas pendientes para evitar una catástrofe similar en el futuro <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/699003/original/file-20251028-56-xnxwqv.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=0%2C0%2C4747%2C3164&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption">La rambla o barranco del Poyo a su paso por el municipio de Chiva (Valencia) tras el paso de la dana en octubre de 2024.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/chiva-valencia-spain-11062024-view-la-2545815371">BlackFarm/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>La <a href="https://www.aemet.es/documentos/es/conocermas/estudios/dana_ext.pdf">dana</a> que el 29 de octubre de 2024 afectó a varias regiones del este de la península ibérica constituyó el episodio de precipitación más extremo del siglo XXI en España. Según la <a href="https://www.aemet.es/documentos/es/conocermas/recursos_en_linea/publicaciones_y_estudios/estudios/informe_episodio_dana_29_oct_2024_.pdf">Agencia Estatal de Meteorología</a> (AEMET), este fenómeno se formó porque una bolsa de aire frío en altura se situó entre el golfo de Cádiz y el estrecho de Gibraltar, empujando aire muy húmedo desde el Mediterráneo hacia la costa. Las tormentas se organizaron en cadenas que durante horas se reactivaron repetidamente sobre las mismas localizaciones. </p> <p>La <a href="https://www.aemet.es/documentos/es/conocermas/recursos_en_linea/publicaciones_y_estudios/estudios/informe_episodio_dana_29_oct_2024_.pdf">AEMET</a> registró en Turís (Valencia) 185 litros por metro cuadrado (l/m²) en una hora y 772 l/m² en 24 horas. La combinación de intensidades extremas y persistencia espaciotemporal desencadenó crecidas relámpago en pocas horas. </p> <p>La <a href="https://www.miteco.gob.es/content/dam/miteco/es/agua/participacion-publica/inundaciones/Propuesta%20plan%20resiliencia%20DANA%20CV%20consulta%20p%C3%BAblica.pdf">Confederación Hidrográfica del Júcar</a> estimó caudales máximos de 3 500 metros cúbicos por segundo (m³/s) en el cruce de la rambla del Poyo con la A-3 y 2 400 m³/s en el río Magro, a la entrada de la presa de Forata.</p> <figure class="align-center zoomable"> <a href="https://images.theconversation.com/files/698486/original/file-20251025-56-v7nrhd.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1000&amp;fit=clip"><img alt="Imagen de satélite en la que se ve una acumulación de nubes sobre el este de España" src="https://images.theconversation.com/files/698486/original/file-20251025-56-v7nrhd.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/698486/original/file-20251025-56-v7nrhd.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=293&amp;fit=crop&amp;dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/698486/original/file-20251025-56-v7nrhd.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=293&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/698486/original/file-20251025-56-v7nrhd.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=293&amp;fit=crop&amp;dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/698486/original/file-20251025-56-v7nrhd.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=369&amp;fit=crop&amp;dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/698486/original/file-20251025-56-v7nrhd.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=369&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/698486/original/file-20251025-56-v7nrhd.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=369&amp;fit=crop&amp;dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a> <figcaption> <span class="caption">Vista de satélite de la dana sobre Valencia y su entorno el 29 de octubre de 2024 a las 6:30 horas.</span> <span class="attribution"><span class="source">EUMETSAT</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/">CC BY-NC-SA</a></span> </figcaption> </figure> <p>Además de los 229 fallecidos en la Comunidad Valenciana, se registraron víctimas en Castilla-La Mancha (una en Mira, Cuenca, y seis en Letur, Albacete) y en Andalucía (una en Alhaurín de la Torre, Málaga). Del total, 68 fueron hallados en las plantas bajas de viviendas y 35 en aparcamientos y sótanos. Según el <a href="https://www.poderjudicial.es/cgpj/es/Poder-Judicial/Tribunales-Superiores-de-Justicia/TSJ-Comunidad-Valenciana/En-Portada/Mas-de-un-centenar-de-las-216-victimas-mortales-registradas-a-causa-de-la-Dana-tenia-70-o-mas-anos-de-edad">Centro de Integración de Datos (CID)</a>, más de la mitad de las víctimas tenía 70 años o más, con 15 personas de 90 años o más. El mayor porcentaje de fallecidos (24 %) se encontraba en la franja de 80 a 89 años. </p> <iframe title="Distribución de fallecidos por rango de edad" aria-label="Gráfico de columnas" id="datawrapper-chart-SkuNk" src="https://datawrapper.dwcdn.net/SkuNk/1/" scrolling="no" frameborder="0" style="width: 0; min-width: 100% !important; border: none;" height="410" data-external="1" width="100%"></iframe> <h2>¿Qué factores contribuyeron a la tragedia?</h2> <p>La urbanización de espacios fluviales se intensificó durante el desarrollismo español (décadas de 1960 y 1970 del siglo pasado) y, más tarde, durante la burbuja inmobiliaria (1997-2008). De las 75 000 viviendas afectadas por las inundaciones, <a href="https://www.datadista.com/playa-burbuja/tres-de-cada-diez-viviendas-afectadas-por-la-dana-en-valencia-se-construyeron-durante-la-burbuja-inmobiliaria-2/">el 31 % se construyeron en este segundo período</a>. Además, la vulnerabilidad física de las edificaciones agravó la tragedia, pues muchas plantas bajas, situadas a pie de calle, se convirtieron en trampas mortales al quedar inundadas.</p> <p>A las 7:36 horas del 29 de octubre, la <a href="https://x.com/AEMET_Esp/status/1851188118692446550">AEMET</a> activó una alerta roja por lluvias extremas. Según la <a href="https://comunica.gva.es/es/detalle?id=387477072&amp;site=373410423">Generalitat Valenciana</a>, la Confederación Hidrográfica del Júcar informó que a las 12:07 horas la rambla del Poyo había superado el umbral de prealerta. El caudal alcanzó los 1 686 m³/s a las 18:43 horas. </p> <p>La Generalitat Valenciana no activó el <a href="https://www.newtral.es/como-funciona-cecopi-emergencia/20250227/">Centro de Coordinación Operativa Integrada (CECOPI)</a> hasta las 17:00 horas, y la alerta del sistema <a href="https://www.proteccioncivil.es/coordinacion/redes/ran/public-warning-system">ES_Alert</a> no se difundió hasta las 20:28 horas, cuando muchas zonas ya se encontraban inundadas.</p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/como-funciona-el-sistema-de-alerta-de-emergencias-es-alert-utilizado-en-la-dana-de-valencia-243390">¿Cómo funciona el sistema de alerta de emergencias ES_ALERT utilizado en la dana de Valencia?</a> </strong> </em> </p> <hr> <p>Aunque el Gobierno central ofreció apoyo desde las primeras horas, hubo controversia sobre el nivel de su implicación al no asumir la dirección plena mediante la declaración de emergencia de interés nacional (<a href="https://www.interior.gob.es/opencms/pdf/archivos-y-documentacion/documentacion-y-publicaciones/publicaciones-descargables/proteccion-civil/Guia_de_organizacion_operativa_estatal_emergencias_proteccion_civil_12619055X_web.pdf">nivel de situación 3 de protección civil</a>). </p> <iframe title="Caudal en la rambla del Poyo el 29 de octubre de 2024" aria-label="Line chart" id="datawrapper-chart-LHbEF" src="https://datawrapper.dwcdn.net/LHbEF/3/" scrolling="no" frameborder="0" style="width: 0; min-width: 100% !important; border: none;" height="395" data-external="1" width="100%"></iframe> <p>La baja percepción del riesgo de la población, junto con el retraso de la alerta ES_Alert, fueron determinantes. Un factor clave fue que no estaba lloviendo en muchos de los municipios afectados, lo que generó una falsa percepción de seguridad entre los vecinos. Esta confianza llevó a la adopción de comportamientos de riesgo, como bajar a los garajes para rescatar vehículos, y a <a href="https://revista.dgt.es/es/noticias/nacional/2019/10OCTUBRE/1022-Inundaciones.shtml">circular en tramos anegados de la red de carreteras</a>. </p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/que-hizo-a-la-dana-tan-destructiva-factores-ambientales-y-humanos-242858">¿Qué hizo a la dana tan destructiva? Factores ambientales y humanos</a> </strong> </em> </p> <hr> <h2>¿Cómo podemos mitigar el impacto de futuras danas?</h2> <p>Para evitar que futuros fenómenos meteorológicos similares tengan unas consecuencias tan trágicas, podemos llevar a cabo diferentes acciones. </p> <ul> <li><strong>Caracterizar la incertidumbre del análisis de riesgos:</strong> hay que elaborar mapas probabilísticos que incorporen rangos de incertidumbre, que permitan cuantificar la probabilidad de inundación en diferentes zonas (por ejemplo, 70 % frente a 30 %). Esta aproximación permite una ordenación del territorio más efectiva, en la que las áreas con mayor probabilidad de inundación tengan mayores restricciones, mientras que las zonas con menor probabilidad se pueden destinar a usos compatibles con cierto nivel de riesgo. </li> </ul> <figure class="align-center zoomable"> <a href="https://images.theconversation.com/files/698691/original/file-20251027-56-6hxxoh.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1000&amp;fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/698691/original/file-20251027-56-6hxxoh.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/698691/original/file-20251027-56-6hxxoh.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=270&amp;fit=crop&amp;dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/698691/original/file-20251027-56-6hxxoh.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=270&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/698691/original/file-20251027-56-6hxxoh.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=270&amp;fit=crop&amp;dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/698691/original/file-20251027-56-6hxxoh.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=340&amp;fit=crop&amp;dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/698691/original/file-20251027-56-6hxxoh.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=340&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/698691/original/file-20251027-56-6hxxoh.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=340&amp;fit=crop&amp;dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a> <figcaption> <span class="caption">Mapa de riesgo por inundaciones basado en probabilidades. De mayor a menor riesgo: rojo, naranja y verde.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://doi.org/10.1038/s43247-023-00940-0">Bodoque et al., 2023</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span> </figcaption> </figure> <ul> <li><strong>Integrar la vulnerabilidad y resiliencia en la gestión del riesgo:</strong> conviene desarrollar <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2212420925003644">índices de vulnerabilidad y resiliencia</a> para identificar las áreas donde reside la población con menor capacidad adaptativa, condiciones habitacionales inadecuadas (plantas bajas, sótanos), limitaciones de movilidad o aislamiento social. Con esta información, las autoridades pueden diseñar planes de evacuación específicos para la población vulnerable, establecer redes de apoyo vecinal y priorizar mejoras en las viviendas más vulnerables.</li> </ul> <figure class="align-center zoomable"> <a href="https://images.theconversation.com/files/698501/original/file-20251025-56-abo8rq.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1000&amp;fit=clip"><img alt="Un mapa de Castillo y León con algunos municipios coloreados de verde, azul y rosa" src="https://images.theconversation.com/files/698501/original/file-20251025-56-abo8rq.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/698501/original/file-20251025-56-abo8rq.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=677&amp;fit=crop&amp;dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/698501/original/file-20251025-56-abo8rq.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=677&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/698501/original/file-20251025-56-abo8rq.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=677&amp;fit=crop&amp;dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/698501/original/file-20251025-56-abo8rq.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=851&amp;fit=crop&amp;dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/698501/original/file-20251025-56-abo8rq.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=851&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/698501/original/file-20251025-56-abo8rq.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=851&amp;fit=crop&amp;dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a> <figcaption> <span class="caption">Los municipios de Castilla y León que aparecen coloreadas en el mapa presentan una problemática de vulnerabilidad por crecidas súbitas. Los clusters representan grupos de municipios con características de vulnerabilidad similares.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://doi.org/10.1016/j.jhydrol.2022.128083">Aroca-Jiménez et al., 2022</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/">CC BY-NC-SA</a></span> </figcaption> </figure> <ul> <li><p><strong>Mitigar el riesgo mediante medidas estructurales</strong>: entre otras medidas, se requieren <a href="https://theconversation.com/estamos-disenando-los-sistemas-de-drenaje-urbano-sostenible-de-forma-correcta-190268">sistemas de drenaje urbano</a> más eficientes, así como presas en las cabeceras de los torrentes y tanques de tormenta que laminen las crecidas relámpago. Asimismo, convendría promover medidas de <a href="https://www.miteco.gob.es/content/dam/miteco/es/agua/temas/gestion-de-los-riesgos-de-inundacion/adaptaci%C3%B3n/guias-adaptacion/guia_inundaciones_completa_22jun_tcm30-526164.pdf">autoprotección en las viviendas (e.g., barrera permanente automática por presión de agua, compuerta abatible neumática, puerta estanca)</a>.</p></li> <li><p><strong>Mejorar el conocimiento del riesgo</strong>: hay que diseñar <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S002216941830862X">planes de comunicación</a> que incrementen el <a href="https://theconversation.com/ante-un-riesgo-natural-la-gente-no-solo-necesita-informacion-sino-tambien-formacion-242648">conocimiento ciudadano sobre los riesgos de inundación</a>, así como incorporar programas obligatorios de educación en el riesgo en los currículos de todas las etapas educativas no universitarias, tal y como se ha propuesto en el <a href="https://recursosemergencias.educacionfpydeportes.gob.es/portada.html">Plan de Formación ante emergencias de Protección Civil</a>. </p></li> </ul> <figure class="align-center zoomable"> <a href="https://images.theconversation.com/files/698502/original/file-20251025-56-ite9bt.JPG?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1000&amp;fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/698502/original/file-20251025-56-ite9bt.JPG?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/698502/original/file-20251025-56-ite9bt.JPG?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=450&amp;fit=crop&amp;dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/698502/original/file-20251025-56-ite9bt.JPG?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=450&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/698502/original/file-20251025-56-ite9bt.JPG?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=450&amp;fit=crop&amp;dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/698502/original/file-20251025-56-ite9bt.JPG?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=566&amp;fit=crop&amp;dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/698502/original/file-20251025-56-ite9bt.JPG?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=566&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/698502/original/file-20251025-56-ite9bt.JPG?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=566&amp;fit=crop&amp;dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a> <figcaption> <span class="caption">Concurso de fotografías y videos sobre inundaciones como parte del plan de comunicación del riesgo de Navaluenga, Ávila.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S002216941830862X">Bodoque et al., 2019</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/">CC BY-NC-SA</a></span> </figcaption> </figure> <ul> <li><p><strong>Hacia una gobernanza participativa</strong>: el fortalecimiento del <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2880573">capital social</a> es una estrategia eficaz para mejorar la resiliencia comunitaria, actuando como facilitador de la <a href="https://redtransparenciayparticipacion.es/gobernanza-participatva/">gobernanza participativa</a> al crear espacios de diálogo donde las partes interesadas (sociedad civil, autoridades, expertos) pueden involucrarse en la toma de decisiones sobre la gestión del riesgo. </p></li> <li><p><strong>Implantación de un sistema de ayuda a la decisión (<a href="https://www.chebro.es/sistema-de-ayuda-a-la-decision">SAD</a>)</strong>: hay que implantar un SAD que conecte en tiempo real los datos de la AEMET con los registros de la Conferencia Hidrográfica del Júcar. El SAD ofrece información de actualización continua sobre la intensidad de la lluvia o la profundidad del agua, facilitando la toma de decisiones y acortando las consultas entre administraciones. </p></li> </ul> <p>La gestión exitosa del riesgo de inundación exige una transformación profunda que combine el conocimiento científico, la participación ciudadana y la voluntad política. La experiencia acumulada debe traducirse en sociedades mejor informadas y preparadas, capaces de anticiparse y adaptarse a un contexto climático cada vez más desafiante.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/267366/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>José María Bodoque no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p> Conociendo los factores que contribuyeron a agravar el desastre, he aquí algunas medidas que deberían ponerse en marcha para que las lluvias intensas no vuelvan a tener unas consecuencias tan trágicas. José María Bodoque, Investigador en modelización hidrológica e hidráulica, hidromorfología y evaluación del riesgo por inundación, Universidad de Castilla-La Mancha Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/266323 2025-10-28T22:49:39Z 2025-10-28T22:49:39Z ¿Cuánto más ejercicio, más sanos? Los adolescentes inactivos muestran peor calidad de vida <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/696797/original/file-20251016-56-au4ore.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=43%2C0%2C4989%2C3325&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption"></span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/female-high-school-basketball-players-joining-1127434760">Monkey Business Images/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Cuando pensamos en deporte y salud, solemos imaginar fuerza física y buena condición. Pero el ejercicio también influye en cómo dormimos, nuestro estado de ánimo y nuestras relaciones.</p> <p>En la adolescencia, una etapa de cambios físicos y emocionales, la práctica deportiva cobra un papel central. Surge la pregunta: ¿es siempre positiva? ¿Qué ocurre cuando pasa de ser ocio a competición? <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s10389-024-02358-0">Analizamos a más de 10 000 adolescentes españoles</a> (de entre 11 y 19 años) para encontrar respuestas. </p> <h2>Bienestar psicosocial y deporte</h2> <p>Exploramos cómo el deporte influye en variables clave del bienestar psicosocial. Entre ellas: sueño, ansiedad, depresión, calidad de vida, trastornos alimentarios y riesgo de adicción al ejercicio.</p> <p>Dividimos a los participantes en cuatro grupos: inactivos, activos sin práctica deportiva, deportistas no competitivos y deportistas competitivos. Dentro de los competitivos distinguimos tres niveles: local o regional, nacional e internacional. Consideramos todas las disciplinas olímpicas de verano.</p> <h2>Dormir mejor gracias al deporte</h2> <p>En este aspecto, el deporte tiene en general <a href="https://www.minervamedica.it/en/journals/sports-med-physical-fitness/article.php?cod=R40Y2023N06A0748">un efecto muy beneficioso</a>, sin diferencias significativas entre <a href="https://hrcak.srce.hr/317829">el tipo de deporte</a>, aunque sí hemos percibido que si se trata de deporte de competición, a mayor nivel mejor calidad del sueño. En cambio, el efecto beneficioso en las chicas es algo menor. </p> <h2>Ansiedad y deporte: una brecha de género</h2> <p><a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s10389-024-02358-0">La ansiedad</a> es más elevada en las chicas que en los chicos en general, independientemente de la actividad física, pero la práctica competitiva y altos niveles de actividad se asocian a menos ansiedad independiente también del tipo de deporte. Los mejores valores aparecen en quienes compiten a nivel nacional o internacional. </p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/que-significa-realmente-ser-bueno-en-el-deporte-infantil-245240">Qué significa realmente ser "bueno" en el deporte infantil</a> </strong> </em> </p> <hr> <h2>Depresión: la actividad física como protección</h2> <p>En este terreno volvemos a comprobar que la práctica deportiva, especialmente la competitiva, <a href="https://www.jsams.org/article/S1440-2440(24)00250-0/fulltext">se asocia con menos síntomas</a>. Los deportes de combate y de resistencia muestran valores ligeramente peores, mientras que los deportes al aire libre se relacionan con menos síntomas. </p> <p>Aun así, lo que más influye no es el tipo de deporte, sino practicarlo o no. En este aspecto, de nuevo, las chicas son más vulnerables y sus síntomas aumentan con la edad.</p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/mama-apuntame-al-gimnasio-una-buena-idea-para-ninas-preadolescentes-241490">Mamá, apúntame al gimnasio: ¿una buena idea para niñas preadolescentes?</a> </strong> </em> </p> <hr> <h2>Calidad de vida: luces y sombras</h2> <p>Los adolescentes inactivos muestran peor <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s12187-025-10276-0">calidad de vida</a> relacionada con la salud. Los deportistas presentan mejores valores, y los competitivos aún más. En general, las chicas presentan valores menos favorables que los chicos, especialmente en la adolescencia tardía.</p> <p>Entre los atletas que compiten, el nivel de competición afecta de manera distinta según el aspecto de la calidad de vida. A mayor nivel, se sienten más seguros de sí mismos y comparan menos su imagen con la de los demás. También reciben menos burlas o acoso, lo que mejora su aceptación social.</p> <p>También existe una correlación positiva entre el nivel de competición y el bienestar físico. Incluso las relaciones con los padres son mejores a medida que aumenta el nivel competitivo. Sin embargo, la dedicación intensa tiene un coste: la autonomía y el apoyo entre amigos disminuyen, porque el entrenamiento deja menos tiempo para la vida personal y social.</p> <h2>Trastornos alimentarios: un riesgo no uniforme</h2> <p>Los adolescentes inactivos presentan mayor riesgo de trastornos alimentarios, mientras que los competitivos, en general, menos.</p> <p>En las chicas, los efectos de la competición son más complejos. Las que compiten a nivel internacional no siempre obtienen beneficios claros y, en algunos casos, muestran un mayor riesgo. Esto puede deberse a la presión y a los estándares exigentes de ciertas disciplinas en las que el peso corporal es un factor clave para el rendimiento.</p> <p><a href="https://bmcsportsscimedrehabil.biomedcentral.com/articles/10.1186/s13102-023-00683-7">Otros estudios</a> también señalan que las adolescentes deportistas de élite constituyen un grupo especialmente sensible.</p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/una-tarjeta-roja-por-la-desproteccion-de-los-menores-en-el-deporte-extraescolar-143310">Una tarjeta roja por la desprotección de los menores en el deporte extraescolar</a> </strong> </em> </p> <hr> <p>Los jóvenes que practican deportes de equipo suelen presentar un riesgo más alto que quienes realizan modalidades individuales. Aun así, el tipo de disciplina influye menos que el nivel de competición.</p> <p>Las chicas, sobre todo en la adolescencia tardía, presentan valores menos favorables que los chicos.</p> <h2>Riesgo de adicción al ejercicio</h2> <p>Un 6 % de los deportistas no competitivos muestra riesgo de <a href="https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC12231450/">adicción al ejercicio</a>, mientras que en los competitivos, el porcentaje sube a 16 %. Estos datos coinciden con los observados en otros <a href="https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/19585969.2023.2164841#abstract">estudios internacionales</a>.</p> <p>El riesgo se concentra sobre todo en deportes individuales y en adolescentes de mayor edad. Quienes presentan riesgo suelen tener buen estado físico, pero muestran indicadores de bienestar psicosocial más bajos.</p> <p>Estos hallazgos subrayan la importancia de prevenir la adicción al ejercicio. Para ello, se recomienda una planificación profesional del entrenamiento que incluya descansos adecuados. También es fundamental el apoyo psicológico especializado. Además, se debe promover un equilibrio saludable entre deporte, ocio y vida personal.</p> <h2>Más allá del deporte: una cuestión de equilibrio</h2> <p>En conjunto, hacer deporte se asocia a mejor salud psicosocial y la competición aporta beneficios adicionales respecto a la práctica recreativa. Aunque las chicas parten de valores menos favorables, el patrón es consistente en ambos sexos. </p> <p>Los mejores indicadores se observan en quienes compiten en niveles más altos, salvo algunas chicas de nivel internacional. El tipo de disciplina importa menos de lo que solemos pensar: lo esencial es participar y mantener la práctica regular.</p> <p>El equilibrio consiste en disfrutar de los beneficios del deporte mientras se mantiene un estilo de vida saludable, combinando entrenamiento, ocio y vida personal.</p> <h2>Practicar deporte y vigilar los riesgos</h2> <p>Los hallazgos muestran que los adolescentes se benefician del deporte, especialmente del competitivo. La salud psicosocial mejora cuanto mayor es la participación. </p> <p>No obstante, es importante vigilar riesgos como la adicción al ejercicio o la presión por rendimiento, acompañando la práctica con un entorno saludable y un seguimiento adecuado. </p> <p>Nuestro estudio, que incluye desde inactivos hasta deportistas de élite, refuerza lo observado en <a href="https://ijbnpa.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12966-025-01792-x">revisiones recientes</a> sobre los beneficios del deporte organizado.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/266323/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>Alejandro Legaz Arrese recibe fondos de financiación asociados al Grupo de Investigación Movimiento Humano por parte del Gobierno de Aragón. </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Carmen Mayolas-Pi recibe fondos financiación asociados al Grupo de Investigación Movimiento Humano por parte del Gobierno de Aragón. </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Isaac López Laval recibe fondos de financiación asociados al Grupo de Investigación Movimiento Humano por parte del Gobierno de Aragón. </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Joaquin Reverter Masia recibe fondos de asociados al Grupo de Investigación Movimiento Humano por parte de La Generalitat de Catalunya. Asi como del Plan Nacional de Investigación. </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Sebastian Jan Sitko Sarna no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p> Practicar deporte (sea en grupo o en solitario, competitivo o no) incide positivamente en todos los indicadores de salud mental, sueño y calidad de vida. Alejandro Legaz Arrese, Catedrático Área de Educación Física y Deporte, Universidad de Zaragoza Carmen Mayolas-Pi, PDI Área Educación Física y Deportiva, Universidad de Zaragoza Isaac López Laval, Profesor Titular. Área de Educación Física y Deportiva, Universidad de Zaragoza Joaquin Reverter Masia, Catedratico Educación Física., Universitat de Lleida Sebastian Jan Sitko Sarna, Profesor de ciencias de la actividad física y el deporte, Universidad de Zaragoza Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/265206 2025-10-28T20:50:44Z 2025-10-28T20:50:44Z Robots asistentes: beneficios para el aprendizaje de otro idioma en educación infantil <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/697549/original/file-20251021-56-ewor13.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=129%2C0%2C3869%2C2580&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption">Robot asistente para el aprendizaje de vocabulario creado para la investigación en la que se basa este artículo.</span> <span class="attribution"><span class="source">María Dolón Poza y Santiago Berrezueta.</span></span></figcaption></figure><p>Las tecnologías digitales han revolucionado los <a href="https://doi.org/10.18178/ijiet.2020.10.1.1338">métodos de enseñanza</a>, las dinámicas de comunicación entre estudiantes y maestros, y el acceso a la información. Enseñar a los <a href="https://doi.org/10.1007/978-3-662-46590-5">nativos digitales</a> presenta una serie de retos, especialmente en lo que al alcance y presencia que dicha tecnología debe tener en las escuelas. </p> <p>Aunque algunos estudios alertan de que la <a href="https://doi.org/10.1016/j.jpeds.2007.04.071">exposición a las pantallas</a> antes de los dos años puede afectar al desarrollo cognitivo y lingüístico, lo cierto es que falta determinar si este se debe al uso de las pantallas (o a cómo y cuáles se usan) o a otros factores como por ejemplo el <a href="https://doi.org/10.1146/annurev-linguistics-011619-030326">nivel socioeconómico</a>. Parece claro que el impacto de las pantallas en los pequeños es complejo y transversal a otros factores de su vida.</p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/afectan-las-pantallas-al-desarrollo-del-lenguaje-infantil-209350">¿Afectan las pantallas al desarrollo del lenguaje infantil?</a> </strong> </em> </p> <hr> <p>Diversos <a href="https://doi.org/10.1177/21582440241230850">estudios</a> apoyan la integración de algunas herramientas tecnológicas en el aula, argumentando que fomentan un aprendizaje más interactivo e impulsan el desarrollo de competencias digitales. Además, sostienen que estas ofrecen a los <a href="https://doi.org/10.1111/jcal.12866">padres</a> y, sobre todo, a los educadores nuevas forma para obtener información sobre el progreso de sus estudiantes y así adaptar mejor sus estrategias de enseñanza.</p> <p>Entender bien cómo influye el uso de tecnologías emergentes en el aprendizaje, para maximizar sus beneficios y minimizar sus posibles efectos adversos, es lo que hemos intentado <a href="https://doi.org/10.1109/ACCESS.2025.3538323">con nuestra reciente investigación</a> sobre el uso de robots asistentes para el aprendizaje de vocabulario en otro idioma en la etapa de 4 a 6 años.</p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/aprendizaje-de-idiomas-en-la-escuela-mejor-cuanto-mas-temprano-224194">Aprendizaje de idiomas en la escuela: ¿mejor cuanto más temprano?</a> </strong> </em> </p> <hr> <h2>Aprender inglés en infantil</h2> <p>Sabemos que aprender una lengua extranjera no solo abre oportunidades académicas y laborales, sino que también estimula el <a href="https://doi.org/10.1016/j.bandl.2013.11.006">desarrollo cognitivo, fortalece la memoria</a> y mejora las <a href="https://doi.org/10.1080/20445911.2013.799170">habilidades de comunicación</a>. En el caso de los más pequeños, el desafío es captar su atención, despertar su curiosidad y mantener el interés. </p> <p>Para ello, los maestros deben desarrollar métodos creativos y <a href="https://doi.org/10.1007/978-3-031-30258-9_38">recursos innovadores</a>. Aquí es donde los robots asistentes toman protagonismo para convertirse en <a href="https://doi.org/10.1016/j.ecresq.2023.07.010">aliados</a> de los maestros en sus estrategias de docencia.</p> <p>Los <a href="https://doi.org/10.1109/TLT.2023.3266631">robots asistentes</a> en educación se presentan como <a href="https://doi.org/10.3389/frobt.2020.00101">soluciones prometedoras</a>. Estos ingenios no buscan reemplazar la labor de los maestros, sino complementarla, integrándose en las aulas con los métodos educativos tradicionales. </p> <h2>Competencias lingüísticas</h2> <p>Los robots asistentes <a href="https://doi.org/10.3389/frobt.2022.958624">pueden favorecer</a> las <a href="https://doi.org/10.1007/s10643-019-00997-7">competencias lingüísticas</a> de los niños, como la comprensión verbal y la comunicación a través de gestos. </p> <p>La etapa de 4 a 6 años es clave en el desarrollo del lenguaje, ya que durante este período los niños <a href="https://doi.org/10.1146/annurev-linguistics-011619-030326">consolidan la base lingüística</a> que les permitirá un desarrollo adecuado en los ámbitos educativo, social y, posteriormente, laboral. La exposición a entornos bilingües durante esta etapa ha demostrado <a href="https://nap.nationalacademies.org/catalog/24677/promoting-the-educational-success-of-children-and-youth-learning-english">mejorar la adquisición de una segunda lengua</a>.</p> <p>Una de las áreas en las que los robots asistentes pueden contribuir más es en la <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34504871/">adquisición de vocabulario</a>, al <a href="https://dl.acm.org/doi/10.1145/3171221.3171277">crear distintos contextos de comunicación</a>, haciendo el aprendizaje más dinámico y atractivo para los niños.</p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/como-mejorar-la-ensenanza-del-ingles-y-si-copiamos-a-suecia-258242">Cómo mejorar la enseñanza del inglés: ¿y si copiamos a Suecia?</a> </strong> </em> </p> <hr> <h2>Robots asistentes de vocabulario en inglés</h2> <p>Hemos explorado cómo un asistente robot puede mejorar el aprendizaje de vocabulario en inglés de niños de estas edades cuyo idioma nativo era el español. La investigación se llevó a cabo en dos escuelas infantiles con un total de 40 niños, divididos en dos grupos. Evaluamos tanto la adquisición de nuevas palabras como la capacidad de los niños para formar oraciones.</p> <p>El <a href="https://doi.org/10.1145/3573910.3573925">robot desarrollado en nuestro equipo</a> cuenta con micrófono, altavoces y una interfaz amigable, que simula expresiones faciales, con el fin de facilitar la comunicación con los pequeños.</p> <h2>Un 23 % más de vocabulario</h2> <p>Los resultados señalan que el robot crea un entorno de aprendizaje más interactivo y motivador, lo que facilita la adquisición de nuevo vocabulario. Los niños que interactuaban con el robot aprendieron un 23 % más de palabras que aquellos que seguían métodos tradicionales, sobre todo durante los primeros meses de exposición. Además, no solo aprenden palabras, sino que también se implican más activamente en las actividades.</p> <p>El estudio también puso en evidencia algunos retos. Muchos niños se distraían fácilmente con el robot, lo que implicaba una supervisión constante por parte del maestro. Aún así, padres y docentes coincidieron en las encuestas indicando que gracias a la presencia del robot asistente, los pequeños se integran con mayor facilidad en la rutina escolar, aumenta su interés y su motivación por aprender. Concretamente para los docentes, supone una herramienta de apoyo, fácil de utilizar e integrar en el aula como una herramienta más de enseñanza.</p> <p>La clave está en integrar la innovación como una ayuda en la educación, capaz de acompañar tanto a los niños en su aprendizaje como a los docentes en su trabajo.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/265206/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p> Un uso positivo de la tecnología es la posibilidad que ofrecen los robots para aprender palabras en otro idioma en edades tempranas. Así lo demuestra un estudio. María Dolón Poza, Doctoranda en Ingeniería de Sistemas y Servicios para la Sociedad de la Información (DISSSI) y Profesora Ayudante en Ingeniería Telemática, Universidad Politécnica de Madrid (UPM) Santiago Berrezueta, Postdoc, Technical University of Munich Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/268116 2025-10-28T20:48:44Z 2025-10-28T20:48:44Z Los numerosos beneficios para la salud que nos ofrece el pescado a un bajo coste climático <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/698971/original/file-20251028-66-21oaqy.jpeg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=0%2C1%2C6720%2C4480&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption"></span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/woman-taking-out-baking-tray-sea-2232449607">New Africa/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>El aumento de la población mundial, que superará los 11 000 millones a finales de este siglo, supone un enorme desafío que implica un <a href="https://theconversation.com/tres-cambios-cruciales-en-el-sistema-alimentario-para-no-devorar-el-planeta-263369">reenfoque completo del modelo de producción y consumo alimentario</a>. De seguir con el actual, la intensidad de material y de energía requerida será superior a la capacidad que ofrece nuestro planeta. </p> <p>Para lograr la sostenibilidad, los consumidores debemos adoptar <a href="https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/sustainable-consumption-production/">dietas nutritivas y seguras con un menor impacto</a>, en las que el pescado tiene un papel fundamental.</p> <h2>Composición nutricional del pescado</h2> <p>El pescado es una excelente fuente de energía, proteínas de alta calidad, minerales, vitaminas y, especialmente, ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga, denominados usualmente omega-3, principalmente el eicosapentaenoico (EPA) y el docosahexaenoico (DHA).</p> <p>Es además uno de los principales componentes en varios patrones dietéticos saludables recomendados internacionalmente, como la <a href="https://theconversation.com/las-dietas-mas-populares-a-examen-cual-es-la-mas-saludable-y-sostenible-158847">dieta mediterránea, la dieta atlántica, la dieta nórdica o la dieta japonesa</a>. Todas ellas se caracterizan por ser uno de los parámetros clave de la elevada esperanza de vida de los países que las siguen.</p> <figure class="align-center zoomable"> <a href="https://images.theconversation.com/files/698974/original/file-20251028-56-fuynkr.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1000&amp;fit=clip"><img alt="Un esquema con los valores nutricionales del pescado" src="https://images.theconversation.com/files/698974/original/file-20251028-56-fuynkr.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/698974/original/file-20251028-56-fuynkr.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=338&amp;fit=crop&amp;dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/698974/original/file-20251028-56-fuynkr.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=338&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/698974/original/file-20251028-56-fuynkr.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=338&amp;fit=crop&amp;dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/698974/original/file-20251028-56-fuynkr.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=424&amp;fit=crop&amp;dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/698974/original/file-20251028-56-fuynkr.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=424&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/698974/original/file-20251028-56-fuynkr.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=424&amp;fit=crop&amp;dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a> <figcaption> <span class="caption">Valor nutricional del pescado.</span> <span class="attribution"><span class="source">Los autores</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span> </figcaption> </figure> <p>No obstante, los efectos beneficiosos para la salud del consumo de pescado en la dieta se han puesto en entredicho por la presencia de metilmercurio en especies de gran tamaño. En <a href="https://doi.org/10.1016/j.envint.2013.05.005">un estudio realizado en España</a>, se evaluaron los contenidos de metales pesados en varios pescados frescos, enlatados y congelados. El 98,8 % de las muestras analizadas se situaron por debajo del límite máximo tolerable y un 26,6 % de las muestras estaban por debajo del límite de detección analítico (esto es, presencia nula o insignificante). </p> <p>Las concentraciones más altas de mercurio se encontraron en especies depredadoras como el tiburón gato fresco (0,698 mg/kg) y el pez espada (0,540 mg/kg). Según la <a href="https://www.efsa.europa.eu/es/glossary/tolerable-weekly-intake">ingesta semanal tolerable</a> (IST) definida por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, el consumo de pescado puede considerarse seguro, aunque se podría superar la IST en el caso de consumo excesivo (diario) de especies de peces de gran tamaño</p> <p>La <a href="https://doi.org/10.1021/acs.estlett.2c00925">presencia de selenio</a> –el pescado es la segunda fuente dietética de este mineral después del pan en la población española– ejerce adicionalmente una acción de protección frente a los efectos potencialmente tóxicos del mercurio.</p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/selenio-un-antidoto-contra-el-mercurio-del-atun-217625">Selenio: ¿un antídoto contra el mercurio del atún?</a> </strong> </em> </p> <hr> <figure class="align-center zoomable"> <a href="https://images.theconversation.com/files/698975/original/file-20251028-56-1n5nmu.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1000&amp;fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/698975/original/file-20251028-56-1n5nmu.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/698975/original/file-20251028-56-1n5nmu.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=375&amp;fit=crop&amp;dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/698975/original/file-20251028-56-1n5nmu.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=375&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/698975/original/file-20251028-56-1n5nmu.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=375&amp;fit=crop&amp;dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/698975/original/file-20251028-56-1n5nmu.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=472&amp;fit=crop&amp;dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/698975/original/file-20251028-56-1n5nmu.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=472&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/698975/original/file-20251028-56-1n5nmu.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=472&amp;fit=crop&amp;dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a> <figcaption> <span class="caption">Presencia de mercurio en el pescado para una ración de 120 g.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0160412013000974">Los autores, con datos de F. Gil et al. 2013</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span> </figcaption> </figure> <h2>Beneficios para madres y lactantes</h2> <p>El desarrollo cerebral está estrechamente condicionado por la alimentación, de forma especialmente crítica durante los 1 000 primeros días de vida, que abarcan el embarazo, el nacimiento y hasta el final del segundo año. En este periodo, los <a href="https://doi.org/10.3945/ajcn.110.001230">ácidos grasos omega-3</a> desempeñan un papel crucial</p> <p>Durante la gestación, la placenta facilita el paso preferente de DHA al feto, produciéndose la mayor concentración en el cerebro y retina durante el tercer trimestre de embarazo. Tras el parto, <a href="https://doi.org/10.1080/14767058.2020.1786522">la lactancia materna continúa aportando cantidades relevantes de estos lípidos estructurales</a>.</p> <p>Un reciente <a href="https://doi.org/10.3390/nu17010120">estudio</a> con 771 mujeres embarazadas en España observó que sólo un 25 % de ellas cumplía las recomendaciones sobre la ingesta de pescado. Estos datos confirman <a href="https://doi.org/10.1017/s1368980012003643">análisis previos</a> donde más del 50 % de las mujeres tenían ingestas deficientes de ácidos grasos omega-3.</p> <p>En la práctica clínica, la ingesta materna de pescado dentro de un patrón dietético saludable <a href="https://doi.org/10.1016/s0140-6736(07)60277-3">se ha asociado con beneficios perinatales</a>. Aporta DHA, vitamina A, selenio, y yodo, cuyo contenido en la leche materna depende del aporte dietético de estos compuestos en la madre. Las <a href="https://doi.org/10.3390/nu15081855">mujeres vegetarianas y veganas</a> deben ingerir suplementos con todos estos compuestos tanto en el embarazo como en la lactancia.</p> <h2>La infancia y adolescencia</h2> <p>El patrón alimentario de los niños y adolescentes españoles ha evolucionado hacia una menor adherencia a las dietas tradicionales. El <a href="https://www.aesan.gob.es/AECOSAN/docs/documentos/nutricion/ALADINO_AESAN.pdf">estudio ALADINO 2023 de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición</a>, realizado en una muestra de 12 678 escolares de 6 a 9 años, muestra un elevado número de escolares con exceso de peso (36,1 %), lo que se asocia a un consumo insuficiente de alimentos saludables como el pescado y a un incremento de productos que deberían consumirse de forma ocasional. </p> <p>El consumo regular de pescado y mariscos <a href="https://doi.org/10.1017/s0954422418000240">protege e inhibe procesos inflamatorios</a>, claves en la progresión hacia obesidad, diabetes tipo 2, <a href="https://www.msdmanuals.com/es/hogar/trastornos-hormonales-y-metab%C3%B3licos/trastornos-relacionados-con-el-colesterol/dislipidemia-dislipemia">dislipidemia</a>, enfermedad cardiovascular y otros trastornos metabólicos.</p> <p>El <a href="https://doi.org/10.1001/jamanetworkopen.2023.54473">estudio GALIAT</a>, el primer ensayo clínico llevado a cabo con dieta atlántica en una población de Galicia (250 familias: 720 adultos y niños), concluye que la intervención nutricional a nivel familiar muestra efectos beneficiosos en la mejora del perfil lipídico y disminuye la adiposidad.</p> <p>Otro factor importante es el destacado papel de los ácidos omega-3 en el desarrollo de una microbiota intestinal equilibrada. <a href="https://doi.org/10.1155/2021/8879227">Más de 300 patologías parecen asociarse a un desequilibrio en la misma (disbiosis)</a>. </p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/un-estudio-de-la-microbiota-de-tres-generaciones-confirma-cuanto-cambia-y-como-afecta-a-la-salud-255234">Un estudio de la microbiota de tres generaciones confirma cuánto cambia y cómo afecta a la salud</a> </strong> </em> </p> <hr> <h2>Riesgo cardiovascular</h2> <p>La evidencia científica acumulada durante las últimas décadas ha establecido de manera consistente una asociación inversa entre el consumo de pescado y el riesgo de desarrollar patología cardiovascular. Un <a href="https://doi.org/10.1001/jamainternmed.2021.0036">metaanálisis del 2021</a>, que incluyó datos de 58 países, demostró que un consumo mínimo de 175 gramos de pescado semanalmente se asocia con menor riesgo de eventos cardiovasculares y mortalidad.</p> <p>La protección cerebrovascular también es un elemento beneficioso derivado del consumo de pescado. Un <a href="https://doi.org/10.1007/s40520-024-02823-6">metaanálisis</a> del 2024, que recogió datos de 35 estudios y casi 900 000 pacientes, concluyó que el consumo de pescado es capaz de reducir el riesgo de desarrollo de enfermedad de Alzheimer y demencia en un 20 y 18 %, respectivamente. </p> <p>La protección cerebrovascular también se extiende a la <a href="https://doi.org/10.1016/j.jstrokecerebrovasdis.2018.10.036">prevención del ictus</a> (primera causa de muerte en mujeres españolas).</p> <figure class="align-center zoomable"> <a href="https://images.theconversation.com/files/698977/original/file-20251028-66-4gpcuo.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1000&amp;fit=clip"><img alt="Gráfico que muestra que a mayor consumo de pescado, menor riesgo de sufrir enfermedad coronaria" src="https://images.theconversation.com/files/698977/original/file-20251028-66-4gpcuo.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/698977/original/file-20251028-66-4gpcuo.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=512&amp;fit=crop&amp;dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/698977/original/file-20251028-66-4gpcuo.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=512&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/698977/original/file-20251028-66-4gpcuo.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=512&amp;fit=crop&amp;dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/698977/original/file-20251028-66-4gpcuo.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=643&amp;fit=crop&amp;dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/698977/original/file-20251028-66-4gpcuo.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=643&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/698977/original/file-20251028-66-4gpcuo.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=643&amp;fit=crop&amp;dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a> <figcaption> <span class="caption">Relación dosis-respuesta entre el incremento del consumo de pescado y riesgo de sufrir enfermedad coronaria.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://doi.org/10.1007/s40520-024-02823-6">Adaptado de J. Godos et al., 2024</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span> </figcaption> </figure> <h2>Envejecimiento saludable</h2> <p>En general, un <a href="https://doi.org/10.1016/j.mcna.2011.02.009">envejecimiento saludable</a> se relaciona, desde un punto de vista nutricional, con dietas bajas en grasas saturadas y carbohidratos, ricas en verduras, frutas, frutos secos, cereales y pescado.</p> <p>Uno de los apartados básicos de un envejecimiento saludable es la autonomía. La evidencia muestra que factores como la dieta y la actividad física pueden <a href="https://doi.org/10.1186/s12877-023-04081-z">reducir de manera sustancial el riesgo de presentar fragilidad</a> –disminución de las reservas funcionales y de la resistencia del organismo a factores estresantes– en ancianos. </p> <p>Además, un consumo de 175 gramos semanales de pescado suponen una <a href="https://doi.org/10.1016/j.jstrokecerebrovasdis.2018.10.036">reducción de mortalidad cardiovascular</a> (entre un 15 % y un 27 %). También <a href="https://doi.org/10.1371/journal.pone.0305994">se ha constatado</a> la asociación entre un consumo frecuente de pescado (especialmente azul) y una menor incidencia de ciertos tumores (especialmente digestivos) en ancianos .</p> <h2>Y además, sostenible</h2> <p>El pescado que procede de la flota europea, especialmente de la flota artesanal, y que cumple con los parámetros ambientales estipulados por la legislación <a href="https://www.europarl.europa.eu/factsheets/es/sheet/114/la-politica-pesquera-comun-origenes-y-evolucion">puede considerarse sostenible</a>: aporta valor económico, permite la soberanía alimentaria basada en la tradición cultural y respeta el medio ambiente.</p> <p>Consumir pescado tres veces por semana <a href="https://doi.org/10.1016/j.scitotenv.2018.06.339">permite mantener la huella de carbono de nuestra alimentación en torno a 3 kilogramos de dióxido de carbono</a> (CO₂) por persona y día, considerando una ingesta media de 2 100 kilocalorías diarias en una dieta atlántica o mediterránea. Así, <a href="https://doi.org/10.1016/j.scitotenv.2018.06.339">las dietas atlántica y mediterránea se encuentran entre las dietas mundiales con mejor perfil ambiental</a>, considerando como indicador tanto la huella de carbono como la huella hídrica.</p> <p>El pescado azul tiene una huella de carbono que oscila entre 500-850 gramos de CO₂ por cada 100 gramos de proteína: 550 para la caballa, 646 para la sardina y 790 para el bonito</p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/cuidar-la-salud-y-el-medio-ambiente-dos-razones-para-incluir-pescado-azul-en-nuestra-dieta-227378">Cuidar la salud y el medio ambiente: dos razones para incluir pescado azul en nuestra dieta</a> </strong> </em> </p> <hr> <p>El pescado blanco (por ejemplo, <a href="https://theconversation.com/la-merluza-un-megaalimento-para-ensenar-a-los-ninos-a-llevar-una-dieta-saludable-y-sostenible-186501">la merluza</a>) también posee un valor de 880 gramos de CO₂ por cada 100 gramos de proteína al considerar el palangre como técnica de pesca. </p> <p>Considerando el aporte de proteína, los valores son del orden de magnitud de los productos lácteos, las verduras y legumbres, e inferior a la mayoría de las frutas y la carne. Los valores de la huella hídrica del pescado fresco son prácticamente nulos, los más bajos en comparación con cualquier tipo de alimento.</p> <p>Hay aspectos de las dietas tradicionales que se deben conservar y potenciar, comer pescado es uno de ellos: es bueno para la salud de las personas y para la salud del planeta en todas las etapas del ciclo de vida.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/268116/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p> Los productos del mar contienen numerosos nutrientes, como los ácidos grasos omega-3, que aportan beneficios para la salud en todas las etapas de la vida con una reducida huella de carbono. Gumersindo Feijoo Costa, Catedrático de Ingeniería Química. Centro de Excelencia CRETUS de la Red CiGUS, Universidade de Santiago de Compostela Ángel Gil, Catedrático del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular II., Universidad de Granada Elvira Larqué, Catedrática de Fisiología. Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria Pascual Parrilla (IMIB). Universidad de Murcia. Red de Investigación en Salud Materno-Infantil y del Desarrollo (RICORS-SAMID), Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), Universidad de Murcia Federico Cuesta Triana, Jefe de sección de Geriatría. Hospital Clínico San Carlos de Madrid. Profesor Asociado de Ciencias de la Salud, Universidad Complutense de Madrid Guillermo Aldama López, Unidad de Cardiología Intervencionista. Servicio de Cardiología. Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña Rosaura Leis Trabazo, Catedrática de Pediatría de la Universidad de Santiago de Compostela. Coordinadora Unidad de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica del Hospital Clínico Universitario de Santiago, Universidade de Santiago de Compostela Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/266437 2025-10-28T20:45:27Z 2025-10-28T20:45:27Z Los memes y el patrimonio popular en internet <p>En nuestro imaginario existe una idea más o menos clara de lo que es un meme. Lo asociamos al tipo de imágenes estáticas que, acompañadas por texto, circulan por foros y redes sociales con una intención humorística. Fue en esa forma cuando se popularizó el término, coincidiendo con el clímax de la vida <em>online</em> 2.0: pasamos de una interacción unidireccional con los entornos digitales a una expansión de las posibilidades comunicativas en internet. Esta es su era de asentamiento, que fundamenta las bases narrativas y comunicativas de las que vendrán.</p> <h2>Memes: objetos y procesos culturales</h2> <p>En su sentido originario, el meme es una unidad o conjunto de elementos culturales <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/El_gen_ego%C3%ADsta">que da lugar a los comportamientos, gestos y costumbres</a>. Es decir, puede ser un objeto independiente, <a href="https://fall2016.designforthe.net/content/6-library/11-language-of-internet-memes/language-of-internet-memes_michaelmandiberg.pdf">pero también una suma</a> que construya, de forma orgánica, interacciones socioculturales. Por ejemplo, un <em>sticker</em> o clip divertido de mascotas sería un meme-objeto, pero que exista todo un afán colectivo por reproducir y compartir diariamente este tipo de contenidos sería un meme-procesual.</p> <p>El meme de Julio Iglesias señalando a cámara, acompañado del texto “Y lo sabes”, es un meme-objeto, mientras que el envío masivo por WhatsApp de imágenes alteradas de Julio Iglesias describiendo que llega el mes de julio sería un meme-procesual. El emoticono con pulgar hacia arriba, indicando “ok”, “me gusta” o “de acuerdo”, es un meme-objeto que forma parte de una interacción, pero su significado es un meme-procesual, pues ese sentido es aceptado por las generaciones <em>boomers</em> y <em>millennials</em>, pero las generaciones Z y <em>alpha</em> emplean otros iconos para expresar lo mismo.</p> <p><div data-react-class="InstagramEmbed" data-react-props="{&quot;url&quot;:&quot;https://www.instagram.com/p/DLkac0CAj-I&quot;,&quot;accessToken&quot;:&quot;127105130696839|b4b75090c9688d81dfd245afe6052f20&quot;}"></div></p> <p>En su devenir digital, el meme ha ido adaptándose a todos los espacios disponibles, aumentando su sentido del humor hasta el absurdo y sus nociones básicas hacia artefactos más complejos, donde la ironía queda en un segundo plano y predomina lo autorreferencial y local. Desplazando, así, su intención original de socializar experiencias universales para, ahora, interpelar a comunidades más pequeñas que articulan sus propias jergas desde lo memético viral.</p> <p>Por ello, entendido como unidad o como engranaje de sentidos, el meme digital funciona como dispositivo clave de la comunicación digital, y es fundamental también para comprender el mundo actual que habitamos: un mundo-imagen, hipervisual e hiperconectado. Se cuela y configura las relaciones sociales, tecnológicas, culturales, icónicas y subjetivas que se activan en los espacios <em>online</em> de conexión continua.</p> <h2>Memes y folclore digital</h2> <p>En este punto, se pueden destacar algunas características principales de los memes contemporáneos. Los memes de internet son dispositivos culturales creativos y comunicativos, dinámicos y maleables, que interpretan la realidad y, al mismo tiempo, se versionan entre ellos. Su esencia, pues, se localiza en un movimiento constante, impregnando con su dinamismo cada proceso <em>online</em>. Si se detiene o se rechaza por parte de la comunidad, ese meme dejará de funcionar.</p> <p>Son, además, artefactos intangibles, inmediatos y efímeros, pues <a href="https://www.akal.com/libro/el-ver-y-las-imagenes-en-el-tiempo-de-internet_35745/">solo “suceden” mientras se están reproduciendo</a>. Se propagan por un mecanismo similar al boca a boca, y cuando ya están instalados en las prácticas comunicativas, se convierten en un recurso fluido y natural para la cotidianidad. Con ello, son capaces de determinar los modelos para la conversación, no solo digital, sino también de las interacciones <em>offline</em>. De esta manera, van combinando actos digitales, físicos, analógicos, tecnológicos, culturales y políticos en las rutinas de las comunidades.</p> <p>Por ello, estos memes son parte de un patrimonio digital que ha ido creciendo según han avanzado las posibilidades tecnológicas, técnicas y artísticas entre personas y dispositivos. Existe, de este modo, un folclore digital que representa el conjunto de nuevas tradiciones, actitudes y códigos culturales que se desarrollan a través de las vidas conectadas en red.</p> <p>Junto con lo anterior, el meme digital se caracteriza por su plasticidad y flexibilidad a la hora de cambiar: para adaptarse, un meme debe permitir ser recontextualizado, expandido, reinterpretado. Todo esto multiplica sus opciones para ser reconvertido en otros formatos por los usuarios, de manera orgánica y colaborativa, conscientemente o no.</p> <p>Sobre todo cuando es un acto intencionado, se ponen en juego diferentes capacidades creativas que tienen que ver con las narrativas digitales, los procesos mediáticos y las interacciones lúdicas. Expresiones visuales como el <em>collage</em>, el pastiche o el fotomontaje (y ahora, las imágenes generadas con IA) son fórmulas que se basan en la creatividad distribuida y el <em>remix</em>. La creatividad distribuida se refiere a la creación colectiva o colaborativa, la cocreación, pero también a la creación desde la acumulación o fragmentación por la intervención de distintos usuarios. Es decir, modificar elementos de un meme al añadir, quitar o desplazar alguno de sus componentes para incorporar capas de significado o nuevas lecturas. Estas reconfiguraciones <a href="https://www.akal.com/libro/el-ver-y-las-imagenes-en-el-tiempo-de-internet_35745/">fomentan habilidades para la transformación y la reconstrucción de sentidos</a>: implica experimentar con el <em>remix</em> de las imágenes y otras formas de expresión de los nuevos medios.</p> <p>Estas prácticas de <em>remix</em> y versionado en red se articulan desde diferentes opciones de autoría, que se alejan de la tradicional concepción y uso de la propiedad intelectual y el reconocimiento. Lo genuino y único no existe en internet tal como lo entendíamos en épocas anteriores: ahora, el bagaje previo de un material no es solo intelectual, sino que sigue existiendo visualmente o, por lo menos, en su huella digital. La mayoría de materiales son, pues, <a href="https://www.galaxiagutenberg.com/wp-content/uploads/2016/09/La-furia-de-las-imagenes_web.pdf">de autoría compartida o fluida</a>, en la que acciones como el reciclaje de elementos (copiando, pegando, ensamblando, replicando) son ya habilidades asimiladas por la sociedad actual.</p> <p>El acceso y disponibilidad de herramientas creativas prometía un escenario de mayor democratización en el internet global, aunque es cierto que se ha demostrado una cultura condicionada en nuestros días. Sin embargo, sí existe cierta fusión entre alta y baja cultura cuando pueden convivir en situaciones de igualdad.</p> <p>Así, las instituciones y circuitos oficiales de la cultura comparten espacios mediáticos con prácticas de arte electrónico (<em>netart</em>), fenómenos como los NFTs, expresiones de activismo digital, cultura visual <em>trash</em> (imágenes pobres, deterioradas o molestas según los cánones comunes) y aplicaciones de creación audiovisual (<em>apps</em> de plantillas o filtros de imagen preconfigurados, de IA o de diseño gráfico, por ejemplo).</p> <h2>Conflictos de hoy, propuestas de futuro</h2> <p>En primer lugar, cabe señalar la consolidación del meme digital hoy desde el audiovisual. De esta manera, va abandonando sus formas clásicas estáticas para manifestarse en distintos formatos de vídeo, gracias al auge y predominio de plataformas como YouTube, TikTok y sitios de <em>streaming</em>. Y, por ser materiales más complejos, el meme contemporáneo tiende a ser un meme-procesual, siempre a favor de la máxima viralización, abandonando también poco a poco la conexión emocional con los memes-objeto. Hay por ello una brecha entre generaciones al visualizar, interpretar y socializar estos materiales (puede verse en vídeos de creadores más jóvenes cuando revisan y señalan que los “memes antiguos” dan <em>cringe</em>, vergüenza ajena).</p> <p>En épocas previas, el sentido de una red hiperconectada como internet se entendía desde la democratización y colaboración social. Sin embargo, algunas de las tendencias y contenidos del presente nos alertan que esto ha cambiado: la posibilidad (y el deseo) de monetizar cualquier contenido <em>online</em> prioriza escenarios individualistas y de jerarquización, también en las redes sociales de comunicación. Pretender convertir todo en un producto rentable o publicitario deviene en que los memes estén al servicio del algoritmo. </p> <p>De esta manera, fórmulas que antes se entendían como populares <a href="https://descontrol.cat/portfolio/la-viralidad-del-mal/">han sido manipuladas por las corporaciones y la tecno-élite</a>: lo vemos en hilos de comentarios llenos de bots, en la repetición de anuncios en bucle, en el embarramiento de la experiencia del usuario en redes o en el uso de bulos e imágenes IA con fines de espectacularización ideológica. Por ello, los componentes del patrimonio digital se van convirtiendo en objetos y procesos más homogéneos y previsibles.</p> <p>En contraposición, tanto los memes como otros recursos para la comunicación digital nos pueden servir en la ideación y construcción de nuevas tendencias comunitarias <em>online</em>. Como tareas para ello, debemos experimentar modos de acompañamiento y cuestionamiento de las imágenes autogeneradas, de nuestra dependencia de ciertos espacios corporativos y de los usos de nuestros datos. Un ejemplo de este tipo sería el <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Fediverso">Fediverso</a>, que se propone como un conjunto de redes sociales descentralizadas e interconectadas, externas a la dirección de las grandes empresas tecnológicas actuales. Este tipo de iniciativas se presentan como espacios de reconquista para volver a conectar con valores populares en un internet para todas las personas.</p> <hr> <p><em>La <a href="https://telos.fundaciontelefonica.com/memes-y-patrimonio-popular-en-internet-notas-de-presente-y-futuro/">versión original de este artículo</a> ha sido publicada en la revista Telos, de Fundación Telefónica.</em></p> <hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/266437/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>Nuria Rey Somoza trabaja para la Universidad Rey Juan Carlos (Madrid, España)</span></em></p> Los memes ya forman parte del vocabulario virtual, pero su creación y, sobre todo, su utilización a lo largo del tiempo definen su relevancia. Nuria Rey Somoza, Docente investigadora en la Facultad de Artes y Humanidades URJC, Universidad Rey Juan Carlos Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/267801 2025-10-28T20:44:59Z 2025-10-28T20:44:59Z Del brote a la vigilancia: así se han logrado reducir los casos de virus del Nilo Occidental en España <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/698917/original/file-20251028-102-ig4c94.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=0%2C125%2C3238%2C2158&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption">El virus del Nilo Occidental se transmite a través de la picadura de los mosquitos del género _Culex_.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/mosquito-culex-pipiens-sucking-blood-on-86061532">Jens Goepfert/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Durante las últimas semanas, el <a href="https://www.cdc.gov/west-nile-virus/about/index.html">virus del Nilo Occidental</a> ha vuelto a ocupar titulares en España. Andalucía y Extremadura han notificado nuevos casos humanos, varios municipios están en alerta y cuatro personas han fallecido. </p> <p>No obstante, aunque el patógeno sigue circulando, la situación es muy distinta a la de 2024, cuando España registró <a href="https://www.sanidad.gob.es/areas/alertasEmergenciasSanitarias/preparacionRespuesta/docs/20250131_ERR_Nilo_Occidental.pdf">158 infecciones</a>, la cifra más alta desde que se detectó por primera vez en el país. Este año, los casos apenas superan la veintena. ¿Qué ha cambiado? La respuesta está en la vigilancia y la prevención.</p> <h2>¿Qué sabemos del virus del Nilo Occidental?</h2> <p>El <a href="https://www.mapa.gob.es/es/ganaderia/temas/sanidad-animal-higiene-ganadera/sanidad-animal/enfermedades/fiebre-nilo-occidental/f_o_nilo">virus</a> se transmite a través de la picadura de mosquitos del género <em>Culex</em>, que transportan el patógeno entre aves, su principal reservorio, y otras especies. Basta una picadura “equivocada” para que salte a caballos o humanos </p> <figure class="align-center zoomable"> <a href="https://images.theconversation.com/files/698676/original/file-20251027-56-hn9bw0.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1000&amp;fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/698676/original/file-20251027-56-hn9bw0.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/698676/original/file-20251027-56-hn9bw0.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=198&amp;fit=crop&amp;dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/698676/original/file-20251027-56-hn9bw0.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=198&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/698676/original/file-20251027-56-hn9bw0.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=198&amp;fit=crop&amp;dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/698676/original/file-20251027-56-hn9bw0.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=249&amp;fit=crop&amp;dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/698676/original/file-20251027-56-hn9bw0.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=249&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/698676/original/file-20251027-56-hn9bw0.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=249&amp;fit=crop&amp;dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a> <figcaption> <span class="caption">Ciclo de transmisión del Virus del Nilo Occidental.</span> </figcaption> </figure> <p>La mayoría de las personas infectadas no presenta síntomas o sufren un cuadro leve similar a la gripe. Sin embargo, en menos del 1 % de los casos puede afectar al sistema nervioso, causando meningitis, encefalitis o incluso la muerte.</p> <p>En los últimos años, se ha consolidado como un virus endémico en <a href="https://www.ecdc.europa.eu/en/west-nile-fever/surveillance-and-disease-data/disease-data-ecdc">Europa</a>, especialmente en la cuenca mediterránea. El aumento de las temperaturas, los inviernos suaves y los veranos más largos han creado el entorno ideal para los mosquitos <em>Culex</em>. España, con amplias zonas húmedas y un clima cálido, reúne las condiciones perfectas para su expansión.</p> <h2>De brote local a problema nacional</h2> <p>Los <a href="https://cne.isciii.es/documents/d/cne/informe_renave_fno-2024">primeros casos humanos</a> se notificaron en 2010, en la provincia de Cádiz. Durante casi una década, la enfermedad permaneció en niveles bajos. Pero en 2020 se produjo un brote sin precedentes: 77 casos, sobre todo en Andalucía y Extremadura. Desde entonces, el virus no ha desaparecido.</p> <p>En los años siguientes, la circulación se mantuvo con altibajos. Como apuntábamos antes, en <a href="https://cne.isciii.es/documents/d/cne/informe_renave_fno-2024">2024</a> fueron notificadas 158 infecciones humanas, junto con casos en aves y caballos en distintas provincias. Este año, sin embargo, el panorama ha cambiado: a 27 de octubre de 2025 se han confirmado unos 27 casos humanos, concentrados en <a href="https://www.juntaex.es/w/20251021-el-ses-confirma-dos-nuevos-casos-de-fiebre-del-nilo?inheritRedirect=true">Extremadura</a>, y un caso leve en <a href="https://www.juntadeandalucia.es/organismos/saludyconsumo/servicios/actualidad/noticias/detalle/607126.html">Andalucía</a>, detectado gracias a vigilancia activa. Además en esta última comunidad se ha constatado circulación del virus en mosquitos del valle del Guadalquivir, como en <a href="https://www.juntadeandalucia.es/organismos/saludyconsumo/servicios/actualidad/noticias/detalle/613225.html">Coria del Río</a>, <a href="https://www.juntadeandalucia.es/organismos/saludyconsumo/servicios/actualidad/noticias/detalle/610054.html">Gerena</a> o <a href="https://www.juntadeandalucia.es/organismos/saludyconsumo/servicios/actualidad/noticias/detalle/606661.html">Villamanrique de la Condesa</a>.</p> <p>El descenso de casos refleja una vigilancia constante y una mejor coordinación entre autoridades sanitarias, veterinarias y ambientales.</p> <h2>La vigilancia ha cambiado el rumbo</h2> <p>Tras los brotes de 2020, Andalucía puso en marcha el <a href="https://www.juntadeandalucia.es/organismos/saludyconsumo/areas/entornos-saludables/salud-ambiental/paginas/programa-vigilancia-2025.html">Programa de Vigilancia del Virus del Nilo Occidental</a>, un plan pionero que combina control entomológico, seguimiento veterinario y vigilancia epidemiológica para detectar el virus antes de que llegue a las personas.</p> <p>El programa emplea trampas para capturar mosquitos, analiza aves silvestres y caballos, y activa alertas cuando se detecta circulación viral. Así, las autoridades pueden intervenir con fumigaciones selectivas, eliminación de criaderos y campañas informativas.</p> <p>El modelo andaluz ha sido tan eficaz que en 2025 se ha extendido a todo el país mediante el <a href="https://www.mapa.gob.es/dam/mapa/contenido/ganaderia/temas/sanidad-animal-e-higiene-ganadera/sanidad-animal/enfermedades/enfermedades-que-son-comunes-a-varias-especies/fiebre-oeste-nilo/programafiebredelnilooccidental2025rev.pdf">Programa Nacional de Vigilancia de la Fiebre del Nilo Occidental</a>, coordinado por los ministerios de Agricultura y Sanidad. Extremadura, por ejemplo, ha reforzado la instalación de trampas en humedales del río Guadiana, lo que ha permitido detectar mosquitos portadores y limitar el riesgo de transmisión.</p> <p>El resultado es claro: menos contagios, menos muertes y una respuesta más rápida ante los primeros signos del virus.</p> <h2>El papel de la ciudadanía</h2> <p>La vigilancia institucional no funciona sin la colaboración ciudadana. Las comunidades afectadas han lanzado <a href="https://www.juntaex.es/w/manzano-campana-prevencion-virus-nilo-occidental-junta-extremadura?inheritRedirect=true">campañas</a> con medidas sencillas: eliminar el agua estancada, mantener limpios los bebederos, usar repelentes y colocar mosquiteras.</p> <p>Aunque parezcan gestos menores, su impacto es enorme. Reducir los puntos de cría de mosquitos limita su población y, con ello, la posibilidad de transmisión. En <a href="https://www.juntadeandalucia.es/organismos/saludyconsumo/servicios/actualidad/noticias/detalle/608677.html">Andalucía</a>, la mayor sensibilización de la población ha sido clave para consolidar los buenos resultados de 2025.</p> <p>Porque la prevención empieza en casa. Los mosquitos <em>Culex</em> no viajan lejos: suelen reproducirse a menos de dos kilómetros del lugar donde nacen. Cada acción local tiene un efecto directo en la protección de toda la comunidad.</p> <h2>Más allá del Nilo Occidental</h2> <p>El caso del virus del Nilo Occidental es también una advertencia sobre los desafíos del cambio climático. Las alteraciones en temperatura y lluvias están ampliando la distribución de <a href="https://theconversation.com/preocupacion-en-europa-cambio-climatico-mosquitos-y-virus-234183">mosquitos vectores en Europa</a>, favoreciendo la aparición de otros virus como el <a href="https://theconversation.com/inteligencia-artificial-para-prevenir-y-diagnosticar-el-dengue-262017">dengue</a> o el <a href="https://www.cdc.gov/chikungunya/about/index.html">chikungunya</a>.</p> <p>La experiencia española ofrece una lección valiosa: la detección temprana y la coordinación entre administraciones son la mejor defensa frente a estas amenazas emergentes. Pero la vigilancia no puede relajarse. El virus del Nilo no se ha ido, simplemente está mejor controlado.</p> <p>España ha pasado del brote a la vigilancia, y eso marca la diferencia entre reaccionar tarde o prevenir a tiempo. Mantener ese equilibrio dependerá de que ciencia, autoridades y ciudadanía sigan trabajando juntas para contener un virus que, aunque estacional, ha venido para quedarse.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/267801/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p> La detección temprana y la coordinación entre administraciones son la mejor defensa frente a estas amenazas emergentes. Daniel Sepúlveda Crespo, Investigador Miguel Servet, Instituto de Salud Carlos III Helena Codina Márquez, Personal investigador predoctoral en virus emergentes, Instituto de Salud Carlos III Isidoro Martínez González, Científico Titular de OPIs, Instituto de Salud Carlos III Marta Quero Delgado, Personal investigador predoctoral en virus emergentes, Instituto de Salud Carlos III Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/261498 2025-10-28T20:44:51Z 2025-10-28T20:44:51Z Vocación, no desesperación: ¿cuál es el perfil de los jóvenes que eligen el ejército en España? <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/698295/original/file-20251024-66-ggr6zy.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=0%2C127%2C5765%2C3844&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption">shutterstock</span> </figcaption></figure><p>¿Qué lleva a un joven a plantearse ser militar profesional? En plena era de <em>job hopping</em> o cambio de trabajo cada poco tiempo y empleos flexibles, podría esperarse que la respuesta a esta pregunta estuviera relacionada con factores como un sueldo estable o ventajas laborales. Pero <a href="https://www.uco.es/servicios/actualidad/noticiasactualidaddia/item/156092-un-nuevo-estudio-sociologico-analiza-las-motivaciones-de-la-juventud-para-alistarse-al-ejercito">un análisis de dos décadas de encuestas en España</a> (1997-2017) muestra una realidad más compleja. </p> <p>Las personas jóvenes se sienten atraídas por el ejército principalmente por valores altruistas, identificación con la profesión y prestigio institucional, no por razones económicas. Ni siquiera las crisis financieras aumentaron significativamente el interés por motivos materiales.</p> <h2>El gran giro silencioso de las Fuerzas Armadas</h2> <p>Para entender este fenómeno, primero debemos contextualizar la transformación del Ejército español. Tras la dictadura, la profesionalización del ejército (1996-2008) implicó cambios profundos que podrían evidenciarse a través de los siguientes aspectos:</p> <ul> <li><p>El tránsito del soldado “héroe” al soldado gestor de la paz. Así, las misiones bélicas dieron paso a operaciones humanitarias y seguridad internacional.</p></li> <li><p>La revolución de género. España superó la media de la OTAN en cuanto a la <a href="https://publicaciones.defensa.gob.es/media/downloadable/files/links/l/a/la_mujer_en_las_fuerzas_armadas.pdf">incorporación de las mujeres a las Fuerzas Armadas</a>, aunque persistan desafíos en cuanto a la igualdad de género.</p></li> <li><p>La modernización chocó con las limitaciones presupuestarias que afectaron condiciones laborales.</p></li> </ul> <p>Pese a estos cambios, <a href="https://recyt.fecyt.es/index.php/res/article/view/99421">el estudio mencionado</a> demuestra que la imagen social de las Fuerzas Armadas apenas ha actualizado sus motivos de reclutamiento. Los jóvenes aún perciben la profesión con lentes más tradicionales de lo que podría esperarse.</p> <p>Analizando las encuestas sobre Defensa Nacional y <a href="https://www.cis.es/documents/d/cis/es3188marpdf">las Fuerzas Armadas realizadas en España por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS)</a> entre 1997 y 2017, esta investigación ha observado algunos patrones curiosos:</p> <ul> <li><p>Altruismo activo: la voluntad de defender España voluntariamente es el factor más determinante. Las personas jóvenes que considerarían ser soldados profesionales muestran un 40 % más de predisposición a servir a España que el resto. </p></li> <li><p>Fascinación por lo castrense: el interés por temas militares (conversaciones, seguimiento informativo) es el segundo motor. Quienes muestran esta curiosidad tienen 2,5 veces más probabilidad de plantearse la carrera militar. No obstante, cuestiones relacionadas con la vida castrense, como la disciplina o el uso de uniforme, no tienen relevancia en cuanto al interés por lo militar.</p></li> <li><p>Prestigio institucional: la valoración positiva del ejército como institución triplica su influencia respecto a factores como salario o estabilidad. Aquí hay un matiz clave: no es admiración por símbolos (bandera o himno), sino confianza en su función social.</p></li> </ul> <h2>Los mitos, derribados por los datos</h2> <p>Lo anterior refuerza el hecho de desterrar alguno mitos previos.</p> <ul> <li><p>Mito 1. “En crisis, el ejército atrae por seguridad laboral”: falso. Los incentivos económicos como, por ejemplo, el sueldo digno o la posibilidad de promocionar son valorados genéricamente, pero no diferencian a quienes realmente consideran la carrera. Incluso en el periodo entre 2009 y 2013, cuando la crisis económica era más acuciante, estos factores no ganaron peso.</p></li> <li><p>Mito 2. “Las personas jóvenes buscan aventuras”: parcialmente falso. Viajar o practicar deporte extremo apenas influyen. Solo el 15 % de quienes son aspirantes potenciales menciona estos aspectos. Lo que importa es el trabajo en sí, no sus “beneficios colaterales”.</p></li> <li><p>Mito 3. “La familia militar es decisiva”: verdad a medias. Tener un familiar en las Fuerzas Armadas aumenta la predisposición, pero su influencia es menor que el altruismo o la valoración institucional. Además, este factor se mantiene estable desde 1997.</p></li> </ul> <p>Entender estas motivaciones tiene implicaciones prácticas en lo que respecta, por ejemplo, al reclutamiento inteligente, es decir, abordar <a href="https://www.youtube.com/watch?v=W-tUTEfwHqU">campañas</a> centradas en el salario o las ventajas es poco efectivo. Funcionan mejor mensajes sobre servicio a la sociedad y profesionalismo. También a la gestión de talento –retener efectivos requiere potenciar camaradería y sentido de misión, no solo mejoras salariales– y al diálogo civil-militar –la ciudadanía valora más al ejército como garante de paz (66 % en 2017) que como fuerza bélica–. Reflejar esto mejora la imagen de las Fuerzas Armadas.</p> <h2>¿Soldados del futuro?</h2> <p>Los datos hasta 2017 no capturan impactos recientes (pandemia, guerra en Ucrania), pero dan pistas clave como la resistencia de los valores –pese a los cambios sociales, el núcleo duro de la vocación militar persiste–; la brecha generacional –las personas jóvenes privilegian servicio concreto sobre símbolos abstractos– y la visión de un futuro prometedor.</p> <p>En tiempos de empleo volátil, la paradoja militar española ofrece una lección: cuando el trabajo tiene sentido trascendente, los incentivos económicos pasan a segundo plano. Quizás por eso, mientras otros sectores luchan por retener talento, el ejército sigue encontrando jóvenes dispuestos a servir.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/261498/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p> El patriotismo y la pasión por lo militar pesan más que los incentivos económicos al elegir la carrera castrense. Ramón Rueda-López, Profesor en el Dpto. de Organización de Empresas, UNED - Universidad Nacional de Educación a Distancia Jaime Aja Valle, Profesor de Sociología, Universidad de Córdoba Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives. tag:theconversation.com,2011:article/267257 2025-10-28T20:43:26Z 2025-10-28T20:43:26Z Las figuras de Francisco de Quevedo en el ‘reality’ de internet de ZonaGemelos <figure><img src="https://images.theconversation.com/files/698726/original/file-20251027-56-xtu4w3.png?ixlib=rb-4.1.0&amp;rect=173%2C72%2C1380%2C920&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1050&amp;h=700&amp;fit=crop" /><figcaption><span class="caption">Carlos y Daniel Ramos en un momento de la retransmisión de &#39;La casa de los gemelos&#39;, el &#39;reality&#39; de los dos hermanos que fue cancelado tras 10 horas. </span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.youtube.com/@ZonaGemelosYT">ZonaGemelos/YouTube</a></span></figcaption></figure><p>ZonaGemelos es un canal que echó a rodar entre 2022 y 2023. Opera actualmente en <a href="https://www.youtube.com/@ZonaGemelosYT">YouTube</a>, <a href="https://www.instagram.com/zonagemelostv/?hl=es">Instagram</a>, <a href="https://www.tiktok.com/@zonagemelostv?lang=es">TikTok</a> y en la polémica Kick. Su impacto en internet queda evidenciado en el número de seguidores que suman sus cuentas. </p> <p>La cifra sobrepasa el millón, y la suma no tiene en consideración el número de seguidores que indicaba el marcador de <a href="https://www.twitch.tv/zonagemelos?lang=es">su cuenta en Twich</a> en el momento en que fue prohibida (119 412, aunque ha subido). Recientemente emitieron un <em>reality</em>, <em>La Casa de los Gemelos</em> (cancelado después de 10 horas), que llegó a ocupar el segundo lugar en tendencias en España en X. Le siguió <em>La gala de la Casa de los Gemelos</em>, que llegó a concitar a 150 000 personas en YouTube. Los datos dejan fuera de toda duda que ZonaGemelos ha llegado para quedarse.</p> <p>Los organizadores, los hermanos Carlos Ramos y Daniel Ramos (25 años, Getafe), han querido dejar claro que son dos chicos normales de barrio. Pero lo que vienen haciendo en los últimos tiempos trasciende todo aquello que pueda considerarse común. </p> <h2>¿Qué es ZonaGemelos?</h2> <p>El contenido de sus <em>streams</em> (emisiones continuadas) se podría resumir de este modo: personajes altamente dispares entre sí –muchos de ellos con algún tipo de diversidad funcional– se enzarzan en debates insustanciales que carecen de sentido alguno. Esto ha generado mares inmensos de clips que circulan a altas velocidades, sobre todo en TikTok. </p> <p>El primer elemento que debe ser analizado en ZonaGemelos son los participantes. Citemos arbitrariamente los nombres de algunos de ellos: David Evil, Pájaro Azul, La Maeb, el Churumbel de Málaga, Mr. Tartaria, Misha, Mala Rodríguez, Paco Porras, Aramís Fuster, la Falete, Coto Matamoros, Pipi Estrada, Modric Shaolin, la Marrash, Manolito, Ruth “la Peke”, Skippy, etc. Los nombres de algunas de estas personas les sonarán a algunos lectores, pues varios de ellos han participado en programas televisivos como <em>Crónicas Marcianas</em> o <em>Sálvame</em>. </p> <hr> <p> <em> <strong> Leer más: <a href="https://theconversation.com/despues-de-14-anos-salvame-se-va-y-este-es-el-mundo-que-deja-205618">Después de 14 años, 'Sálvame' se va y este es el mundo que deja</a> </strong> </em> </p> <hr> <p>También ha habido apariciones estelares de artistas musicales en el género urbano como <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Bryant_Myers">Bryant Myers</a> o <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Morad">Morad</a>, que han jugado, lógicamente, un rol diferente al de los anteriores. </p> <p>Permítasame añadir ahora una precisión sobre el modo de actuar de los personajes en el programa. Los gemelos insisten mucho en el carácter novedoso y renovador de su método, pero lo que hacen es bastante tradicional. Algunos colaboradores reciben instrucciones para enfurecer a un compañero que jamás está prevenido, y ello genera una discusión que no pasa de insultos, procacidades, etc. </p> <p>Con todo, hay aspectos que se remontan aún más al pasado, pues los gemelos –claramente sin ser conscientes de ello– activan mecánicas propias de la poética clásica de lo grotesco, pues buscan generar la risa con las singularidades de sus invitados. </p> <h2>Desde Quevedo (el del Siglo de Oro)</h2> <p>Esto en el mundo clásico era conocido como <em>turpitudo et deformitas</em> (que podría traducirse como “fealdad moral y fealdad física”). Los factores de este binomio sustentaron también la estética de la risa en la literatura del Siglo de Oro, y fue Francisco de Quevedo quien puso nombre a las posibilidades jocosas de la fealdad con la acuñación del concepto de <em>figura</em> en su obra <a href="https://es.wikisource.org/wiki/Capitulaciones_matrimoniales_y_Vida_de_Corte_y_oficios_entretenidos_en_ella"><em>Vida de la Corte y capitulaciones matrimoniales</em></a>. El escritor distinguía entre figuras naturales y artificiales: </p> <blockquote> <p>“Los naturales son los enanos, agigantados, contrahechos, calvos, corcovados, zambos y otros que tienen defectos corporales, a los cuales fuera inhumanidad y mal uso de razón censurar ni vituperar, pues no se lo adquirieron ni compraron excepto a los que de tal defecto hacen oficio”.</p> <p>“Hay figuras artificiales que usan bálsamo y olor para los bigotes, copete, guedejas y aladares, de que usan mucho jaboncillo de manos y pelotilla de cera de oídos. Su conversación es damas, caballos y caza, visten y platican degenerando de la plebe y tal vez se tientan de poesía, a que se inclinan los enamorados, a quienes no satisface menos talento que el de Lope de Vega o don Luis de Góngora, por lo que han oído. Lo superior llaman bonito: lo bueno, razonable, y a lo malo, pésimo; nada les contenta: la causa nunca la dan por ser inferioridad. […] Son grandes estadistas de la vida, cobardes en extremo; tienen rufianes que riñan sus pendencias y los saquen de afrentas; rinden vasallaje de miedo a los desalmados y zainos; sus fiscales tratan con matusalenes, a quien estafan; son amigos de olor, comen más; juran ‘a fe de hidalgo’, ‘a fe de quien soy’ y ‘como quien soy’”</p> </blockquote> <p>Como podemos ver, Quevedo distingue entre sujetos que resultan ridículos por sus características físicas y por sus conductas sociales. En el opúsculo de <em>Vida de la Corte</em>, el autor sugiere que los que han de ser censurados son los segundos: “Y porque he dicho sumariamente de las figuras naturales, diremos de las artificiales, contra quien mi intento va dirigido”. </p> <h2>Ni nuevo ni novedoso</h2> <figure class="align-right zoomable"> <a href="https://images.theconversation.com/files/698734/original/file-20251027-66-183a6l.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=1000&amp;fit=clip"><img alt="Retrato de Francisco de Quevedo." src="https://images.theconversation.com/files/698734/original/file-20251027-66-183a6l.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=237&amp;fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/698734/original/file-20251027-66-183a6l.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=801&amp;fit=crop&amp;dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/698734/original/file-20251027-66-183a6l.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=801&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/698734/original/file-20251027-66-183a6l.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=600&amp;h=801&amp;fit=crop&amp;dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/698734/original/file-20251027-66-183a6l.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=45&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=1006&amp;fit=crop&amp;dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/698734/original/file-20251027-66-183a6l.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=30&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=1006&amp;fit=crop&amp;dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/698734/original/file-20251027-66-183a6l.jpg?ixlib=rb-4.1.0&amp;q=15&amp;auto=format&amp;w=754&amp;h=1006&amp;fit=crop&amp;dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a> <figcaption> <span class="caption">Retrato de Francisco de Quevedo en Francisco Pacheco, ‘El libro de descripción de verdaderos retratos, ilustres y memorables varones’.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Francisco_de_Quevedo_(Pacheco).jpg">Wikimedia Commons</a></span> </figcaption> </figure> <p>Quevedo degrada a un amplio elenco de figuras artificiales en sus entremeses ya que –y esto es muy importante advertirlo– el poeta los despreciaba profundamente. Reprueba a los maridos consentidores en <a href="https://www.semanticscholar.org/paper/Hallazgo-de-Diego-Moreno%2C-entremes-de-Quevedo%2C-y-de-Asensio/4203fb0ede08c3e5bf9732b53cac9dcd660aed24"><em>Diego Moreno</em></a>, a las busconas en <em>Bárbara</em> o <a href="https://manos.net/manuscripts/bpe/cod-cxiv-1-3-p-953-polilla-la-de-madrid-entremes"><em>La polilla de Madrid</em></a>, a los tacaños en <a href="https://es.wikisource.org/wiki/Ep%C3%ADstolas_del_Caballero_de_la_Tenaza"><em>El caballero de la Tenaza</em></a> o a las personas que son incapaces de asumir los deterioros del paso del tiempo en <em>La ropavejera</em>. </p> <p>Eugenio Asensio, uno de los filólogos más agudos del siglo XX, <a href="https://www.cervantesvirtual.com/obra/itinerario-del-entremes-desde-lope-de-rueda-a-quinones-de-benavente-con-cinco-entremeses-de-d-francisco-de-quevedo/">definió con precisión</a> este tipo de entremeses, indicando que su “encanto reside en la variedad de tipos caricaturizados […] Es como una procesión de deformidades sociales, de extravagancias morales o intelectuales”. Asimismo, la poesía de Quevedo se mofó en algunas oportunidades de las figuras naturales. Baste rememorar el soneto “<a href="https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/a-un-nariz-comentario-del-texto-0/html/01770bac-82b2-11df-acc7-002185ce6064_2.html">Érase un hombre a una nariz pegado</a>” o los dos que dedicó a burlarse de los calvos.</p> <p>El programa de los hermanos Ramos puede equipararse sin mayores dificultades con los catálogos de figuras de Francisco de Quevedo, puesto que unos y otros buscan provocar la carcajada del público a partir de las extravagancias. </p> <p>No cabe tratar aquí <a href="https://www.elmundo.es/madrid/2025/10/15/68ee9b00fc6c835c6b8b4593.html">el debate moral que ha suscitado ZonaGemelos</a>, pero conviene señalar que estos métodos no son ni nuevos ni novedosos. De hecho, si fuésemos estrictamente rigurosos en lo que atañe a la cronología de la historia literaria, nos tendríamos que haber retrotraído a los poemas de la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Antolog%C3%ADa_griega"><em>Antología griega</em></a>, a <a href="https://theconversation.com/el-tiempo-no-pasa-por-marcial-el-poeta-que-retrato-la-vida-en-la-antigua-roma-233268">los epigramas del poeta romano Marcial</a>, al <a href="https://ia600205.us.archive.org/33/items/cancionerodeobra00usozuoft/cancionerodeobra00usozuoft.pdf"><em>Cancionero de obras de burlas provocantes a risa</em></a> o la <a href="https://bnedigital.bne.es/bd/card?oid=0000099862&amp;site=bdh"><em>Floresta Española</em></a> de Melchor de Santa Cruz. </p> <p>Es decir, la cosa es básica, tópica y frecuente, porque así lo permite sustentar la evidencia literaria.</p> <hr> <p><em><strong>¿Quiere recibir más artículos como este?</strong> <a href="https://theconversation.com/es/newsletters?promoted=suplemento-cultural-175">Suscríbase a Suplemento Cultural</a> y reciba la actualidad cultural y una selección de los mejores artículos de historia, literatura, cine, arte o música, seleccionados por nuestra editora de Cultura Claudia Lorenzo.</em></p> <hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/267257/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" /> <p class="fine-print"><em><span>Jorge Ferreira Barrocal no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p> Los ‘streamers’ ZonaGemelos buscan impactar con la emisión de programas que, ellos dicen, son novedosos pero que siguen pautas que ya analizó Francisco de Quevedo en el Siglo de Oro. Jorge Ferreira Barrocal, Profesor e investigador en el Departamento de Lengua Española, Universidad de Salamanca Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.